Sin pretender, casos que se me aparecieron
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Llina.
Y aquí narro las visiones voyeuristas que he vivido.
No soy una profesional del voyeurismo.
Menos aún del exhibicionismo, pero, por la vida, he llegado a ver algún revolcón o alguna imagen de alguien que me ha dejado con los ojos de plato, jejeje.
Advierto que este relato no es muy “excitante”, sino que solo son recuerdos míos.
Empiezo.
Jovencita, con veintipocos años, recuerdo ir andando junto a un paso elevado sobre un túnel.
La entrada del túnel de vehículos está ajardinada.
Me asomo paseando viendo pasar los coches y en la zona ajardinada había… como mendigos.
No eran mendigos, sino perroflautas… Realmente no sé la situación de aquellos, pero tenían sus tenderetes en aquel jardín junto al túnel, en un lugar poco accesible.
Solo decir que había un hombre encima de una mujer dentro de un saco de dormir.
A primera vista, según paseaba a lo lejos y lo divisaba desde arriba, es curioso que a las 12 del mediodía estuviesen dos dentro de un saco de dormir.
Pero…, el hombre estaba empujando, jajaja.
Era la postura del misionero y los movimientos típicos.
Pero no puedo decir que estuvieran follando porque estaban vestidos y el saco de dormir les llegaba hasta los hombros.
El movimiento era delatador, pero no puedo decir nada más.
Gente rara, jajaja
Otro caso.
Por la misma época.
En un viaje por Alemania-Austria, en el hotel me asomo a la ventana de mi habitación.
Miro la calle, observo dónde está todo, veo los coches pasar por la calle, miro el edificio de enfrente.
La calle es estrecha y las ventanas del edificio de enfrente son fácilmente visibles.
Son las 7 y pico y ya ha atardecido, ya es de noche.
Y veo enfrente, en la ventana un bulto marrón moviéndose.
Las cortinas están corridas y lo veo, sin saber qué podría ser.
Pero…, eso marrón es una manta, sábana o colcha, que la quitan y entonces me quedo de piedra: es un culo femenino encima de un hombre.
La mujer encima del hombre, moviéndose, follando.
Lo veo de perfil, indudable.
No alcanzo a ver las cabezas, pero de brazos para abajo, la mujer está encima, están desnudos y ese culo femenino sube y baja sobre el cuerpo masculino.
Me pongo nerviosa, mucho… sigo mirando, pero mi compañera de habitación va a entrar porque nos vamos a ir a dar una vuelta por la ciudad para cenar.
Así que nos vamos y miro de reojo aquel kiki que se estaban echando aquellos dos.
Cuando volví mucho más tarde, ya estaba todo apagado.
En días sucesivos, me asomaba a la ventana, y alguna vez vislumbré un folleteo similar, pero muy difícil de ver, porque la primera vez lo vi con la luz de la habitación encendida, mientras que las veces siguiente, era la luz de la televisión la única que había en aquella habitación.
Sí…, nervios (porque me pillaran, los folladores y mi compañera) y voyeurismo puro, jajaja.
Otro caso.
Levante, verano, apartamentos junto al mar.
Entre Alicante y Murcia.
Yo no soy muy de veranear en el Mediterráneo, porque prefiero el fresquito del Cantábrico, pero donde hay patrón no manda marinero, y si mis padres quieren veranear en el templado Mediterráneo, pues allí voy yo también.
Tomando el fresco en la terraza, se ve la playa, el mar…, y un edificio de la misma urbanización enfrente.
Más lejos que en la experiencia del párrafo anterior, pero aquí yo tenía unos prismáticos.
Mirando por el balcón, ojeando una revista, veo movimiento en una ventana inferior del edificio de enfrente.
Movimiento sospechoso, jajajaja.
Sí, es un culo empujando.
Voy a por los prismáticos (mientras mis padres están en el salón, espero que no salgan al balcón y me chafen el espectáculo).
En efecto, un culo masculino empujando a una mujer abierta de patas.
Se ve muy bien con los prismáticos.
Yo estoy situada de manera que lo veo desde arriba en visión posterior a la pareja, pero es inequívoco.
Está follándose un tío a una tía en el salón de su casa, y está abierta la puerta del salón que da a su terraza, de modo que está a la vista perfectamente (perfectamente con prismáticos).
Vuelvo a ponerme nerviosa, esperando que ninguno de mis padres salgan al balcón.
Sigo viendo la juerga sexual de aquella pareja (aunque tenga prismáticos, estaban bien lejos), hasta que el tío debe acabar, porque se queda parado… y luego se va.
Al rato nos fuimos nosotros a cenar a un restaurante, y se me quedó la escenita grabada en mi memoria.
Y último caso.
También en verano, también en el Mediterráneo, pero más al norte.
Fue años después….
, pues como hace unos 10 años o menos.
En Campello, Alicante.
Única vez que he estado por aquellos sitios.
Septiembre, temperatura perfecta, un chaparroncito que deja el ambiente refrescado.
Perfecto para mí, pero no para la gente que veranea por allí, pues esos 23º o 22º debió parecerle temperatura de Siberia.
Yo me fui a la playa…, y allí no había nadie.
