Mi esposa cogida por taxista en público
Primera vez que comparto a mi mujer y fue con un taxista en un callejón..
Si no han leido nuestros relatos pasados, somos una pareja muy morbosa, a ella le gusta que la vean y a mi me encanta que la morboseen. Cuando salimos a la calle mi esposa llama mucho la atencion por las microfaldas que usa donde se le sale el culote y las tetas que muestra en sus escotes.
Este relato inicia un viernes que fui por ella a su trabajo para que fueramos a cenar, pero la hora en que quedamos para vernos pasó y mi esposa no aparecía ni respondía mensajes.
Despues de 2 horas de esperarla en una cafeteria, entro una llamada para avisarme que iba saliendo de una junta y me preguntaba si se venia así como estaba o la esperaba a que se cambiara. A mi me excita mucho ese momento cuando voy por ella y sale de su oficona con falditas o minivestidos de infarto así que le dije que la esperaba.
20 minutos despues me avisó que ya podía pasar por ella, cuando la vi se me paró de inmediato, traia una minifalda de jeans que nunca le había vista y que apenas le cubria el culo, unos tacones tipo mules que la hacen ver muy puta y lo que mas me sorprendió fue lo que traía arriba y era la parte de arriba de un liguero que usa cuando cogemos y que le levanta mucho las tetas.
Vi que se despidía del vigilante de la puerta que seguro ya tenía una ereccion igual que la mia. Le dije que no le conocía ese y que me habia puesto muy mal verla asi, y me conto que no habia sido el único, que en su oficina no hubo hombre que no la morboseara y que no la dejaban irse desde que se cambió.
Mientras cenábamos, los meseros no dejaban de hacercarse a nuestra mesa para comprobar que «estabamos bien atendidos», algo que usualmente pasa cuando mi esposa va así, de hecho nos gusta hacerlos sufrir y normalmente le pido a mi esposa que se suba mas la falda y los deje ver todo.
Conforme pasó la noche mi mujer me contó que estaba muy apenada por hacerme esperar y que me lo compensaría, le pregunté que tenia en mente pero no me quiso decir.
Siempre que salimos a cenar, me gusta exhibirla un buen rato, así que caminamos varias calles, unas con la minifalda a medio culo y otras con las tetas al aire para hacerle fotos, así hasta que llegamos a un parque. Eran cerca de la 1, así habia poca gente. Nos sentamos en una banca y mi esposa empezó a acariciarme sobre el pantalon, obvio yo ya estaba muy mojado por toda la noche de morbo, así que mi mujer se sentó encima de mi y me empezó a montar. Me sorprendió que ya llevabamos un buen rato montando y no pasaba nadie, así que me animé a quitarle la falda, se veía putisima con sus tacones y solo la parte de arriba de su liguero, asi me volvió a montar un buen rato y justo cuando estabamos mas entrados, paso una pareja en bicicleta que no nos quito la vista de encima, y eso hizo que mi esposa se moviera más rápido y me hiciera estallar dentro de ella.
Ya que nos recuperamos, mi esposa me estaba pidiendo la falda para ponérsela, pero no se la di, solo le pasé su gabardina, que de hecho le quedaba un poco más abajo que la minifalda y así nos fuimos. Cuando se subió al taxi fue muy morboso como el taxista intentaba acomodar el asiento delantero pero en realidad queria verle las piernas. Como de costumbre le fuí haciendo dedito mientras ella iba con los ojos entrecerrados y ahorrándose los gemidos para que no la escuchara el conductor.
Llegamos alrededor de las 3am y nuestra calle estaba desértica. Me hice el tonto buscando las llaves en lo que el taxi se alejaba, y una vez que iba a abrir, tome a mi esposa por la cintura, le planté un beso y le quité la gabardina, ella solo exclamo, «oye, hace frío», y le dije, vas a caminar así hasta la puerta, y ella se encogió de hombros, me quitó la llave y abrió la puerta. Solo se escuchaba el golpeteo de sus tacones y yo iba perdido viendo como se movía su culote desnudo iluminado por las lamparas.
Obviamente apenas entramos a casa yo ya la estaba ensartando de nuevo aprovechando que seguía tan mojada. Mientras me la cogía me dijo entre gemidos, «ya sé como te voy a compensar que haya salido tan tarde…te va a gustar», estaba tan concentrado que no dije nada y la seguí ensartando contra el sillón y luego contra la ventana, a ver si algún afortunado la veía gimiendo. Despues de un buen orgasmo, terminamos rendidos en el sillón muy cansados.
Al día siguiente me dijo que si le iba a seguir la corriente con lo que me había dicho de «compensarme» y le dije que sí pero no me quiso decir qué haríamos, solo me preguntó si confiaba en ella, y le respondí que tenia total libertad para planearlo.
