La mami del nene quería una consulta 4
Manolito encuentra un amigo.
Al día siguiente de nuevo hice como si saliera a trabajar, solo para no levantar sospechas y para despejar un poco mi mente, que solo podía pensar en Manolito, y en cuál sería la siguiente aventura con él.
De tanto pensar en Manolito se me ocurrió una genial idea, pase enfrente de una sexshop y le compré un plug anal. El más pequeño que encontré, de metal con una «punta» redondeada que es que entra en el anito y una bolita, que es la que queda afuera.
Regresé a la casa a la 6 de la tarde, y le dije a Mari que tenía algo nuevo con lo que podríamos «tratar» a Manolito. Ya ni siquiera daba detalles ni ella me inventaba pretextos, solo era «tratamiento» para Manolito y ya.
Lo llamé y llegó corriendo gustoso, como siempre, desnudo de la cintura para abajo, lo abracé y le dije que le había traído algo. Lo saqué y se los mostré. Les dije que tal vez trayendo esto todo el día podríamos lograr los resultados esperados. Por supuesto que a Mari le pareció una excelente idea. Así que tomé un poco de aceite de bebé, que teníamos siempre a la mano, Mari recostó a Manolito en el sillón, como siempre, sosteniendole las piernitas en alto, para abrir bien sus nalguitas y yo, puse un poco de aceite en su anito y un poco en el plug. Lo introduje despacio, pero sin dificultad.
Una vez que estuvo adentro le dije,
«Eso es todo Manolito, ya te puedes ir a jugar»
Y se fue corriendo, solo se veía la bolita de metal saliendo de sus nalguitas, era una vista chistosa y muy morbosa.
Pero solo unos segundos después, me puse a pensar como iba a exhibir en la calle a Manolito así. Eso ya sería demasiado, pensé.
Así se que se me Ocurrio una ide. Vestimos por primera vez desde que lo conozco a Manolito, con un short, sin calzones por supuesto (ni siquiera tiene uno) y fuimos a la farmacia a su seción del día.
En el camino, nos preguntaban que qué pasaba ahora con Manolito, a lo que contestabamos que estaba en otro tratamiento, la gente no entendía, solo se decepcionaba.
Al llegar a la farmacia la sorpresa fue doble. La primera que llevábamos a Manolito vestido, y la segunda, que el hijo del señor de la farmacia estaba ahora desnudo de la cintura para abajo, solo con sus tenis y una playera amarilla. Se trataba de esconder y se jalaba la playera para tratar de esconder su desnudez.
La mamá del niño nos dijo muy decepcionada que por qué ahora habíamos traído vestido a Manolito, que ella esperaba que Manolito le enseñará a su hijo que no tiene nada de malo andar desnudo. Le dijimos con una enorme sonrisa, que ahora Manolito estaba en otro tratamiento, lo cual la hizo decepcionarse aún más.
Pero rápidamente le preguntamos por su esposo, el cual salió rápidamente, solo para decepcionarse también. Les dijimos casi al unísono, «quieren ver su nuevo tratamiento de Manolito?»
Al mismo tiempo, Mari le bajaba su short a Manolito, y yo le di vuelta para que les enseñará sus nalguitas, mientras lo inclinaba un poco, para que se abrieran y pudieran ver mucho mejor el plug.
Ambos sonrieron aliviados, y preguntaron que qué era eso
Así que llevamos a Manolito y a su hijo a la trastienda, ahora sí, los 2 sin calzoncito, y subimos a Manolito a la mesa, de nuevo Mari le tomó las piernitas, y yo, saqué muy despacio el plug.
Ellos se asombraron y alegraron del nuevo tratamiento, pero el farmacéutico me dijo que si ahora con este nuevo tratamiento ya no iba a traer sin calzoncitos a Manolito, quien le iba a enseñar a su hijo?
Le dije que no sabía, que se me hacía demasiado sacar a Manolito con el plug anal a la calle, a lo que él contesto sin pensarlo ni un segundo: «tonterías, a la gente le va a encantar»
Y sin decir ni una sola palabra más, metió de nuevo el plug en el anito de Manolito, lo bajó de la mesa, lo tomó de la mano junto con su hijo, y los dirigió hacia la puerta de salida
Yo no lo podía creer, estaba extasiado.
