Mi mamá y su nuevo amigo
Esta historia es real y ocurrió hace casi 12 años.
Anónimo.
Yo tenía 7 años, era hijo único y vivía con mis padres, mi papá tenía 37 años y mi mamá 34. Mi papá trabajaba en una empresa como administrador y mi mamá era ama de casa; ellos se llevaban relativamente bien aunque últimamente tenían discusiones constantemente.
Era el mes de Julio y comenzaban las vacaciones de verano para mi, desde medio año atrás mis papás habían planeado y ahorrado para un viaje a la playa en estas épocas. Yo estaba muy emocionado, ya que solamente había visitado la playa una vez y tenía muchas ganas de volver. Pero justo una semana antes de partir mi papá nos avisó que en la oficina le dijeron que tendría que trabajar en esos días y que tendríamos que postergar el viaje para las siguientes vacaciones; yo me puse muy triste al grado de llorar, mi mamá al verme le preguntó a mi papá si no podía hacer nada para poder ir, pero él respondió que no, que eso no dependía de él.
Mi mamá ante tal situación se molestó y comenzó a discutir con mi papá diciéndole que «no sabía cumplir promesas» y otras cosas de ese tipo. Después de casi media hora de discusión mi papá dijo que si queríamos realizar el viaje, que fuéramos solamente mi mamá y yo, que incluso nos podíamos llevar el auto. Mi mamá algo inconforme termino por aceptar al igual que yo.
Finalmente llegó el día, era un día viernes y partimos temprano, mi mamá fue manejando todo el camino haciendo ocasionales paradas para ir al baño o descansar un poco. El plan era quedarnos hasta el martes, así que cuando llegamos a la playa lo primero que hicimos fue buscar un hotel para quedarnos, después de buscar un buen rato encontramos un hotel que aunque no era muy grande, era bastante cómodo, con alberca y habitaciones bien equipadas. Mamá rentó una habitación con dos camas individuales que estaban separadas por apenas metro y medio de distancia.
Por cierto he decir que mi mamá es una persona muy amigable, educada y respetuosa, pero evidentemente lo que más sobresalía de ella era su increíble belleza física. Mi mamá mide 1.70 m., es de tez blanca, cabello castaño claro ondulado que le llegaba a los hombros, tiene unos hermosos ojos azules, nariz respingada, labios normales, cejas cafés; tiene un muy buen cuerpo gracias a que hace ejercicio regularmente, una cintura bien formada con curvas, pechos medianos de talla de sostén 36-B, un buen trasero pero sobre todo, unas hermosas piernas bien torneadas y carnosas; en resumen, tengo que admitir que era un monumento de mujer.
Debido al intenso calor que hacía mamá llevaba unos tenis blancos, un short de mezclilla bastante corto, lentes oscuros y una blusa azul sin mangas. Cuando íbamos rumbo a nuestra habitación pude notar que casi todos lo hombres que nos topábamos se le quedaban viendo a las piernas y había otros más descarados que incluso ya que pasaban volteaban para verle el trasero; como es de imaginar a pesar de mi corta edad de entonces eso me hacía sentir incómodo, más que nada porque he de reconocer que yo era un niño muy tímido e inseguro, y a esto sumándole que mi mamá era muy cariñosa y me consentía mucho me hizo ser muy dependiente a ella y no querer tenerla lejos en lugares extraños, por lo que me daban un poco de celos verla con alguien que no fuera de la familia.
Ya una vez llegando a nuestra habitación, nos instalamos y mi mamá me dijo que me cambiara para ir la playa, mientras yo me cambiaba ella salió para apreciar la vista del mar, de repente apareció a lado de ella un hombre de unos 28 años quien la saludó y le empezó a hacer plática, mamá le seguía la charla con amabilidad; pude escuchar que se presentaron y hablaban de cosas normales como el clima, el tráfico, etc. Escuché cuando mi mamá le dijo que venía conmigo, él respondió que viajaba solo para distraerse un poco después de haber terminado con su novia de más de cinco años. Yo sabía lo guapa que era mi mamá y el verla con ese sujeto no me hacía mucha gracia, pero lo dejé pasa. Lo malo fue que cuando mi mamá dijo que íbamos a la playa, él respondió que también planeaba ir, que si ella quería nos podría acompañar, a lo que mi mamá acepto.
Yo salí al encuentro con mi mamá después de escuchar todo eso con el traje de baño ya puesto, ella me presentó al sujeto, se llamaba Javier, como ya dije era de unos 28 años,medía más o menos 1.76m., era de tez morena clara, cabello bien peinado color negro, barba arreglada, de complexión delgada; es decir, podría concluir que era el clásico chico «guapo» que atrae a las mujeres; me saludó muy amable. Mi mamá le dijo que nos esperara para que ella se pudiera cambiar rápido, Javier aceptó con gusto.
