Noche calurosa
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Vivimos en un barrio de casas unifamiliares, la mayoria con dos plantas y terraza.
Una calurosa noche de verano ya bien entrada la madrugada, no podia dormir i subi a la terraza a fumar, desde alli vi en uno de los balcones de enfrente, a unos 100 metros de distancia y 3 metros por debajo, a mi vecina Rafaela sentada, aparentemente dormida. Rafaela es por lo menos 20 años mayor que yo, nunca me habia fijado en ella como objeto sexual, aunque si es verdad que siempre me llamaron la atencion sus enormes tetas.
Aquella noche ella solo llevaba puesto un camison trasparente y a pesar de la distancia yo podia gozar de la vision de sus enormes pezones oscuros, que coronaban las enormes tetas.
Cuando vi que ella se movia un poco me escondi para no ser visto, vi como metia su mano entre sus muslos y empezaba a masturbarse, por encima del camison con la otra mano se acariciaba los pechos y se pellizcaba los pezones, bajo uno de los tirantes y salio una tetaza al aire que se la acerco a la boca chupandosela. Vi como cerraba sus muslos aprisionandose la mano y comprendi que estaba corriendose.
Decidi volver a mi posicion anterior para que ella viera que la habia descubierto, se puso de pie, vi a traves de la tela, un enorme triangulo negro en su entrepierna, la buena mujer no se habia depilado el coño en su vida, en aquel momento fue cuando se dio cuenta de que habia sido espiada. Crei que se meteria adentro avergonzada por haber sido descubierta, pero antes de entrar me miro se chupo los dedos mojados con su jugo y me hizo una señal invitandome a compartir el sabor.
Baje a la calle, la puerta de su casa estaba abierta, entre y lo primero que escuche fueron los ronquidos de su marido. Ella estaba esperandome en la puerta que da al garaje, entro la segui, sin decir palabra baje los tirantes del camison dejandola desnuda, me comia con vicio los enormes cantaros mientras mi mano buscaba la raja entre aquel tremendo bosque de vello virgen encharcado. Baje besando su todavia liso vientre, hasta encontrar su chocho, lami, sorbi, mordi su clitoris y apretandome la cabeza contra ella me dio el zumo al que me habia invitado.
Me puse de pie, le pedi que se diera la vuelta apoyandose contra el coche, ante mi quedo un precioso culo que acaricie, abrio las piernas y por detras la clave en su coño, en el cristal se reflejaba el bamboleo de las tetas a cada una de mis embestidas, volvio a correrse, tan mojada quedo que por mas que intente seguir follandola asi mi poya resbalaba y salia fuera.
Me apoye yo en el coche y ella se arrodillo ante mi, metio mi pija entre sus tetas y apretandolas empezo a menearmela, cada vez que mi capullo asomaba entre aquella mole de carne, le daba una lamida, me corri soltando mi lefa sobre su cara y sus tetas, despues de limpiarme la poya con la lengua con un vaso que habia por alli, recogio de su cuerpo cuanta leche mia pudo, dijo que era para el desayuno del cabron de su marido, quien no la hacia gozar y por eso ella tenia que matarse a pajas. Me aseguro que era la primera vez que lo hacia con otro pero tambien me juro que no seria la ultima.
Empezaba a amanecer, y no era cuestion de que yo cruzase la calle saliendo en calzoncillos de casa de la vecina.
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