PARQUE INFANTIL 2. (Continuación de “PAEQUE INFANTIL”)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por mecatronico.
Seguía haciendo mi trabajo en el Parque Infantil, observando la utilización que niños y niñas le daban a las maquinitas para sacar mis estadísticas pero la hermosa escena que había disfrutado tanto, al ver a una nena de 6 ó 7 añitos masturbándose con los movimientos del caballito de mar, me habían dejado bastante perturbado.
Y más que perturbado, evidentemente excitado al ver la naturaleza humana en todo su esplendor; como una nena de tan corta edad disfrutaba sin complejos ni tapujos de los placeres que le proporcionaba su naturaleza sexuada.
Entonces seguí observando con mucho más detenimiento los comportamientos de los niños y niñas sobre las maquinitas y aunque en los 6 días en total que estuve mirando no noté ningún comportamiento anormal en los niños, si fue muy evidente para mí que al menos 14 niñas de 4 a 9 añitos de edad, le daban a las maquinitas una nueva utilidad de ”juguete sexual”, pues tuvieron evidentes orgasmos cabalgando sobre la silla de la máquina y disfrutando estos poderosos orgasmos que no podían ocultar a juzgar por sus descontroladas convulsiones y sus preciosas caritas de placer infinito que reflejaban algunas con los ojos cerrados, otras con ellos entreabiertos y una mirada perdida; unas apretando el muñeco con sus piernas y otras resbalando sus cuquitas sobre la silla; unas abrían sus labios para gemir y otras los mordían en evidente estado de estasis; unas obtenían su primer orgasmo y paraban, pero otras repetían rabiosamente la tarea hasta acabar las monedas o hasta quedar completamente exhaustas; unas meneaban su cabecita de lado a lado o de adelante a atrás y otras la dejaban inmóvil mirando hacia arriba hasta terminar su orgasmo, solo apretando con las manos el manubrio del muñeco y dejando ver el blanco de sus ojos y dando pequeños brinquitos sobre la silla que prolongaban incluso después de que el Timer les apagara el movimiento del muñeco.
Lo que si fue muy evidente en todas fue el inmenso placer que le sacaron al juguete y la cara de satisfacción de la labor cumplida cuando se bajaban de él, algunas tambaleantes de cansancio y otras aún con sus piernitas temblando pero todas con expresiones de gran satisfacción, incluso algunas se detuvieron y miraron hacia atrás a su querido muñeco como agradeciéndole el buen rato que les había proporcionado.
Como dije antes, yo nunca me he considerado un Pedófilo y mucho menos un Pederasta, pero debo confesar que estas preciosas escenas me dejaron demasiado excitado, al puto de correrme un par de veces escondido en mi rincón, sin haber podido evitarlo; para mí también el placer fue absolutamente infinito.
Jamás hubiera pensado que estas inofensivas maquinitas pudieran proporcionarnos a los seres humanos tanto placer inusitado, prueba evidente de nuestra innegable naturaleza sexuada.
Empecé entonces a diseñar mi propia “máquina para la felicidad infantil” que más que un bien intencionado invento, solo seguía las ingentes enseñanzas que aquella maravillosa semana de observación y placer habían dejado en mi excitado cerebro.
Muito interessante 🔥