ME ENCANTA MI ESPOSA
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Quisiera comenzar por la última aventura con mi esposa, somos una pareja de casados, hace ya 18 años ella de 36 y yo de 39, como es de suponerse nos casamos muy jóvenes con todo lo que ello implica, siempre hemos fantaseado con alguna locura, de hecho ya hemos realizado algunas, tales como asistir a bares swinger, masajes eróticos, caricias en el auto mientras conduce el conductor elegido entre otras.
Mi esposa es morena, estatura 1,65m con un cuerpo agradable, lindos senos, buena cola, ricos labios arriba y abajo, le gusta depilarse por completo, yo soy trigueño 1,75m delgado, hago ejercicio y eso ayuda, me gusta comprarle a mi esposa vestidos cortos y transparentes los cuales me encanta que se ponga y a ella lucir, entre ellos un vestidos azul muy corto y ajustado al cuerpo.
para mi sorpresa una noche fue a recogerme al trabajo con ese vestido, no lo podía creer pues siempre salimos juntos cuando estamos en ese plan, la sorpresa es que llegó sola tomó un taxi y pasó a recogerme eso me excitó, de solo pensar cómo se subió al taxi, que se le pudo ver entre la claridad de las luces y entre sus piernas, cuando se subió al auto nuestro ví que el vestido se le subía y seguramente el taxista lo disfrutó tanto como yo, llegamos a la discoteca cuando se bajó del auto no dejaron de mirarla y eso me excito más, llegamos a la portería y viene la requisa de rigor ver como la tocaban y como la miraban me tenía a mil y era notorio en mi pantalón, pedimos aguardiente yo no pude beber pues estaba tomando medicamentos como es lógico solo ella pudo hacerlo, así que me dedique a darle aguardiente y a bailar con ella
Cada vez que salíamos a bailar veía y disfrutaba como la miraban y ella también empezaba a disfrutarlo, tanto que comenzó a restregarse contra mi verga por delante y por detrás mientras seguíamos bailando hasta el punto de meter su mano en el bolsillo de mi pantalón para tocar y sentir mi verga en medio de la oscuridad yo lo disfrutaba y disimuladamente le cogía sus ricas nalgas, tanto que en medio de la oscuridad aproveché para tocar su vagina por debajo del vestido y por encima de su tanga, así pasamos la noche entre las copas de ella y bailando, de un momento a otro ella se levantó y comenzó a bailarme muy sensual a la vista de todos, cuando de repente un tipo un poco más joven y que la estaba mirando con mirada de lujuria como si se la quisiera comer ahí mismo, me pregunta que si puede bailar con ella a lo cual dije que sí, si ella también quería, para mi sorpresa ella aceptó, digo para mi sorpresa porque nunca antes lo había hecho o no de esa manera, con ese vestido, en ese lugar, ella algo ebria, y yo totalmente sobrio
En seguida salieron a la pista y vi como estaban disfrutando bailar el muy pegado a ella y ella muy pegado a él, él a su vez no perdía oportunidad para tocarla hasta el punto de tocar sus nalgas yo estaba excitado pues hacía mucho rato no veía a mi esposa así de desinhibida y como lo estaba disfrutando cuando de repente veo que ella mete sus manos entre los bolsillos de su pantalón eso fue lo mejor, afortunada o desafortunadamente la canción terminó y se sentaron cada uno en su lugar, mi esposa venía con cara de felicidad y yo a punto de estallar por el estado de mi verga, por lo que le dije que nos fuéramos del lugar a lo que ella accedió, salimos nos subimos al auto rumbo a la casa, mientras ella me contaba lo sucedido sin saber que yo me había dado cuenta y que no estaba de mal genio sino excitado
Entonces tomó mi mano y la puso en su concha la cual estaba húmeda y deliciosa comencé a masturbarla ella gritaba dale más duro, chúpamela por lo que tuve que detenerme en varias ocasiones en medio de la calle para hacerlo, vi como abrió sus piernas y subió los pies encima de la parte frontal del auto para poder disfrutar de ese delicioso manjar me decía cómeme rico, le pregunté que si había sentido la verga del tipo como la mía, a lo cual respondió que sí y que le gustó mucho, me contó que el tipo le decía que estaba muy buena, que se la quería comer y que ella solo sonreía a lo que él decía y que finalmente se asustó cuando sintió su mano acariciando su miembro a lo que yo le dije ese es mucho marica, estando en el carro y sintiendo como pasaban los carros nos excitamos demasiado yo le daba palmaditas en su vulva, su clítoris estaba delicioso, grande y húmedo yo tenía mi verga a punto de estallar, le quite la tanga y le dije que nos fuéramos para un motel, y que cuando llegara sedujera el portero, así lo hicimos llegamos al sitio, se subió un poco más el vestido para dejar ver sus lindas piernas y mostrarlas al portero yo solo recordaba que no tenía tangas, subió las escaleras y se podían admirar su piernas, su cola y su vagina, esa noche hicimos el amor delicioso, recordando cada instante de la aventura vivida, grito y gimió de placer hasta venirnos a chorros tanto ella como yo.
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