HISTORIA REAL DE INCESTO. PARTE-3
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Chuponazo.
-EL CAMBIO-
Como os conté en el relato anterior, yo era un niño pleno y feliz.
La relación con mi madre era estupenda, creo que nunca estuvimos más compenetrados, pero lo que sucedió ese verano, cambió mi vida y la visión que tenía de mi madre para siempre.
Todos los años una vez que acababamos el colegio, a finales de junio, mi madre, mi hermana y yo, nos ibamos al pueblo con mi abuela, mi padre se quedaba todo el mes de julio de; " Rodriguez", viniendo sólo los fines de semana.
Ese año pensé que iba a ser especial para mi, nos imaginaba en mil situaciones distintas, mi madre siempre desnuda y masturbandome, los dos siempre sólos.
Pero la realidad fue distinta, y la presencia continua de mi abuela y mi hermana hizo practicamente imposible que mi madre me pajeara.
Ademas tambien me ponia muy dificil poder ver a mi madre desnuda, porque tomaba más precauciones de las que tomaba antes.
Los primero días en el pueblo no fueron buenos, pero lo que no me imaginaba era que lo que quedaba de verano sería mucho peor todavía.
A principios de julio mis padres contrataron a unos albañiles para que arreglaran la fachada de nuestra casa, estos se presentaron un lunes para empezar el trabajo, comenzaron a montar los andamios y a preparar los materiales.
Mi abuela decidió llevarse a mi hermana a casa de unos amigos para que pudiera bañarse sin peligro, pues a mi madre y a mi abuela les daba miedo que se hiciera daño con todo lo que había por el suelo.
Nosotros teniamos piscina y nos bañabamos todos los días, menos mi madre que no la gustaba mucho el agua y solo se metía y salía una vez al día para refrescarse.
Ese día me sorprendió ver a mi madre salir a la piscina estando los albañiles allí, pero lo que hizo a continuación me sorprendió todavia más.
Salió en bañador, uno de sus bañadores que no dejaban ver nada, ni siquiera las caderas, yo los llamaba el "antisexo", por que eran lo menos eroticos que pudiera haber.
Extendió la toalla al lado de la piscina y entonces, hizo algo que nos descolocó tanto a los albañiles como a mi.
Se bajo los tirantes hasta la altura del pecho, como dije mi madre tenía unas tetas pequeñas y la verdad es que eso no la hacía muy sexy, pero si atrajo nuestra atención, a continuación se metio los dedos por debajo del bañador a la altura de las caderas y tiro para arriba.
Fue bestial, transformó un bañador horrible, en uno supersexy, se le veían todas las caderas, ademas al subirse el bañador se le marcaban los enormes labios que tenía.
Empezó a darse la crema de protección solar, estaba tan obnubilado, que no me daba cuenta que los albañiles no quitaban la vista de encima a mi madre.
Era una visión bestial, cundo acabo se tumbo boca abajo, se podía ver parte de su bonito culo, no todo pero lo suficiente para que los albañiles estuvieran más pendientes de mi madre que de su trabajo.
Estaría tomando el sol cerca de una hora, en ese tiempo yo ya me había dado cuenta de como la miraban, se la comían con los ojos, mi madre no parecía darse cuenta ni inmutarse, pero yo me estaba empezando a enfadar, me molestaba que la miraran así.
De pronto mi madre se levantó, se fue al borde de la piscina y se tiró de cabeza.
Los albañiles ya estaban subidos en el andanio enfoscando la pared, al ver a mi madre se dieron la vuelta sin disimular y se pusieron a mirarla.
Nado un largo y subió la escalera de la piscina, cuando llegó arriba pude ver que el bañador por un lado se le había metido por la raja del culo, dejando uno de los cachetes completamente al aire.
Hoy eso es muy normal, rara es la chica o mujer que no lleva tanga, pero hace 30 años eso no se veía muy a menudo.
Los albañiles dejaron las herramientas y miraban sin disimulo a mi madre, ella lejos de sacarse el bañador se secó como si nada y estubo un buen rato haciendolo, para acabar se giró hacia donde estaban ellos y se agachó para recoger la crema y las sandalias, yo no lo pude ver pero la visión debió de ser espectacular.
