Experiencia en Cine Porno Urdaneta de Caracas
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Las escenas en los asientos era lo mejor les juro que lo disfrute como nunca, lástima que de todas las veces que fui solo 3 veces vi mujeres se podían diferenciar de los transfor y por el acompañante también, era para no sentirme sola ya saben por lo de la solidaridad femenina, la oscuridad del cine, su invitación a lo prohibido, el ambiente lleno de hombres y todos iban a lo mismo, ha claro con temor que eso hacía que se me acelerara el corazón, miren a mis 39 años siento que he explorado mucho la sexualidad, pero si tuviera que entrar de nuevo a un cine porno igual tuviera la misma sensación temeraria que sientes cuando casi llegas a la entrada, los momentos en que estas en la taquilla que parecieran interminables y cuando entras esa oscuridad, la pantalla y el ambiente, todo lo que eso produce a veces es inexplicable, todavía me gusta ser exhibicionista por lo que procuro conservar mi cuerpo, mucho gym y cero excesos, eso hacía que cada vez iba al Urdaneta las miradas estaban cerca de mí y mi pareja, un hombre con una mentalidad muy abierta, el mismo a veces me dice ponte esto o aquello cuando salgo a la calle, me gusta mucho cada vez que puedo usar licras siempre con una franela o blusa que tape un poco pero que deje ver lo que a los hombres les interesa, me encanta cuando se marca la vagina sobre la ropa interior y los hombres inmediatamente clavan la mirada y sus gestos en la calle me hacen sentir una mujer deseada, me excita mucho cuando voltean a ver mi culo, nalgas bien formadas modestia aparte con un poquito de celulitis por supuesto jajajajajajajaja claro la edad y los años no pasan en vano.
Sin embargo cuando iba al cine siempre fue en pantalones solo una vez fui en falda, pensé que iba a ser más cómodo pero entre en pánico, pero logre ver muchos penes algunos grandes más de 20 cms y otros gruesos muy gruesos, que me invitaban a masturbarme, varias veces lo hice pero pocas con hombres al lado distintos a mi pareja, me encantaba ver como se masturbaban viéndome o cuando tenían sexo oral con un gay, siempre buscaba la forma de ver los penes, sobretodo lo brillante y grandes que se ponen después de la lubricación y ese instante mágico de ver cuando el pene se va poniendo muy grueso sus venas sobresaltadas y después ver ese semen blanco amarillento o a veces algo transparente, pero es la explosión lo que me encanta, imagino que ese chorro de leche es dentro de mí, que llenan mi vagina con ese líquido espeso o tal vez la boca, aunque tragarlo a veces es amargo, también siempre quise ver lo que pasaba en el baño del cine, salían y entraban muchos hombres frecuentemente me excitaba mucho imaginarme lo que sucedía, imaginaba que podía entrar y cumplir fantasías, hasta una vez pensé en disfrazarme de hombre para entrar, también pensé en hacerlo por si algún conocido me veía, mi esposo me contaba pero realmente la emoción de verlo sobrepasaba mucho esa realidad, por razones obvias nunca logre entrar.
Pero logre ver de todo, hombres de todo tipo bien parecidos y otros no tanto, de todas las edades, con traje, pavos, muchos obreros con su morralito, una de esas veces que fui por cierto creo que si no me equivoco fue entre las primeras tal vez la tercera sentía un cosquilleo terrible, entramos mi pareja y yo y nos sentamos más o menos por la mitad del cine detrás de nosotros no había nadie, empecé a ver la película pero no podía concentrarme y disimuladamente veía de reojo a mi alrededor, nadie en nuestra fila, pero como a los 5 min sentí que alguien se sentó detrás de nosotros y al rato sentí como un esfuerzo, no quise voltear inmediatamente si no que disimuladamente le dije a mi pareja al oído que si quería se masturbara y aproveche y voltee a ver y era un hombre sentado detrás de nosotros, para mi sorpresa era muy joven tal vez 18 o 20 años, pero su pene era inmenso me encanto a primera vista, después a cada instante volteaba a verlo y él me veía seductoramente dándose cada vez más duro, se lo pelaba completo y veía su gran tamaño, tenía algo ya de semen lubricante al rededor del pene eso me puso la cuca muy aguada, atacada de nervios por lo que estaba viviendo, le comente a mi esposo que me iba a masturbar que no aguantaba, pero que lo quería masturbar a él también, que estuviera pendiente, me desabotone el pantalón y baje el cierre, me empecé a tocar pero al rato me di cuenta que no era suficiente, que el pantalón me quedaba muy ajustado y era muy incómodo, así que como pude lo baje un poco más hasta llegar a mis muslos tratando de tapar un poco con mi camisa y me empecé a masturbar de nuevo y a él también, pero siempre cada vez que podía veía hacia atrás, no podía dejar de ver ese guevo inmenso tan rico detrás de mí, luego baje mi cabeza y empecé a darle sexo oral, mamarle el guevo allí a mi marido fue fascinante, pero sinceramente también quería que fuera el hombre que estaba sentado detrás de nosotros, verdaderamente estaba muy excitada, como a los 5 min de mucho nervio mi pareja acabo y yo seguía masturbándome y volteé y le dije al hombre que estaba detrás que se pasara al asiento que estaba a mi lado.
