exhibiendo sus piercings al cuñado
una joven chica se realiza dos perforaciones en sus senos, y su cuñado no deja de observarla.
Bueno, antes que nada, una descripción rápida para que puedan imaginar quien es la persona que les contará su pequeña vivencia, mi nombre es Andrea, vivo en Colombia, tengo 27 años, mido 1,65, peso unos 55 kilos, mi contextura es atlética, aunque no practique mucho deporte tengo mis piernas torneadas, un esbozo de abdomen y una cintura esbelta; en cuanto a mi rostro lo tengo alargado con una nariz un poco grande, mis labios son color rosa oscuro y bastante carnosos, ojos oscuros y de mirada penetrante, les puedo decir que en cuanto a cola soy bastante plana, pero compenso esto por mi gran busto, a pesar de ser esbelta tengo grandes senos, la aureola considerablemente grande, y con un pezón de gran tamaño cuando estoy excitada, y tengo unos lunares sensuales, en la aureola de mi seno derecho, y otro junto a mi ano jajajajaj, en fin, ahora sí, entraré a contarles sobre una experiencia de exhibicionismo vivida.
Hace aproximadamente 6 meses me perfore los dos pezones, sin lugar una experiencia algo peculiar, tanto por el dolor como por la sensación de estar semidesnuda frente, a una persona que recién hace 10 minutos no conocía, pero más allá de lo que implico hacerlo, quede encantada con el resultado, me resulta increíblemente sensual, me encanta como adorna mi cuerpo desnudo, y más aun con la cantidad de joyas que me he comprado, desde la tradicional, hasta piercing redondos que adornan mi pezón como un marco, o aquellos aros amarrados entre si con cadenas.
Pero bueno ya vamos al punto, jaja creo que si sigo así, no terminare nunca de contarles; el hecho es que desde que me hice las perforaciones he dejado de usar bra la mayor parte del tiempo, me fascina como se notan las perforaciones sobre la ropa, y en conjunto con el bamboleo de mis senos creo que resulta un imán para las miradas de chicos y chicas, al principio estas miradas me cohibían bastante, solía ir con ropa oscura y estampada, dando así el espectáculo a unas pocas personas detallistas, pero cada vez sentía más libertad, llegando a usarlos con ropa blanca que se alcanza a notar, la joya, mi pezón erecto y la sombra oscura de mi aureola.
Una de las situaciones en las que me he sentido más expuesta ocurrió hace unos meses, yo me encontraba tranquila en la casa con una blusa de tirantes blanca y una tanga rosa, en eso escucho a mi hermana tocar la puerta, en el afán de abrir tome rápidamente una pantaloneta corta para hacer ejercicio y abro la puerta, pero mi sorpresa fue grande, venia acompañada con un nuevo novio que tenía, un chico increíblemente bello, las dos estábamos tratando de conquistarlo, pero que se puede hacer, ella me gano jajajaja, el hecho es que nos sentamos ha hablar tranquilos, les ofrecí una cerveza, llevábamos como 15 minutos hablando con mi hermana, en eso volteo a mirar y veo al chico que hasta el momento poco había hablado, mirando directamente a mis pechos, en eso entendí lo que pasaba, no supe que hacer, quede paralizada, inicialmente fue incomodo, no quería que mi hermana pensara mal, pero creo que pensar tanto fue contraproducente, no solo mis pezones se irguieron hasta su límite, sino que de inmediato sentí la humedad recorrer mi interior, no sabia que hacer, lo único que si supe fue que él lo noto, y en vez de apenarse o detenerse creo que si decisión fue torturarme.
