Streaking con masturbación (apostillas y correcciones).
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
¡Perdonadme!: Me temo que me estoy embarrando demasiado con esta tontería mía. Quiero intentar ser más conciso aquí que en mi “segunda incursión”. Que supongo que ya hubiera estado más o menos bien dejarlo solo en aquella otra primera. Que en la segunda quise limitarme a explicar un poco mejor “de donde” me salían esas fantasías, tan concretas como irreales, pero que me acabé ofuscando y enrollando de tal modo que casi que luego hubiera preferido que no me lo publicaran. (¡Demasiado tarde, de todos modos!)… ¡Y, en cualquier caso, aquí solo me voy a repetir, que no a decir nada nuevo! Solo espero que ahora me quede un poco “mejor dicho” de lo que me salió anteriormente.
En definitiva, que vale que doy por bueno mi primer relato. Y que más bien quisiera yo ahora “rectificar” un poco lo mal que me salió aquel segundo texto mío, que ya ni siquiera era un relato ni nada.
Resumo lo más fundamental (que, si realmente hubiera bastante curiosidad, tampoco estaría de más leerse mis textos anteriores, los dos, el segundo también, a pesar de todo):
Obsesionado yo por el fenómeno llamado “streaking” (modalidad femenina) acabé convirtiéndolo, como quien no quiere la cosa, en la base de mis fantasías eróticas preferidas. Ni porno duro, ni sexo explícito, ni nada… La imagen idealizada de una chica lanzada a la carrera, completamente desnuda y por lugares públicos se convirtió en mi “icono sexual” preferido, aunque solo fuera para imaginar y fantasear.
Mi obsesión masturbatoria por ese tipo de exhibicionismo nudista me llevó a, por decirlo de alguna manera, desarrollar la necesidad de “identificar” y “proyectar” mi propio onanismo en esas chicas que tanto me apetecía imaginar, lanzadas a esa hazaña loca de exhibicionismo nudista. Me gustaba “no apartarme” de lo que tengo visto que es el “streaking” clásico. Que en ningún caso fuera nada más que el simple ir corriendo en pelotas.
Pero, al mismo tiempo, me surgía espontáneamente la idea extrema de imaginar que, solo con eso, esas chicas exhibicionistas llegaran a gozar sexualmente y hasta a experimentar orgasmos, nada más que con esa simple actitud de atreverse a correr desnudas por lugares públicos y entornos urbanos.
De ahí surgió mi fantasía definitiva: Espontáneamente también, y sin preocuparme por si eso seria lo bastante “posible” o no, me acabó resultando algo así como una manera “lógica” de completar mis fantasías lo de imaginar que pudiera existir algún tipo de artificio masturbatorio. Algo tan discreto como eficiente. Incrustado y totalmente oculto en la vagina de cualquiera de mis protagonistas imaginarias. Que no necesitara nada más que la propia motivación de la usuaria y la simple acción de ir corriendo (sin necesidad de llegar a adoptar ninguna otra actitud ni postura física) para acabar desembocando en un buen y deseable orgasmo.
Así que mis fantasías preferidas y más obsesivas van de imaginar, básicamente, eso que convertí en un pequeño relato improvisado para mi primer texto enviado aquí (“Streaking con masturbación”) y al que se le pueden dar tantas pequeñas variaciones como se quiera. (En mis fantasías atesoro infinidad de versiones, con diferentes matices pequeños, tan solo dándole vueltas a esos fundamentos básicos).
Luego me encontré con dos o tres comentarios de respuesta a mi relato original, lo cual hasta me sorprendió un poco, porque realmente ni siquiera me esperaba yo que nadie llegara a “conectar” lo bastante con ese tipo de invención tan íntima y propiamente mía.