inmediatamente ya había como 10 hombres detrás de nosotros, otros al final de la fila y unos en la parte delantera que volteaban a ver, el joven se sentó a mi lado y siguió masturbándose y mi pareja me dijo, deja que yo te masturbo y me empezó a masturbar a mí y yo viendo al otro hombre a mi lado, que se daba tan rico en su guevo tan grueso y su energía, pero no aguante, me arme de valor y poco a poco lo empecé a tocar con mi mano derecha, primero fueron roces leves, pero cuando sentí esa cabeza tan dura, tan rica y lubricada, lo tome completo y lo empecé a masturbar divino, sentía que la cuca me latía tanto que ya era una piscina llena de flujo, sentía como mi clítoris se ponía inmenso, quería ese guevo dentro de mí, pero muy nerviosa y acelerada empecé a darle más duro presentía que no tenía mucho tiempo que algo podía ocurrir y le dije a mi marido dale papi no pares méteme los dedos y yo masturbando al tipo.
Como a los 3 min ya sentía que aquel hombre tenía ganas de acabar, su guevo temblaba en mi mano, podía ver por el resplandor de la película su rostro, también podía sentir su fuerte respiración, sus ojos se volteaban y se cerraban solos de placer, empujaba muy duro su guevo contra mi mano y apretaba sus manos muy fuertes contra el asiento, cuando de repente sentí ese rio caliente de semen en mi mano y algunos salpicones en mi pantalón, deseaba mamarlo pero me dio miedo, en eso el tipo ya algo débil intento también tocarme, estaba llena de placer y muy pero muy excitada y cuando sentí sus manos gruesas en mis piernas, sentí que el mundo se me venía encima que tenía que controlarme, pero no pude mucho y así que abrí un poco más mis piernas para que el pudiera llegar a hasta mi cuca, estaba deseosa de sentir esos dedos y ese guevo, y mi marido metiéndome los dedos en la vagina repetidamente una y otra vez, pero se dio cuenta que el tipo tenia intensiones de tocarme y de repente bajo su boca hasta mi cuca, sentí un calor increíble, la humedad de su boca, la suavidad de sus labios y la dureza de su lengua, me hicieron vibrar de placer, solo fueron necesarios unos pocos segundos dentro de mí, pero fueron más que suficiente para que mi cuerpo ya no diera más, no aguantara, se estremeciera y cediera, ya estaba a punto de acabar y comencé a tener movimientos incontrolables y gemidos no muy fuertes para no llamar la atención, yo misma me tapaba la boca con la otra mano para no gritar y de repente sentía que llegaba ese cosquilleo agitando todo mi cuerpo, que pronto se convirtió en un impulso eléctrico repetitivo paralizante desde mis rodillas pasando por todas mis piernas hasta mi llegar a mi cuca que temblaba con fuertes contracciones electrizantes, tuve que empujar la cabeza de mi marido, para que su lengua y boca no tocaran más mi cuca, le dije que ya basta, acabe como nunca antes, se me olvido todo lo que estaba a mi alrededor, las contracciones que había sentido fueron únicas sobretodo porque estaba en público, no quería que nadie me tocara, quede como desmayada, prácticamente inconsciente, verdaderamente muy aturdida, cuando volteé de nuevo a mi alrededor había cualquier cantidad de hombres limpiándose y algunos con lo guevos todavía en las manos llenos de leche goteando y mirándome.
Mi corazón estaba muy acelerado así que me tranquilice por unos minutos y me limpie las manos llenas de leche de aquel hombre con el pantalón, que por cierto era un jean azul claro y se empezó a notar mucho esa humedad, pero ni modo, no tenía con que limpiarme y además estaba tan agotada que me costó muchísimo subirme de nuevo el pantalón y eso que solo lo había bajado hasta los muslos, posteriormente exhausta , le dije a mi marido que nos fuéramos y así lo hicimos, pero cuando iba subiendo por la sala tomada del brazo de él, veía a muchos hombres masturbándose siguiéndome con la mirada, me mostraban deliberadamente sus guevos paradísimos, uno saliendo casi al final con la camisa abierta hasta el pecho y con el guevo entre las manos, “¡me dijo tienes una cuca riquísima ese pantalón te queda divino y lleno de leche me excita mucho, no lo laves para que te acuerdes y regreses!”, nunca más he podido olvidar esa frase.