Mamá y yo nos metimos a la habitación, ella se metió al baño con su maleta para cambiarse, mientras estaba ahí dentro yo (aunque ya sabía la respuesta) le pregunté que si el tal Javier iba a venir con nosotros, a lo que ella respondió que sí, yo le pregunté el «porqué» y ella solo dijo que «nada más para hacernos compañía, que no tenía nada de malo». Cuando mamá salió estaba ya en sandalias, tenía el cabello suelto y llevaba puestos sus lentes oscuros y un vestido azul cielo sin mangas que casi no usaba por lo corto y escotado que estaba pero que quedaba muy bien para el calor intenso que hacía. Cuando salimos vi como Javier se la comía con la mirada de pies a cabeza tan poco indiscreto que seguramente mi mamá se dio cuenta.
Ya en la playa mamá tendió una toalla abajo de una de esas sombrillas grandes para sentarnos, ella se quitó las sandalias junto con los lentes y se sentó, a lado de ella Javier hizo lo propio; mamá me miró y dijo que fuera al mar para que me grabara con la cámara que llevaba en su bolso; yo le pregunté si no iba a venir conmigo y respondió que me alcanzaría en un rato, que no me metiera tan profundo al mar. Yo a regañadientes obedecí.
Mientras según yo jugaba en la orilla del mar, veía de reojo como mamá parecía pasársela muy bien hablando con Javier. Al principio mamá efectivamente me grababa con la cámara como jugaba, pero después de un rato vi como iba perdiendo el interés en mi para centrarse en platicar y reír con Javier; yo ante los celos que comenzaba a sentir regresé con mamá y le pregunté de nuevo si no iba a venir al mar conmigo, a lo que ella respondió-Sí mi vida, vamos- fue entonces que se levantó para quitarse el vestido azul dejando a la vista sus maravilloso cuerpo con un bikini negro muy sexy, vi como Javier y otros hombres que estaban cerca se quedaban como idiotas al ver mi mami; ella le dijo a Javier que regresaba en un rato, Javier solo asintió con la cabeza y tomándome de la mano caminó hacia el mar. Mientras jugábamos en el mar no dejaba de ver Javier como saboreaba a mi mamá, tenía un mal presentimiento de todo esto.
Más tarde, Javier nos invitó a cenar, mientras degustábamos los alimentos Javier nos invitó a dar un paseo al día siguiente en su auto por otras playas de la región, yo deseaba con todas mis ganas que mi mamá dijera que no, pero como se podrán imaginar fue todo lo contrario.
Al día siguiente, tal como había quedado, Javier nos llevó a mi y a mi mamá en su auto, mi mamá iba de copiloto y yo iba en el asiento trasero. Yo iba muy incomodo, me sentía ignorado; mamá y Javier platicaban y reían entre ellos sobre cualquier tema, ocasionalmente alguno de los dos me hacía preguntas para tratar de integrarme a la conversación, pero al poco rato se quedaban hablando ellos dos nada más otra vez; incluso parecía que Javier buscaba cualquier pretexto para deshacerse de mi y dejarlo a solas con mi mamá, pero evidentemente, yo le ponía muy difícil esa tarea.
Ese día mamá vestía una blusa rosa sin mangas, un pantalón ajustado color blanco que hacía lucir sus nalgas y sus piernas y unas zapatillas no tan altas color café; era una hermosura mi madre. Después de haber dado un breve recorrido a la zona en donde parecía que hacía «mal tercio» paramos en un restaurante para comer donde había juegos para niños; como era de suponer Javier me envió a ellos para «entretenerme» un rato, yo me negué, pero en eso mi mamá casi obligándome me envió de igual manera a ellos; se veía que ella también quería estar a solas con él y que yo representaba una especie de «estorbo» para ambos.
Estando en los juegos volteaba ocasionalmente a la mesa donde estaban mi mamá y su nuevo amigo, al principio platicaban como siempre, pero conforme pasaban los minutos notaba a mi mamá cambiar sus gestos de la cara de un tono «divertido» a uno más «coqueto» sonriéndole a Javier y lanzándole miraditas con sus bellos ojos azules, Javier con su mirada dejaba ver la urgencia que tenía de llevarse a mi mamita a la cama.
Durante este tiempo mi papá llamaba a mi mamá a su celular aproximadamente dos veces al día para saber como estábamos, ella siempre le decía que estábamos bien, que yo me la estaba pasando genial (aunque la única que se la estaba pasando genial era ella) y que no había nada de que preocuparse; obviamente nunca le decía nada sobre Javier.
