Vi a mi mama cogiendo con un vecino 4
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Luego de que mi mama y al vecino ya no tenían ningún recato en que yo los espiara mientras cogían, tomaron mi casa como el lugar perfecto para su encuentros sexuales, y un día viernes mientras escuchaba como el vecino se estaba cogiendo a mi mama, gimiendo él dijo, mmmmhhh no chiquita mañana es fin de semana no te veo hasta el lunes, y ella respondió ahhhhhh ouhhhhh, si mi amor pero es que esta mi esposo, ni modo, y él dijo no la mueles, yo me tengo que pasar el fin de semana masturbándome, hay que remediar esto ricura, quiero cogerte también los fines de semana ahhhhhh.
Mi mama y el vecino estuvieron cogiendo como otros días toda la mañana de aquel viernes, ya que podía escuchar sus gemidos ahhhhhhhh, mmmhhhhhh, ahhhhhhh, ouuuhhh, cuando por fin terminaron, mientras él se vestía mi madre vio el calendario y sonriendo dijo: en tres semanas mi esposo tiene que salir de viaje y mi hija desde cuando quiere irse un fin con sus tíos, esa puede ser la solución para estar juntos todo el fin de semana.
Y él dijo ya está, unos cuates van a organizar un viaje a un balneario, podemos ir, ya mi mama solo agrego, bueno pero queda mi niño, y el vecino le comento, por el no hay problema, ya sabe lo nuestro, y para cuidarlo vuelvo a llevar a mi chalan para que lo vigile mientras tu y yo estemos cogiendo.
El vecino jadeante le decía a mi mami, ándale vamos al balneario, para que estrenes lo que te compre chiquita, y mi madre pregunto qué compraste y el, respondió un bikini bien chiquito, quiero vértelo puesto, y que los demás me envidien la hembra que tengo, sobre todo que se exciten viéndote esas patotas que tienes, mi mami solo se puso roja y se agacho sonriendo un poco.
Y así, llego ese sábado, yo a mi edad, no podía negarme a nada así que tuve que ir con ellos, al balneario, que por cierto estaba en Hidalgo, bastante retirado, por ello tuvimos que salir de madrugada, estando todavía obscuro.
Mi papa y mi hermana se habían ido desde el viernes en la tarde, por eso no hubo problemas; mi mama se veía maravillosa, se había puesto un top blanco, sin brasiere con ello le resaltaban sus grandes senos, también un chaleco de mezclilla, que se combinaba con una minifalda de mezclilla ambos azules, con los que llamo la atención de todos haciendo lucir sus mega deliciosas piernas.
El viaje lo organizaba gente de otra colonia, así que no conocían la relación que llevaban de amantes mi mama y el vecino, abordamos el autobús y ahí empezó mi primer clavario, yo quería sentarme con mi mamita, pero por supuesto el vecino no lo permitió, exigiéndole a ella yo me voy contigo chiquita, a partir de ahorita eres mía, solo mía, ahí que mi chalan se encargue de tu niño, y jalo a mi mama hacia unos asientos de casi hasta atrás; yo iba a llorar pero el chalan me jaloneo y me amenazo, cállate chamaco o te doy tus trancazos ehhh así que vete quieto.
Comenzamos el viaje, afortunadamente me sentaron un asiento delante de donde iba mi mamita con su amante y del lado de enfrente, el chalan se quedó dormido así que solo yo podía ver perfectamente lo que hacían; el vecino saco una cobija para cubrirse con mi mama y que no fuera tan descarado lo que harían durante el trayecto; ya acomodados en sus asientos, la mirada abismal del vecino se posó en el escote de mi madre, mientras ella observaba ese bulto que sobresalía de los pantalones del vecino, mi mama cruzo sus deliciosas piernas con su pantorrilla sobre el muslo, el vecino comenzó a acariciarle las piernas a mi mamita; posteriormente el, discreto se palpaba su bulto a través de su pantalón de mezclilla, las respiraciones se hacían más profundas y rítmicas.
Poco a poco pasaron a otros tocamientos, el vecino empezó a masturbarse para excitarla, mi mama se mordió el labio inferior y continúo sentada como si nada pasara en un excitante juego de disimulos, aunque bien conscientes de la hoguera que, poco a poco iban atizando con sus insinuaciones.
Pero la paciencia se agotó y las insinuaciones surtieron efecto; el vecino metió su mano entre las piernas de mi madre, ella las abrió aún más, echo la cabeza hacia atrás para empezar a gozar con sus tocamientos; ese manoseo termino por prenderlos a ambos.
El no paraba de jadear mientras podía ver el temblor de las piernas de mi mami, al tiempo que la mano de ella se aferraba al asiento del autobús.
Al ser de madrugada y estar todavía obscuro, permitían que los amantes se gozaran a gusto ya que prácticamente todos iban durmiendo; mientras el vecino seguía estimulando con sus dedos, el sexo de mi mamita, en pleno trance sus rostros se miraron de frente extasiados y para callar los gemidos comenzaron a besarse a bocas abiertas con total lascivia, sacando sus lenguas, empezaron a mamárselas a placer.
Mientras con una mano el vecino seguía estimulando el sexo de mi mama, su otra mano se deslizaba por las piernas de ella, continuaron besándose y desde ese momento la situación se puso muy caliente; el frio se tornó calor y la incomodidad del principio se hizo una intimidad instantánea.
No puedo describir aun la sensación que en ese momento me producía el observar como semejante escena de lujuria, de ver como el vecino y mi mama se besaban apasionadamente, haciendo bailar sus lenguas y mordisqueándonos los labios.
Ambos se acomodaban en el asiento, para poder revolcarse a gusto, mi mama y el vecino se restregaban sus cuerpos deseosos, ardientes de ganas contenidas.
