Mirando a mis primas en la ducha 1.
Esta historia ocurrió un día de verano en la casa del pueblo de mi familia.
Todos los fines de semana del verano solíamos ir al campo, para estar con los primos y toda la familia. En la ciudad en esa época el calor era insoportable, así que siempre buscábamos los ríos y las piscinas del pueblo. Nos lo pasábamos bien allí, con primos, tíos, cuñados, hermanas, además, como no había nada que hacer, nos dedicábamos a descansar, rodeados de buen ambiente y diversión.
Esta historia ocurrió un día de verano en la casa del pueblo de mi familia.
Todos los fines de semana del verano solíamos ir al campo, para estar con los primos y toda la familia.
En la ciudad en esa época el calor era insoportable, así que siempre buscábamos los ríos y las piscinas del pueblo.
Nos lo pasábamos bien allí, con primos, tíos, cuñados, hermanas, además, como no había nada que hacer, nos dedicábamos a descansar, rodeados de buen ambiente y diversión.
A uno que le gustan las mujeres, pues en un sitio, donde la mayoría de la gente eran chicas, estaba en la gloria, feliz y tranquilo, o no tanto.
Cada día, en la piscina, veía mujeres espectaculares, con sus cuerpos al sol, y uno, mirando sin perder detalle claro.
Me ponían malo mis primas y mi cuñada… estas, sabían que me gustaban, por lo que no dejaban de provocarme.
Mi cuñada, no hacia mas que jugar conmigo, se acercaba mas de lo que debía, le gustaba que la mirara, y cuando estábamos en la piscina, siempre aprovechaba para mostrarse mas de lo que debía, aunque siempre con un punto de recato que a mi me ponía como una moto.
Las primas era otra cosa, una como si no existiera, aunque alguna vez se llego a sentar en mis rodillas, y tontear pero nada más, era un poco infantilota a pesar de que tenia mas de 25 años.
Se mostraba en bikini sin más, y no se preocupaba si estaba delante, siempre creí que me veía como un hermano.
Yo me quedaba muy impresionado por su cuerpazo, sobre todo por sus tetas espectaculares, muy gordas y grandes.
Siempre intuí que sus pezones serían grandísimos.
La otra prima si que tonteaba conmigo, era madre de un niño, y ya había jugado conmigo más de una vez, alguna vez me había enseñado su tanga agachándose mas de lo habitual, o había salido del baño después de mear abrochándose los botones y enseñando mas de lo permitido.
No tenia problema en mostrar mas de lo debido, incluso cuando le dio el pecho a su niño no se cortó un pelo en dárselo delante de mí, enseñándome sus tetas de madre.
A mi me mataba de morbo, por lo que no hacia mas que mirar y mirar.
Cuando se agachaba, siempre miraba dentro de su escote, o cuando se levantaba con una fina camiseta sin sujetador, enseñando sus tetas no muy grandes y algo caídas, pero con unos pezones grandísimos, que entraban ganas de chuparlos.
Así que mirar era uno de mis pasatiempos favoritos por aquellos días, y madre mía que días mas buenos… sobretodo uno, que colmaría todas mis fantasías.
Yo sabia que la ventana del baño de su casa daba a un patio de luces, y que desde enfrente, si había suerte y estaba la ventana abierta, se podía ver el interior del baño.
Mas de una vez lo había intentado, pero nunca había conseguido ver nada.
Pero cierto día, mi día de suerte sin duda, todo cambió.
Aquel día íbamos a salir, por lo que nos fuimos duchando poco a poco.
Así que, sin proponérmelo siquiera, se me presentó la oportunidad que había estado esperando.
Una de ellas, la que era madre, se metió en la ducha, y yo disimule una llamada al teléfono de trabajo, para salirme fuera debido al ruido que había en casa.
Me fui a la ventana de enfrente, y con la oscuridad de la noche podía ver la ventana del baño de mi prima abierta.
Espere mientras no dejaba de mirar a ver si trataba de ver algo.
Nada, no tenia vista suficiente para ver la ducha, por lo que empecé a desesperar.
Ya le había visto sus estupendas tetas un poco caídas, no muy grandes pero de grandísimos pezones.
Estaba cachondisimo y quería vérselas de nuevo.
Espere, con la falsa llamada en las manos como coartada, y zas, pasó, salio de la ducha desnuda completa.
No podía ver su culo ni su coño, porque la tapaba la pared, pero si sus tetas.