Ese mismo día cuando comenzaba a atardecer volvimos al nuestro hotel, mamá para no sentir que fue un día perdido me propuso que me metiera a la alberca, yo gustoso acepté, ya estando adentro me junté con algunos niños que también se hospedaban ahí con sus respectivas familias para jugar un rato. Mi mamá y Javier se sentaron en un banca que estaba cerca de la piscina, ella de nueva cuenta sacó la cámara para grabarme mientras jugaba, pero tal como pasó el día anterior, a los pocos minutos dejó de hacerlo para platicar con Javier.
Uno de los papás de los niños con los que jugaba comenzó a lanzarnos una moneda al fondo de la alberca para que intentáramos atraparla y dado a que la piscina no era muy honda resultaba ser un juego bastante entretenido, pero cuando voltee hacia donde estaba mi mamá me percaté que ella desde hace bastante tiempo había dejado de ponerme atención porque estaba embobada con Javier, prácticamente estaban frente a frente y lo peor del caso era que el sujeto estaba acariciando una pierna de mi mamá según él «disimuladamente», mientras mi madre se había quitado los zapatos y acariciaba con su pie descalzo una pierna de Javier, yo al ver semejante escena salí disparado de la alberca hacia ellos, mamá en cuanto notó que me acercaba quitó la mano de Javier de su pierna y su pie de la pierna de éste para volver a su posición original.-Hola amor. ¿qué pasó?-Nada ma, ¿qué hacen?-Platicando cielo-¿De qué?-De cosas de grandes.
Mamá para librarse de ese momento incómodo me mandó nuevamente a la piscina a jugar, yo al no tener opción tuve que obedecer. Entre juego y juego les perdí pista otra vez, pensé que seguirían hablando tan divertidamente como lo hacían, pero unos minutos después voltee para verlos y mi sorpresa fue que ni mi mamita ni Javier estaban ya en la banca, estaba vacía, mire a todos lados pero no los podía encontrar. Ante la desesperación que eso me causaba decidí salir de la alberca para buscarlos. Fui a nuestra habitación y a la de Javier pero ambas estaban cerradas, recorrí todo el hotel para tampoco los vi, incluso salí del hotel para ir a la playa pero no tuve éxito. Ya resignado, asustado y con ganas de llorar volví a la puerta de nuestra habitación para ahí esperar a mi mamá.
Pasaron como 15 minutos cuando por fin vi a mi mamá llegar al hotel, iba tomada de la mano de Javier, estaban a punto de subir hacia sus respectivas habitaciones, yo veía desde arriba como se miraban y reían, mi mamá parecía tener una bolsa negra en la otra mano, la cual a la vez parecía llevar una caja en su interior. Si de por si ya estaba enojado porque mi mamá se había a no se donde sin avisarme, me puse peor cuando justo antes de subir las escaleras Javier jaló a mi mamá hacia él y sin más le plantó un beso en la boca que duró según yo unos dos segundos, mamá se despegó de él lentamente y le sonrió. Lo que acababa de ver en verdad me enfureció más que nada porque mi mamá seguía casada con mi papá, y lo que era peor, ¿como prefería estar con ese tipo que conmigo?.
Mamá y Javier subieron finalmente todavía agarrados de la mano, cuando mamá me vio sentado a lado de la puerta de nuestra habitación puso cara de asustada e inmediatamente soltó la mano de su acompañante, yo me quedé serio sin hacer nada, mamá llegó a donde yo estaba.
-Hola mi amor, ¿ya te aburriste de la alberca?- Yo asentí con la cabeza.
-¿A donde fuiste?
-Ah, fui a la farmacia mi cielo, es que me estaba doliendo un poquito la cabeza y Javier me acompañó a comprar unas pastillas- Yo señalé a la bolsa negra de plástico que llevaba.
-¿Son esas?
-Sí
-¿Por qué no me dijiste que ibas a la farmacia?- Mi mamá miró algo nerviosa a Javier y este no hizo ni dijo nada dejando que ella contestara todo.
-Ay perdón mi amor, es que estabas bien entretenido jugando y no quería distraerte, de hecho ahorita nada más iba a subir para tomarme una pastilla y regresar allá contigo, ¿me perdonas?- Yo alcé los hombros sin mirarla y sin decir nada.
-¿Estás enojado conmigo?- Yo negué con la cabeza.
-No te enojes amor, de verdad que no me iba a tardar pero había mucha gente en la farmacia, yo también estaba desesperada por llegar- Mamá me levantó y me abrazó.
