"¡QUÉ BUEN TA-TE-TI!!!"
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Era, una tarde primaveral. De esas de mucho calor y humedad. Me encontraba yo realizando unos estudios para la facultad ahí en una zona suburbana, y encontrándome junto a un inmenso parque, me dan unas ganas de orinar que casi me meo, y entro rauda ingresando por un sendero entre tupidas matas que me conducen hasta un íntimo lugar donde de inmediato me dispongo a orinar.
En esos trámites pues me encontraba, cuando a mis oídos llegan las voces juveniles de un numeroso grupo de chicas y chicos que vivázmente discutían en un claro entre el boscaje, y dominada por esa curiosidad que le dicta a una que algo muy gordo está por suceder, sigilosamente, luego de concluír mi micción, me arreglo la ropa como corresponde, y entre la tupida fronda reinante me acerco lo más que puedo hacia donde aquel grupo se encontraba, y quedando a muy escasos metros oculta entre matorrales que me cubrían perfectamente, comienzo a ser testigo de una de las más estupendas historias orgiásticas que pueda alguien imaginar.
No exagero: eran, chicos y chicas que no tendrían ni 15 años, ninguno de ellos. Y la discusión, se centraba en la manera sobre cómo debían realizar la jodienda lujuriosa. Ellos les reclamaban a ellas el derecho de poder hacer lo que se les cantase, y ellas, por su parte, negámdose a ello, retrucaban diciéndoles que tal cosa, deberían echarla en suerte, y que quien resultase con la fortuna de ganar ese derecho, debería ejercerlo con la más completa aceptación de quienes hubieren resultado desafortunados en tal cosa, pero que por ningún concepto, ellas iban a aceptar que fuesen ellos los destinatarios del derecho a hacer lo que se les antojase, sólo porque a ellos se les ocurriera que así debía ser.
Discutían con encendidísima pasión, y las muchachas logran imponer su decisión de ir a echarlo a suerte, y que quien perdiera…aceptase ese destino de aceptar ser objeto del bando triunfante.
La cosa era pues, ellos, contra ellas.
Ardor total en unos y otros, y ellas que enfatizan drásticamente en que el resultado, fuese cual fuese, debía ser respetado y acatado, con todas las consecuencias.
La cosa era cómo elegir el modo de echar en suerte tan gorda cuestión! la discusión seguía, y finalmente llegan a un acuerdo:
Un chico por los varones, y una chica por las mujeres, disputarían una partida de "TA – TE – TI " ahí mismo en el suelo, y según quien resultase con el triunfo, daría al bando ganador, el derecho de hacer cuanto se le antojase hacer en la orgía, lo que quisiesen quienes a ese bando pertenecieran, a los del bando contrario.
La tensión y el ardor, vibraban en aquel entorno!!!
Ambos grupos eligen a su representante, y ya, en torno a ellos sentados frente a frente el chico y la chica, estaban ya prestos, a jugar esa partida, con todo el resto de varones y mujeres, cada uno alentando a su representante.
Desde mi posición, obviamente no podía yo ver, cómo desarrollaban su juego…
Previamente habían acordado que nadie podía decir palabra alguna indicando un movimiento, y que sólamente ellos, quienes disputaban la partida, debían hacer sus jugadas, sin ninguna voz indicando nada.
La partida comienza, y yo…miraba aquella más que tensa cosa silenciosa. Sólo, los veía…
Habían trazado un diagrama de juego bien amplio para darle más tensión y calidad a la disputa, y aquéllo requería gran concentración y astucia a los contrincantes…
El juego transcurría, y el silencio era total…algún chico varón se retorsía…algún otro apretaba fuerte sus manos en su pantalón…alguna chica movía frenéticamente sus manos en nerviosa tensión…otras reían nerviosas…todos, rodeando en círculo, a quienes jugaban.
