Qué viaje… 2
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por beatlemmanuel.
Tabata: ¿La mama rico la puta de mi hija? Dime, ¿Lo hace bien? La he estado entrenando desde bebé, siempre comprándole paletas, plátanos, entre otras cosillas; indicándole como chupar, como si de una verga se tratara, Ufff, me encanta ver a la putita, como está mamandote la verga.
Tabata: A ver amor.
Hay pendejita, te he dicho que tienes que meterte la hasta el fondo bebé, como cuando comes plátano, ¿Pero esta está más rica verdad putita?
Camila: Hay mami, tenias razón, la verga es lo más rico que existe.
Tabata: Síguele amor, métela hasta tu garganta, así preciosa.
Ya no podía más, en serio mientras todo esto pasaba me sentía en las nubes, cuando Camila se metió toda mi verga en su garganta, no pude dejar de sentir ese placer, y estire las piernas sin poder evitarlo haciendo acelerar más, con trabajos me detuve a un lado de la acera para poner mis manos en su cabeza y marcarle el ritmo.
Así pendeja, métela toda en tu boca, así putita.
Ahhh.
ufff.
Ahhhh.
Uffff ya no puedo más y usando su cabeza como si fuera mi propia mano me comencé a masturbar, si me estaba masturbando con la boca de una nenita pequeñita con su mama a un lado; el ritmo aumento y ya no podía más estire mis piernas y mi cabeza fue hacia atrás, mientras no paraba de subir y bajar la cabeza de la nena que estaba con la boca llena de verga, ¡Así pendeja toma otra vez toda mi leche! En un preciso instante presione la cabeza de la nena en mi verga, sentía claramente como sus labios estaban tocando la base de mi verga, en ese momento explote.
Ufff ya no aguantaba más.
Fueron como 5 lechazos que fuero a parar directamente a su estómago.
Tabata: Así.
Así.
Así.
Trata a esta pendeja como la putita que es.
Mendiga puta te cupo toda esa vergota.
¡Quién te viera! Ta chiquita y tan puta.
Me sentía en las nubes mis nervios estaban todos tensos, no podía moverme.
Estaba paralizado.
Pasaban los segundos y sentía el latir de mi corazón pausado, no podía más, era demasiado, solté su cabeza y mis brazos cayeron aún lado, pensé que era mi fin.
Me sentía morir, sentía que me daba un paro cardiaco, pero en eso siento que la nena la sacando la verga de su boca y sujeta mi verga con fuerza mientras succiona mi verga.
Era increíble, auténticamente me estaba exprimiendo mi verga.
Sus labios se posaron en mi glande y seguía succionando.
Extrayendo todo el néctar de esa verga.
Tabata: Eso mi amor, así succiona toda la lechita.
Por último saco el glande de su boca y mirándome le dio un beso.
Se levanto y le dio un beso a su mamá.
Camila: Buenos días mamá, ¿No te enojaste por qué tenía la verga del señor en mi boca?
Tabata: Como crees mi amor que me iba a enojar, si es lo que más he querido desde que eras una bebé.
Verte mamar una vergota.
Gracias Asasa, por dejar que está zorrita te mame tu vergota, ¿Pero, podría pedirte otro favor?
Yo estaba alucinando o soñando si eso estaba en ese momento, mi mente me estaba jugando una de esas bromas pesadas, no podía ser cierto, sobre la carretera vacía, con una nena de 6 años relamiéndose los labios saboreando el semen que había en su boca después de la mamada que me había hecho y atrás su madre diciendo algo, no sabía que decía, no entendía nada.
mi cerebro está a en shock.
Mi cerebro no reaccionaba, solo pude decir: ¡Si, claro!
Me pudo clavar un cuchillo en mi corazón o tomar mi cabeza y pasarlo por mi garganta y no podría moverme.
Estaba tan.
Pero tan.
Feliz.
Tabata: ¿Me regalas otro cigarrito? Veo que te encantan las nenitas pequeñas, eres un pervertido Pedofilo.
Ufff, como me gustan.
Siempre he soñado ver y participar cuando le metan la verga a mis hijitas.
Pero, nunca había encontrado alguien con mis gustos, ni mucho menos que tuviera una vergota como la tuya.
Que te parece si.
¿Te gustaría que violemos a una ramerita que vive por acá delante?
Pero si aceptas.
Tendrás que darme algo a cambio.
Asasa: Esta Tabata me hablaba muy tranquila, muy segura de sí misma, me había confesado que le gustaría participar cuando le metan la verga a sus hijitas, yo solo podía ofrecerle el cigarrito h con mucha paciencia le ofrecí el fuego, aproveche y también me prendí uno; volteó hacia abajo y la nena sigue jugando con mi glande ya un poco aguado debido a la tremenda mamada que me dio hace minutos, ahí estaba la nena tocándomela.
Más bien, estaba acariciando la verga que le había introducido en su gargantita.
Le daba besitos subió la mirada y me sonrió se sentó bien y me pregunto si podía fumarse uno, ¡Cómo podría negarle algo a esta putita! Se lo di fue ahí cuando Tabata me decía que tendría que darle algo a cambio.