-Pero lo bueno es que ya estás aquí y nos podemos quedar encerraditos a ver una peli- mientras mamá aún me abrazaba alcancé a escuchar que ella en voz «baja» le dijo a Javier «ahorita hablamos», a lo que él respondió que sí. Acto seguido Javier se despidió de nosotros y se fue a su habitación, mamá y yo hicimos lo mismo.
Ya caída la noche, tal como había dicho, mamá y yo nos pusimos a ver una película. Hubo un momento en que ella se levantó para ir al baño; yo aproveche eso para discretamente ver si realmente eran pastillas lo que contenía la bolsa negra, ya que hasta ese momento no había visto a mi mamá tomarse nada. Cuando saqué lentamente el contenido de la bolsa me percaté que en efecto era una caja, pero no de pastillas, esa pequeña caja decía «condones», evidentemente por mi edad no sabía que era eso ni para que eran, pero lo que me llamó la atención es que la caja llevaba una imagen de un hombre y una mujer aparentemente desnudos besándose con pasión acompañada de palabras como «placer», «éxtasis», «protección», «sensibilidad», «lubricados», entre otras cosas. Yo no sabía para que mi mamá quería eso, pero por lo que había leído no me daba buena espina.
Después de devolver la caja a su posición original para no levantar sospechas mamá salió del baño unos minutos después para seguir con «normalidad» nuestras actividades. Voltee al reloj que estaba en la habitación para darme cuenta de que ya eran casi las 10 de la noche, fue entonces que entró al celular de mi mamá una llamada, lo primero que me vino a la mente era que esa llamada era de mi padre; mi mamá se levantó de la cama en la que estaba conmigo y salió de la habitación para hablar.
Yo no hice nada en ese momento porque estaba casi seguro que era mi papá, pero lo raro aquí era que cuando mi papá hablaba mamá no se salía de la habitación ni hablaba bajito como lo estaba haciendo en esa ocasión; fue entonces que los malos pensamientos empezaron a rondar mi cabeza y decidí ir a espiar a mi mamá para tratar de averiguar con quién hablaba. Me acerqué sigilosamente y solo escuchaba murmullos de ella en su mayoría, apenas una que otra palabra; pero si puedo decir que escuché perfectamente cuando mi mamá le dijo a la persona con la que estaba hablando «entonces vienes como a la una», «sí yo lo duermo», «te vienes descalzo para que no te escuche». ¿Quién iba a venir en la madrugada a nuestra habitación?, ¿Para qué? ¿y porqué cuando yo estuviera dormido? ¿será que a mi papá finalmente le habían dado descanso e iba a venir con nosotros?, tenía muchas dudas al respecto, así que ante la ansiedad de saber que pasaba fui con mi mamá.
-Mamá tengo hambre- Mi mamá despegó el teléfono de su oído y volteó a verme con un poco de asombro.
-Ya voy, espérame
-¿Es mi papá?- Mamá puso cara de fastidio
-Ehh… sí- Mamá se pegó otra vez el teléfono-Al rato hablamos es que el niño está aquí, sí, ya quedamos, bye.
Mamá colgó la llamada, nos metimos a la habitación; cuando le pregunté porqué se había salido y hablaba en voz baja, me dijo que porque la señal dentro de la habitación era muy mala y porque mi papá estaba en un lugar donde no podía hablar bien.
Después de decirle que tenía hambre, mi mamá me dije que saldría a comprar algo a la tienda; yo me ofrecí a acompañarla, y a pesar de que me dijo que no era necesario, yo insistí; no quería dejarla sola ni un solo momento, no quería verla con otra persona, la acompañaba a donde fuera, la tienda, la recepción, el balcón, etc. A donde fuera mi mamá yo iba con ella, fue a tal grado que incluso creo que la llegué a hartar.
Eran ya las 11:30 pm., mamá ya se había preparado para dormir, llevaba puesto unos calzones blancos, un brasier rosa pastel y encima un camisón blanco delgado y muy corto para sobrellevar el calor; el camisón era tan corto que incluso se lograba asomar su ropa interior dejando a la vista completamente sus estupendas piernas, que por cierto humectó con crema, cosa que no hacía regularmente. Yo decidí no comentarle nada a mi mamá sobre lo que había escuchado en su conversación por el teléfono apenas unos minutos antes porque sabía que me regañaría por estarla espiando, pero más importante porque deseaba saber que era lo que estaba planeando mi madre a mis espaldas, en verdad que la duda que carcomía.