Esa tarde me quedé en casa y ella salió de compras, no pasó nada relevante, hasta alrededor de las 10, que me pidió que me alistara para que saliéramos.
Cuando se terminó de vestir casi me infarto, se había puesto una camisa de manga larga de oficinista con un escote enorme donde sus tetas casi reventaban, abajo una microfalda gris con cuadros negros que se encargó de mostrarme que era una talla mas pequeña y no le llegaba masque a medio culo, para terminar unas medias que se ajustan a la mitad del muslo y unos tacones altísimos, literal se veía como una secretaria puta.
De repente entro una llamada a su teléfono y me dijo, «ya está listo, vamos», se puso la gabardina tomó una bolsa pequeña como de viaje y salimos.
Apenas salimos del condominio donde vivimos, mi esposa me dijo, hace carlor, y se quitó la gabardina, casi me infarto de verla, apensa se iba quitando lo que la cubria y llegó un taxi y se detuvo. Ella camino y me dijo, «llegó nuestro taxi», y pude deleitarme con la mitad de sus nalgas saliendo de su falda.
Me sorprendió que el taxista se bajó a abrirnos la puerta, obviamente le vio todo cuando se subio, pero me sorprendió màs que mi esposa se subió sin taparse nada, incluso yo que venia de un costado, pude ver su vagina depilada.
Ya arriba el taxista comenzó a conducir, y yo un poco desorientado, le pregunté a mi mujer a dónde ibamos, ella me empezó a besar y me acaricio el paquete por encima de la ropa, me dijo, hoy no vamos a ningún lado, quiero que me cojas frente a este taxista mientras conduce.
De inmediato mi pene se puso más duro y me lo empezo a chupar, el taxista acomodó su espejo y ya nos veía. Para esa hora había bastante tránsito pero nadie parecia prestarnos atención, así que le abrí la camisa y liberé sus tetotas para morderlas.
El taxista nos dijo que si queriamos que entrara al boulavard donde habría menos autos e iria más rápido, mi esposa se sacó mi pene de la boca para responderle, «sí, que ya me urge montarlo», nunca la había visto tan caliente.
Una vez que agarramos velocidad, me jaló a la parte de enmedio y se ensartó en mi pito duro dándome la espalda, seguro el taxista tenía una vista inmejorable de mi esposa, con la blusa abierta al igual que sus piernas, ya la minifalda de cinturón y mi pito entrando y saliendo.
La situación era tan morbosa que no aguanté más y me vine. Mi esposa se dio vuelta, me besó y me dijo, ni creas que ya acabamos, se bajó y me empezó a limpiar los residuos de mi venida. Mientras me la mamaba, le pregunté qué era la maleta, y me dijó, «ábrela», adentro traía varios ligueros medias y otros vestidos que me gustan, me dijo, «nos quedan dos horas para portarnos mal en este taxi, verdad Juan», y el taxista contestó, «las que gusten».
Al ver todo lo que traía me entró un morbo y se me empezó a parar de nuevo, pero aún faltaba para recuperarme. Asi que le dije al taxista que saliéramos a las calles alternas y que buscara una donde no hubiera demasiada gente.
Mientras conducia, empecé a desnudar a mi esposa, dejándole solo las medias y y los tacones, luego saqué un liguero totalmente transparente, y se lo puse, le ajusté las ligas a las medias y mi puta estaba lista.
Si bien la calle no estaba totalmente sola tampoco era la más transitada, le dije al conductor que se detuviera en una esquina, y le dije a mi esposa que se tenía que bajar, pasar por el frente del auto y caminar una calle vestida así, la verdad no pensé que lo haría, pero aceptó de inmediato, al fin estaba un poco oscura la calle, antes de bajarse le dije que se pusiera en su rol de puta, tendría que llegar a la esquina y detenerse a esperar cliente, o sea nosotros.
Esa imagen de ella caminando en liguero alejandose del auto me excitó muchísimo y me dio un poco de miedo, porque se cruzó con un vagabundo que le gritó de todo pero curiosamente no se levantó solo admiró el show.cuando la vimos pararse en la esquina, de inmediato encendio el auto y nos acercamos. Mi esposa se empinó en la ventana que da al conductor y nos dijo si no queríamos una puta, verla así empinada me ponía a mil, pero más cuando dos tipos pasaron caminando detras de ella, que no perdieron detalle de su culo empinado y seguramente de su vagina depilada.
Le dije súbete, y la muy golfa se subió en el asiento de adelante. Me dijo que si le pasaba lo que estaba en la bolsa pequeña, apenas lo saqué y vi que era su vibrador, «me lo voy a meter en lo que estas listo, amor».
De pronto me di cuenta que mi mujer no era la unica que estaba disfrutando, el conductor ya tenia su pija afuera del pantalon, y me dijo, «tu mujer me dijo que no te molestaba que otros se calentaran con ella», y le respondí que disfrutara el show.