Mari y yo solo nos volteamos a ver y seguramente ella estaba tan emocionada como yo.
Al salir, el hijo del farmacéutico se trataba de frenar y de tapar, pero el seguía con paso firme.
Nos llevó a la tienda, y fue justo ahí donde alguien notó la bolita de metal que salía del anito de Manolito.
El tendero abrió los ojos como nunca antes en su vida, y preguntó que qué traía Manolito entre sus nalguitas.
El farmacéutico contestó, que era el nuevo tratamiento de Manolito, y que su hijo, pronto comenzaría con el tratamiento también… Jajaja qué bien!
El tendero salió rápidamente, y pregunto que qué era exactamente, a lo que la esposa del farmacéutico dijo «es un taponcito para su colita, mire» y procedió a sacar le tamente el plug del anito de Manolito, ahí, en la tienda, sin el más mínimo cuidado de que alguien la viera.
El tendero se sobaba el pene sobre el pantalón, creo que ya no podía más, era una imagen increíble hasta para mí.
Después de mostrarle que era, lo volvió a meter en su anito sin dificultad, ahí mismo, dónde cualquiera podría ver
Compramos cualquier cosa, y nos despedimos prometiendo volver para enseñar el tratamiento de su hijo del farmacéutico
Salimos y fuimos visitando cada establecimiento que estaba abierto, repitiendo lo mismo, la esposa del farmacéutico sacaba el plug de Manolito, para enseñar que era, y se lo volvía a meter, para que todos entendieran de qué se trataba el nuevo tratamiento.
Pronto fuimos juntando un séquito de personas que nos seguian después de ver el espectáculo al siguiente establecimiento, sabiendo que volvería a pasar en el que sigue
Después de un rato de visitar a casi todos los «admirades y admiradoras» de Manolito, regresamos a la farmacia, que se había quedado sola y abierta, de la emoción, ni nos preocupamos por el negocio jaja, solo para que nos dijera el farmacéutico: «ya a ven, A la gente le encantó el nuevo tratamiento de Manolito, ahora, empecemos con el de mi hijo»
Las personas que nos habían seguido todo el camino, aún seguían con nosotros y así, enfrente de todos, su esposa subió al niño a la mesa, el niño aún estaba un poco temeroso, pero después de haber salido a la calle, y de que todas las miradas callleran en Manolito y no en él, estaba más tranquilo.
Su mamá subió sus piernitas, y su papá puso vaselina en su anito, y ahí si se puso a llorar, pero entre su mamá y Mari lo calmaron acariciando su cabecita y diciéndole que no pasa nada, que mire a Manolito, como el no llora cuando le hacen su tratamiento.
El farmacéutico tomó el dilatador más chico, con el que le hicimos el día anterior a Manolito y comenzó a meterlo despacito en el anito de su hijo, ante la mirada de todos. Algunos ya se sobaban el pene, otros, grababan con su celular, otros parecían poseídos, casi sin parpadear y con los labios secos veían el espectáculo
Comenzó a meter y sacarlo muy lentamente, mientras su hijo aún se veía incómodo ante la situación, y para mí sorpresa, se levantó el pequeño pene del niño, cosa que a Manolito nunca le pasa, su papá solo rió y dijo: «creo que si le está gustando el tratamiento verdad?»
Mari, la mamá del niño y yo reímos alegremente, los demás, aún estaban poseídos.
Mari tomó el siguiente dilatador anal más grande, subió a Manolito junta al otro niño, le subió las piernas y me dijo: «creo que Manolito está listo para el siguiente»
Así que saqué el plug de su anito, puse un poco de vaselina en el dilatador, y con mucho cuidado, lo fui metiendo en el anito de Manolito, el solo cerraba un poco los ojos, pero no sé quejó. Ambos comenzamos un mete y saca de los culitos de los niños frente a sus madres y a todos los que nos siguieron
Después de un rato, el papá dijo que había terminado el tratamiento por hoy. Así que nos despedimos, no sin antes prometerles que yo le trairia mañana a su hijo el plug para continuar con su tratamiento, metí de nuevo el plug en Manolito y salimos a la calle, mientras todos nos seguían hasta la casa, nos metimos y nos despedimos. Me fui a mi departamento a masturbar como loco, y solo pude pensar en lo que pasaría mañana
Esto debe ser ficticio