Vi a mi mama cogiendo con un vecino 3
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Luego de unos días de la vez que yo y el chalan del vecino los espiamos en su negocio mientras él, y mi madre se estuvieron revolcando en su local, todo estuvo tranquilo, ellos no se vieron, pero lo malo que un día por la mañana, estando como siempre mi mama y yo solos encasa, y como mencione en los relatos anteriores, era época de calor así que ella solo tenía puesto un top sin mangas, no traía brassiere y un short, sobra decir que bastante cortito, ambos color naranja, jamás lo olvido porque se veía muy bien, preciosa, como les conté ella tenía unas maravillosas piernas, y se hizo una cola de caballo, ella quiso consentirme y me rento unas películas de mis favoritas, yo me recosté en el sillón y ella se sentó conmigo, puso un cojín para que recargara mi cabeza en sus piernas, era tan amorosa, tan buena conmigo; pero de pronto todo se interrumpió, tocaron a la puerta y ahí estaba, rompiendo todo el encanto, el amante de mama.
Ella se sorprendió y le dijo, ¿Qué quieres? Y el contesto, como que, vengo a verte, porque este calor me pone cachondo, quiero coger; y no mames vestida así te ves bien nalgona y tienes unas patotas que las quiero en mis hombros, ¡ya, vamos a la cama¡ Mi mama muy apenada le dijo no, espérate que no ves que ahí está mi hijo, habla bajito, que nos va a oír, y el burlándose, como siempre, le contesto, y que, es más, tengo la fantasía de que tu hijo nos vea mientras cogemos, estaría bien excitante.
Mi madre respondió, como crees, estás loco, eso le podría afectar, jamás le haría eso, es un niño no, no lo hare, mejor vete, pero el como siempre jalo a mi mama de los brazos, la atrajo hacia él, y en tono lujurioso dijo, ni loco, chiquita, yo vine a cogerte, y después de verte vestida así, ya me pusiste bien caliente, te ves bien buena, ya no aguanto, así que ya, vamos a coger.
El, llevo a mama hasta el sillón donde estaba y descaradamente, me dijo, que ves amiguito, y le dije una película, que hace usted aquí, mi madre nerviosa, contesto rápido, vino a que hiciéramos cuentas de lo que le debo del mandado, tu sigue viendo la tele, pero el tipo hizo que se sentaran en el mismo sillón que yo estaba, como el sillón era familiar, se sentaron atrás de mí, ella en medio y el detrás de ella, y de reojo pude ver como el, con todo descaro metió su mano debajo del short de mi mamita y con toda destreza empezó a masturbarla.
Ella sorprendida, le dijo en tono bajito, ¿qué haces? Espérate, no, nos va a ver mi hijo, y él, dijo y que importa que vea es lo que quiero, y continuo masturbándola; ella solo alcanzo a tomar un cojín y ponérselo encima de sus piernas para taparse, y siguió suplicando pero ya gimiendo, ahhhhhh, ummhhhhh, por favor ouuhhhh, detente, no me hagas esto, ahhhhh no quiero que mi hijo nos vea ouuhhh, por favor, noooooo.
El tipo no dejaba de masturbarla, mientras yo sentía como el sillón se movía bruscamente, y lo peor que empezó a rechinar, de reojo veía, como mi mama puso su mano en la parte superior del sillón y comenzó a mordérsela para ahogar los gemidos que le provocaba su amante; el, metía su mano dentro del short de mi mamita, hurgaba en su sexo, encima de su tanga, toqueteando y frotando con sus dedos, el, la veía fijamente, curioso, lascivo.
El manoseo del vecino contraía el cuerpo de ella, al sentir como el sillón se movía pude observar como mama comenzó a contonearse mientras sucedía y exclamaba quedito pero eso sí, jadeante, por favooooor ouhhhhhh no puedoooo maaaas, ahhhhhh esto no puede seeeer, ahhhhhh noooo por favooooor ahhhhhh.
