Lo que le hice a un exhibicionista
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola.
Vengo a contar una historia que me pasó hace unos años.
Sucedió que en el trayecto paseando por la calle junto a un parque que hacía a menudo, había un exhibicionista dentro de un coche que preguntaba por una dirección con el pene erecto y pajeándose.
Ya he visto casos similares en videos de hombres que se paran en el coche junto a una chica y la preguntan por una dirección con el pene tieso al aire.
Pues este caso era uno similar a esos que se pueden ver en videos de exhibicionistas con coche.
Me imagino que si hubiera problemas para ese exhibicionista, pisaría el acelerador y se marcharía de allí a toda velocidad.
Era un trayecto que yo hacía a menudo, entre mi casa y la plaza tal, donde cogía el transporte público.
, y en una parte del trayecto fue donde me llamaban desde un coche, para preguntarme la dirección de un sitio.
Me acerco y, en cuestión de décimas de segundo, veo el percal, jejeje.
Pero, me quedé un poco paralizada viendo el enorme pollón que tenía el hombre en su mano así que solo balbucí sobre la dirección que preguntaba, me quedé mirando un segundo solo y seguí andando hacia mi destino.
Me quedé nerviosa por la sorpresa, y no dejé de pensar en ello durante ese día.
El resto de días, esperaba ver aquel coche a lo lejos para que no me pillara de sorpresa, pero no volvía verlo hasta varios meses después (supongo que el hombre estaría en otras zonas, o si estaba en mi zona, no coincidiría a la hora que pasase yo).
¿Por qué esperaba yo a verle de nuevo?.
La verdad es que me dio morbo recordar aquella visión de un segundo, y según pasaban los días esperaba ver aparecer ese coche.
, pero no aparecía, y mi intención de verlo de nuevo fue desvaneciéndose, hasta que otro día, varios meses después, me encontré de sopetón con el coche y el hombre llamando mi atención para preguntarme por algo.
Reaccioné y me dije ¡Vaya, si parece que es el coche del exhibicionista!.
No sé si él se acordaría de mi.
El caso es que, efectivamente, me preguntaba por una dirección y estaba otra vez en la misma situación que varios meses atrás: con el pene grueso, tirante e hinchado en su mano.
Ya no estaba yo nerviosa y con la sorpresa de la primera vez, así que le dije que si conducía el coche solo con una mano y la otra en su pene, le iba a ser difícil conducir, y eché unas risitas cómplices.
Pensé en cuestión de milésimas que esta ocasión la iba a aprovechar, ya que había fantaseado con ella durante muchos días: entonces era una novata en cuestión de sexo y nunca había tenido un hombre desnudo (de cintura para abajo) ante mi.
Era jovencita e inexperta, pero el morbo acumulado durante días me lanzó: abrí la puerta y le dije que si le podía ayudar (haciendo gestos de pajearle), a lo cual él me dejó y agarré por primera vez un pene, tieso, grueso, bastante grueso.
El tío estaba muy excitado pues no solo había conseguido exhibirse, sino que había conseguido que le tocasen la polla así que estaba en la gloria.
El lugar no era muy frecuentado, pero como alguien se acercase un poco se daría cuenta de qué estabamos haciendo: el coche con la puerta del copiloto abierta, y yo con medio cuerpo dentro pajeando a un señor (tenía mi cuidado y estaba alerta por si el tío ese hacía algo extraño: en un paso podría salir del coche y salir corriendo).
Y, le dije con voz sugerente que nunca había probado leche de hombre, que si me la daba.
, pero tenía que ser ya porque no iba a estar todo el rato ahí.
Me dijo que me la daba ahora mismo, y en un abrir y cerrar de ojos bajé mi cabeza a su entrepierna y me metí su pollón en la boca, y empecé a chupar.
El resultado fue muy rápido: el tío me avisó y empezó a derramar su leche en mi boca.
Me encantó el olor de su polla, y la leche la saboreé un poco.
Mejor como olía su polla al sabor de la leche, pero es que yo estaba muy calentorra en ese momento.
Una vez que derramó toda la leche, que dejó sus huevos pringados de semen, me limpié un poco mis labios y me incorporé fuera del coche.
Me dió las gracias, cerré la puerta y se fue en su coche.
Yo estaba calentisima.
No he vuelto a verle, y paseo por la zona sin verle, pero con la esperanza de que aparezca alguna vez y coincida conmigo.
Necesito chuparle la polla otra vez.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!