RECUERDOS, por ErotikaLectura
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por ErotikaLectura.
Te he visto y mi corazon se ha parado por unos segundos. No se si es cierto que una mirada intensa se siente a distancia, pero tu has vuelto la cabeza hacia donde yo estaba y he visto aparecer en tu cara un gesto de reconocimiento y sorpresa seguido de una sonrisa.
Estas pendiente de que cambie el semaforo para cruzar y venir a saludarme. Yo estoy alli de pie, en la entrada del banco esperando a mi hermana. Y empiezo a recordar.
Recuerdo aquel primer beso nuestro que fue casi por broma, la corriente que sentimos, la sensacion de que no iba a quedar en aquello. Nuestras citas. Nuestras caricias. Nuestra primera vez. Y nuestros juegos, sobre todo recuerdo nuestros juegos.
Recuerdo aquella fiesta que montaste en tu casa aprovechando que te habian dejado solo. El pedo que llevabamos, la musica estridente y el intento de polvo que tuvimos en la habitacion de tus padres. No se te levantaba del todo a causa del alcohol, querias follarme y no podias. Yo no podia dejar de reirme alli tirada en la cama en sujetador y con la falda levantada, sin bragas y sin pudor. Tu amigo entro de repente y tuvimos los tres unos segundos de cordura, pero duraron poco. Se te empezo a poner dura al verle alli parado mirandome, y mas aun al ver que yo no me tapaba y seguia con mis risas. Me follaste, vaya si me follaste, fue toda una revelacion correrme asi mientras el nos miraba y se masturbaba. Desde ese dia todo fue un juego.
Recuerdo cuando paseabamos y me retirabas parte de la ropa para dejar al aire mis tetas, a veces solo una, otras veces las dos, y caminabamos asi por la calle como si nada. Mucha gente ni se daba cuenta, algunos miraban con deseo y descaro, entonces tu me sobabas las tetas. No aguantaba yo mucho tiempo ese juego, sentia una enorme vergüenza mezclada con una intensa excitacion. La mayor parte de las veces acababamos follando en algun parque o en el baño de nuestro bar.
¡Nuestro bar!, otro recuerdo. Era donde quedabamos, donde pasabamos muchas tardes, solos o con amigos. Recuerdo aquella vez que descalce mis pies y empece a acariciarte con ellos por debajo de la mesa. Sabia que el dueño estaba alli tras la barra y podia vernos, en parte lo hice para que nos viese. Despues de pasar un buen rato sobando tu paquete con mis pies la tenias tan dura que te arriesgaste a sacartela del pantalon. Entre tu mano y mis pies conseguiste correrte. El nos miraba. Fuimos al baño de mujeres, casi seguido el entro en el de caballeros, estaban puerta frente a puerta, dejamos ambas abiertas. Tu me masturbabas a mi mientras el se masturbaba mirandonos. ¡Cuantas veces follamos en aquellos baños!
Recuerdo aquella vez que me acompañaste de compras. Un probador con cortinas. Tu fuera esperando a que me probase los mil trapos que habia cogido. Habia otro hombre alli en tu misma situacion y te apetecio jugar. Empezaste a entreabrir la cortina como por descuido y aquel tipo no perdio la oportunidad de mirar cuando me vio desnudandome, yo me di cuenta a traves del espejo y me quite mas ropa de la que de verdad necesitaba desprenderme, movia mi cuerpo al ritmo de la musica que sonaba en la tienda, me acariciaba las tetas y metia mi mano bajo mis bragas enseñando pero sin enseñar. El bulto que se apreciaba en su pantalon me animo a darme la vuelta y mirarle directamente, con descaro, mientras me desnudaba del todo. El final fue brusco cuando su mujer salio del probador y tu cerraste la cortina. Follamos alli mismo, mordiendonos la boca para no gritar.
Ya estas a tres pasos nada mas. Nos damos dos besos y un abrazo. Has cambiado, estas mas hecho, mas hombre. Han pasado diez años desde que nos vimos por ultima vez.
– Estas guapisima – me dices
– Tu sigues tan mentiroso – contesto. Y nos reimos, nos reimos como antes, nada ha cambiado.
– Me dijeron que no vivias ya aqui.
– Es cierto, estoy de vistita para ver a la familia y esas cosas.
– Le podras dedicar una tarde a los viejos amigos ¿no?
– Hoy llevo prisa pero estare aqui toda la semana.
– ¿Quedamos mañana para comer? – me sueltas asi de sopeton.
– Si, vale. – deberia haber dudado un poco mas, pero me ha salido casi sin pensar.
Me das la direccion de un restaurante y fijamos la hora. Intercambiamos los telefonos. Mi hermana llega, la saludas. Nos despedimos.
Mientras camino por la calle sigo con mis recuerdos. Disimuladamente desabrocho un boton mas de mi blusa y pienso: ¡Que tiempos aquellos!
Un relato de Erotika Lectura.
erotikalectura@hotmail.com
Autor: ErotikaLectura
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