LA VENTANA DE JULIA (2ª)
Segunda entrega, Julia decide dar el paso y quiere ir más allá, Le gusta manejar la situación .
Me salí de la autovía y pasando por delante del centro comercial me dirigí a casa, tan solo dos manzanas más adelante y había un cambio total de vida, se acababa el bullicio, los coches, la gente de compras, ahora era como un remanso de paz, en mi calle solo ocho casas, solo ocho vecinos, solo había vehículos aparcados cuando venía algún reparto o una visita.
Pasé por delante de la casa de Gema, vi que había una luz encendida pero todo estaba cerrado, guardé el coche en el garaje, me dirigí a mi dormitorio para cambiarme, cuando estaba en mi habitación escuché el timbre, en la puerta me encontré a Julia
– Hola menos mal que estás aquí, no tenía llaves y he visto que acabas de llegar, ¿me puedes prestar la que te dejó mi madre para una emergencia?,
realmente tenía dudas, ya que había visto que en la casa había luz, estaba claro que lo que quería era colarse en mi casa, le ofrecí un refresco y ella lo aceptó, me dijo que su madre aún tardará dos horas en llegar.
mientras preparaba el refresco, desde la cocina observaba la indumentaria que llevaba, un tejano con grandes rotos en las rodillas y los cachetes, por arriba un top sin tirantes de color rosa fuerte, bastante corto que le dejaba la cintura al aire, los pezones se le marcaban como siempre, ella sabía que me tenía loco, nos sentamos y mientras tomábamos refresco, le pregunté por su inicio de las vacaciones, y que proyecto tenia para el verano, mientras me explicaba se insinuaba, se tocaba el pelo, anillándolo con los dedos, me dijo que pasaría unos días con su padre en la montaña , y que su madre quería que fuera a un curso de verano para preparar la universidad, me miraba de una forma lasciva, cargada de erotismo.
Cambió de tema y me dijo:
– hace tiempo que no te veo por la ventana del baño, te he preparado espectáculos que no has observado,
no sabía que responderle, de nuevo dijo:
– ¿es que ya no te gusta?, por eso he venido a hacértelo en directo aquí, en tu casa, en tu cama, ¿subimos a tu habitación?
con la misma me senté junto a ella, besé sus labios carnosos, nuestras lenguas tuvieron un encuentro dentro de su boca, la cogí por la cintura, era pequeña, baje su top, sus pequeñas tetas con esos pezones rosados quedaron desnudos, esos pezones que también conocían, los besé y después la subí a la habitación, ella iba abrazada a mi, besando mi cuello, al llegar al dormitorio la dejé caer sobre la cama con todo con el pecho al aire.
Se mostraba ante mí un cuerpo joven y bello, sus tetas pequeñas con los pezones rosados en forma de cono apuntaban hacia el techo, me puse sobre ella y comencé a besarla, los labios dulces y carnosos que me correspondían, me sentía totalmente atraído hacia ella, bajé por su cuello, saqué lo que quedaba de su top sobre sus brazos y por la cabeza, su torso quedó totalmente desnudo, no había percibido anteriormente que tenía un piercing, una pequeña bolita de color rosa, un ombligo pequeño, suave, comencé a besar su cuerpo, mi lengua se paró en los pezones, los chupaba, sus tetas me cabían prácticamente enteras en la boca, cuando succionaba los pezones sentía que se estremecía, estaba recibiendo placer, yo estaba excitándome, deseaba penetrarla, hacerla totalmente mía, ser el macho que se empareja con la hembra, pero quería disfrutar de ese momento, quería alargarlo, hacerlo eterno.
Subí de nuevo besando el cuello, tenía los brazos extendidos, comencé a besar su hombro, bajé hacia su axila, estaban un poco descuidadas, hacía algún tiempo que no se había depilado, tenía un poco de vello, un vello virginal, suave, metí mi cara, sentí el olor, un olor a cuerpo de mujer joven entre sudor y jabón, necesitaba oler su axila, no dudé en meter mi nariz, percibiendo su olor intenso, me excitaba más, decidí pasar la lengua, ella intentó quitarme, pero pasar la lengua con restos de sudor para mi era prioritario, no me había dado cuenta pero mi polla se había puesto de un tamaño inusual, no solamente estaba grande sino gorda, estaba llena, estaba dura, mi huevos querían estallar, pero deseé alargarlo.
