Velada inusitada
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
LLegó en el avión de las cinco de la tarde y su presencia despertaba miradas inoportunas .
Nos fuimos en el coche hasta casa y nos acomodamos .
Como el calor apretaba subió a su habitación y se puso un bikini de hipo.
Era más bien trikini pero entraba perfecto.
Sin más preámbulos se zambulló en el agua y se puso al sol.
Estaban las dos amigas juntas y se veían bellas.
La amiga se quitó la parte alta del traje de baño y lo enrolló justo hasta la braga.
Sus pechos dudé si eran propios o bien operados , pero eran perfectos.
Ella no está casada pero ha tenido múltiples relaciones.
Desde mi esquina admiraba su cuerpo y mi esposa me miraba asombrada por lo que miraba.
Después de un buen rato ella subió al baño mientras mi esposa preparaba la cena.
Como yo estaba en la parte alta , oí cómo llamaba para pedir ayuda en el baño.
La oía yo solamente y me acerqué.
Y allí estaba tal como vino al mundo y sin ningún pudor me dijo , pasa.
La miré y mientras me ruborizaba , ella se exhibía y sonreía.
Le expliqué el sistema de ducha y me pidió compañía mientras se duchaba.
Acepté la invitación y mi miembro estaba contento.
Me miraba y se lamía de gusto al frotarse.
Le alcancé la toalla y fue a su cuarto a vestirse.
Yo hice lo mismo mientras mi esposa terminaba la cena y se vestía .
Luego llegaron las risas , los relatos jocosos de su vida y nos preguntó por nuesra relación.
Sacó a colación la ducha anterior y lo bien que me había portado.
Mi esposa me miró y ella le reprochó que mientras yo estaba solícito , ella no le había ayudado y yo en cambio sí.
Nos reímos un buen rato y nos narró aspectos de su vida desconocidos.
Nos hizo ver su última relación con un hombre mayor que ella y con el cual mantenía una relación abierta.
Entramos en detalles y nos fue convenciendo de sus bondades.
Nos animó a ello y mirando a mi esposa le insinuó que yo podría tener relaciones con ella en su presencia si ella aceptaba de buen grado que allí no había otra cosa sino sexo y sólo sexo.
Que no había infidelidad sino aceptación tácita y consentida por todas las partes.
La amiga se me acercó , se despojó de su ropa y con un gesto lascivo se puso a mi lado.
No rechacé nada y me besó en los labios.
El ambiente se caldeó y los tres sin hablar una sola palabra fuimos mirando lo que ella hacía conmigo.
Miraba a mi esposa y ella asentía con la cabeza.
Así trasncurrió todo hasta las tres de la madrugada.
Nos fuimos a la cama y al llegar a la cama me metió el hocico en su vulva.
Estaba chirriada y me comentó lo bien que había estado contemplando todo.
Follamos duro y allí acabó la noche
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