En ese momento cambio completamente, tomo la iniciativa y empezó a hablar, buscaba temas que le permitiera hacerme entender lo que estaba pasando, comenzó hablando del gimnasio usando esto como excusa para preguntarme si yo iba a el, justificando que por la pantaloneta que yo estaba usando el lo creía, haciendo instintivamente que los dos miraran mi entrepierna, la cual en ese momento empezó a inundarse de mis jugos, estoy segura que de no ser por la tanga que tenia puesta, esa humedad se hubiera visto claramente en la pantaloneta, después continuamos con otro tema, momento en el que el aprovecho para colocar su mano en su entrepierna apretando la ropa alrededor, permitiendo así, ver con toda claridad el grosor y largo de su monstruosidad de pene, que por conversaciones previas con mi hermana, sabía que la había llegado a lastimar la primera vez que se la penetro, después de un rato de esto creí que la situación había finalizado el chico dio su estocada final, empezó a conversar acerca de unos tatoo que tenía, preguntándole a mi hermana sobre su opinión con los piercings, creo que ni el chico dimensionó la respuesta que obtendría de mi hermana, ella inmediatamente se dirigió a mí, diciendo “no estoy de acuerdo con eso, creo que son vulgares y dañan el cuerpo”, seguido de lo cual me puso de ejemplo, alzo su mano, la dirigió hacia mí, mas precisamente hacia mis senos erectos, y claramente marcados bajo la blusa blanda diciendo “mírala a ella, se perforo las tetas y todo el tiempo las tiene paradas” a lo que el chico inmediatamente volteo a verme inclinando la cabeza de un lado a otro, como tratando de ver mis tetas desde diferentes ángulos, deteniéndose únicamente para alzar la mirada, verme directamente, y con una mirada de intensidad y una sonrisa de maldad decir “creo que unas tetas enormes quedan perfectamente adornadas y llamativas con unos buenos aros” y girando su rostro hice el de mi hermana termino la frase diciendo “deberías tú también hacértelos, imagínate cuanto los gozaríamos” recostándose en el sofá mientras finalizaba de decir esa frase dejando ver que estaba completamente excitado a lo cual mi hermana quedo sorprendida con los ojos abiertos a punto de salirse, y a mi con la cara roja, los pezones a punto estallar y un deseo infinito de ser penetrada en ese mismo sitio, este comentario fue el que puso fin a la conversación, inmediatamente me pare y al retirarme lo único que atine a decir fue los dejo solos para que terminen esa conversación, y me dirigí al baño.
Tan pronto entre al baño cerré y me desnude por completo, y al bajar la tanga que traía puesta pude apreciar la cantidad de humedad que tenía, no importaba cuanto separara la tanga de mi cuerpo todo el fluido de mi vaina seguía pegado a la tanga, una vez pude quitármela, solo tuve que tomar con una mano uno de los piercings aferrados a mi pezón derecho y estirarlos hasta donde me era permitido, mientras con la otra mano masajeaba mi clítoris para sentir un grandioso orgasmo, pareció una eternidad todo el tiempo que mi cuerpo no dejaba de contraerse, y escurrían mis fluidos blancos y espeso, como evidencia inequívoca del gran orgasmo que estaba experimentando, y a lo lejos no dejaba de escuchar como mi hermana y el chico se reían cómplicemente, sin poder deducir exactamente que era lo que decían, finalmente cuando pude recuperarme me vestí nuevamente, y aunque en ese instante pude dirigirme a mi habitación y ponerme otra ropa, decidí no hacerlo, quizás porque me gustaba ser observada o porque quería de cierta forma agradecer al chico la calentura que me habría producido, al regresar a la sala encontré a mi novia y el chico muy cerca y se sorprendieron cuando me vieron llegar, por lo cual el chico se levanto y fue al baño mientras yo lo seguía con la mirada, mientras pensaba que sin lugar a dudas al entrar sentiría el inconfundible olor de una corrida reciente y muy probablemente si quisiera tomarse el tiempo de inspeccionar bien el baño, encontraría una que otra gota de mi abundante orgasmo
Exitante tu relato y más porque pones en evidencia que las mujeres también se excitan cuando las morbosean, saludis