En la playa
Este pasado verano.
Desde finales del invierno pasado empecé a querer tener un grupito de niños. A finales de junio, al término del curso escolar y principio de las vacaciones de verano, empecé a dar paseos por una playa a unos dos kilómetros de mi casa. Iba temprano, sobre las diez y media de la mañana y llevaba una bolsa de deporte con una toalla, el bikini, el bronceador… No había casi nadie en la playa, algunas adolescentes que aprovechaban para hacer topless y poco más. Al tecer día vi lo que estaba buscando, un grupo de cinco niños y decidí poner mi toalla cerca de ellos. Me quité las deportivas y fui caminando por la orilla y mientras me iba acercando a ellos me fije en que no le quitaban ojo a las chicas en topless. Puse mi toalla a unos tres metros de ellos y me senté de espaldas a ellos. Saqué el bikini de la bolsa y lo dejé sobre la toalla. Con la cámara del teléfono como haciéndome un selfie vi que todos estaban atentos a mí, me habían visto sacar el bikini y se imaginaban que me iba a cambiar allí mismo y no se equivocaban… Sabiendo con certeza que me estaban mirando me quité la camiseta y el sujetador y me puse el top, luego me quité el short y las bragas y me puse la parte de abajo del bikini. Procuré que viesen lo mínimo de mí, apenas medio culo. Ya cambiada, me puse de perfil a ellos y saqué el bronceador y les pedí que alguno me lo echara en la espalda y salió un voluntario. Le di el bote y me tumbé boca abajo desabrochándome el top para dejar la espalda totalmente libre y le dije que comenzara a extenderme la crema. Cuando terminó con la espalda le pedí que me echara crema también por lo que se veía de culo y por las piernas. Mientras tanto sus amigos no se perdían detalle y cuando acabó me fijé en que le hacía bulto en el bañador… Les pregunté si les había molestado que me quedara desnuda para cambiarme y me dijeron que no y la siguiente pregunta fue que si habían visto a una mujer real desnuda, nada de mujeres en internet y me dijeron que no. Entonces les dije que si querían yo podría ser la primera mujer desnuda que vieran y todos quisieron. Les dije de quedar por la tarde para ir a mi casa y que llevaran a más amigos si podían. Llegué a las cinco de la tarde al lugar de la cita y allí estaban con tres amigos más. Les dije que me siguieran a distancia hasta mi casa y al llegar me aseguré de que ningún vecino los viera conmigo y los hice pasar rápidamente a mi casa y nos dirigimos al salón. Enchufé mi teléfono al televisor y les dije que me iban a ver desnuda ya y empecé a poner fotos de mi desnuda en la tele, eran fotos antiguas donde salía con toda la «selva». Me hice aquellas fotos para mostrarlas cuando me hiciese falta porque siempre lo llevo totalmente depilado y si alguien lo quiere ver con pelo le enseño las fotos. Les enseñé muchas fotos en muchas poses y mientras les pregunté que si le gustaban las fotos y me dijeron que si… Y les dije: a ver si es verdad que os gustan, ¿se os ha puesto tiesa? Todos dijeron que si. Pues yo quiero verlo, vamos a quitarnos todos la ropa a la vez… y enseguida estuve desnuda haciendo poses frente a ellos también desnudos y erectos. Algunos tenían algún que otro vello púbico, lo que yo quería, ni muy pequeños ni muy mayores. Les pregunté: ¿a alguno le han hecho una paja? Ninguno dijo que si. ¿Queréis que sea vuestra primera vez recibiendo la paja de otra persona? Todos dijeron que si. Yo ya había tenido muchas veces antes aquella sensación de agarrar una pollita tan pequeña y pajearla, pero la sensación es igual de emocionante con cada niño nuevo. Me senté en el sofá y les dije que lo más seguro es que se iban a correr muy pronto y que no se preocuparan que eso era normal por la gran excitación de la primera vez y empecé con el primero puesto de pie delante de mí y se la agarré y empecé a meneársela y en menos de dos minutos ya estaba disparando semen sobre mí llenándome el pelo, la cara y las tetas. Así pasó más o menos con los otros siete, rápida eyaculación y con cada paja yo más cubierta de semen. Al terminar con los ocho les dije que me iba a dar una ducha para limpiarme el semen. Salí con la toalla secándome todavía y les dije que les iba a hacer otra paja y enseguida se les puso tiesa. Los fui cogiendo de dos en dos y pajeándolos a la vez con una pollita en cada mano y esta vez dirigiendo los chorros de semen hacia mi boca y procurando que me cayera la mayor cantidad posible ya que algunos disparos no daban en la «diana» y al terminar las pajas me lo tragué. Así con los otros seis también de dos en dos. Me di otra ducha y al salir les dije que me podían tocar por todos lados y me entregué a sus manos un buen rato hasta que consideré que estaban muy excitados y les dije que se la iba a chupar hasta que me inundasen la boca con su semen. Así le fui haciendo una mamada a cada uno y degustando su semen. Todos acabaron encantados y dispuestos a repetir y nos citamos para el día siguiente…
wow
maravilloso,porfa sigue