La mami del nene quería una consulta 2
Cada día hay una nueva sorpresa para mi.
Ese día que la familia regresó, desayunamos lo más normal posible, había como un poco de tensión en el ambiente, pero terminamos, agradecí y salí fingiendo ir a trabajar, solo por disimular. Fui a hacer algunas cosas que tenía pendientes, pero que había postergado para disfrutar la vista de Manolito. Regresé algo tarde, como a las 8pm, crei que ese día ya había pasado, y que tal vez mañana podríamos seguir con el «juego», pero como solía ser ya costumbre, me tenían una gran sorpresa. Al entrar, Mari me dijo que si podía hablar conmigo un minuto. Le dije que si, y entramos a su casa. Fuimos a la cocina y me dijo: doctor, se que viene cansado de trabajar, pero quisiera saber si nos puede ayudar con el problema de Manolito, se sigue haciendo del baño en la cama por las noches.
Le dije que a esa edad era algo normal, que casi nunca es algo médico, más bien es por miedo, cosas más de psicólogo, que de «medicamentos», que era muy común que los niños mojaran la cama, a lo que ella me dijo: no doctor, usted no entiende, Manolito no moja la cama, Manolito se hace «popó» en las noche.
Me quedé helado, nunca había oído eso antes, y menos por qué no soy doctor de verdad. Me quedé pensando que podría inventarle, y se me ocurrió algo muy común en México, que es «sobar» la barriga de los niños, pero para sonar profesional, le expliqué que la sobada funcionaba para estimular a los intestinos a funcionar, y que podía hacerlo antes de dormir, para asegurarse de que no se hiciera en la noche. Y que si eso no funcionaba, se podía estimular la zona anal con un supositorio especial para eso, para cuando los niños no pueden hacer del baño, así ella podría controlar la hora en que Manolito hiciera sus necesidades.
Me dijo que le parecía una excelente idea, pero que ella no sabía cómo hacer eso y me pidió que si yo, como médico, podía enseñarle como hacerlo, y que claro, me pagaría la «consulta».
Ufff, como podría yo decirle que no! Me dijo que si la podía acompañar a la farmacia para indicarle lo que debía comprar, acepté y por supuesto, llamó a Manolito, desnudo de la cintura hacia abajo como siempre, y salimos hacia la farmacia.
Al llegar, al encargado se le salían los ojos con Manolito, y sin ningún recato, se comenzó a sobar el pene sobre el pantalón.
Tomé un aceite de bebé, y unos supositorios para el estreñimiento, al pagar, el encargado nos preguntó, casi llorando de la emoción, si eran para Manolito, a lo que respondimos que si, y casi pude ver en su cara que estaba a punto de tener un orgasmo, y también, de tanta excitación.
Regresamos a la casa, y al entrar, estaba toda la familia sentada en la sala, a lo que yo supuse que iríamos a otro lado, pero Mari me dijo rápidamente, que en sillón mediano, que estaba desocupado, podía «trabajar» a Manolito. Así que lo desnudó por completo, lo acosté boca arriba, con la cabeza del lado de su madre, y le subí sus piernitas, le puse aceite de bebé en su abdomen, y comencé a darle masajes circulares con la mano derecha, y en la mano izquierda, sostenía el supositorio.
Mari tuvo que ayudarme a sostener las piernas de Manolito, para tener sus nalguitas bien abiertas, puse un poco de aceite en su anito, y comencé a meter el supositorio, poco a poquito, mientras Manolito cerraba los ojos y se quejaba muy quedito.
Todos veían casi sin parpadear, y yo estaba a punto de tener un orgasmo, con una erección descomunal, que era imposible ocultar, aunque ni siquiera lo intentaba.
Su tío estaba justo en el sillón al lado mío, por lo que tenía la mejor vista, y los abuelos, en el sillón grande, justo enfrente de nosotros
Cuando metí todo el supositorio, Manolito lo sacó, lo volvi a tomar, y lo volví a meter y lo saco de nuevo, a lo que Mari dijo, que como le iba a hacer par que no se le saliera, a lo que contesté, que lo iba yo a sostener un rato, así que le metí también la punta de mi dedo índice, y lo dejé un rato, sin dejar de masajear su abdomen con aceite.
Después de un rato, le dije que no parecia funcionar, ya que no hacía del baño, y Mari me dijo algo que hizo entender todo… Me dijo que quizá sería por qué Manolito había hecho hace una hora más o menos, que quizá por eso ya no hacía.
Por supuesto! Todo era solo un invento! Un maravilloso invento de Mari
Le dije que si, que seguro era por eso, así que le dije a Manolito que ya habíamos terminado, saque mi dedo y dejé de darle masaje, pero es supositorio se quedó adentro ahora sí. Le dije que no había problema, que saldría solo en un rato.
Me levanté y me despedí, a lo que todos contestaron sin despegar la mirada de mi gran erección
Me fui a mi departamento, a masturbarme como loco, esperando con ansias cuál sería la próxima aventura con Mari, el pequeño Manolito y su familia
Es que no me lo puedo creer, me caen mal este tipo de mujeres