De pronto: Estallan!!! Los chicos sueltan un grito desgarrador, mientras las chicas sueltan a coro, sus carcajadas en un frenético saltar de todas gritando y aplaudiendo y chocando entre todas sus manos en lo alto ahí entre los varones estáticos y desconsolados y entre los contrincantes, la chica ganadora alzaba sus brazos mostrándole al perdedor una sornástica morisqueta burlona mientras éste reía con resignación desesperada.
Preámbulo a la gran orgía con carcajadas de todas ellas y un constante burlarse de ellos y anunciarles mil manoseos y cosquillas, humillaciones y cosas mil, y ellos…mudos y calientes ahí soportando aquéllo.
Por fin…¡lo acordado debía comenzar a cumplirse! Una chica gritó, al tiempo que golpeaba sus manos a modo de órden:
-"Bueno, machoooos: A DESNUDARSE TODOS!!!"
Confundidos en un entrevero de sentires donde la calentura sexual y la desesperación de saberse ahora a los pies de sus vencedoras, aquellos chicos mostraban en sus rostros la más cómica mezcla de expresiones de vergüenza y resignación, placer y desesperación, angustia y mil cosas más. Ellas…¡los iban a ultrajar y ellos debían aceptarlo!!!
Lo confieso: yo…estaba completamente empapada ahí entre los matorrales!!!
Los chicos iban uno a uno quedando completamente desnudos y exhibiendo en sus hermosos cuerpos varoniles aquellas enormes erecciones que los mostraba en su total calentura, y aquellas chicas comenzaban sádicamente a regodearse en los más atroces cosquilleos manoseantes mientras ellos gemían y se retorsían y reían y medio lloraban, y ellas eran el más desenfrenado modo cochino de reír y gozar aquello que comenzaban a hacerles.Como a ley de fuego ellos debían someterse absolutamente resignados a aquella suerte, pues así habían ellos como ellas así aceptado cumplir, y ellas…¡habían ganado!
Y como una coincidencia aritmática del destino, eran allí idéntico número de varones como de mujeres, por lo que cada uno, tenía a su "dueña" encima, haciéndole lo que a ella le venía en ganas hacerle.
Así, comencé a ver cómo una enloquecía a un chico con cosquillas verdaderamente enloquecedoras, mientra allá otra mamaba como energúmena a otro, y otra se hacía lamer los pies y otra paseaba montada sobre los hombros de su chico desnudo llevándola por donde ésta le indicase llevarla.
Otras, decididamente desde el comienzo los pusieron acostados en el pasto y ahí mismo comenzaron a follárselos como descosidas energúmenas largando carcajadas y gritos de ¡biuuuuju ju ju juuuuu!!! así brincando eufóricas encima de ellos que gemían y gritaban de resignación y placer también…¡obvio!
Pude ver cómo una tal Adriana -que así la nombraban-, pajiando al chico que tenía tendido en el pasto con ella sobre él, pajiándolo a dos manos lograba hacerle saltar una sucesión de chorros de leche por el chorizo, que si me lo hubieran contado no me lo creería ni empeda! Les juro: Los chorros de leche que le hacía saltar por la verga a aquel chico, parecían chorros de crema que saltaban haciendo una parábola por el aire, de más de tres metros cayendo lejos y saltando en una cantidad de más de siete chorros uno tras otro..! ¡Sííí! ¡No estoy mintiendo ni exagerando!
Cierto es que esa tal Adriana lo había calentado en un jueguito previo, como para así dejarlo…pero jamás imaginé, que fuera taaaan gorda esa ordeñada!!!
Los gritos y carcajadas de la Adriana, creo se oirían a quilómetros de allí!!! y los gritos que largaba el chico cuando la leche le saltaba…¡lo mismo!
