Me excito que me miraran
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Soy una mujer de 30 años de 1.70 de estatura de tez color canela, con buen busto y buenas nalgas, además mis labios vaginales son gruesos, el atractivo principal según dicen son mis ojos azules que contrastan con mi color de piel.
Ese día llevaba puesto un vestido sastre normal, con una camisa de seda blanca y por supuesto mi ropa interior blanca, salí de la oficina y en un cafetín cerca entre y me senté a tomar un café, quería como olvidarme de todo, llevaba bastante tiempo sentada y no me había percatado que en la mesa de enfrente se habían sentado dos hombres como de 40 años y ambos estaban de frente a la mesa que yo estaba y miraban hacia mis piernas, caí en cuenta que por la falda que llevaba y por la forma en que tenia cruzada las piernas se me debía ver algo de mi ropa interior, al ver eso me excite, me hice la distraída y descruce las piernas y las abrí un poquito para que vieran mi tanguita, disimuladamente también mire hacia ellos y les vi que bulto que se les notaba por encima del pantalón y eso me termino de poner más caliente.
Con lo excitada que estaba decidí darle un mejor espectáculo al par de hombres, así que me fui al baño y me quite la toallita protectora que siempre uso, sabía que así se iba a marcar más mi raja en la tanga.
Llegue a la mesa me quite la chaqueta de una manera coqueta y sensual a sabiendas que me estaban mirando y con lo excitada que estaba los pezones se notaban inmensos por encima de la camisa, pedí otro café y lo comencé a saborear, pasaba la punta de la lengua por el borde del pocillo, cogía la cucharita de la azúcar y también la lamia, miraba de reojo a los señores y vi que uno de ellos estaba rojo no sé si de la excitación o que le iba a dar algo así que pare un poco.
Moviendo las piernas logre que la falda se me subiera un poco a medio muslo y abrí las piernas para que se viera bien mi tanga, abría muy pero muy despacito las piernas y las volvía a cerrar con la misma velocidad que las abría, y cuando las cerraba las apretaba bien fuerte una contra la otra como si quisiera exprimir lo que tenía entre ellas, volvía a abrirla y dejarla separadas por un buen rato, volví a mirar hacia donde estaban el par de hombres y uno de ellos se sobaba descaradamente por encima del pantalón.
Vi que el otro miraba hacia mis senos, me di las mañas y sin que se notara desabroche el otro botón de la camisa y la abrí un poco más para que se viera bien mis senos, que a la larga lo que se veía era el brasier.
Seguí con el jueguito de abrir y cerrar las piernas, cuando uno de los señores se levanto fue al baño y de regreso paso por mi mesa y me dejo una servilleta envuelta diciéndome mira lo que me sacaste, entre en pánico, pero toque la servilleta y la sentí caliente y humedad y de solo pensar en lo que había envuelto ahí me vino un orgasmo, de lo más raro porque ni siquiera me había tocado.
Pague, cogí la servilleta para botarla en la caneca de la basura de la esquina y me fui con esa servilleta tibia y húmeda en mi mano, me daban ganas de todo.
Me subi a un taxi porque uno de los hombres me seguia y m dio miedo
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