MIS BAJAS PASIONES
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por XCITANTDLC.
Sin duda alguna mi sexualidad tan activa me hacia una mujer deseada por cuan hombre me observara, otras más por mi peculiar forma de vestir y si a todo eso le agregamos el exhibicionismo que ya había adoptado con naturalidad, con todo esto las extrañas sensaciones que solía tener en los momentos en que me exhibía recorrían cada centímetro de mi cuerpo, adueñándose de mi menta para hacer lo que jamás había pensado
Por ejemplo me encantaba y aun lo hago, cuando voy en el auto me subo la falda o vestido casi hasta la cintura, tengo minifaldas tan cortas que no necesito subirla, ella se sube sola, e ir enseñando todas las piernas y parte de mi vulva, cubierta por las pantaletas que en ocasiones son transparentes, a todo aquel que quiera verme, algo que me fascina es ir a cargar gasolina en esas condiciones y ver como al despachador se le cae la baba viendo "mis encantos", incluso me le emparejo por el costado a los transportes públicos para que los pasajeros puedan verme y cuando me pongo muy cachonda hasta me acaricio la vulva delante de ellos, pero me excita más aun cuando mi padre va manejando acompañado de mi madre y yo en el asiento posterior voy haciendo lo mismo, es decir enseñando todo lo que puedo, hasta me he llegado a quitar las pantaletas delante de la gente estando mis padres en el asiento delantero.
En cafeterías, bares o restaurantes siempre procuro sentarme frente a donde hay hombres y con toda premeditación me subo la falda o vestido para enseñarles las piernas y pantaletas, constantemente cruzo y descruzo las piernas separándolas lo suficiente para que puedan verme a placer, hay ocasiones en que cuando ya estoy segura de que me están viendo, voy al baño y me quito las pantaletas para enseñarles mi vellosidad y mi rajita sexual, me excita más cuando voy acompañada de alguno de mis hermanos o mis padres, por supuesto sin que ellos se den cuenta.
En el cine hago lo mismo, al sentarme me subo la falda para enseñar todas las piernas, entonces quien está junto a mí no sabe si ver la película o mis muslos, pero si voy con mi hermano me dejo cachondear y manosear delante de la gente que está a lado nuestro y durante la película le estoy agarrando la verga a mi pareja, incluso le bajo el cierre del pantalón y meto la mano para acariciarle el caramelo.
Un día me puse un bikini y me salí a broncearme al prado frente a mi casa, ahí pude darme cuenta de algunas cosas, lo primero que descubrí es que por el ventanal del baño que da hacia esa parte de la casa, en ese momento se estaba bañando uno de mis hermanos y se veía claramente su silueta tras el vidrio opaco, no había recorrido la cortina que ahí existe y hasta se le veía la silueta de su hermosura aunque no la tenía parada.
Otra cosa que descubrí ese día es que tenía cuando menos dos admiradores, luego supe que son más, que me estaban observando medio desnuda al broncearme, uno de ellos es joven de unos 28 años que no me quitaba la mirada de encima y el otro es un señor ya mayor, de unos 45, pero la verdad sea dicha está bien guapo, con mucha personalidad, alto fuerte, cabello entrecano, es casado y tiene una hija de mi edad y otro chavo de unos 14 años, éste señor me observaba hasta con unos prismáticos y estaba semi escondido, lo que se puede decir espiándome, pero le alcanzaba a ver claramente, eso me excita porque es claro que me desean por ello me miran con la insistencia del joven y el misterio del mayor.
Así que se me ocurrieron varias cosas, la primera es que al bañarme lo haría con la cortina recorrida para que quien quisiera pudiera ver mi silueta al desnudo bañándome, además de poner la lámpara transversal para que mi silueta resaltara en tamaño natural y con más claridad, ya que de seguro me estarían espiando y les daría algún espectáculo de masturbación y de poses voluptuosas.
Asimismo ya sabiendo que tenía admiradores voyeur no recorrería las cortinas de mí recamara, que da al prado, al salir del baño encueradita, ni al vestirme o al desnudarme por las noches, podría bailarles strip-tease o masturbarme o cualquier otro tipo de exhibicionismo lúbrico.
