Me miras, te miro (2)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por bicho1969.
En otra ocasión acompañe a Beatriz a un Centro Comercial. Ella pensaba en comprarse algo de ropa. Dejamos el coche en el parking y subimos en el ascensor. Coloco su gordo culo pegado a mi polla y se restregó hasta ponermela muy dura. De hecho se notaba bastante que estaba empalmado. “Así me gustas más”, me dijo.
“¿qué quieres? ¿qué todo el mundo me mire?”, dije.
No. Otra cosa.
Salimos del ascensor y entramos en la primera tienda del pasillo que era de pantalones vaqueros. Ella me eligió dos pantalones que quería comprarme. Solo había una dependienta de unos 25 años y bastante guapa. En dió los pantalones y me pidió que me los probara.
Entre en el probador y me quité el que llaveba puesto. La polla salto de golpe. Oí como ella le decía a la chica que siempre tenía problemas para encontrarme pantalones por que me pasaba el día caliente y con el “cacharro mirando al cielo”. Ambas se rieron. Entonces se abrió la cortina, todavía no me había puesto el otro pantalón. Así que ambas me vieron con el rabo tieso intentando ponerme vestirme.
¿Vés?. Todo el día igual – Dijo mientras me acariciaba la polla suavemente y se la enseñaba a la dependienta que me miraba con una sonrisa. Beatriz entonces se sentó y se la metió en la boca para, según dijo, bajar eso y que veamos como me queda el pantalón. La chica no quitó ojo de la escena. Ella me chupaba agarrandome los huevos y haciendome rabiar de gusto.
Se levantó y le dijo a la chica. – Que pena que estoy con la regla y hoy no puedo. ¿Te apetece a tí? Te aseguro que te hace correr dos veces.
La chica se acercó. Se subió la falda, le saqué el tanga y de pie la folle dandole fuerte contra la pared del probador. Parecía que lo ibamos a destruir. Follaba mientras miraba a Bea sobándole el culo a la chica con mi polla dentro de su chochito. Ella me tocaba las pelotas de vez en cuando y me miraba a los ojos. Era como follarme a Bea. La chica desapareció de mi vista y solo la veía a ella.
Me corrí nientras Bea me besó en la boca. Ha sido uno de mis mejores orgasmos. Real, intenso. Nos llevamos los dos pantalones. Claro.
Le pregunté si ella no quería un orgasmo. Si. Quiero uno o dos. Dijo. Nos fuimos a la tienda de lencería. Escogió dos conjuntos y se metió en el probador. Espera fuera, me dijo. A los dos minutos me sonó el móvil. Era ella desde el probador.
Hola. No entres, estoy desnuda y me estoy tocando el chochito mientras pienso en tu polla. Quiero que me oigas correrme para ti, cielo.
Yo de pié en mitad de la tienda. El teléfono en la mano. Poniendo cara de poker y oyendo sus gemidos mientras se corría varias veces. Siempre se corre varias veces. Al fin estaba igual que al principio. Empalmado.En otra ocasión acompañe a Beatriz a un Centro Comercial. Ella pensaba en comprarse algo de ropa. Dejamos el coche en el parking y subimos en el ascensor. Coloco su gordo culo pegado a mi polla y se restregó hasta ponermela muy dura. De hecho se notaba bastante que estaba empalmado. “Así me gustas más”, me dijo.
“¿qué quieres? ¿qué todo el mundo me mire?”, dije.
No. Otra cosa.
Salimos del ascensor y entramos en la primera tienda del pasillo que era de pantalones vaqueros. Ella me eligió dos pantalones que quería comprarme. Solo había una dependienta de unos 25 años y bastante guapa. En dió los pantalones y me pidió que me los probara.
Entre en el probador y me quité el que llaveba puesto. La polla salto de golpe. Oí como ella le decía a la chica que siempre tenía problemas para encontrarme pantalones por que me pasaba el día caliente y con el “cacharro mirando al cielo”. Ambas se rieron. Entonces se abrió la cortina, todavía no me había puesto el otro pantalón. Así que ambas me vieron con el rabo tieso intentando ponerme vestirme.
¿Vés?. Todo el día igual – Dijo mientras me acariciaba la polla suavemente y se la enseñaba a la dependienta que me miraba con una sonrisa. Beatriz entonces se sentó y se la metió en la boca para, según dijo, bajar eso y que veamos como me queda el pantalón. La chica no quitó ojo de la escena. Ella me chupaba agarrandome los huevos y haciendome rabiar de gusto.
Se levantó y le dijo a la chica. – Que pena que estoy con la regla y hoy no puedo. ¿Te apetece a tí? Te aseguro que te hace correr dos veces.
La chica se acercó. Se subió la falda, le saqué el tanga y de pie la folle dandole fuerte contra la pared del probador. Parecía que lo ibamos a destruir. Follaba mientras miraba a Bea sobándole el culo a la chica con mi polla dentro de su chochito. Ella me tocaba las pelotas de vez en cuando y me miraba a los ojos. Era como follarme a Bea. La chica desapareció de mi vista y solo la veía a ella.
Me corrí nientras Bea me besó en la boca. Ha sido uno de mis mejores orgasmos. Real, intenso. Nos llevamos los dos pantalones. Claro.
Le pregunté si ella no quería un orgasmo. Si. Quiero uno o dos. Dijo. Nos fuimos a la tienda de lencería. Escogió dos conjuntos y se metió en el probador. Espera fuera, me dijo. A los dos minutos me sonó el móvil. Era ella desde el probador.
Hola. No entres, estoy desnuda y me estoy tocando el chochito mientras pienso en tu polla. Quiero que me oigas correrme para ti, cielo.
Yo de pié en mitad de la tienda. El teléfono en la mano. Poniendo cara de poker y oyendo sus gemidos mientras se corría varias veces. Siempre se corre varias veces. Al fin estaba igual que al principio. Empalmado.
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