Cuando hace sol, lleno de gente…, pero aquel día fresco y agradable, solo estaba yo y alguna otra loca como yo en una inmensa playa vacía.
Me di un chapuzón, el agua estaba deliciosa…, y luego me fui a tomar un poco el sol y ver el mar en un espigón.
Hay varios espigones que salen de la playa hacia el mar, espigones que me imagino que están construidos para que las olas no se lleven la arena.
Allí estoy en la punta del espigón oyendo el mar, tan a gusto, y cuando tras un cuarto de hora o veinte minutos, y pretendiendo seguir paseando por la playa, al volver sobre mis pasos en el espigón, veo una pareja que está detrás de mí, a unos 20 metros.
Empiezo a andar… y me paro.
Esa pareja está en una posición muy provocadora… miro bien y…, ¡hala!, ¡pero que ven mis ojos!.
Están vestidos, no como yo que estoy desnuda (casi desnuda, jajaja.
Estaba en bikini), pero él está sentado con los pantalones abiertos y bajados solo hasta el culo, dejando el culo y la entrepierna al aire.
Ella, con faldita corta, está encima, sobre su polla (no podía ver si estaba encima de ella, o con ella introducida en su vagina).
El caso es que, los movimientos de vaivén de ella encima de él también eran inequívocos.
No vi que tuviera bragas la chica, veía su culito… así que, con la faldita subida y moviéndose encima de él, que tenía los pantalones bajados, yo pensé que estaban echando un kiki aprovechando que no había nadie en la playa.
Pero, aunque no hubiera casi nadie en la playa, ¡¡¡estaba yo a 20 metros!!!.
¿Les daba igual que yo estuviera allí?, ¿les daba morbo que una chica en bikini estuviera tan cerca de ellos?.
Y ahora les estaba mirando y seguro que ellos se daban cuenta.
Yo decía, “Tierra, trágame”.
No sabía que hacer, porque si me volvía sobre mis pasos, tenía que pasar pegado a ellos.
Me daba vergüenza.
Así que…, fui bajando por las rocas del espigón hacia el mar, y me fui nadando hacia la playa dando un rodeo para no pasar por delante de ellos.
Una vez que empecé a nadar, me di la vuelta y me puse a nadar de espaldas, como si no fuera con ellos, pero nadando de espaldas les miraba perfectamente según me alejaba.
Cuando llegaba a su altura (pero alejándome en el mar), los vi de perfil, y vi el palo enhiesto del chico, que la chica agarraba y pajeaba un poco para luego sentarse encima.
Confirmado: un kiki en toda regla.
Bueno…, no soy voyeurista profesional, pero estos casos me han ocurrido sin yo proponérmelo.
Me imagino que cada uno de vosotros tendrá casos similares, que sin ser mirones, tengamos la ocasión de ver como algunos hacen “cosas”, a propósito, o sin querer.
Para despedirme, decía que no era voyeurista, y no me dedico a mirar por las ventanas…, pero…, si hay algo que merezca la pena mirar, tampoco voy a cerrar los ojos, jajaja.
En mi casa, enfrente tengo un edificio.
Está muy cerca pues la calle es estrecha.
Hace unos 20 años había una familia con un chico.
Una vez le vi pasear desnudo, con su mata de pelo y su cilindro pendulando.
Era joven, y tenía muy buen culo y muy buen cuerpo.
Solo le vi en esa situación una vez…, y mira que cada vez que pasaba por la ventana echaba un vistazo por si sonaba la flauta… 20 años después, o sea, ahora mismo, en el mismo edificio pero con otra familia: el padre es cuarentón pero de buen cuerpo.
En invierno tienen cerradas las ventanas o con cortinas.
No se ve nada.
Pero llega el verano y abren ventanas para que haya corriente.
Pues ahí veo el cuerpo del padre, que está bien…, pero solo el torso.
No le he visto desnudo.
El hijo, igual: debe tener 20 años o por ahí: me encanta verle en verano en gayumbos.
Debe ir a un gimnasio porque tiene muy buen cuerpo.
No le he visto sin menos ropa… Cuando alguna vez le pillo en gayumbos por su habitación, espero que se los quite o que se cambie de ropa.
Ná….
, no lo he pillado nunca.
Siempre apaga la luz o baja la persiana.
El otro día, su hermana jovencita sí la pille algo más.
Estaba sola en casa (me imagino, porque no vi nadie más) y según se acercaba a la ventana (era de noche), se quita la ropa y la veo sus tetitas (que no tenía ná, jajaja) y se baja las braguitas.
Es cuestión de segundos, porque se pone el camisón y otras bragas ipso facto.
En fin…, que como es una ventana a la que tengo un acceso directo y al mismo nivel, pues es fácil mirar.
No hago guardia ante esa ventana… Si paso y “hay algo”, pues me paro a mirar.
Si no hay nada, pues sigo a mis quehaceres.
PD.
Mientras hacía la previsualización del texto, me he acordado de otro caso que pille entre los coches de unos adolescentes cachondos.
, pero.
, veo que la redacción de este relato ya es muy grande.
Si acaso, lo contaría en otra ocasión.
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