Exhibo a mi joven amiga en un parque.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por adriano17.
Lidia en el parque. Primera parte
Regresamos al año 1970 Sydney (Australia) no hacía mucho que había cumplido los 20 años y al igual que los jóvenes de mi tiempo carecía de coche y vivía con mis padres consecuentemente tenía que idearme los lugares donde llevarme las amiguitas para sobarlas y si había suerte follarlas. El lugar más frecuente era en el Centennial Park a las afueras de la ciudad.
El parque tenia la peculiaridad que era lugar donde todos los pervertidos jóvenes y viejos fracasados en el amor iban a espiar a las parejas entre los matorrales, los chicos que frecuentábamos el parque lo sabíamos, la mayor parte de las chicas no, las mas putas incluso matrimonios disfrutaban -al igual que yo- del hecho de ser observados, llegando en ocasiones dejar que le follen a la mujer o novia.
Había una chiquita que frecuentaba el club juvenil donde yo solía tocar la guitarra en un grupo, ella solo tenía ¿? pero bien desarrollada, rellenita con unas buenas tetas, le llamaremos Lidia.
Yo sabía que la joven estaba loquita por mi y aprovechando el hecho luego de la actuación de aquella noche me acerque a ella la envite a una coca cola charlamos y le pregunte si quería dar un paseo, acepto con la condición de regresar enseguida ya que sus padres se encontraban en el mismo edificio en el club de los mayores.
Como mínimo sabia que tenia 2 a 3 horas para darle una buena sobada y si el tiempo lo permitía fallármela, el parque se encontraba escasamente a 20 minutos.
Atravesamos parte de la avenida principal de la ciudad dirección al puerto y entramos en el Parque, al principio nos cruzamos con alguna pareja y luego y ocasionalmente algún perdido, nos fuimos adentrando en el parque parándonos ocasionalmente para darnos un buen achuchón, la lleve al lugar de los mirones. Elegí el banco de siempre, alumbrado por una farola y muy cerca de unos espesos matorrales, seguro que los pervertidos nos vieron llegar y ya estaban al acecho, me coloque de pie me asegure que la espalda de Lidia estaba hacia los matorrales, lógicamente ella era ignorante de que nos estaban espiando.
Por aquellos tiempos la mini falda era la moda y la de Lidia era bien corta, llevaba botas a la rodilla y un pullover ajustado haciendo resaltar sus tetas, comenzamos a besarnos y ella lo hacía torpemente, se notaba que no tenia practica, mis manos fueron a su trasero y progresivamente le fui alzando la falda a la cintura, yo veía las siluetas de los pajeros en los arbustos, conté dos, posiblemente más.
Sobre las bragas le sobaba el culo a mi amiguita, me imaginaba la gozada que sentirían mis cómplices, mis manos entraron en las bragas, el contacto de la carne era excitante, luego de un buen rato le bajo las bragas, seguro que los mirones me lo estarán agradeciendo aun hoy, le separo y junto las nalgas para que la vean bien.
Toda la escena es observada, el momento no podía ser más morboso. Me parece que por lo mínimo se han unido dos mirones más, ellos sabían que estaba al tanto de su presencia y que me interesaba un carajo que nos vieran.
La coloco de espalda hacia mí, totalmente inconsciente de que la están mirando a escasos 3 metros, sigue con las bragas en las rodilla, se le había bajado la falda, se la coloco nuevamente bien a la cintura, ahora se encuentra de frente a los pervertidos que sin lugar a dudas disfrutan al igual que yo del felpudo moreno que la niña tiene entre las piernas, la depilación no era común en esos tiempos.
Mis dedos suben y bajan por la raja que comienza a empaparse, ella se mueve al ritmo de mis dedos, respira agitada disfrutando de la sobada, le digo que se abra bien de piernas, las bragas en las rodillas se lo impide y le digo que se las saque, lo hace y las coloca sobre el banco, “Ábrete bien de piernas “ obedece como un corderito, coloco mis dos manos sobre su vagina y se la abro, con el propósito de que se la vean bien a la luz de la farola.
Ahora tengo mi empalmada polla fuera de la bragueta, le roza las nalgas, le dejo de sobar el coño y le subo el pullover, el negro sujetador apenas se las cubre, se lo subo y las tetas salen libres de su escondrijo, el manoseo de tetas se me antoja magistral, los pezones los tiene rígidos.
Llego el momento de follarla, le pido que se apoye al respaldo del banco, se doble y saque bien el culo para fuera. Mi sorpresa fue cuando quise colocarme el condón y me confiesa que era virgen, no me lo podía creer, ni me lo había planteado.
Con voz temblorosa me comenta “Me gustaría hacerlo contigo pero igual tendríamos un problema” “Si quieres te la chupo, pero no me la metas….no en este lugar”
Fin primera parte………..
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