Al infeliz, esto pareció excitarlo más, y el, ya desatado se volcó sin perder más tiempo empezó a lamerle la espalda a mi madre, le daba mordiscos en sus hombros, estaba cachondisimo, estaban ya tan calientes, que se podía notar que, las ganas de quitarse la ropa aumentaban cada vez que sus dedos se introducían y movían de manera cadenciosa dentro del sexo de mama; sin duda los dedos del vecino eran increíblemente expertos y amañados para hacer eso; pero se prenderían aún más cuando el vecino comenzó a susurrarle a mi mamita, me encantan tus piernas, tus senos y tus nalgas, te deseo, ya no aguanto, ya quiero cogerte.
Yo ya, sin dudar los estaba viendo y lo peor fue que ya no les importo, cuando mi mama lo noto, gimiendo me dijo veteeeeee hijito ahhhhhhhh, y yo directo le dije que hacen, esto no está bien ¿que te hace el vecino?, ¿por qué hacen estas cosas? Ella ya totalmente excitada solo contesto, ahhhhhhh ahora noooo preguntes, por favoooor.
Yo me levante del sillón e hice como que me iba, pensé que al hacerlo ellos tendrían un poco de pudor, pero al contrario cuando según me iba a mi cuarto, voltee de reojo, y mi mama ya se había volteado frente a él, lo rodeo con los brazos y comenzaron a devorarse a besos.
Se besaban apasionadamente, ambos se mordían los labios uno al otro, sin soltarse, el amante de mi madre se acomodó mejor para acariciarle los senos con su rostro; te voy a coger le decía el, ella simplemente sonreía; se besaban con total lascivia, ahora el, con sus manos toscas comenzó a acariciarle deseoso las piernas a mi mama, sus cuerpos reaccionaron al unísono, se imantaron como por una fuerza indetenible, mientras sus labios estaban entre los de ella, sus lenguas empezaron la lucha por ver cuál era la más poderosa en una erótica acción; siempre me pones bien caliente, dijo el vecino, sin dejar de chuparle los labios a su hembra, a la vez que seguía masturbándola, ella gemía, ahhhh oohhhhh y continuaron devorándose a besos.
Mama se fue a la recamara, el, la siguió, yo por supuesto corrí a espiarlos, y él, me vio y para cumplir su fantasía dejo la puerta de la recamara entreabierta para que yo los viera; lo que veía era malo para mí, ellos estaban parados de frente, el vecino abrazaba a mi mama de la cintura, ella lo abrazaba del cuello y lo peor se besaban muy rico, como en las novelas, lo disfrutaban, con que pasión lo hacían lo peor era oír los chasquidos de como tronaban sus bocas, ellos se abrazaron más, parecía que nunca dejarían de besarse, lo disfrutaban, lo gozaban, me dolió aceptarlo, pero al verlos besarse de esa manera, tuve que comprender que mi mama y el vecino ya no podían separarse, ambos se necesitaban.
Después el vecino, de reojo voltea hacia afuera de la recamara, nota que los estaba espiando, y sonríe, burlándose de mi por estarme arrebatando a mi mamita; el, tomo a mi mami por la cintura, y, con cachonderia, le dice, ya no aguanto, quiero coger, ella le responde, yo también, y empezaron nuevamente a besarse en la boca, poco a poco el vecino, fue quitándole el top a mi madre, descubriendo sus hombros, su pecho, tienes frio, le pregunto ella, no al contrario, contesto el, nadamas de verte desnuda, ya me pusiste bien caliente.
Se miraban con deseo y se veían en sus labios las ganas de comerse a besos; se miraban con cierto morbo de pies a cabeza, el tipo con su mano tomo la delantera y se plantó en una de las tetas de mama, ella se le acerca más para que pudiera tocarla mejor.
Después el vecino, tomo por la cadera a mi mama para llevarla a la cama, pero justo antes de caer sobre las sabanas, giro para quedar encima de ella, mi madre intento alzarse y darle vuelta al asunto, pero el, la tomo por las muñecas y la clavo al colchón con fuerza, besándole el cuello, ella se dejó dominar.
Se besaban apasionadamente, el, le mordía los labios a ella, sin soltarle sus manos, el tipo se acomodó para acariciarle sus senos con su rostro; te voy a coger, ahhh que bárbara, como me prende ver que tienes una patotas le decía el, mi madre solo lo observaba y se mordía el labio inferior; cuando por fin la penetro, mi mama lo empujo tratando de levantarse, pero el, la tomo del cintura, aprisionándola con ambas manos y empezó a moverse, clavándole su pieza enterita.