También buscaría admiradores voyeur por el ventanal de la recamara de mi hermano Toño que da a la calle y frente a la casa hay un edificio de lujo que tiene balcones y ahí me exhibiría desnuda o en lencería cuando mi hermano no estuviera en casa.
Actualmente ya descubrí que tengo varios voyeur y en especial hay un señor que también utiliza binoculares para verme, casado con una mujer muy guapa.
Entonces puse en marcha esa caliente ocurrencia empezando en ese mismo momento, a sabiendas de que me estaban viendo adoptaba poses provocativas, ya me había olvidado del bronceado de mi cuerpo, ahora me dedicaba a posar para ellos, poniéndome de "ladito" mostrándoles mis nalgas, para lo cual me metí el bikini entre ellas para que me pudieran ver mejor, me bajé los tirantes del sostén, y bajé un poco las copas dejando ver más de mis crecidas tetas, me ponía en pose de "perrita" para que me pudieran imaginar desnuda en esa pose, primero de perfil y luego con mis nalgas de frente a ellos, en fin así estuve un buen rato.
Antes de que se enfriara la ilusión, me metí a casa y rápido subí a mí recamara, la cortina estaba recorrida y así la dejé, me quité el sostén mostrándoles mis tetas, pero para estar segura me fui al fondo que está al finalizar la escalera y muy sigilosamente me asomé por la ventana, les espié propiamente, y efectivamente ahí estaban los dos más atentos que un gato esperando a un ratoncillo.
Volví a la recamara y fingí que me estaba viendo en el gran espejo que hay en mi habitación mirándome en todos los ángulos y en infinidad de poses, en realidad estaba modelando para ellos, lo que me ponía más caliente a cada momento, me decidí me empecé a bajar el bikini poquito a poco, dejándolo a mitad de mis muslos, primero les enseñe mis nalgas que de hecho ya habían visto cuando estaba en el prado, luego me di media vuelta exhibiéndoles mi velluda panocha y mis chichis, me deshice por completo del calzón del bikini y quedé en total desnudez solo sobre las sandalias de corcho que uso para salir del baño.
Nuevamente me puse en el espejo toda encueradita, prendí la radio y me puse a bailar desnuda para mis admiradores voyeristas, adoptaba toda clase de poses voluptuosas, incluso me empinaba de nalgas al ventanal para enseñarles mi culito, estaba que me llegaba el orgasmo de lo cachonda que estaba enseñando "mis encantos" con total cinismo, la miel de mi sexo escurría entre mis piernas, creo que nunca, en ese entonces, había estado tan caliente en una exhibición lujuriosa, desvergonzadamente acariciaba mi cuerpo ante la morbosa mirada de mis vecinos, sin siquiera pensar en las consecuencias que era probable tuviera con mi familia en especial con mis hermanos.
Después de casi media hora de espectacular exhibición me llegó el delicioso orgasmo expeliendo gran cantidad de jugo intimo que me escurría hasta las rodillas en ambas piernas, me dejé caer en la cama para descansar unos momentos, luego fui al baño a lavarme y de regreso me vestí aun sin cerrar las cortinas y ahí estaban aún, cada uno en la ventana de su respectiva casa pacientemente esperándome, de seguro masturbándose o cuando menos con la verga bien tiesa, me vestí delante de ellos modelándoles la diminuta lencería que usaría y luego la blusa y por último la faldita y las zapatillas, así salí con desfachatez de la recamara para bajar a la sala y como niña buena que no había hecho nada malo me puse a platicar con mi madre.
Era tiempo de show, me despedí de la familia fingiendo que ya me iba a dormir, llegué a mí recamara y solo recorrí la cortina de gasa y la cortina gruesa la dejé recogida, al ser de noche y con la luz prendida en su máxima luminosidad en el regulador del apagador, la cortina de gasa era como si no hubiera nada, era la primera vez que lo haría así que no sabía cómo iniciar.