Me volví loco mientras miraba y miraba… y ella, como si nada secaba su cuerpo ajena a mis miradas.
Se pasaba la toalla por todos lados, su culo, su coño, sus tetas… me estaba poniendo a mil.
Como me gustaban aquellas tetitas en las que la gravedad y la maternidad habían hecho su trabajo, estaba a mil.
Disfrute, y trate de retener en mis ojos aquella maravilla de cuerpo maduro de casi cuarenta años, para no olvidarlo nunca, y así lo hice, disfrutando cada segundo de la visión que se me presentaba ante mis ojos clandestinos.
Luego, desgraciadamente tuve que abandonar mi posición, porque mi escapada no debía levantar sospechas entre la familia, y cuando ella comenzó a vestirse, yo volví dentro como si nada… aunque creo que su marido se dio cuenta de mi estado de excitación, a pesar de todo lo que yo trataba de disimular.
Me senté a ver la tele con la familia como si nada, con la mente pensando en el desnudo que le había robado a mi prima, en sus tetas y su excitante barriga, en su culo gordo, solo imaginado y comprobado al salir del baño con su minifalda vaquera y sus botas negras hasta la rodilla.
No podía pensar en otra cosa que no fuera esas tetas.
Buf… una autentica locura.
Pero claro, hay días, que las alegrías no vienen solas, y este, tenía otra sorpresa por llegar.
Cuando mi prima salió del baño, se preparó para salir a dar una vuelta con su marido y su hijo.
Mientras tanto, su hermana, mi otra fantasía loca, la prima pequeña con las tetas gordas, que yo siempre había intuido bajo la ropa, pero que nunca había tenido la mínima posibilidad de ver, se dispuso a entrar en el baño a ducharse.
La cosa estaba complicada, pues era difícil, y me podía meter en un gran problema si me volvía a perder otra vez para mirar desde mi puesto de vigilancia.
No tenía la menor posibilidad si mis primos no se iban, y mi mujer no seguía despistada hablando con la familia.
Se metió en el baño a ducharse, pues había quedado con su novio para salir.
El tiempo pasaba, y los otros no se iban, no tendría tiempo de ver nada.
Mas tiempo… hasta que por fin, se fueron.
Yo esperé lo que se me hizo una eternidad, y prepare mi plan de nuevo.
Esperaba que se volvieran a tragar mi ardid, así que fingí de nuevo la llamada de trabajo, y salí fuera a hacer con que tenía que hablar.
Con el teléfono en la oreja, y habando en una conversación fingida, me fui directamente hacia mi puesto de observación.
Al asomarme con todo el cuidado del mundo, no veía nada salvo las cortinas de la ducha, pero nada de mi prima y su cuerpo maravilloso.
Espere, con todos los sentidos agudizados, por si alguien me pillaba, o por si ella decidía mostrarse en toda su esplendida desnudez.
Y surgió de entre las cortinas del baño, con el pelo mojado y su cuerpo desnudo como siempre soñé.
Con sus grandes pechos, con sus pezones completamente erizados.
No tenia ninguna marca en su cuerpo, sin duda por la costumbre de hacer topless cuando estaba sola, no cuando estaba con todos nosotros su familia, pues entonces nunca se quitaba el biquini.
Con biquini, estaba espectacular, pero son las tetazas al aire, estaba tremenda.
Eran impresionantes, grandes, gordas, algo caídas por el gran peso, pero rotundas.
Me intente asomar un poco a ver si podía tener la imagen de su culo o de su coño, pero la ventana me lo impedía, así que continué intentando hacer una fotografía mental de aquellas tetas que nunca olvidaría.
Estuve allí durante un buen rato, en unos momentos que fueron súper excitantes, inolvidables.
Creo que pocas veces en mi vida he estado tan cachondo como aquella tarde.
Luego, cuando considere que empezaba a estar en peligro y que corría el riesgo que me descubrieran, volví a dentro de la casa, y aparecí en el comedor con el teléfono en la mano protestando por que me llamaran para tonterías.
Nunca olvidaré aquel día, y los desnudos que les robé a mis primas.
Espero que vuelvan los tiempos del verano y que con un poco de suerte tenga la ocasión de volver a tener un espectáculo igual.
Ahora, cuando estamos juntos, no puedo evitar mirar disimuladamente sus tetas, imaginando los pezones que fueron míos aquella tarde.