Tumbados sobre la cama sin dejar de tocarse y besarse, como si fuera el fin del mundo; ambos totalmente desnudos se revolcaban en la cama, besándose con las ansias de un par de amantes; restregándose sus cuerpos deseosos, con lo calientes que se veían; su forma de acariciarse, con sus gemidos, todo los incitaba a devorarse.
El tipo la penetraba incrustando cada centímetro de su miembro tieso y grueso; el comenzó a mecerse, empujando su cadera con ganas y marcándole con su agarre las nalgas a mi madre.
Yo solo era testigo de cómo mi mama y el vecino, sin importarles nada, estaban cogiendo a placer, rasgaban las sabanas, gastando el deseo como si lo consumieran con su vaivén, con su forma de estar entrelazados, arañándose, deseándose y acariciándose, con ritmo jarioso, el, se aferraba a la cintura de ella; mi madre se tapaba la boca para callar sus gemidos de placer, y el, seguía penetrándola, excitado, aguerrido; que fuerza tenía en sus brazos y con qué ímpetu movía su cadera.
El vecino le lamia los senos y le mordisqueaba los hombros a mi madre, así como también le hundía sus dedos en las nalgas de ella, la cama rechinaba debajo de ellos, el edredón se enredaba en sus piernas, el eco de sus gemidos y gruñidos rebotaba en las paredes de la habitación.
Se agarraban el uno del otro, sin parar de moverse, sin detener el vaivén libidinoso y candente que los mantenía unidos, con sus cuerpos fundidos en un mismo; no pares, le suplicaba mama, como entrando en trance, él estaba con una expresión aguerrida y gozosa, sin dejar de empujarle su pieza completita; mi mama cerro los ojos y estrujo la sabana mordiéndose los labios cuando no pudo más.
Ambos rodaban por la cama creando un torbellino de sabanas y almohada, la boca de él, le devoraba los senos a mi mama, ella, arqueo la espalda, y el, comenzó a menearla, haciéndose a ambos, tambalear y provocando crujidos en la cama; el, jalo de los cabellos a mi mami, le pellizco las tetas, provocando que ella se mordiera el labio inferior.
De pronto fui testigo de algo, ya por demás indecente, que ya rebasaba todos los límites del pudor, el vecino puso sus manos entre los senos de ella, escalando lentamente por su cuello; sus dedos alcanzaron la boca de mi mama y ahí fue cuando ella comenzó a chupárselos, los succionaba extasiada, metiéndoselos hasta lo más hondo de su garganta.
El levanto su torso y tomo a mi mama por las nalgas, la cargo sin problemas, juntando su cuerpo muy cerca del de ella y volvió a penetrarla.
Se revolcaban, mientras mi madre le ofrecía un poco de resistencia, ella coloco una pierna sobre su hombro y se aferre a su espalda con las uñas; el vecino la embestía con fuerza, una y otra vez, agitándose mientras el infeliz no dejaba de acariciarle sus deliciosas piernas a mi mami, el, la besaba en la boca, la poseía; no podían parar de moverse, de pronto el, la tomo por la cintura y comenzó a darle más y más rápido.
En ese momento mi mama y el vecino estaban desatados cogiendo, perdidos en los besos y acariciándose, viviendo las delicias del sexo; era excitante ver la forma como los dedos del vecino recorrían el delicioso cuerpo de mi madre, como sus lenguas danzaban al unísono, como sus respiraciones agitadas se sincronizaban, arreciando con cada una de sus arremetidas; mi madre estrujaba las sabanas con las uñas, mientras la cama rechinaba cada vez más.
Mi mama abrió más las piernas y aprisiono al vecino por la cintura, mientras el empujabaja y le hundía su miembro duro y grueso, coges bien rico dijo exclamo él, casi sin aliento, si tú también coges riquísimo ahhhhh contesto jadeante mi madre.
Sus cuerpos desnudos y sudorosos, resbalaban el uno sobre el otro, y los dedos del vecino rasgaban las nalgas de mi mama, al tiempo que él, le arqueaba el cuello a ella para no parar de besarla.