Me pregunté: ¿Qué chingada madre querrá?
Asasa: ¿Qué es lo que quieres a cambio?
Tabata: Algo.
No te lo diré.
Si aceptas.
No solo te podrás coger a esta pendeja.
Si no.
Cuando me dijo esto, estaba nervioso me temblaba todo el cuerpo, ¡Cómo podría negarme a algo así! Así que de incendiario dije:
Asasa: Pero tengo gustos un poco raritos.
Tabata: Lo sé.
Por lo que acabo de ver.
Te gustan las nenitas pequeñas.
Como está pendeja.
Te gusta enseñarles a estas pendejitas esa verga por la ventana.
¿Te gustaría violar a unas nenitas?
Asasa: No me entusiasma la violencia, pero.
Veamos qué pasa.
Tabata: Camila, que te parece si vamos a "Zacatlan".
Camila: ¡Si, ahí vive una prima mía!
Asasa: ¿Zacatlan?
Tabata: Si, ya veraz que te gustara.
Enciendo el auto y me pongo en marcha, sin ni siquiera cubrirme, Camila, no perdía detalle, mientras que suavemente Tabata pasó su brazo y mientras me decía al oído muchas cosas.
me empezó a masturbar.
Tabata: Eres un hijo de su puta madre, ¡Todo esto le metiste a mi hijita de 6 añitos por la boca! Pero sabes, quisiera que la desvirgaras, quisiera que le metieras la verga a mi hijita aquí y ahora mismo.
Era todo un martirio, mientras me masturbaba me decía que quería que me cogiera a su hija.
Asasa: Ahhh.
Mmmmmm que rico.
Ufff ¿En serio me dejarías meterle mi verga a esta pendeja?
Tabata: Claro.
Si por mí fuera, ya estuviera bien abierta.
Tengo en la casa unos dálmatas bien alimentados.
Así como estábamos Tabata ordenó a Camila que se desvistiera pero en eso estábamos cuando llegamos a un claro y un edificio empezaba, era de colores en las bardas de dicho edificio se podía ver claramente dibujos de animales, letras y flores, tome la mano de Tabata he intente separarla de mi verga, per ella se aferró a mí y me dijo que ha esa hora no hay nadie por estos lugares, solo asentí, me comentó que me estacionara por aquí cerca, el camino estaba transformándose en una subida un poco pesada, tuve que acelerar de lo contrario me no subiría el auto, llegue a la cima pero la niebla ahora había aumentado, pase un tope y Tabata dijo que me estacionara por aquí, no veía nada, no alcanzaba a ver ni siquiera a unos metros, cuando termine de estacionarme.
Tabata: Mira amor.
Camila: ¡Ahhh, era donde venia al kínder!
Asasa: ¿Aquí venias a estudiar preciosa?
Camila: ¡Si! Aquí venía señor.
Mientras que ella solita se estaba sacando los zapatos y faldita, su mamá rápidamente se salió del auto y camino hacia delante, mire curioso a la mujer que se perdía entre la niebla, en eso siento que unas manos me toman de mi verga, en serio esta nenita putita le encantaba desde muy temprana edad la verga, me la acariciaba dándole besitos a la parte de arriba y fue cuando me empezó a mamar nuevamente, pero solo la deje un momento ya que la separe y la levante hacia mi, tome con una mano su cinturita y con la otra una piernita, con mi mano en su pierna podía fácilmente tocar casi toca el dedo medio y el dedo gordo, subí mi mano acariciando ese cuerpecito que pronto bañaría en semen, tome de su cabeza y la empece a besar, esta niña sabia besar y muy bien metía todo lo que podía su lenguita y la pasaba por toda mi boca, ufff, era riquísimo, le pasaba mis manos por sus nalguitas, las apretaba, peñiscaba, estaba desesperado, no sabía qué hacer con nalguitas tan perfectas, chiquitas, parásitas pero tan separaditas, la nenita podía sentir mi verga entre sus labios vaginales, ya no podía más, quería penetrar a esta putita, ¡saborearla! Se me venía a la mente mil y un cosas para hacerme a esta nenita, en eso veo a Tabata que regresa, se asoma por la ventanilla del chofer y ve que su nenita está desnudita encima de mi besándome sin parar.
Tabata: Pinche hijo de puta, ¡Quieres desvirgar a mi nenita de 6 añitos sin mi presencia!
Acercó su mano a sus nalguitas y la deslizó hacia abajo sintió mi verga que solo estaba cerca de la panochita de su hija, toda llena de babas por la cantidad de fluidos que soltaba mi verga y su panochita.
Tabata: Maldita hija de puta, ¡Si me tardo un poco más y te ensartas sola!
La nenita no dejaba de moverse encima de mí y de besarme pero Tabata nos ordenó parar.
Tabata: A ver putita ya cálmate, vamos a desayunar.
Camila: ¡Quiero de su lechita!
Tabata: Nada de lechita.
Primero debes de comer algo.
Luego dijo algo en voz baja.
Tabata: Claro que también exprimirás la lechita.
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