una aventura diferente
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por perfect_2710.
Mi esposa es una hermosa morena de de 1.68 de estatura, pelo chino, ojos obscuros y una sonrisa capaz de hechizar a cualquiera. Yo había estado fuera de la ciudad y durante mi ausencia nos habíamos comunicado via skype, y después de un larga charla que empezó a subir de tono habíamos terminado en una sesión de cibersexo que me dejo exhausto y a la vez no me permitió conciliar el sueño.
El fin de semana ya de regreso en casa, comentamos lo sucedido en mi ausencia y eso nos puso muy calientes a los dos, me comento todas las cosas que otros usuarios le escribieron. Estábamos tan calientes que decidimos meternos a internet a mostrar los encantos de mi mujer. Ella lucía una blusa escotada que permitía ver el inicio de sus enormes tetas copa DD. Pintó sus labios de carmín, y se puso una peluca para camuflajearse un poco. No tenía ni un minuto transmitiendo su imagen, que enfocaba directamente a sus tetas, y apenas mostraban sus hermosos labios carnosos que dibujaban una picara sonrisa, cuando ya había más de 200 viéndola. Basto un par de comentarios en el chat, y que vieran que estaba transmitiendo para llegar a cerca de 500 personas.
Empezó a acariciar sus enormes senos, un cúmulo de comentarios se dejo venir en el chat: “que ricas tetas”, “que bien te tocas”, “muéstranos tus pezones”, etc.
Mi esposa se lo tomo con calma hasta que finalmente accedió a bajarse la blusa dejando al descubierto un hermoso brassiere de encaje transparente de color blanco que contrasta perfecto con su piel morena y que permiten transparentar sus enormes pezones, que para entonces ya estaban bien erectos. Los comentarios se dejaron venir: “Que tetas tan ricas”, “tienes unos pezones deliciosos”, “quiero mamártelas”. Cada comentario recibido tenía un efecto doble; en mi mujer le arrancaban una sonrisa maliciosa, mientras en sus mejillas subía un rubor y sus labios se hinchaban (señal inequívoca de que se estaba excitando); para mí era una locura, darme cuenta la pasión que mi esposa levanta y cada comentario me hacían excitarme más.
Poco a poco fue dejando que su aureola se asomara has que por fin sus dos tetas quedaron liberadas su prisión como dos enormes montañas que se levantan imponentes en el paisaje, yo ya no podía más y empecé a masturbarme en frente de ella, mientras los comentarios de los cibernautas no cesaban para excitación de los dos. Ella apretaba suavemente sus tetas, pellizcaba sus pezones y pasaba sus dedos entre ambas tetas. Los comentarios iban subiendo de tono “quiero comérmelas”, “me gustaría poner mi pene entre ellas”, etc. Y ella entraba a ver la cámara de los hombres que los observaban y veía como ellos se masturbaban en su honor, haciendo de vez en cuando gesticulaciones o comentarios sobre sus penes erectos.
De pronto, empezó a subir su teta hasta llevarla a su boca y se empezó a mamar. Yo estaba a punto de estallar, se veía sexy, cachonda, caliente. Se antojaba detener todo y cogérmela en ese mismo instante; sin embargo estaba disfrutando lo que veía y todo lo que le decían. Estuvo acariciando y mamando sus tetas por espacio de 10 minutos, me dijo que quería más y me pidió que le pasara su vibrador. Se lo pase y ella empezó a restregarlo contras sus pezones, lo ponía en medio de sus tetas y lo frotaba con ambas, mientras que con su lengua chupaba la punta de ese enorme palo. “quisiera que fuera mi verga”, “mámalo todo”, “me quiero venir en tus tetas”, “ve mi cam que quiero que veas cómo me vengo”. Tomo el vibrador con sus dos manos y lo empezó a mamar con una lujuria como cuando me la mama a mi hasta hacerme venir.
Nuestra calentura iba “in crecendo”. Ella me dijo te la quiero mamar. Yo me acerque a ella para que no se alejara de la cámara y empecé a acariciar sus pezones con mi verga. Ella la tomo y la pasaba por toda su teta, hasta que la llevo a su boca y la metió completita. La lamia con su lengua y la chupaba de arriba abajo. Sentirlo y verlo como se transmitía en internet nos aumentaba la excitación.
Ella estaba excitada como nunca, me dijo “ya no puedo más, cógeme”. Hicimos a un lado la computadora, me tiró en la cama y se montó en mí. Su ritmo cadencioso y a la vez urgido me pusieron loco, mientras veía como brincaban sus tetas frente a mi cara, las tome con mi boca y las mamé con desesperación mientras ella aceleraba el ritmo, hasta que soltó un fuerte grito acompañado de convulsiones, mientras seguía brincando sobre mi verga y alcanzaba un orgasmo delicioso.
Yo todavía no había acabado, por lo que la acosté en la cama y sin más se la ensarte hasta el fondo, y le di lo más duro que pude, de pronto volteé y vi el vibrador que se había quedado junto a nosotros, lo tome y empecé a acariciar sus tetas con él mientras me la seguía cogiendo. Lo lleve a su boca y ella lo empezó a mamar, le dije que me excitaría mucho que fuera la de otro hombre y ver como se la mamaba mientras yo me la cogía, lo cual a ella la volvió a prender y la chupaba con mucha energía. Cambiamos de posición y ella seguía mamando y me contaba cómo se imaginaba que el otro hombre se venía en su cara, estaba muy mojada, lo cual me hacía complicado mantenerme dentro. Le saque la verga del coño y empecé a acariciar su ano, el cual ya estaba lubricado por lo mojada y excitada que estaba; ella se acomodo para facilitar mi tarea e inmediatamente llevo el vibrador a su coño, mientras yo iba abriendo su ano para metérsela, finalmente soltó un suspiro cargado de lujuria y mi verga entró hasta el fondo, pronto empezó a fantasear diciéndome que le encantaría ser cogida por mi y por otro y sentir las dos vergas dentro de ella. Yo ya no pude más y solo alcance a sacársela para venirme sobre su coño con el vibrador todavía dentro.
No abrazamos, nos besamos y nos quedamos dormidos desnudos con una sonrisa en nuestros rostros.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!