Mis aventuras con Wendy.*
Una apuesta que gane me trajo mucha satisfacción. .
Apuesta cachonda.
Somos una pareja de novios como cualquier otra.
Ella se llama wendolin. (Wendy)
Es un poco gordita sin llegar a ser obesa, 1.68 de estatura, tiene un trasero de infarto, pechos medianos, su piel es blanca, cabello largo y teñido de rojo. En fin. Es gordibuena.
Yo soy Felipe. Mido 1.68, soy delgado, cabello corto y castaño, piel blanca igual que mi novia.
Siempre hemos sido muy cachondos, nos gusta exibirnos en algunas ocasiones, en cuanto a mi manoseo a Wendy.
Todo comenzó un fin de semana donde jugaron nuestros equipos de fútbol en contra.
Decidimos apostar; ella por su parte quería un Jersey original de esa temporada y yo… Yo por mi parte tenía algo perverso en mente.
La suerte me favorecio al ganar mi equipo, Wen estaba a la espectativa de como iría a pagar.
La cite en mi casa a las diez de la mañana para llevar acabo mi plan.
Para esto le había pedido que llevara consigo unas tobimedias a la rodilla de red de color negro.
En la cama había dejado el atuendo que debería de llevar para nuestro paseo especial.
Algo sorprendida preguntó por aquello, a lo que le comenté que daríamos un rico paseo.
Cuando salió de mi recamara casi me le voy encima.
Para que la imaginen:
Una remera o blusa de manga corta color blanca escotada, falda roja a cuadros tipo colegial muy ajustada y corta, que casi dejaba ver sus nalgas y apresiar bien sus piernas, unas zapatillas, sus tobimedias y su chamarra de mezclilla.
Recorrimos gran parte de la ciudad y fue más que obvio que más de uno la volteara a ver con lujuria.
Hubo un cambio en mis planes cuando ingresamos a un bagon del metro.
Ella quedó casi en medio de las puertas y yo un poco más atrás.
Estaba lleno aquel vagon, pero podía disfrutar de como se veía Wen, cuando, pronto veo a un tipo que rozaba su dedo en aquellas nalgas. En vez de enojarme y quitarlo, me quedé viendo que más hacia.
Estuvo rozandola con su dedo hasta que, yo creo se armo de valor y puso la mano abierta en ese trasero.
Le hice señas a Wendy que iría tras ella.
Subimos las escaleras cuando de reojo veo a alguien con el celular en mano y tratando de grabarla bajo la falda.
Yo si sabía que bajo su falda traía licra de bicicletero.
Pero bueno. Eso también me calentó.
Hicimos parada en una de las alamedas para ver la actuación de unos payasos callejeros. Yo me aparte de Wen para ver quien más se atrevía a grabar bajo su falda.
No pasó mucho cuando llegó un sujeto, al notar que estaba sola, sacó su celular y solo se dedico a tomar fotos.
Otro fulano llegó más tarde con una maleta, la cual enfocaba con una de las bolsas por debajo de la falda de mi novia.
Al final un wuey llamó mi atención porque colgó su mochila a su lado izquierdo y su chamarra en mano del lado derecho. Esto me llamó tanto la atención que sigilosamente me acerque ¿y cual va siendo mi sorpresa?
Su pija al descubierto, rozando el culo de Wendy. Le hacía el glande para adelante simulando una penetracion.
Estaba seguro que Wendolin sentía el roce, porque veía como meneaba su trasero, cosa que aquel tipo aprovechó y se agasajo.
Así estuvo un rato hasta que casi sin importar nada se masturbo echando su leche en el culo de mi novia.
Quede petrificado por la exitacion, fue la cosa más morbosa y lasiva que haya visto.
¿Amor. No sentiste nada inusual en aquel parque? Le pregunté.
Si también me ibas manoseado en el metro. Eres un calenturiento. Respondió.
Al llegar a mi casa le platique lo sucedido en el día.
Ella se prendió tanto que me dejó perforar le el culo. Yo, por mi parte pensaba en aquel wuey que se atrevió a poner su verga en Wen.
A lo que pensaba a la vez que le llenaba el agujero de leche.
¿Y si la comparto?
Continuará…
Vladimir escritor.
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