Prendí la radio con la música muy bajito y parada frente al espejo me puse a bailar, en realidad estaba bailando para mi admirador voyerista, el tono del baile empezó a subir de intensidad moviendo mi cuerpecito cada vez más sensualmente, lentamente y al compás de la música me fui quitando la ropa en un pretendido strip-tease sin llegar a ello, era la primera vez que lo intentaba, lo dejé cuando estuve solo en pantaletas para mirarme en el espejo frente al que me las bajaba hasta las rodillas posando ante el espejo en todos los ángulos posibles, pero en realidad era para que el vecino me pudiera ver mi velluda panocha y prácticamente desnudita, minutos después me puse el baby-doll con el que acostumbro dormir y me metí a la cama, bajo las sabanas me auto complací.
Dado que la cachondez que me provocó la exhibición nocturna fue tan excitante o más que la del medio día.
Llegó el nuevo día y al despertar lo primero que se vino a mi mente fue todo lo que había hecho el día anterior, aunque sabía los riesgos que corría mi excitación era mayor, decidí continuar exhibiéndome cuando menos un día más, e iniciaría dejando ver la silueta de mi cuerpo a través del vidrio opaco del baño mientras me duchaba.
No sabía a ciencia cierta si en esos momentos me estarían espiando, pero prendí la lámpara transversal del baño de tal manera que iluminara mi cuerpo y proyectara mi silueta en el ventanal en tamaño natural, hecho lo cual, procedí a quitarme el baby-doll y muy lentamente las pantaletas, ambas cosas con extremados movimientos sensuales tratando de lucir mi cuerpo lo más posible, me metí bajo la regadera e inicié la ducha siempre con contorsiones cachondas, exageradas, pegándome lo más que podía al vidrio para que me pudieran ver mejor, me enjabonaba acariciando mi cuerpo con sensualidad extrema, para enjuagarme se me ocurrió hacerlo con la regadera manual, conocida como de teléfono, poniendo el chorro a presión procurando que cayera el agua en el vidrio para quitar el vapor que podría obstruir la visión, para finalizar, separaba las piernas y dirigía el chorro del agua justo a mi vulva, nunca me había masturbado de ese modo, créanme es delicioso, con los dedos de una mano me dedeaba el culito y con la otra sostenía el chorro del agua en mi hendidura sexual, hasta que me llegó el placentero orgasmo.
Al salir del baño, por curiosidad fui a espiar por la ventana y efectivamente mi esfuerzo no había sido en vano, ahí estaban los dos admiradores voyeristas muy pendientes de mis movimientos y se había sumado uno más que es un chamaco que debía de tener unos 13 años, de la casa que está, eso me animó y encantada fui a mí recamara y recorrí la cortina de gasa para continuar exhibiéndome totalmente desnudita mientras me secaba el cabello, me peinaba y me maquillaba los ojos, luego continué poniéndome la ropa interior, todo ello con poses eróticas que no son comunes en situaciones normales y luego la ropa exterior.
Estaba muy complacida con lo que acababa de hacer y era mi propósito volver a hacerlo cuantas veces pudiera, en verdad me excité nuevamente y bajé a desayunar con aparente inocencia y desvergonzado buen humor después de consumar mí "fechoría".
Continúe haciéndolo casi diariamente, pero un día se me ocurrió pensar que era lo que mis admiradores voyeristas veían, así que pedí prestada, a una compañera de la escuela, su cámara de vídeo y la coloqué en mi recamara tratando de captar los mismos ángulos que los voyeristas veían, desde luego no sería lo mismo pero me daría una idea de lo que veían, estuve acomodándola de modo que marque mentalmente el área que la cámara captaría y de la cual no debería salirme, así lo hice y me capté exhibiéndome, eso me produjo gran excitación y los tengo como recuerdo, pues lo hice varias veces, lo mismo que bañándome.
Pero eso no fue todo, también me dejé coger a la vista de mis admiradores, para lo cual conté con la complicidad de mi hermano Toño, sin que él lo supiera, no nos dimos la gran cogida, preferí que fuera algo discreto, solo lo llevé a mi recamara, me cachondeó, solo me dejé subir la minifalda y que me quitara las pantaletas, le di una mamadita discreta a su ricura y solo bajándose los pantalones me cogió en lo que comúnmente llamamos un "palito rapidin" en la pose de "cucharita" es decir penetrándome colocado a mi espalda, mientras yo miraba a donde estaban mis admiradores voyeristas, no era el caso "enseñar todo", pero si dejar constancia de que me estaban cogiendo.
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