A la mañana siguiente otra gran sorpresa me esperaba pues llegó una de mis primitas consentidas convertida ahora en toda una adolescente.
Yo creo que debía tener entre 14-16 años, y su cuerpo en pleno desarrollo, con unas tetitas que ya se veian redonditas y que habian dejado atras el corpiño para empezar con los bra que le amoldaban perfecto con una blusita de algodón.
sus nalguitas paraditas en esos pantalones de mezclilla.
al saludarla me quedé sin palabras de lo bella que se veía, tanto que ella se rió al mismo tiempo que se sonrojaba al sentir mi mirada en ella y me decía que por qué tan serio, que si ya no quería hablarle.
obviamente reaccioné y le dije que estaba mas bella que nunca que por eso hasta el aire me había quitado al verla.
al escucharlo se puso roja como tomate y sin mas me plantó un beso en la mejilla por ser como siempre su primo consentido siempre tan galante.
Como todos ya teníamos varios días en casa, lo que menos querían era permanecer en ella y se organizaron para salir a diferentes lados.
pero mi prima como iba llegando ella quería estar en la alberca y descansar un poco.
Yo de inmediato me ofreci para quedarme y acompañarla aduciendo que tenía que atender algunos de los asuntos de la oficina por las llamadas del día anterior.
así que todos salieron y nos dejaron solos.
Nos quedamos platicando en la cocina mientras nos preparábamos algo de desayunar y así nos fuimos poniendo al tanto de lo que había hecho de su vida en el tiempo que no nos habíamos visto.
Poco a poco la plática fue derivando hacia preguntas más personales y debido a que siempre fuimos muy unidos y yo siempre he sido su confidente, terminó contándome de sus primeros novios y su primera decepción amorosa porque encontró a su novio con una de sus amigas lo que le rompió el corazon.
Le dije que no se preocupara porque ella era demasiado linda y ahora ya demasiado mujer para ese niño.
se le iluminaron los ojos al escucharlo y me dijo de verdad lo crees? claro que si, ya verás como algún dia se arrepentirá de haberte dejado ir.
Lo rojo de sus mejillas solo la hacía ver mas linda al igual que el brillo en sus ojos.
Luego de desayunar quedamos en ir a la alberca por lo que fuimos a cambiarnos.
Cuando llegó a la alberca se me abrieron los ojos de plato.
estaba maravillosa con su bikini, La parte de arriba era de las que son un triángulo y que no tienen soporte como los sostenes, pero con ese cuerpo en desarrollo no los necesitaba para nada, sus pechos se erguían orgullosos y muy paraditos.
Su vientre plano y lo terso de su piel contrastaba contra el triangulito del bikini que no hacía mas que resaltar sus caderas, y ese monte de venus al que se notaba como se metia un poco entre sus labios.
Toda coqueta al acercarse me dijo y ahora porqué de nuevo con esa cara?.
casi como adolescente alcancé a balbucear alguna tontería y ella se rió mas.
entonces recordando nuestros juegos le dije que no se riera de mi porque me las pagaría.
ella me dijo ah si? yo creo que ya ni puedes conmigo, y siguió riéndose como retándome.
entonces me puse de pie y le dije, ah no? ya verás.
ella pegó un gritito e intentó correr para alejarse de mi, pero no pudo dar muchos pasos antes que la atrapara por detrás y empezara a hacerle cosquillas diciéndole que me las pagaría por burlarse de mi.
Todo esto hizo que me empalmara y mi erección no pudiese disimularla con el traje de baño tipo short, y mas creció al sentir el roce de sus muslos contra mi verga.
Era imposible que ella no lo notara y al inicio me apaniqué un poco, pero cuando no dijo nada, y al contrario siguió rozandose contra mi mientras forcejeábamos, me relajé y seguimos jugando.
La acosté sobre mis rodillas para castigarla como lo hacíamos años atras y fue cuando pude apreciar esas nalguitas de maravilla.
las tenía muy paraditas y duritas, eran un poema, y no pude resistir dejar mi mano un poco más al darle su nalgada de castigo, ella pegaba unos grititos y risas de resistencia, y yo para evitar que se me escapara tomé sus manos y las puse bajo su cuerpo para sostenérselas entre mis piernas, solamente que ese movimiento provocó que la palma de su mano quedara justamente sobre mi verga.
No solo eso.
sino que el forcejeo hizo que se me subiera el short un poco y la verga se me saliera por un lado del short, por lo que su mano quedó tocando justamente la cabeza.
al sentir el roce de la palma de su mano mi verga dio un respingo y una corriente de electricidad me atravesó.