Y eso (por desgracia) me entusiasmó y me animó a querer enviar, demasiado precipitadamente, un segundo texto donde explicar un poco más mi “génesis” de ese tipo de fantasías propias y peculiares. Y hasta aprovechar para contestar, almenos, a esos dos o tres primeros comentarios que (en cierta manera) hasta parecian “aplaudir” mi primer cuentecillo.
Y creo que, ese segundo texto, ya si que me salió muy embrollado y resultó más bien un despropósito.
Lo que intento aquí (y no se ni si me lo debo a mi mismo o a ningún posible lector) es rectificar un poco la redacción de lo que quise acabar de explicar en “Streaking con masturbación 2”… Aunque sea solo repitiéndome sobre lo mismo, pero con otras palabras y frases (espero) más bien buscadas.
Al final me sigo quedando con esa idea extravagante mía del “streaking femenino extremo”. Que nunca he sabido si puede ser “realizable” o no, por más que a mi me entusiasme como fantasía íntima propia, predilecta y obsesiva.
Si eso fuera posible, al fin y al cabo ¿quién se atrevería a llevarlo a la práctica? ¿Qué muchacha lo bastante caliente, bajo qué circunstancias y en qué escenario lo bastante adecuadamente provocativo?
¡Aunque cosas más fuertes se ven, eso es cierto! De todo tipo. Fingidas o no, “amateurs” o “pagadas”, y en todo tipo de lugares. Filmadas y colgadas en la red, de manera que las podemos llegar a ver cualquiera de los millones que nos conectamos.
Así que mi principal incógnita sigue siendo la de si realmente es factible esa fantasía “voyeur” tan puramente mía, con respecto a ese tipo de exhibicionismo de “streaking-extremo” tan, en principio, inventado e imaginado “solo” por mi.
Pero es una “incógnita” que tampoco no quiere ser del todo una pregunta realmente abierta a ser contestada.
Porque, en realidad, no me apetece darme por enterado de la respuesta, si es que esa respuesta ha de ser un simple y rotundo “NO”.
Quizá la masturbación femenina no pueda ser lo bastante compatible con la simple acción de ir corriendo. Quizá no haya artificio posible que pueda llegar a proporcionar un buen y efectivo orgasmo sin salir de esa actitud, sin acabar por adoptar otras posturas más adecuadas. Quizá, en realidad, ni “bolas chinas” ni ninguna otra cosa que exista o que se pudiera inventar pueda llegar a conseguir eso, por más empeño que se le ponga. A lo mejor es imposible lo de que una chica se llegue a correr del todo, así de pie, simplemente corriendo y nada más. Que se “corra-corriendo”, valga el jueguecito tonto de palabras.
¡Pero si esto es así, yo casi prefiero no saberlo! Que no me lo aclare nadie. No por nada. Simplemente prefiero quedar feliz en mi ignorancia, porque les tengo tanto apego a esas fantasías mías sobre mi invención de ese imaginario “streaking-extremo-femenino”, que casi que no las cambio por nada.
(Si, en cambio, alguien me puede confirmar lo contrario, pues sí que se lo agradeceré. Agradeceré que se me diga que esa invención mía es “posible” y “practicable”. Que mis fantasías sobre ese tipo de “acciones” no son tan imposibles como ni yo mismo me creo que sean… Que, en todo caso, lo difícil seguiría siendo llegar a presenciar algo de eso: ¡Alguna audaz exhibicionista femenina que se atreviera a tanto!).
Mirad: Yo, sea como sea, sigo disfrutándolo así tal cual. Como simple fantasía a la que irle variando los detallitos que sea, según me vaya saliendo así o “asá”… Y de la que sigo sacando “peliculitas imaginarias” de las que, de tanto en tanto, se me ocurre aún alguna que otra pequeña versión o variación…
¡Es mi obsesión preferida! Por más inventada que sea… Y la comparto con mucho gusto, si es que a alguien le llama bastante la atención y si a alguien le resulta lo bastante atractiva, pero que (hasta en el peor de los casos) por lo menos a mi, que no me la “desmonte” nadie…
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