Exhibiendome con la vecina frondosa en vacaciones
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por alephx.
Mi amiga vive sola, en un fraccionamiento de interés social. Campeche tiene clima caluroso, y más en verano que fue cuando la visité. Ella trabaja de enfermera. Tiene el turno de la noche. Asi que en el día era cuando estaba conmigo. A veces salíamos a pasear, a veces nos quedábamos en la casa, y pues a veces cogíamos durante el día.
El clima estaba muy caluroso, y mas para mi que de donde soy es clima frío. La casa no tiene aire acondicionado. Y a veces no soportaba el calor. La mayor parte del tiempo me pasaba el día en ropa interior. Y a veces me andaba desnudo en la casa. Mi amiga, Monica, se sorprendía de verme andar desnudo por la casa como si nada. Yo lo hacía con mucha naturalidad. Después de todo ya nos conocíamos nuestros cuerpos. Además del calor, aunque la verdad tengo algo de exhibicionista.
A unas 3 o 4 casas vi que teníamos una vecina que al parecer vivía sola. Por las tardes la veía sentarse en una silla que sacaba afuera de su casa, en el pequeño patiecito que daba al frente. Nunca la vi acompañada, era una mujer como de cuarenta y tantos, piel blanca un poco rellenita, más bien frondosa. Me daba la impresión que no fuera de ahí. Que originalmente era de otro lugar y por una razón u otra había llegado a vivir a esa ciudad. Un par de veces la saludé, y un día que estaba afuera de la casa, paso a preguntarme sobre un jardinero.
Un atardecer, mientras me dirigía a la tienda a comprar algo frio de beber pase frente a su casa y ahí estaba, como cada tarde, sentada afuera de su casa. La saludé y fui comprar un six de cervezas. De regreso pasé nuevamente frente a su casa y comencé a hacerle platica. Hablamos del clima, y que de donde era. Me dijo que ella era de Querétaro y por el trabajo se había ido a vivir a Campeche ya hacia algunos años.
La invité a la casa, yo estaba solo. Mi amiga Mony ya se había ido a trabajar y no regresaría sino hasta la siguiente mañana. Asi que le ofrecí a Susana, así se llamaba la mujer, tomar una cerveza y seguir platicando un poco mas.
Ya en la casa, estuvimos en la sala. Prendi el ventilador de techo y abrí dos cervezas. Platicamos un rato, Susana me platico que nunca se había casado y no tenía hijos. Era guapa,aunque algo pasadita de peso. Seguimos platicando del calor y le comentaba de como se hacía casi insoportable.
En tono un poco de broma le dije que casi siempre andaba con poca ropa dentro de la casa. Y que a veces también me desnudaba.
– Aunque mony siempre me dice que cuide que no vayan a ver los vecinos-. Dije. – Que si ando desnudo me asegure de correr las cortinas.
– Pero si una vez pasas por aqui y se me haya olvidado correr las cortinas no te vayas a espantar. Continúe.
Susana se rió.
– Menos mal me avisas. Pero no te preocupes, no me espanto.
– Ah, entonces no te molestaría si me quito la camisa y el pantaloncillo y me dejo solo el bóxer. Es que de verdad ando sudando a chorros.
Soltó una risita Susana, se quedo unos segundos en silencio viéndome con una sonrisita y como que pensando y dijo: – No, por mi no hay problema.
Me paré para ir por otras 2 cervezas y mientras ella destapaba la suya me fui quitando la camisa. Susana estaba ocupada en su cerveza pero no dejaba de dar miradas hacia mí.
– Uff, ya no aguantaba el calor. Dije. Y comencé a desabrochar el pantalón corto que llevaba. – ¿Segura no hay problema?
– No. Para nada. Contestó ella.
Me quité el pantaloncillo y quede solamente en bóxer. Sentado delante de ella. El bóxer que traía era negro y tiene la peculiaridad que la abertura del frente tiende abrirse fácilmente dejando ver mis partes.
Seguimos bebiendo cerveza y platicando trivialidades. Susana se notaba tranquila, y de vez en cuando me miraba el bóxer. Me paré y Pase un par de veces enfrente de ella para ir por mas cervezas y yo sabia moverme y posicionarme para que el bóxer se abriera un poco al pararme frente a ella. Sus ojos se abrían mas y no se movían de mi bóxer al estar yo de pie frente a ella al darle una cerveza.
Con cada cerveza se achispaba un poco mas. Yo tambien. Y comenzaba a sentirme editado cada vez más. Eso se volvía evidente porque mi pene comenzaba a crecer y parecía querer asomarse por la abertura del bóxer, mientras la vecina pasaba mas tiempo mirando mi entrepierna. Me puse de pie para poner música en el estéreo que estaba a un lado de ella. Me tomé mi tiempo y me paraba de forma que mi pene se asomará un poco y que ella pudiera ver. De reojo vi como ella no perdía detalle de mi bóxer y de lo que de ahí se medio asomaba.
Yo estaba muy excitado. Volví a sentarme en frente a ella, con la mano rocé mi pene que ya se encontraba duro y saltó finalmente por la abertura del bóxer. La vecina no aparto la mirada, yo por un instante fingí no darme cuenta.
– Ups, creo tengo mas calor que el acostumbrado. Dije, fingiendo apenas darme cuenta de mi erección.
– Si. Se ve. A mi también.
– Bueno con tanto calor, creo mejor me quito de una vez todo. Dije.
– Adelante, de todas maneras ya te vi. Dijo sonriendo Susana. -Pero ya solo me acabo esta cerveza y voy a mi casa.
Me quité el bóxer y estaba completamente desnudo. Sentado con mi verga totalmente parada y a la vista de la vecina, a solo metro y medio delante de ella.
Con una mano comencé a acariciar mi pene, y luego a masturbarme.
– Esto no va a bajar por si solo. Te molesta si lo hago que se baje.
– No. Adelante. Dijo la vecina, sin perder detalle de mi verga y mis movimientos.
Seguí masturbándome. Susana terminó su cerveza, pero siguió sentada, sin quitar la mirada de mi verga. Aumenté la velocidad. Y cinco minutos después eyaculé un gran chorro. El semen cayo en mi abdomen. La vecina me pasó una servilleta para que me limpiara. Una vez que me limpie, ella se levantó, tire la servilleta a un lado. Comenzó a despedirse. Me agradeció por invitarla. Le extendí la mano, ella miro mi mano un segundo y la tomó. Me acerqué un poco y la besé en la mejilla. Ella no se inmutó. Nos despedimos y sonrió.
Esa fue mi experiencia. A mi amiga mony nunca le conté. La vecina la vi un par de veces mas antes de acabar mis vacaciones.
Después cuento lo que paso las demás veces con la vecina
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