Sexo en la Playa Nudista

Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Creo que desde siempre he sido nudista, ya de niño y adolescente soñaba con como sería bañarse en el mar, en una piscina o caminar por el campo completamente desnudo, ya de mas mayor comenzó a picarme la curiosidad sobre como sería acudir a una playa nudista que afortunadamente se encuentra cerca de mi localidad.

Cuando tenía alrededor de 18 años volví cerca de aquel lugar para comer en un restaurante cercano con mi familia, años antes también había ido de excursión (se encuentra en un enclave natural paradisíaco) cuando un amigo de la familia me dijo: ‘A ver si adentrandote en la maleza te encuentras algún tío desnudo o gays follando’.

Al terminar aquel día recordé la forma de esa vegetación, el oleaje de aquellas dunas y la frase de esa persona mientras fantaseaba acerca de la gente que tenía sexo ahí, en medio de la naturaleza totalmente desnuda, a cielo abierto y para colmo según decían muchos de ellos gays, aquel recuerdo no hacía mas que alimentar mis fantasías, incluso de parejas heteros de chicos con sus chicas.

Unos años después convencí a mi pareja de ir a pasar una tarde allí, fueron esa tarde y otra mas bastante amenas y divertidas, aunque no había casi nadie mas que unos pescadores vestidos cerca por lo que hubo poco sexo, apenas unas mamadas.

Pero hace unos días decidí volver de nuevo con mi pareja con la intención de pasar otra tarde tranquila, y un poco morbosa en la que exhibirnos desnudos.

Nada mas llegar la primera impresión fue decepcionante, estaba lleno de gente todo, sobretodo de familias vestidas incluso algunas de ellas en el tramo de la orilla en la que predominaban la gente gay.

Decidimos alejarnos de las familias heteros con hijos para tener un poco de intimidad.

Allí mismo extendimos nuestras toallas y tras un breve baño debido a la cantidad de algas nos tendimos a tomar el sol.

Poco tardé en quitarme la camiseta y un ligero pantalón de chandal corto, lo único que llevaba, nada más.
Quedándome totalmente desnudo en la naturaleza y rodeados de gente que nos miraban y yo a ellos sus cuerpos al natural.

La refrescante brisa de un día apacible de verano en el Mediterraneo, surcó entera mi cuerpo haciéndome disfrutar de una gratificante sensación, mientras el sol por la espalda me aportaba un rico y placentero calorcillo.

A esa hora estábamos rodeados de gente, la mayoría parejas gays, menos una anciana muy mayor que por alguna razón estaba orientada hacia la parte que nos encontrábamos dando la espalda a la zona de su izquierda en la que se encontraba la gente vestida y con niños.

Tras un rato de tomar el sol comenzamos a magrearnos y entre los besos, caricias y tocamientos, le introduje un dedo en el culo a mi pareja y comencé a masturbarlo para darle mucho gusto, acto seguido él comenzó a pajearme y morderme en los pezones y en el cuello gozando completamente.

Todo esto ante la atenta mirada de la puritana anciana, la cuál no se desvestía, pero sin embargo en vez de orientarse hacia al mar en su silla de playa le gustaba mirar a las parejas gays.

Pero no solo nos acompañaba la anciana, a nuestra izquierda a 4 metros aprox un chico de 30 años mas o menos también nos observaba, unos pasos cerca de él una pareja de chicos ambos de 20 años de aspecto ‘teen’ también se acariciaban, delante nuestra una pareja de maduros que rondaría los 60 también nos observaban.

Instantes después llegó una pareja formada por un hombre de 40-50 años un poco calvo y corpulento y un chico de cerca de 26, esbelto, parecido mas o menos a Jon Kortajarena.

Mientras tomaba el sol me fijé en ellos, el hombre maduro extendió las toallas de los dos, él se quedó vestido, mientras que su chico poco tardó en quedarse como dios le trajo al mundo, era un chico como antes he mencionado esbelto, atractivo, un poco de músculo definido, pero sin abusar, con un poquito de vello en el pecho, todo castaño con un peinado que lucía largo por arriba y corto por los lados y por detrás, el y su pareja comenzaron a juguetear en la toalla, cerca del agua, hasta que dejaron las cosas y se marcharon a dar un paseo por la orilla.

Mientras tanto había pasado el rato y las familias que se encontraban apartadas a la izquierda y parte de las parejas gays habían recogido y se habían marchado.

Los maduros de alrededor de 60 años no se fueron sin antes echar un vistazo a mí pareja y a mí tendidos en la toalla, aquellos ‘bears’ mirones con sus gafas de sol.

La ultima en marcharse fue la anciana de la silla.

Entonces quedaban dos parejas gays a izquierda y derecha nuestra, ya con la puesta de sol sobre nosotros mi pareja volvió a la carga y de nuevo volvió primero a pajearme y acto seguido a mamármela, duránte unos minutos me encontré sentado disfrutando de una maravillosa felación, no tardó en ponerseme dura como una pierda y le pedí que se pusiera ‘a perrito’

Una vez mi pareja se encontraba en posición entregandome su culito lo lubriqué con un poco de mi saliva y comencé a metersela, al principio poco a poco hasta que la metí entera.

Entonces no pude aguantar mas todo aquel morbo, comencé a bombearle mi rabo dentro de su culo duramente entrando y saliendo debido a lo excitado que estaba.

-Mi pareja: Ah! ah! ah!. Como me follas!

-Yo: Toma! Eh! Te gusta?

-Mi pareja: Me estás follando mientras nos miran aquellos de las hamacas!

-Yo: Si, te estoy preñando el culo aquí en la orilla de la playa!

-Mi pareja: Si! Si!

En aquel momento a mitad del polvo volvieron la pareja del chico joven y el maduro y desde su toalla nos miraban con atención mientras lo hacíamos a perrito.

-Mi pareja: Córrete ya! Amor Córrete dentro de mi culo!!

-Yo: Ahhhhhhhhhh Ahhhhhhhhhhh, Toma mi leche!! No es lo que querías??

Y eyacule mucho semen dentro de su culo, tanto que parte de él resbaló de su agujero y se precipitó sobre la arena.

Aún nos observaban esas dos parejas mientras nos limpiábamos tras aquel polvo y fuimos a darnos un ultimo baño, recogimos y en el aparcamiento volvimos a cruzarnos con el chico y su maduro que guardaban el recuerdo como espectadores de lujo, nuestro rico polvo en la playa nudista un día de verano.