una jovencita excitada me obligó a tocarla
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
es real, me subí en Estación Central, y al poco andar, la micro se llenó, estábamos apretados cuando derrepente sentí como un codazo en mi cuerpo, como si alguien estaba haciendo camino para pasar, miré pero no advertí quien fue, al rato, estaba apoyando mi brazo sobre el respaldar de un asiento mientras yo viajaba de pie y empujaron mi brazo con fuerza cayendo desde el respaldo, yo, al principio, creí que sería algún hombre imprudente y ofuscado miré, pero lo único que vi fué a ella, una ñiña de unos 15 o 16 años que me miraba fijamente.
La miré y fruncí un ceño con mi frente como preguntando "que honda" que pasa, ella miraba con cara "rara", no me sacaba la vista de encima, a todo esto ella, vestía de buzo deportivo, no tenía figura muy atlética pero era atractiva.
volví a lo mío, es decir, miraba hacia afuera del autobus cuando nuevamente ella me empujó y esta vez apretó su cuerpo en mi brazo, la miré y ella miraba fijamente y no decía nada, entonces creí comprender, pues mi brazo estaba apretando sus pechos y con su pierna ella me frotaba la mía.
Obvio, me calenté, se me olvidó que era una muchacha, y la excitación se apoderó de mí, bajé la mano y toqué su pierna, ella esbozó una sonrisa de consentimiento, luego quise saber si era real o mi imaginación y toque uno se sus pechos mientras apretaba su cuerpo junto al mio.
No quedaban dudas, ella estaba gozando, entonces con toda naturalidad toqué cuanto quise, eso si, no me dejó meter la mano dentro de la ropa, acaricié sus senos mientras intercambiábamos miradas de excitación, toqué sus muslos duritos y su vagina hinchada.
El recorrido es largo, pero sube y baja gente durante el recorrido. La acaricié mucho rato, a mis anchas, ella por lapsos, cerraba los ojos y agachaba la cabeza, yo quería ver un orgasmo y si lo tuvo, no lo noté.
Pasé mi paradero de largo, obvio, nunca tan tonto, y de pronto una señora se acercó a ella, era su madre, ella se sentó cerca invitando a bajarse en un paradero próximo.
Cuando bajó, y mientras lo hacía me dió una mirada de mujer caliente, que aún recuerdo.
Yo no sé quien se habrá hecho más pajas, ella o yo al llegar a nuestros hogares.
jajaj, y fué real. Gracias, ojalá les guste….mi experiencia vivida.
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