Aquello me dejó descolocado, pero nada en comparacón con lo que pasó a continuación.
Se metió en la casa, yo sabiendo que se quitaría el bañador entré corriendo para verla.
Por las mañanas en la habitación de mis padres daba el sol de lleno, por lo que a esas horas la persiana estaba siempre bajada, mi madre entro y pude comprobar que abrio la persiana, casi hasta arriba, el sol entraba de lleno en la habitación, empezó a quitarse el bañador, lo había visto hacerlo muchas veces, pero nunca completamente iluminada por el sol, me disponía a entrar cuando el corazon casi se me sale por la boca, uno de los albañiles que estaba en el andamio estaba mirando a mi madre, estaría como mucho a dos metros.
Al principio pensé que mi madre no se había dado cuenta, pero enseguida vi que sí.
Se quitó el bañador muy despacio, nunca la había visto así, siempre la habia visto en penumbra o con luz artificial, pero nunca a pleno sol.
Era impresionante de verdad, me di cuenta de como se le marcaban las costillas, del color de sus pezones, del culo tan bonito que tenía.
Y por primera vez vi los ojos de deseo en un hombre, aquello me dejo marcado para siempre, teniais que ver la mirada del albañil, se le salían los ojos, con la boca abierta y la expresión.
Mi madre estuvo un buen rato exhibiendose, andando por la habitación sacando la ropa y vistiendose muy despacio, me fije en su cara y vi que tenía la misma que cuando era yo el que la miraba, lo estaba disfrutando.
Aquella situación se prolongó todos los días que fueron los albañiles, se turnaban para verla y mi madre estaba pletórica, se la notaba.
Yo sin embargo cada vez estaba peor, mi madre no sólo no me masturbaba, sino que ademas sólo podía verla desnuda
cuando estaban los albañiles allí.
Ademas ella luego se encerraba en el baño, y oía como llenaba la bañera, no me dejaba entrar a mirarla y me enfadaba muchísimo.
Pero pasó algo más, me empecé a sentir traicionado, yo pensaba que mi madre me dejaba verla por que era como un cuidado más, pero me dí cuenta que a mi madre le encantaba provocar esas situaciones, me empecé a dar cuenta que a ella también la excitaba que la desearan.
Aquello cambió la visión de mi madre, empece a desear tocarla, antes eran sueños, pero en ese momento se convirtió en un deseo brutal, andaba todo el día empalmado y me masturbaba compulsivamente, me intentaba arrimar cuando estaba erecto, ella se dejaba pero no hacía nada por aliviarme.
Para empeorar las cosas ese mismo fin de semana ví algo de lo que hasta entonces había oido hablar pero de lo que no sabía realmente nada.
Una noche en la que mi padre estaba con nosotros, nos fuimos todos pronto a la cama, mi habitación pegaba a la de mis padres y empecé a oír ruido y luego gemir a mi madre, yo había oído otras veces esos gemidos, pero esa vez decidí que tenía que ver que es lo que pasaba.
Mis padres tenían la puerta cerrada, así que salí corriendo y subí por los andamios que seguían puestos y por donde los albañiles veían a mi madre.
Según me asomé vi a mi madre a cuatro patas, mi padre estaba detrás, la agarraba por la cintura y la daba con mucha energía, veía como temblaban las tetas de mi madre con cada acometida, mi madre tenía apoyada la cabeza contra la almohada y no podía vérsela, pero la oía gemir, de pronto mi padre empezó a gemir también, le dio unos empujones mas enérgicos y paró.
Cuando se la saco, mi madre se tumbó boca arriba abrió las piernas y mi padre metió la cabeza, mi madre empezó a gemir otra vez, podía verla apretándose las tetas, nunca la había visto hacer eso, no se cuanto tiempo paso, que empecé a ver a mi madre retorcerse y ahogar los gritos, jadeaba de una manera que a mi me puso a cien, abría la boca y se arqueaba, fue lo mas excitante que había visto hasta entonces.
Tuve que masturbarme allí mismo.
Cuando acabaron me entró miedo de que mi padre me pudiera ver y baje del andamio, esa noche prácticamente no pude dormir.
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