El cuadro era muy morboso, el conductor con una mano en el volante y otra en su verga viendo a mi esposa abierta de piernas perforándose con un dildo rosa doble que le llenaba sis dos hoyos, de hecho cada que el conductor agarraba la palanca de velocidades, su mano se quedaba un momento en la pantorrila de mi mujer y volvia a su verga, hasta llegué a ver como brillaba esa parte de su pierna por el liquido que se le quedaba al taxista en su mano.
Yo ya me la estaba jalando con todo de ver ese cuadro y escuchar los gemidos de mi mujer. De pronto, mi esposa se detuvo y acercó hacia donde yo estaba, metiéndo parte de su cuerpo entre los asientos, me dijo que me acercara y susuró al oído, «le puedo ayudar a nuestro taxista?», «haz lo quieras, amor», le dije, de pronto cerró los ojos, le dije qué tenía, «me acaba de manosear el culo», ella se volteó como poseida y se metió su pene en la boca.
Como pudo el taxista parqueó el auto en callejón y concentró en la mamada que le daba mi mujer, que al mismo tiempo me tenía agarrado del pito. El taxista me dijo, «que rico la mama tu zorra», claro es una puta, le dije. La muy perra cuando notó que el taxista estaba a punto de venirse, se detuvo, y me dijo, qué sigue, amor, qué mas me quieren hacer.
La tome de la mano y caminamos a la avenida que estaba cerca, el taxista apagó y nos siguió, le dije, vas a enseñarle a nuestro conductor lo puta que eres, caminamos hasta una parada de autobis, de esas que tienen asientos de metal, la senté ahí y le di el dildo, enseñanos cómo te la clavas, ella estaba tan cachonda que no le importo que pasaran autos, algunos le pitaban el claxon y otros bajaban la velocidad. Yo estaba tan perdido que tampoco me importo y me saque el pito para que me lo chupara, el taxista solo la veía y se tocaba encima del pantalón.
Cuando mi esposa no podía mas, me jalo y me casi me gritó, cógeme, cójanme los dos, pero como vi al conductor un poco indeciso, agarre a mi esposa de la mano y volvimos al callejón, ahí mi esposa abrió la puerta, sacó un condon y se lo dio al taxista, me tomó de la mano y me dijo, amor quiero que el taxista me la meta por detras, mi puchita es solo para ti, pero quiero a los dos al mismo tiempo.
Me subí al cofre del auto y el taxista ayudó a mi esposa a subirse también, así se ensartó y me empezó a montar, mientras el taxista se subió en la defensa y se la empezó a meter por detras, mi esposa solo me apretaba la mano del dolor, pero no dejaba de montarme, poco a poco la fue perforando hasta que el dolor fue soportable y entonces empezó a moverse como nunca aguantando unos cuantos minutos antes de venirse, su orgasmo fue muy liquido y senti como caía encima mío, le tomo unos segundo recuperarse pero nuestro invitado la sacó de su trance con una embestida.
Mi esposa medio se recompuso mientras los dos la seguíamos penetrando, su rostro estaba un poco desencajado y ya no gemia, solo hacia ruidos. De pronto sentimos como el taxista empezó a temblar, sacó su pito y le tiró todo el semen en su espalda, incluso a mi me cayó un poco, era la primera vez que me caia semen ajeno y me sacó un poco de concentración.
Mi esposa lo notó y me dijo, ven te ayudo, nos bajamos de cofre, agarró de la mano al taxista y lo recargó contra el auto, se quitó toda la ropa quedándose solo en tacones y me dijo, tenemos un mirón en una ventana, mientras yo volteaba a buscarlo, ella se empino a limpiarle la verga al taxista.
Cuando por fin encontre al voyeur, era un muchacho de no mas de 15 años grabando con su teléfono, estaba oscuro así que no me preocupé. Al contrario, me puse más duro y se la clave de una a mi mujer que seguía chupando al taxista ya sin el condon. Cuando estaba a punto de venirme, mi esposa se saco mi pito y se puso en cuclillas para que me viniera en su boca pero sin soltar el otro pene, esa escena siempre habia sido fantasia de ella y al verla me vine a chorros, hasta le cayo en el pelo.
Asi terminamos todos rendidos y nos subimos al auto. Mi mujer ya no se vistió solo se puso la gabardina, eran casi la 1am, y el camino de regreso fue silencioso, nadie podía ni quería hablar.
Cuando llegamos a casa, mi esposa le preguntó al taxista cuanto nos cobraría ya que ella solo había considerado un par de horas, ahí entendí que ya se habia puesto de acuerdo con él previamente, y le respondió que estuvo tan rica la cogida que no nos iba a cobrar con la promesa de que se volviera a repetir.
Y así fue la primera vez que compartí a mi esposa,lo hemos repetido, pero ya lo contaremos en otros relatos.
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