Exhibicionismo en el barco y algo más…. 2
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por sexolibre.
Me sentía deseada y eso hacia subir mi auto estima, que hacia tiempo la tenia por los suelos, Maik conseguía devolverme la vida, conseguía volver a encender la mecha del deseo y la pasión. nunca antes había sentido tantas sensaciones juntas.
En un rellano de la escalera de hierro me paré mirando al mar.
Un susurro en mi oído me decía.
– Marta estas expectacular, cuanto me alegra que estés con nosotros.
– Y yo estar contigo, me gustan tus alagos y te agradezco los detalles que tienes conmigo, pero ir vestida así no sé, me siento incomoda.
– Ya lo sé Marta, pero disfruta.
– Ya pero ahora quiero quedarme sola y descansar. estoy cansaba del viaje.
– Vale te acompaño al camarote.
Ufff ver a Marta subir las escaleras me estaba poniendo malo, se veía sus muslos y su culo y pensar algún marinero pudiera verla me ponía más cachondo, a pesar de que estaba rellenita me encantaba su cuerpo y más verla vestida así. su culo bibraba en cada paso que daba, incluso a atraves de la fina tela del vestido.
Llegamos a mi camarote, yo apesar de tener mucho trabajo quería estar con Marta, entramos en el mismo. la volví a abrazar de la misma manera, sabía que era un poco brusco pero necesitaba tanto abrazarla que no podía evitarlo, estábamos frente al espejo y tal como imaginaba abrazarla de ese modo sus tetas salían más del vestido y se veían más gordas si cabe.
Sus carnosos muslos me rodeaban la cintura y su culo abierto dejaba ver el tanga blanco que contrastaba con su piel morena.
Mientras mi lengua jugaba con la sulla en un intenso y largo beso, metí hasta la primera falange mi dedo índice en su caliente y apretado ano, apartando la fina tira del tanga hacía un lado.
Me sujetó con más fuerza la cabeza besandome con más pasión y agitando la respiración por nuestras fosas nasales. la bajé al suelo y metí mis manos por los costados del vestido y sobé sus tetas, ver como sus pezones endurecidos asomaban a veces por los costados del vestido me ponía como una moto.
Le aparté los tirantes de sus hombros y este resbaló por su cuerpo hasta llegar a sus pies, allí estaba ella con sus grandes globos y sus pezones oscuros y duros.
Me separé un poco para contemplarla y verla en tanga, se marcaba descaradamente los pelos de su coño oscuro y provocador atraves de la blanca prenda, como a mi me gusta. un triángulo en su monte de venus recortado pero poblado, sus mollitas en su abdomen la hacia más sujerente, aunque ella ponia sus brazos para taparlo.
Sin darme cuenta ya estaba desnudo delante de ella y con su mano acariciando mi polla dura, sentía como palpitaba entre sus dedos, notaba su dureza y como mis venas se hinchaban en cada movimiento de su mano.
La tumbé en la cama, olfateé su coño por encima de su tanga, pasé mi lengua, notando el sabor y olor raspando mi lengua por el delicado encaje, su coño ya húmedo hacia que se transparentara más la delicada prenda, con mis dedos la aparté a un lado, mi lengua comenzó a acariciar sus pelillos, abriéndose paso hasta alcanzar los pliegues de su ardiente cueva, apretaba con mis labios, los labios de su coño, los subcinaba y estiraba de ellos con delicadeza, la cual le probocaba cosquillas, mis manos acariciaban sus muslos temblorosos, mi bigote se mezclaba con los pelos de su conejo, olfateaba a la vez que mi lengua exploraba y saboreaba esa carne dilataba y sonrrosada de su más profunda intimidad, su clítoris terriblemente inchado, era lamido, besado, chupeteado por mi inquieta lengua, notaba apretar sus muslos sobre mi cabeza para no dejarme escapar, su cuerpo temblaba, se tensaba y se arqueaba como una culebra. sus suspiros aogados, cada vez más intensos se combertian en gemidos mezclados en gritos, cojío la almoda y la mordió con fuerza para no gritar mientras su cuerpo se estiraba acompañado de espasmos, durante unos segundos para después dejarlo como desplomado sobre la cama.
La puerta estaba abierta por completo, entrando unos fuertes rayos solares que chocaban en nuestros cuerpos sudorosos, yo seguí lamiendo más suavemente su coño y sus manos buscaron las mías entrelazando nuestros dedos. mi bigote y mis labios estaban pringados de sus jugos, su corrida había sido inminente, me puse encima de ella y mordí su cuello,metia la lengua en su oreja, la besé en los labios, nuestros corazones casi se podían oír, su respiración volvía a la normalidad, pero al darse cuenta de que la puerta estaba abierta, se sobre saltó.
– Tranquila la dejé yo antes abierta sin querer, pero así estamos más frescos.
La expresión de su cara parecía de terror, pero a mi entró risa.
– Ufff Maik como me has puesto, pero por favor cierra la puerta.
Yo haciendo caso omiso, amasaba sus tetas mientras mi polla daba golpecitos en su coño. se dejaba hacer pero estaba tensa.
– cierra la puerta por favor.
La miré a los ojos y le dice susurrandole al oído.
– ¿ Te imajinas que ahora entre alguien ?
– No jodas Maik.
– ¿ No te pone cachonda pensar que nos puedan pillar ? .
No dijo nada, su mirada miraba al techo.
– Y mi polla se ponía durísima sólo de pensarlo.
Haciendo unos movimientos de cintura, mi glande se abría pasó en su coño chorrante, notaba mi polla arder conforme se introducía dentro de aquel horno, resbalaba dentro de ella sin problema, parecía engullirla como una serpiente engulle a su presa.
Cerró los ojos, su boca se abría imbitandome a besarla, pero prefería morder sus pezones que reclaman mi atención, los pellizcaba, los estiraba, los ubcionaba, los chupaba, estuve un rato jungando con ellos como si fuera la primera vez que tenía un fresas asi para poder jugar con ellas, me abrazaba y comenzaba a retorcerse otra vez, volvía a gritar con mis embestidas, cada vez le importaba menos que nos pudieran oír, la cama comenzó hacer ruido al compás de nuestro vaile frenético. gritó más fuerte y se volvió a correr, yo saqué mi polla con rapidez y descargué chorritos de leche que salían a presión sobre sus tetas, comencé a limpiarla con mi lengua y a besarla para que saboreara mi esperma mientras nos besabamos. volvia a recojer mi miel espesa y caliente, volvía a besarla, así varias veces hasta dejarla bien limpia.
– Ponte a 4 patas; le dije.
– No puedas más Maik.
Le ayudé a ponerse en esa posición, le separé los cachetes de su culo, metí mi lengua para lamer su culo y su coño desde atrás, como un perro lame a su perra. ella mordía la alomada, jugaba con mis dedos y mi lengua por sus dos orificios, metía los dedos en ambos sitios a la vez y los alternaba, los mismo que mi lengua, con mi otra mano sobaba sus tetas que colgaban y se movían como péndulos, aunque mi polla estaba flácida quería que se volviera a correr con mis caricias, cosa que conseguí momentos después.
Exaustos quedamos abrazos en la cama. mirándonos a los ojos y besandonos.
Yo le decía.
– dejate llevar mi amor.
Continua….
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Uy si, que entren más y se unan