ámbos nos quedamos quietos por un segundo que sentimos interminable.
pero de inmediato continuamos forcejeando, ella no se animó a cerrar la palma de su mano alrededor de mi verga, pero si la dejó abierta y frotándola a todo lo largo con cada intento de zafarse de mi abrazo.
Yo no sabía si seguir dándole nalgadas y disfrutar la dureza de sus nalguitas, o si apretar sus pechitos entre mis manos.
con esos pezones que ya estaban paraditos y duritos por los apretones de mis manos.
Como estábamos jugando a la orilla de la alberca, de repente una de las patas de la silla se fué al borde y ambos caimos a la alberca, salimos riéndonos de lo que había pasado, aunque en la caída un lado de su top se le hizo a un lado y como salió tragando agua pasaron unos segundos antes de darse cuenta y yo pude apreciar de cerca ese pezon paradito y rosita junto con ese pecho paradito que como ya lo había imaginado ni necesitaba sostén para mantenerse erguido.
Ella se dio cuenta al seguir mi mirada y con pena se sumergió en el agua para acomodárselo.
No hicimos ningún comentario y seguimos riendo.
Nos salimos a asolear, y ella me pidió que le pusiera bronceador cosa que de inmediato hice con gusto.
Que emoción el poder recorrer con mis manos todo su cuerpo al ponerle el aceite bronceador, primero lo calentaba en mis manos frotándolas y luego se lo fui aplicando delicadamente, ella solo hacía gemiditos de placer indicando que le gustaba como se lo ponía, casi convirtiéndolo en masaje mas que en poner solo bronceador, así recorrí su espalda, dando masaje en su cuello.
llegando hasta el borde de sus nalguitas.
luego bajando hasta sus pies y subiendo por sus pantorrillas y muslos.
para que mientras la palma de mi mano ponía bronceador en sus muslos, mis dedos frotaban la parte interna acercándose cada vez maspeligrosamente a su entrepierna.
al irme acercando alcanzaba a sentir el calor que empezaba a emanar de ahi.
y como involuntariamente cerraba sus muslos aprisionando mis dedos entre ellos.
y dándose cuenta al momento los abría de nuevo un poco.
Al voltearse boca arriba, repetí la operación masajeando sus hombros, su cuello, bajando en V para pasar en medio de sus pechos recorriéndolos luego por el costado, y luego su pancita, yendo de nuevo hasta sus pies y repitiendo los movimientos hacia arrlba, para que fuera ella anticipando hacia dónde me dirigía.
Tenía sus ojos cerrados, pero podía ver como de repente se mordía el labio inferior, cosa que me volvía loco de lo sensual que se veía.
Cuando llegué de nuevo a sus muslos casi podía adivinar una manchita de humedad entre sus labios, y cuando «sin querer» di un pequeño roce con mis dedos a su entrepierna, no pudo evitar un respingo imperceptible y un gemidito que de inmediato quiso ocultar como si estuviera carraspeando.
Luego ella se ofreció a ponerme bronceador y yo tuve que ponerme boca abajo porque mi erección de plano era demasiado visible, solamente que el recorrer de sus manos sobre mi cuerpo fue peor!!.
y para acabarla ella se desquitó de lo que le hice porque parece que aprendió bien la lección e hizo todo el recorrido con la tersura de sus manos, y aunque pensé que no lo haría.
también se acercó peligrosamente a mi entrepierna al estar boca abajo.
yo no quería voltearme porque no iba a poder hacer nada para ocultar mi erección, pero llegó el momento inevitable y tuve que ponerme boca arriba.
ella empezó a reirse y a decirme maliciosamente que era eso primito?, no me quedó otra que agarrar el toro por los cuernos y decirle que me disculpara, que me daba mucha pena, pero que era su culpa por lo hermosa que se veía y lo bien que aplicaba el bronceador.
como siempre que le decía un piropo, sus mejillas se encendían y me dijo que a poco si era verdad? que ella no creía porque seguro la veía como una niñita aún, pero de inmediato le dije que no era así, que al contrario, ya era toda una mujercita, y que lo que veía pues era muestra de que era verdad, y nuevamente le pedí que me disculpara.
ella me dijo que no me preocupara, que no la ofendí, sino que al contrario, le gustaba un poco el que yo le hubiera confesado que ya no la veía como una niñita.