Después de cambiarse mamá me mandó a dormir con la excusa de que ya era muy tarde (a pesar de que la noche anterior me dejó quedarme despierto hasta la hora que quise), yo obedecí sin reprochar.
Ya estando en la cama estuve como 15 minutos dando vueltas en ella, más que no poder dormir, no quería. Mamá me decía en repetidas ocasiones «ya duérmete» desde su cama viendo televisión. Cuando vi que eran casi las 12 me quedé quieto y cerré los ojos para disimular, pero como supuestamente había quedado dormido viendo en dirección a la cama de mi mamá ella me preguntó si no quería dormir del otro lado; por supuesto eso sonaba muy raro, así que cuando yo le pregunté porqué ella respondió diciendo que pensaba que del otro lado estaba más cómodo, pero que si no quería estaba bien, que ya me durmiera. Pasando ese extraño momento volví a cerrar mis ojos para fingir.
Estando «dormido» ocasionalmente abría un ojo de manera discreta para ver la hora, en ese momento eran ya las 12:30, lo único que seguía prendido era la televisión, mamá se notaba ansiosa, como si algo le faltara porque noté que sus piernas templaban ligeramente debajo de las sábanas y se mordía el dedo índice. Ella volteó a verme y pensando que ya estaba profundamente dormido se levantó de su cama, se dirigió hacia mi, me tomó con sus brazos y comenzó a girarme para que quedara viendo en posición contraria a su cama; cuando me di cuanta de su intención, abrí los ojos inmediatamente preguntándole que hacía, ella me contestó con tono nervioso que había perdido un arete y lo estaba buscando, pero ya luego lo buscaba; nuevamente me dijo «ya duérmete» dándome una palmada en el pecho y un beso en la frente, sus manos estaban heladas.
Permanecí unos minutos en posición vertical para no levantar sospechas, pero después volví a girar hacia mi mamá; era muy obvio que mi mamá no quería que yo viera algo, ese algo debía ser muy malo o prohibido por su manera tan extraña de comportarse; así que yo quería ver a toda costa. Ese pensamiento produjo en mi una ansiedad en el pecho inexplicable y unos escalofríos que me producían temblar sin control, tenía que hacer esfuerzos sobrehumanos para ocultar mi temblorina.
Mamá seguía despierta, pero esta vez su mirada estaba fijada en mi y no en la televisión, posiblemente trataba de asegurarse que estuviera verdaderamente dormido. Ya eran las 12:50 y si era cierto lo que escuché, no faltaba mucho para que llegara la persona que mamá esperaba. Algo que me desconcertó mucho fue que en un momento mamá metió una mano por debajo de las sábanas y comenzó a masajearse en su entre pierna mientras mordía otra vez su dedo índice, cada vez que yo hacía un movimiento para «acomodarme» ella quitaba la mano de ahí y fingía estar dormida; al verme «dormido» retomaba su labor.
Ya era la 1:15 y todavía no llegaba nadie, mamá se volteó dándome la espalda y parecía estar dormida aunque la tele seguía encendida. Miraba el reloj ocasionalmente, 1:20, 1:30, 1:40 y no había señal de que nadie viniera. Ya faltaba poco para las 2 de la mañana y al ver que en la habitación solo estábamos mi mami y yo me relajé creyendo que nada pasaría esa noche.
Justo cuando comenzaba a sentirme aliviado y a agarrar sueño escuché que alguien tocó la puerta muy suave, mi mamá casi saltó de la cama y fue hacia la ventana que estaba abierta (la manteníamos así por el calor), se asomó e hizo una seña de «espérame» con la mano. Mi mamá se acercó a mi lentamente descalza y caminando de puntas tratando de hacer el menor ruido posible con sus pasos; me miró para cerciorase que durmiera, una vez que «comprobó» que así era, fue hacia la puerta de la misma forma, la abrió cuidadosamente y de ella como seguramente ya adivinaron entró Javier. Casi abro los ojos ante la impresión de verlo, tal como le dijo mi mamá iba descalzo, solo con una camiseta gris sin mangas y un short.
-¿Por qué tardaste?
-Es que todavía había gente en la alberca y no quería que me vieran, perdón
-No, está bien, hasta estuvo mejor porque sí tardo en dormirse
-¿Ya revisaste que no esté despierto?
-Sí, ya
-¿En donde lo vamos a hacer?
-Pues estaba pensando que aquí en mi cama, pero va a rechinar, entonces yo creo que mejor nos jalamos las almohadas y las sábanas y lo hacemos en el piso, nada más que no hay que hacer mucho ruido para que mi hijo no despierte
-¿Segura que no se va a dar cuenta?