Después que salimos ya eso como casi a las 7:00 pm, tenía una sensación de sentimientos encontrados quería irme por la hora, pero también quería ver un rato más, pero pudo más la conciencia y empezamos a retíranos, de repente mi marido se cuenta que había un hombre que disimuladamente nos perseguía, hasta que nos paramos cerca de las esquina superior del cine, mientras yo me limpiaba e intentaba secar con la camisa un poco el pantalón, y al hombre no le quedó de otra sino que seguir, me asombro que cuando logre ver su cara me di cuenta que era hombre mayor, tenia los ojos algo soñolientos, era mas como del tipo lascivo, desesperado, algo desalineado, inmediatamente muy cerca de nosotros en plena calle subiendo se agarró el guevo a través del pantalón y nos hacía señas repetidamente de lado a lado con la lengua de manera muy descarada y cruzo la calle pero no sin dejar de verme, su mirada concentrada en mi cuerpo, mis tetas, la entrepiernas , en las marcas de humedad en mi pantalón y cuando seguimos caminado volteaba y notaba que se había quedado recostado de una columna y mantenía su visión fijamente en mi culo y sin dejar de agarrase el guevo, tapándose con la columna, ya en la calle no sentí medio por lo que ocurría, pero mi mente estaba todavía en el cine no me podía quitar esas imágenes de la cabeza, mi marido me hablaba y no lo escuchaba, ya en ese momento pensaba que teníamos que regresar en otra ocasión por lo impactante del sitio, estoy segura que nunca nadie que no haya ido se podía imaginar tamaño espectáculo, supera la ciencia ficción.
Así que seguimos caminamos rápidamente y llegamos a la Av. Baralt donde tomamos una camioneta, luego al llegar a la casa fui directo al baño, tenía el hilo súper mojado lleno de mucho flujo, al tocarme todavía tenía la sensación rica de lo vivido y no había otro tema de conversación si no la experiencia en el cine porno, mi marido me pregunto muchas veces que si me había gustado, yo le respondí que sí, pero que era muy osado, esa noche hice el amor con mi marido como nunca, acabe muchísimas veces, perdí la cuenta, le dije cuando me estaba penetrando que me metiera el dedo duro por el culo, imagine mucho al hombre que masturbe, recordé la sensación de sus manos, la textura y el grosor de su guevo, imaginaba sentirlo dentro de mí, también imagine a todos los guevos que vi ese día, las expresiones de deseo de esos hombres, un momento llegue a pensar que si me agarraban me iban a coger como nunca, imagine la doble penetración con ese guevo tan grueso de ese joven, también mamar muchos guevos de la cantidad de gente que estaban detrás de nosotros, esos hilos de leche corriendo por sus pantalones nunca los he de olvidar, el hombre con la camisa abierta y su guevo prensado que se inclinaba sobre el asiento y empujaba ese guevo hacia mí como para que yo lo viera y lo agarrara, de verdad sentía que me llamaba locamente a sentarme sobre él, hasta pensé en el viejo, pervertido, enfermo, sádico que movía esa lengua rico y que nos estaba siguiendo y no dejaba de verme, fue una experiencia única e inolvidable, ese olor a sexo por todas partes, el movimiento de gente buscando sexo a como fuera lugar por todo el cine.
Por ahora solo me queda el consuelo de recordar todas las veces que fui, siempre fue muy emocionante para mi aunque la mayoría de las veces no hice nada solo veía lo que ocurría, que ya era demasiado excitante, todas las veces que por casualidad ahora he pasado por x circunstancias, con compañeras o compañeros de trabajo siempre hacen comentarios de tipo graciosos del sitio, yo me sonrió pero nunca digo nada de lo vivido, jamás se imaginaran que estuve en ese sitio varias veces, pero tampoco no me atrevo a contárselos, mis amigas a veces cuentan experiencias yo solo las escucho mas bien piensan que soy del tipo aburrida, recada, solo les he contado que tengo en mi casa escondido un consolador, pero no les he dicho en que pienso cuando lo utilizo, la mayoría de las veces lo hago para sentir la doble penetración con mi marido, pero mi mente vuela inmediatamente al Urdaneta, las veces que he pasado sola miro fijamente la entrada y siento todavía unas ganas terrible de masturbarme, ahora tengo algo de refugio de las pornos por internet “Video One”, “DT Video”, etc. He desarrollado un gusto por los comic pornos sobretodo los de John persons, el hentai es fascinante, el chat de sexo de terra algo fastidioso pero no encuentro nada mejor, los saunas mixtos que no existen y a mi imaginación he dejado a la búsqueda de otros escenario y otros lugares, porque cine esta cerrado, he tenido otras experiencias muy excitantes, pero nada igual al Cine Porno Urdaneta de Caracas.
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