todo esto lo iba diciendo mientras me iba aplicando el bronceador por mi pecho, mis brazos, mis piernas, convirtiendo cada recorrido de sus manos en una caricia mas que en la pura aplicación del bronceador, como yo tenía los lentes de sol puestos, parecía que estaba también con los ojos cerrados, pero realmente los tenía entrecerrados para poder ir viendo su carita al aplicarme la crema bronceadora, y podría jurar que se le vió un brillo malicioso y coqueto a la vez cuando ella también «se le fue» la mano un poco más hacia arriba y rozó con sus dedos nuevamente mi verga que seguramente pudo ver todo el tiempo ya que la tenía sobresaliendo por un costado y al estar bien parada pues levantaba solita la orilla del short y seguro desde su posición sentada a la altura de mis piernas pues fácilmente podía verla.
Al hacerlo yo si no pude aguantar el respingo y ella se echó a reir, con lo que iniciamos nuevamente nuestro anterior juego de castigarla con las cosquillas, solamente que ahora con lo resbalosos que ambos estábamos al estar cubiertos de aceite bronceador, las manos volaban mas en ambos cuerpos.
pero como yo estaba acostado ella aprovechó y se puso encima de mi, para querer ganarme y ser ella quien me hiciera cosquillas, entonces se sentó sobre mi estomago para querer agarrarme las manos y que yo no le hiciera cosquillas, quiso ahora ella detenerme las manos poniéndolas entre su cuerpo y el mio siendo ahora mis manos las que quedaron frotando su conchita cada vez que me queria liberar, luego de un rato de casi literalmente estarla frotando con mis dedos no pasó mucho tiempo antes que se fuera resbalando hacia abajo y realmente estuviera sentada encima de mi verga, así que cuando liberé mis manos, ahora literalmente ella se frotaba de adelante hacia atras y yo le correspondía mientras con las manos seguiamos «peleando» por hacernos cosquillas, o sea tocando sus senos por los lados y de repente rozando sus pezoncitos.
Yo creo que si seguimos un minuto mas ese juego hubiera terminado por venirme.
y ella estaba toda colorada cuando por fin dejamos de jugar, al yo voltearla y quedar ahora encima de ella.
y así nos quedamos por un rato recuperando el aliento.
Cuando nos dimos cuenta ya habían pasado varias horas y no faltaba mucho para que regresaran todos, por lo que decidimos irnos a bañar.
le dije que si quería bañarse primero, y yo de inmediato corrí a mi punto de observación.
no pasó mucho tiempo antes de que la viera entrar al baño, con su tersa y deliciosa piel brillando bajo la luz de los focos.
pude apreciar lo sensual y bello de sus pezones y lo blanco de su piel contrastando con lo moreno de la piel que se habia bronceado, y sus pezones completamente erectos en cuanto se quitó el top.
la perdí de vista por un segundo cuando se agachó para quitarse el bikini, pero esta vez no iba a permitir que no pudiera verla bien, y envalentonado porque no habia nadie en la casa de plano me acerqué mas a la ventana para poder ver mejor.
cuando me acerqué vi sus nalguitas redonditas apuntando hacia mi.
y el nacimiento de su rajita.
y cuando se levantó.
podía ver hasta sus rodillas.
que monumento de nalguitas, redonditas.
blanquitas contrastando con su piel, luego el contorno de su cintura.
su espalda.
y esos muslos torneados.
se puso de perfil mientras se agarraba el pelo en una colita frente al espejo.
y pude apreciar ahora si por completo su cuerpo desnudo.
todo un poema, una mujer en pleno, con ese monte de venus recortadito, casi depilado.
sus pechos que me enloquecen.
no pude evitar empezar a masturbarme mientras tenía esa visión.
que solo duró unos segundos porque se fue a la regadera y la cortina no me dejo verla.
Cuando ya casi iba a salir.
escuché ruidos y tuve que apresurarme a irme a la sala, solo pasaron unos momentos cuando empezaron a llegar el resto de los primos y primas que habían salido, y bromeandome acerca de lo bronceado que me puse.
yo ni podía hablar porque aun tenía en mi mente la imagen de mi primita desnuda.
y todo lo acontecido ese día.
pero también no desesperaba, porque sabía que solo era el principio.
de muchos días de vacaciones que teníamos por delante.
ya les iré contando.
Me hubiera gustado jugar a las cosquillas