-Pues eso espero
-Mejor vamos a mi cuarto, allá si podemos hacer rechinar la cama y hacer todo el ruido que queramos
-Pues sí me gustaría, pero como voy a dejar a mi hijo aquí solo con la ventana abierta, no como crees
-Nada más va a ser un rato
-No, no puedo, debo cuidarlo
-Como quieras entonces, tu dices cuando empezamos
-Pues ya, ya me urge-Mi mamá y Javier tomaron la sábana más gruesa de la cama y la extendieron en el piso a un lado de la cama, donde aún yo podía ver muy bien, después tomaron un par de sábanas más delgadas y las echaron sobre la primera junto con un par de almohadas. Mientras armaban su cama mamá le dijo a Javier.
-A noche soñé contigo
-¿A sí?, ¿qué soñaste?-Mamá puso cara coqueta
-Que te la chupaba
-Pues ahorita tus sueños se hacen realidad- ambos rieron bajito. Después de terminar de acomodar las sábanas se levantaron, se quedaron viendo frente a frente, de repente Javier le sonrió a mi mamá y le dejo «ven», mamá le devolvió la sonrisa y se acercó a él, puso sus brazos alrededor del cuello de él y se besaron apasionadamente, aprovechando que los dos cerraron sus ojos, yo abrí los míos, veía como sus lenguas se enredaban la una con la otra, sus bocas empezaban a producir chasquidos de los besotes que se daban.
Mi mamá le quitó a Javier su camiseta dejando su torso desnudo, Javier comenzó a desabrochar los botones del camisón de mi mamá para terminar quitándoselo y tirándolo al suelo, dejando a mi mamá en calzones y brasier. Javier aún besando a mi mamá puso sus manos en su espalda y cuidadosamente le desabrocho el brasier. El brasier cayo de igual manera, Javier se quitó el short dejándose en boxers; mi mamá antes de continuar le dijo a Javier que la esperara. Mi mamá en calzones y con los pechos descubiertos caminó hacia mi, yo cerré bien los ojos, pero aún así sentía su cara a unos centímetros, por un momento creí que se daría cuanta que estaba fingiendo dormir, pero por suerte no fue así, lo único que hizo fue pedirle a Javier que le pasara una almohada, él obedeció, mamá puso esa almohada parada enfrente de mi para tapar mi vista de lo que pasaba; después de eso volvió a su labor.
En efecto la almohada tapa mi vista, estuve solo escuchando los ligeros gemidos de mi madre y los besos que se daban con un momento, fue hasta mi mamá empezó a aumentar sus mmm…mmmm……y a decir cosas como «ah que rico» para que me las ingeniara para quitar la almohada para volver a ver la acción. Cuando volví a verlos estaban completamente desnudos besándose parados, sus calzones estaban en el suelo también enredados, desde mi posición veía las nalgas bien formadas de mi mamita y el pene parado de Javier, él acariciaba los glúteos de mi mamá con ansiedad.
-¿No vas a apagar la tele?
-No, para que tape el ruido- Mamá se volteó dándole la espalda a Javier, éste se acercó a ella, la tomó por la cintura y recorrio con sus manos todo su cuerpo hasta acariciar y apretar sus pechos, le besó el cuello; mi mamá suspiraba con cada beso que recibía de Javier, con una mano acariciaba su rostro y para excitarlo más pegó sus trasero a su pene y lo movió haciendo un tipo baile; Javier tomó una gran bocanada de aire. Cuando ya estaba introduciendo su pene en mi mami ella se separó diciendo que todavía no, camino totalmente desnuda hacia donde estaba la bolsa negra, sus tetas rebotaban con cada paso que daba, sacó la caja de condones, la abrió, de ella sacó un cuadrito, lo abrió con los dedos y de la envoltura sacó el condón.
El pene de Javier parecía que estaba a punto de estallar de lo venoso y parado que estaba. Mamá camino hacia él con el condón en la mano.
-¿No te dije que se ponerlo con la boca?
-No, no me dijiste… a ver- Mi mamá se puso de rodillas frente a Javier, agarró su pene, lo miro a la cara para sonreirle coquetamente, le guiñó un ojo para finalmente sacar su lengua y lamerle el pene de la base al glande, ante esto Javier solo expresaba «ay que rico». Mamá se puso el condón en la boca, tomo a su amante por las piernas y lentamente se metió el pene de este a la boca; Javier miraba a mi madre lanzando suspiros de placer. Mamá se metió casi todo el pene, le faltó poco para llegar a la base cuando de igual forma se lo sacó de la boca; con la mano recorrió el látex para que cubriera todo el miembro.