Mi mama se mordía el dedo de su mano para callar sus gemidos de placer, y el vecino seguía penetrándola excitado, aguerrido; que fuerza tenía el, en sus brazos y con qué ímpetu movía su cadera, el tipo contuvo el orgasmo y le saco su pene, agarro a mi mama de los brazos y la volteo toda diciéndole: quiero que me des las nalgas.
Mi madre quedo empinada frente a él, apoyándose en el colchón, el, deleitándose con las nalgas de mi mama, volvió a ensartarla agresivo, expresándole muy cachondo: no mames chiquita, estas bien nalgona, como me encanta que me des las nalgas.
El vecino penetraba a mi mama por atrás, ella se mordía los labios y hundía su cara en la almohada, estirando los brazos y estrujando la sabana.
El tipo le enterraba sus dedos en las nalgas a mi madre, de pronto, el empezó a embestirla más fuerte y más rápido, su pene entraba y salía dentro de ella.
El, con sus manaos tensas apretujaba el cuerpo de mi madre, ambos retozaban a placer, sin decir nada, satisfechos.
Luego, el vecino tumbo a mi mama boca abajo y la aprisiono con su cuerpo para volver a incrustarle su pene, agarrándole fuertemente de sus brazos y susurrándole: eres mi hembra, me vuelves loco, me encanta cogerte.
Ya para ese momento mi mama y el vecino estaban desatados cogiendo, viviendo las delicias del sexo; no podían parar de moverse, de pronto, el tipo tomo por la cintura a mi mamita y comenzó a darle más y más rápido; el, se hinco con fuerza, agitándose cada vez más, encajándole más duro y con más ansias el pene a mi madre; se apretaron sudorosos y exhaustos, pero sedientos y sin parar; comprimieron el ceño y se fundieron en un suspiro que se ahogaba en un gesto de supremo placer.
Así estuvieron trabados un buen rato, ellos cogían hasta el cansancio.
Así, así, gemía mi madre estrujando nuevamente las sabana con las uñas, el vecino exclamaba de manera jadeante mmmhhhh no mames que rico, no quiero soltarte ya chiquita, no chingues ouuhhhh te mueves bien rico, y así siguieron sin parar de gozarse como animales.
La cama rechinaba aún más, parecía que la destrozarían, aunque los rechinidos se mezclaban con los gemidos de ambos y su respiración entrecortada, entrelazaron los dedos y se aferraron al momento cumbre.
El, gruño en el éxtasis, le dio la última estocada a mi madre y se la dejo bien adentro, hasta que por fin el vecino comenzó a gritarle a mi mama, vente conmigo, vente conmigo, vamos vente, esas palabras y lo jarioso del momento hicieron que ambos se vinieran en un orgasmo liberador como dando fin a la calentura y la lujuria que despertaba en ellos cada vez que se tenían cerca.
Agotados, el, la rodeo con sus brazos, y comenzó a otra vez a comérsela a besos.
Exhaustos y satisfechos, se desplomaron sobre la cama, el encima de ella, respirando fatigosos y satisfechos
Tiempo después, ellos empezaron a vestirse, y salieron de la habitación, ambos con mucha sed, así que lo primero que hicieron, fue buscar tomar un poco de agua.
Y el vecino comento agotado, ahhhh que cosas, ahora si cogimos como nunca, mi madre exhausta exclamo ayyyy siiiii ve la hora, ya es muy tarde, nos pasamos toda la mañana cogiendo.
El, la abrazo de sorpresa y volvió a decirle que, chiquita, ¿Cuándo te vas conmigo? así, en mi casa podemos coger a gusto, sin que nada nos interrumpa, ¿no te gustaría? Ella contesto, pues si me gustaría pero mis niños, y él dijo, me valen, yo te necesito conmigo, solo te voy a dar un tiempo para que arregles tus cosas, y te vayas conmigo, porque si no vengo por ti y te llevo a fuerzas, de mí ya no te libras y comenzó nuevamente a besarla en la boca.
Y a después contare lo que ocurrió y sobre todo lo que hicieron ellos, porque su lujuria traspaso todos los limites
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!