Bajé y besé su ombligo, con mi lengua jugué con el piercing de color rosa, solté el botón de sus tejanos que estaban medio hecho jirones y comencé a bajarlos, me dejaron una vista estupenda, unas caderas estrechas, la piel volviéndose dorada, las primeras marcas de contraste por el sol en su bikini, una braguita de color blanco con un pequeño dibujo de ositos, metí mi cara entre sus piernas con ellas puestas, quería buscar el olor a su cuerpo, quería sentirlo, se marcaban unos labios vaginales bastante gruesos, los acaricié sobre el tejido, de nuevo la lengua sobre la tela, quería llevarme todo el sabor que mantenía desde la mañana, me deshice totalmente de sus pantalones, bajé la braguita y pude ver ese vello púbico que tan bien había grabado en mi mente, ahora lo había recortado un poco, ya no era ese triángulo perfecto entre la ingles, lo había dejado más estrecho, le había dado un toque de mujer más adulta, pero seguía siendo negro y suave, lo había deseado tanto y ahora lo tenía ante mí, ante mi lengua, lo podía tocar, lo podía besar, metí mi nariz entre sus piernas y lo olí, era un olor tan sensual, tan excitante, sus labios vaginales estaban ahí, esperándome, la parte de abajo la tenía totalmente rasurada, con dos dedos separé los labios y quedó totalmente desnudo el botón del placer, el botón que tanto deseamos tocar y besar, el botón que las mujeres desean que le acaricien, que le pasen suavemente la lengua, mi intención era penetrarla, montarme sobre ella y fundirme con ella, por un momento pensé que podría hacerle daño, mi polla seguía grande y más gorda de lo habitual, estaba deseando penetrarla.
Nuestros cuerpos se frotaban entre sí, tocándose el uno al otro, la sentía tan frágil bajo mi, me había comido su boca, el cuello, pezones y tetas bajando al ombligo, había bebido ese néctar de ese coño dulce que cayó por sus piernas, ahora era el momento, la punta de mi polla estaba húmeda, se escapaban las primeras gotas, la orienté entre sus labios vaginales, y a un instante de dar el empujón final ella me suplicó:
- No, por favor , no la metas, esas palabras me dejaron un poco descolocado,
Repitió y lo repitió de nuevo, sin yo saber que era un terreno totalmente nuevo para ella, me confesó:
-soy virgen. me quedé parado, su cara reflejaba miedo, por su mejilla caía una lágrima.
La besé, ella no quería mirarme a los ojos, yo estaba para explotar, comencé a masturbarme, ella me dijo:
Por favor, Deja que te ayude, y cogiendo mi polla observé sus manos pequeñas y blancas que convertía mi verga en un tamaño mayor, lo hacía con maestría, no iba a tardar mucho en llegar, la alabé diciéndole que lo hacía tan bien, y ella me contestó que hacían competiciones entre sus amigas con los chicos del instituto, si decir nada, bajó y se la metió en la boca, solo le entraba la mitad, pero su cabeza se hundía lo más posible, hice por quitarla, pero no pude contener el primer chorro, le dio en la cara, seguidamente el segundo, ahora si controlaba, hacía por dirigirlo a su cuerpo, especialmente este día parecía que mis huevos no tuvieran fondo y sé repitió como ocho veces, cuando acabó la descarga ella se quedó mirando mi polla, la besó tiernamente, su cuerpo, el mío y las sábanas eran un humedal.
Afortunadamente no la había penetrado, seguro que tan joven la hubiera embarazado, fui un inconsciente de no haber usado un cordón, nos fuimos a la ducha, y allí la enjaboné con mis manos, recorrí todo su cuerpo, delicado y suave, después con una toalla la sequé, caimos de nuevo en la cama, nos besamos, toque su cabello que había mantenido seco, y volví a besar todo su cuerpo, quería grabarlo en mi mente, recordar cada centímetro de piel.
Mientras nos vestíamos, sonó su móvil, su madre llegaba en veinte minutos, salió rápidamente y ya en su casa de nuevo se metió bajo la ducha, mientras yo miraba su cuerpo desde mi ventana y me masturbaba oliendo sus braguitas que había cogido para mi, de nuevo la pared de mi baño se había convertido en el muro de mis excitaciones, cuando terminé llegó el coche de Gema, y vi a Julia salir inocente a recibir a su madre, la observaba mientras ella le explicaba a su madre que había tenido que venir a pedir las llaves.
Media hora después de nuevo sonó el timbre, era Gema que venía a devolver las llaves, y a darme las gracias por haber acogido a Julia, yo le dije:
Ella sabe que aquí tiene su casa.
A los tres días por la mañana recibí un whatsapp que decía: “Show Window 18,30”
Me tendría que dar prisa, y así lo hice, me instalé en mi palco privado y a las 18,25 vi como entraba en su dormitorio con un chico, y en menos de quince minutos tenía la boca llena con la polla de su amante ocasional, después mientras le hacía la paja me miró y me sonrió, yo le envié un beso con la mano, terminaron entre risas se limpiaron, después la persiana bajó, el telón había caído, la representación había terminado.
Otra noche que tendría poco que imaginar, otra noche quedando agotado sobre las sábanas revueltas
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