Ya una vez protegidos mi mamá aún de rodillas jaló a Javier para que quedaran iguales, se empezaron a besar de nueva cuenta para poco a poco irse acostando sobre su cama improvisada. Mamá se colocó encima de Javier aún besándolo, con una mano agarró su pene y sin más se lo metió lentamente en la vagina. Mamá se empezó a menear de arriba hacia abajo, el pene de Javier entraba y salía de ella, así estuvieron como 5 minutos hasta que Javier quiso tomar el dominio girando a mi mami para que ahora él quedara arriba; mamá solo rió y abrió sus piernas para recibir a su amante. Javier comenzó a penetrar a mi mamita, ella solo gemía -ahhhh…..mmmm…..ohhhhh sí- en un tono muy bajito, ambos se besaban, Javier también besaba el cuello de mamá mientras ella acariciaba su espalda. Javier aumento la intensidad de sus embestidas a lo que mamá entre gemidos le pidió que no le diera tan fuerte para no hacer ruido, él obedeció y disminuyo su emoción.
Yo aún no podía creer lo que veía, prácticamente mi mamá estaba cogiendo a lado de mi con alguien que no era mi papá. No sabía que hacer, estaba enojado pero a le a vez me gustaba ver, mi mamá gemía delicioso-mmm…ahhh…ahhh sí que rico ahhhhh….ohhh- cerraba los ojos y abría la boca muy sensual mientras el Javier metía y sacaba su pene de donde yo había nacido. Mamá parecía disfrutar el momento, con sus piernas rodeaba Javier mientras este se las acariciaba. La escena era tan excitante que incluso yo tuve una erección y los escalofríos aumentaron ante el morbo de ver a mi mamá cogiendo.
Todo iba «bien» hasta que por la mala posición en la que tenía la almohada que mamá había puesto para que no viera y un movimiento involuntario producido por los escalofríos la terminé derribando por accidente. Mamá y Javier pararon su faena para voltear a verme con cara como si los hubieran descubierto, yo a pesar de todo permanecí con los ojos cerrados para tratar de seguir simulando. Mamá le pidió a Javier que se quitara, se levantó, totalmente desnuda caminó hacia mi, nuevamente sentía su mirada fija en mi; por un momento creí que lo mejor era ya abrir los ojos y a ver que pasaba, finalmente la vergüenza iba a ser para ella, pero decidí seguir en mi posición.
Mi madre se quedó enfrente de mi por un buen rato, ella me llamó por mi nombre pero yo no respondí.
-¿Se despertó?- Mamá volteó a ver a Javier
-No sé, según yo, no, pero no sé si haya escuchado algo
-¿Le subo el volumen a la tele?
-No, sabes que, mejor vamos al baño, no quiero correr riesgos, si quieres quítate ese condón- Javier obedeció y tiró el condón a la sábana dejando al desnudo su pene de nueva cuanta, mamá fue a la caja de condones y tomó otro. Mamá le dijo «ven» y tomándolo de la verga lo llevó hacia el baño. Javier antes de entrar dijo.
-Espera
-¿Qué?
-Hay que traernos la cámara ¿no?
-¿Para qué?
-Como que ¿para qué?, ya sabes
-No, estás loco, en esa cámara tengo los videos del niño
-Pues lo grabas en otro disco y ya
-No, todos son iguales, que tal si cuando los ponga en la casa me sale ese enfrente de mi hijo y mi esposo, no
-Pues lo pones aparte y ya, ándale, para que recordemos esto- Mamá se quedó pensativa un momento.
-Bueno, pero entonces tráela y cámbiale el disco.
Mamá abrió la puerta del baño cuidadosamente, después de que ella y Javier (con la cámara) se metieron la cerró con seguro. Inmediatamente después de que cerraron la puerta la luz amarilla del baño se asomó por debajo de esta, yo me levanté de la cama sin hacer ruido; me puse sobre la sábana donde apenas hace unos segundos se estaban cogiendo a mi mamá, a mis pies tenía la ropa de Javier junto al camisón, los calzones y el brasier de mi mamá. Por supuesto, también estaba el condón que Javier había tirado, yo le agarré para saber como se sentía; su consistencia era viscosa y húmeda, era muy excitante pensar que esa cosa estuvo dentro de la vagina y la boca de mi mamá.
De repente unos ruidos que provenían del baño llamaron mi atención, eran los mismo que hacían mi mamá y su amante cuando se besaban acompañados de uno que otro mmm…mm…mmmm… de mi mamá, escuché como la cámara empezó a grabar. Yo me acerqué a la puerta y pegué mi oído a ella para escuchar mejor lo que pasaba ahí dentro, después de unos minutos los chasquidos empezaron a transformarse solamente en mmm..mmmmm….por parte de mamá, mi mamá hacía sonidos como su estuviera enchilada pero también se escuchaba como si alguien chupara una paleta, mamá ocasionalmente hablaba para decir «enfócame bien». Javier solo suspiraba y decía «uy que rico la chupas chiquita»,mamá reía de forma traviesa.