Aquella orgía había sorpresivamente tomado una forma y un carácter que no habían ellos imaginado, y aquellas muchachas rápidamente los fueron como atrapando además de esa obligación en la cual habían ellos quedado así por ellas capturados,ahora…comenzaban ellos -los varones-, a evidenciar una sorpresiva manera placentera de mostrarse sumisos ante ellas y deseosos de ser por ellas así avasallados como estaban resultando ser. Todas inmediatamente lo notaron aumentando la euforia que ya venían disfrutando, y aquéllo comenzó a tornarse como verdaderamente soéz y abusivo. ¡Ellas aumentaban el tenor de sus haceres en ellos, y ellos lo disfrutaban entregándose desesperados, sí…pero de una manera como enfermizamente loca!
¡Ellas los estaban volviendo locos a puro placer, y ellos se habían entregado completamente resignados a ellas, y aunque desesperados…gozaban!!!
Soltaban gritos donde entremezclaban los varones sus gemidos de placer con los llantos y risas…aullidos y bramidos, guturalismos y un sacudir de sus cabezas como poseídos por una desesperación enloquecedora.
Ellas, mirándose entre todas e intercambiándose las más puercas y cómplices risas, estaban comprendiendo que aquellos chicos…¡habían quedado atrapados en una erótica red lujuriosa en la que los habían capturado…para siempre!!!
Yo no podía dar crédito a lo que veía…¡No! pero lo veía! Sentía dentro de mí una rara sensación inexplicable, y aquéllo transcurría con aquellas casi niñas haciendo cosas que no las había ni visto ni imaginado, en las más puercas de las historietas puercas!
Aquellos casi niños -además-, no parecían sinó monstruos sementales que el más macho de los varones machos, debería sacarse el sombrero ante las cosas que sus genitalidades ahí estaban demostrando…
Repito: una y mil veces repito: Si me lo contaban…¡no lo creía! Pero me tocó por accidente verlo, y…¡LO VÍ!
Una y otra vez algunas ahí jugaban divirtiéndose en ver cómo les hacían saltar por la pija la leche a aquellos sementales ya entregados en resignada sumisión entre risueña y llorosa, y aquello parecía como extraído de la más lujuriosa historia de un imaginario infierno erótico.
Las luces del día iban atenuándose en esa manera que tiene la noche de ir así anunciándose, y allá entre aquellos matorrales yo oculta y sin haberme perdido ni medio detalle de lo allí ocurrido, transcurrí mi estancia hasta verlos marcharse exaustos ellos, y ellas exaustas de tanto hacer, hacer y hacer, y ese reír, reír y reír, que ahora las mostraba también extenuadas pero embuídas en una felicidad, inimaginada para chicas como las que una está -o estaba- acostumbrada a ver.
Lentos y extasiados en un desahogo intenso, marchábanse todos saliendo de aquel parque…
Esperándolos a que saliesen primero, quedé allí en mi escondite, para retirarme, por fin, cuando ya una inmensa luna asomaba por entre los altos árboles.
Mi fitito arrancó su marcha, y allá derivé en aquella avenida por la cual, caminando por la ancha vereda contigua al parque, aquel grupo de chicas y chicos, marchaban como tantos chicos y chicas, una ve caminando a veces…
Como una broma sarcástica, inmediatamente se me ocurrió aquello que sin demora, hice enseguida:
Tomé de mi lbreta una hoja…y con trazos grandes y fuertes, escribí. Arranqué la hoja, la plegué en sólo dos dobleces, y pasando al lado de aquel grupo, saqué mi mano con la hoja expuesta para que me viesen así hacerlo, y antes de arrojarla en evidente mensaje a ellos, les sonreí. Acelerando mi marcha al arrojar al asfalto aquella blanca hoja que de inmediato corrieron a agarrarla,por el espejo retrovisor pude ver cómo la abrían para leerla. Las chicas, sobre todo las chicas, soltaron enseguida, exclamasiones de asombro, seguidas de carcajadas.
En la hoja había yo escrito…"¡QUÉ BUEN TA-TE-TI!!!"
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