Espiando a un compañero de cuarto
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por chavocubanito.
Estaba estudiando en la universidad y eramos varios compañeros que dormíamos en un cuarto distribuido en 2 habitaciones.
Casi todo los fines de semana siempre varios de ellos iban para sus casas en otra provincia y quedamos 3 o 4 compañeros en la habitación pero ese fin de semana casi todos en el cuarto se habían ido quedando solamente otro compañero y yo.
El era de baja estatura, mulato pero tenia un cuerpo bien formado y que parecía más adulto de lo que indicaba su estatura.
Cada uno dormía en cuarto individual que tenia llave para cerrarse.
Al tener la costumbre de levantarme temprano por las clase, esa mañana aunque era fin de semana me despierto y al verme solo decidí masturbarme un poco pero siento que el otro compañero se levanta también y va al fregadero del apartamento así que decidí esperar para poder empezar.
Sin embargo, al regresar a su cuarto siento que lo cierra con llave, lo que me llamo la atención pues al dormir casi siempre con los cuartos abiertos y esa hora de la mañana me pareció extraño que cerrara su habitación.
Estas habitaciones tenían en la parte superior de las puerta un pedazo hecho de cristal que si una persona se subía en una silla se podía ver el interior de la otra habitación.
Por lo que muy callado fui arrastrando un buro y me subí para ver.
El otro muchacho se estaba haciendo una paja riquísima completamente desnudo.
Tenia el pecho velludo y una pinga que sin llegar a ser enorme era de muy buenas porciones.
Mientras se masturbaba con una mano, se pasaba la otra por el cuerpo, acariciandose.
Aquello me puso a tope y el temor que al mirar hacia arriba pudiera verme, me encendió más todavía.
Empece a tocarme por encima del bóxer que traía en ese momento mientras disfrutaba del espectáculo.
Aquello duró cerca de una hora pues el pequeño tenia tremendo aguante y nos descansaba entre paja y paja.
Creo que se hizo como 3 seguidas.
Ver caer la leche cada vez que la soltaba y retorcerse de placer era una locura.
Eran chorros enormes.
Ya yo estaba extenuado cuando termino y se incorporó para ponerse la ropa, momento que aproveche para volver a mi habitación y hacerme el dormido.
Aquello fue impresionante.
Como íbamos a estar solos empece a pensar como provocarlo para que se volviera a pajear y verlo.
Pero eso lo contare en otra historia
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