Exhibicionismo en el barco y algo más….
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por sexolibre.
Marta es una hermosa mujer de 38 años, morenaza, con el pelo largo hasta la altura de sus pechos y ondulado, ojos expresivos color café, sonrisa juvenil, labios carnosos, sus pechos voluminosos, unas aureolas oscuras y grandes, sus pezones cuando se ponen tiesos sobresalen un centímetro y algo. 1,65 de estatura, un culo perfecto, rellenito pero muy sexy.
Maik ( El capitán de una buque mercante ) es un hombre moreno de tez y cabellos, la piel curtida por el sol marino, con alguna cana que brilla tanto en su cabeza como en su bigote, pelo muy corto con gafas correctoras, no muy alto 1,70 y un cuerpo delgado rozando atlético.
Tanto Marta como Maik, están separados de sus parejas y se conocieron un día por Internet.
Maik invitó a Marta para que viajara con el en su nuevo buque, para estrenarlo con ella y disfrutar del verano.
Llegó el día esperado, el barco atracó en el muelle.
Al rato llegó un taxi y salió una mujer preciosa con unas maletas.
Marta se subió por la enorme pasarela, se encontró con un papel que decía, " BIENVENIDA A BORDO MARTA . SIGUE LAS ROSAS ROJAS Y ME ENCONTRARAS . TE QUIERO "
La escalerilla estaba adornada con rosas rojas una en cada peldaño.
Marta iba vestida muy formal, pero aun así se veía muy guapa. siguió las rosas rojas asta llegar a una puerta en ella había otra nota que decía " ENTRA SIN LLAMAR ". Abrió la puerta y se encontró con una cama en la cual había un gran ramo de flores, un tanga blanco, un vestido y unas zapatillas del mismo color en el ramo de flores había una nota que decía " PONTE ESA ROPA MI AMOR, SÓLO ESA ROPA "
Ufff me estaba poniendo nerviosa ese juego.
Me desnudé y me puse el tanga blanco de encaje muy transparente, el vestido blanco con unas flores y las zapatillas, me miré en el espejo, me vía esplendida pero demasiado atrevido, me llegaba casi hasta el comienzo de mi trasero, con finos tirantes en mis hombros, muy escotado y una abertura a cada lado desde mis axilas hasta casi la cintura.
Mis pezones se transparentaban un poco, por los costados asomaban mis pechos, me sentía incomoda y nerviosa, pero me quedaba muy bien.
Toc, toc, toc, llamaron a la puerta del camarote.
– ¿ Quien es ?.
– Soy Carlos, el capitán me a enviado.
– Espera un momento.
( Carlos es el ayudante del capitán, siempre esta a su servicio, también hace tareas de camarero y de limpieza. es un chico de 20 años, castaño claro, ojos verdes. 1,68 de estatura, delgado, tímido, educado y servicial. )
Dios me miraba en el espejo y no lo podía creer, parecía una puta, me moría de vergüenza, aunque el vestido me encantaba.
Estaba inmóvil sin saber que hacer, se dispara la drenalina por todos los poros de mi piel, el corazón me retumbaba en mi cabeza, mi cara ardía. una sensación que nunca antes había tenido.
Abrí la puerta y Carlos estaba allí, parado sin decir nada, no podía quitarme la vista de encima, sentía como acariciaba mi cuerpo con su mirada, su cara era un poema, sus ojos como platos.
– Pasa Carlos no te quedes hay; dije con voz temblorosa.
– Uff por dios que calor hace; le dije a Carlos
Casi no podía moverme sin evitar enseñar las zonas prohibidas de mi cuerpo. pero esta situación cada vez me tenía más cachonda. casi me dolían los pezones de los duros que los tenía. me sentía una musa ante la mirada tímida de Carlos.
– Dime Carlos, ¿ que quieres ?.
– Estoy a su entera disposión Señora, el Capitán me a ordenado que la acompañe al puente de mando, allí esta el, ya que el no puede venir a recibirla.
Ufff como me gustaba escuchar esas palabras, ese trato tan especial, me sentia una reina.
Estaba muy nerviosa he incomoda, en el barco todo son escaleras de hiero con agujeros en los peldaños todo el que me viera bajar las escaleras me vería todo. pero me arme de valor y seguí a Carlos hasta llegar al puente de mando, me abrió la puerta y pasamos dentro.
– Mi amorrrr que ganas tenia de verte; dijo Marta con lágrimas en los ojos.
– Hola cariño.
Me dio un abrazo lebantandome un palmo del suelo, me daba un apasionado beso en los labios, yo con las manos detrás de mi trasero, intentaba bajarme la falda para que los señores que es encontraban allí, no me vieran el culo, pero sus besos y su abrazo me pusieron muy cachonda, como el abrazo no se terminaba obté por dejarme llevar abrazando a Maik rodeando mis brazos por su cuello, o por si se cansaba de tenerme en bilo, rodee mis piernas a su cintura dejando mi culo expuesto a la vista de todos, el culo y parte de mis tetas por los costados que se estrujaban en el pecho de Maik.
– Estas preciosa Marta ; dijo Maik
– Gracias pero estoy muy incomoda.
– Necesito ir al baño Maik.
– Vamos te acompaño; dijo Maik.
Es todo comunitario, los baños, las duchas, las literas, el comedor ect…
Se armó un gran revuelvo entre la tripulación y ella lo notaba.
Los aseos son inmensos, como los vestuarios de un gimnasio pero mucho más grande. estaba todo super limpio, también pude ver las duchas, no habían tabiques, ni cortinas para separar las duchas, unos bancos de madera en el medio, unas pilas para lavarse las manos y unos espejos.
Cual fue mi sorpresa al ver a tres marineros duchandose, no se cortaron un pelo en esconder su desnudez, delante de nosotros se frotaban las espaldas de unos a otros con el agua resbalando por sus fornidos cuerpos.
No pudé evitar mirar sus penes, aunque no eran muy grandes parecían crecer ante mi vista.
Maik acariciaba mi culo, por encima del vestido mirando a ellos descaradamente, me sobaba las tetas desde atrás, y me mordía el cuello, pero me dio una fuerte palmada en el culo y me dijo;
– ¿ No te estas meando ? corre ves a mear.
Ufff volví en si, estaba en una nube, mis pezones se marcaban descaradamente en el vestido y mis tetas se agitaban de arriba a abajo acompañando mi respiración, pero no podia quitarme aquella imagen de mi mente.
Mis tetas se banboleaban en cada paso que daba y se movían como si fueran flanes, cada vez me importaba menos ocultar mis atributos, incluso empezó a gustarme ir vestida así,
¿ que me estaba pasando ? no podía entender mi comportamiento, estaba atravesando la barrera del sonido, de lo moral a lo inmoral. pero en cierto modo su juego empezaba a gustarme.
Continua…..
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Uy si q lindo gangbang va haber