El solo poder escuchar me frustraba un poco porque yo quería ver, fue entonces que me di cuenta que la rendija de abajo de la puerta era bastante ancha y que si me acostaba lograría ver algo; entonces así lo hice, evidentemente no podía ver todo, lo único que podía ver eran las plantas de los pies de mi mamá y parte de sus piernas (parecía estar arrodillada otra vez), enfrente de ella veía los pies de Javier que parecía estar parado, a lado mi mamá estaba el condón sin abrir que se había llevado, mamá solo emitía mmm…mmm…mmm…mientras se escuchaba que chupaba algo, los dedos de sus pies se movían. De repente mamá habló.
-Ahhh qué rico pene tienes- hacía sonidos exagerados como si lamiera algo, estaba vuelta loca
-Ohh ¿te gusta? ¿te gusta chupar mi pene?
-Mmm… sí, está muy rico.- mamá volvió a tragar- Ah, mira que tamaño tiene, oh, sí, sí, oh que bien se siente- El tono de voz de mi mamá era como si se quejara, pero sus palabras demostraban que lo que pasaba lo disfrutaba mucho
-Es toda para ti mi vida
-Mmm…oh, se pone cada vez más dura…..,mmmm..mmmmmm…mmmm, ah, siento como palpita en mi boca, que rico
-Pareces bebé tomando su mamila, que rico, oh tu hijo a unos metros durmiendo y tu aquí chupando mi verga, que excitante
-Deja de hablar de él
-Oh sí, no pares perrita, no pares- Los sonidos que emitía mi mamá cuando chupaba pararon
-No me digas así
-Perdón, no lo vuelvo a hacer- Los sonidos volvieron junto con los mm.mmmm.. de mamá.
Voltee a ver el reloj y ya eran las 3:15 am. Así estuvieron por un rato más hasta que Javier le dijo a mi mamá:
-Ya párate, ya te quiero coger- Mi mamá tomó el condón y se levantó, se puso delante de Javier; por la posición en la que estaban deduje que se pusieron frente al lavabo del baño donde también había un espejo. Javier estando atrás de mi mami le dijo:
-Hagamos un bebé
-¿Qué?, no como crees, estás loco- Javier rió
-Era broma- Mamá también rió y se escuchó como se dieron un beso
-Ahora sí te la voy a meter hasta el fondo- Mamá gemía. Javier le pidió a mi mamá que le agarrara la cámara. Se quedaron en silencio un rato hasta que escuché una ligera risa del hombre que estaba disfrutando a mi mamá.
-¿Porqué me grabas mientras me lo pongo?
-Porque quiero recordar todo- Se quedaron en silencio otro rato hasta que mi mamá volvió a hablar.
-¿Ya?, Ya la quiero adentro
-Ya voy, ya voy- Mamá y Javier estaban frente a frente, yo los ubicaba por la posición de sus pies. De repente Javier caminó un par de pasos hacia mi mamá y la volteó bruscamente diciéndole «ven acá», mamá le contestó de una forma muy sensual «oh sí». Javier separó con sus pies las piernas de mi mamá; después le pegó una nalgada a lo que ella solo reaccionó con un «ahhh» para finalmente clavarle su pene (o cuando menos eso supuse) porque vi como ambos se empezaron a mover mientras mi mamá gemía más fuerte.
Yo ya un poco cansado decidí quitarme de ahí y volver a mi cama para masturbarme pensando en lo que había visto esa noche y sobre todo escuchando aún los gemidos de mi madre provenientes del baño. En ese momento también me preguntaba si lo que hacían Javier y mi madre sería solo de una noche o por lo que quedaba de vacaciones, pero eso lo sabría hasta después.
QUE RELATO TAN CALIENTE, MUY BUENO
Amigo buen relato, espero la parte 2
la mujer candela..y al javier le gusta la idea de que lo vea el hijo esmas lo exita todavia..y el hijo a disfrutado como cojen a su madre….estos dos pueden hacer feliz a esta mama…sin que ella se entere….muy buen relato
me encanto el relato, como lo contaste me puso uffff, es mi favorito ahora, espero la segunda parte con ancias.
Sabes si ya está la parte 2?
Continualo por favor
¡qué relato!…..sigue porfavor,….
Que Maravilloso relato