Al tiempo que podía seguir observando como el vecino con ese par de manotas robustas y varoniles, con las que sabía tocar de una forma deliciosa el cuerpo de mi madre; era por ello que siempre que se veían pasaban un rato sexual delicioso.
Tiempo después, las caricias que se hacían, los pequeños roces con las piernas, la tensión que iba construyéndose poco a poco fueron transformándose en gestos descarados.
El tipo apretó las piernas de mi mamita, hundiéndole sus dedos en ellas.
Más tarde el vecino comenzó a escabullir sus manos entre la blusa de mi mami para acariciarle los senos, luego nuevamente por debajo de su falda, podía ver como sus dedos recorrían las piernas de mi mama.
Con el ambiente ya caliente y cachondo, mi mama y el vecino continuaron comiéndose a besos, para luego empezar a acariciarse y decirse palabras de deseo.
Por fin llegamos al balneario y mi suplicio de estarlos viendo según yo, había terminado, bajamos del autobús, entramos al parque acuático, el tipo este le dio un paquete a mi mama, diciéndole ahí está el bikini que quiero que te pongas chiquita, no mames mmmh que ganas tengo de vértelo puesto, y mi mami sonrojándose y sonriendo fue a los vestidores.
Mientras tanto nosotros fuimos a buscar donde acomodarnos y dejar nuestras cosas, lo más extraño es que el tipo este, busco el lugar más alejado de las albercas y sobre todo de la gente, cuando por fin lo hallamos, el, saco unas toallas, las acomodo abajo en el pasto como haciendo una cama y dijo ya estuvo ahora sí, apretándose nuevamente su bulto, exclamo: todo lo que no vamos a gozar aquí.
Por fin, el momento esperado llego, luego de un rato, empezamos a oír mucho ruido, chiflidos, y piropos subidos de tono, y es que ya saliendo de los vestidores venia mi mama ya traía puesto el bikini negro que el tipo le compro y como ella es rubia le quedaba perfecto, sobre todo, lo impactante era que se trataba de una mini tanga negra, todo mundo se quedó atónito cuando se la vieron puesta a mi mama, todos admiraban sus curvas, y sobre todo hacían resaltar aún más sus majestuosas piernas y algo que yo no había notado pero que ahora resaltaba con esa micro tanga, era que mi mama estaba bien nalgona.
Mi mama llego y soltándose el pelo, todavía pregunto, me veo bien, el vecino ya bien caliente al verla contesto, no mames, estas bien buena, se te ven unas patotas, mmmmmh y así el vecino comenzó a besar en forma lasciva en la boca a mi mama.
Yo y el chalan nos cámbianos rápido para ya por fin irnos a la alberca e interrumpir un poco la calentura de los amantes, pero lo peor fue cuando mi mamita trato de soltarse del vecino e irse con nosotros, el, la sujeto de la cintura y le dijo, adonde chiquita, de aquí no te vas, y ella dijo, pero qué, no vamos a ir a la alberca, y el vecino dijo, ni loco, a mí no me gustan casi las albercas, yo no vine a nadar y mi madre sorprendida dijo entonces, y el vecino atrayéndola bruscamente de los brazos hacia él, le dijo, yo vine a cogerte, así quedamos, mira ya acomode todo, deja que ellos se vayan, mientras aquí en el pastito yo me voy a pasar todo el día cogiéndote.
Mi mama sorprendida y triste suplicaba, yo quiero ir antes a nadar un rato, hace tiempo que no voy, ándale vamos a la alberca un rato, y el vecino ya enojándose exclamo fuerte, que noooo, ya dije que nooo y ordeno a su chalan ya llévate al chamaco, ah pero estate pendiente que no nos interrumpa, mientras me esté cogiendo a su mama.
El chalan me jalo y me llevo a empujones a donde estaban las albercas, mientras vi como mi mamita le seguía suplicando, por favor, por favor, déjame ir tantito a nadar si, por favor, pero el molesto se le fue encima, diciendo pues a lo que venimos.
Llegamos a la alberca, me metí, pero por supuesto no pude disfrutar pensando en que no podía hacer nada por mi mamita, veía madres con sus hijos, y yo ahí solo, trate de nadar, y divertirme pero no podía; poco tiempo después vi que el chalan se distraía nadando también, así que aproveche para regresar a donde había dejado a los amantes, me sorprendió lo que vi.
Mi mama estaba recostada boca arriba, el vecino estaba encima de ella, por primera vez los vi que forcejeaban, al tiempo que escuchaba como mi mama gemía con el forcejeo, ahhhhhhh, mmmhhhhh, ahhhhhhh, pero se desgraciadamente ella tenía muy pocas posibilidades de liberarse, él, era muy fuerte como un roble, la tenía totalmente dominada, pero por primera vez sus rostros no eran de goce, de placer, si no de lucha, de cansancio, de desacuerdo, de desaprobación; ella alzaba su cadera tratando de liberarse, pero el, la sujetaba hundiendo sus rodillas en las piernas de mi pobre mamita, era increíble pero por el esfuerzo que hacían ya ambos estaban gotas de sudor en sus rostros, lo peor era seguir oyendo los gemidos de mama, el ahhhhhhh, ouuuhhhhhh, mmmmmm, mientras el gruñía en señal de dominio, en eso estaban cuando el chalan me sorprendió y llego por mí, me convenció para irme de ahí de nuevo hacia la alberca, en ese momento no pude ver en que acababan solo me fui oyendo los gemidos de ambos, el ahhhhhhh, grrrrrrr, mmmmmmmh, que se mezclaba en el ambiente.
Llegando a la alberca empecé a jugar con otros niños tratando de olvidar la escena que acababa de ver, estuve ahí nadando y jugando un buen rato, mientras el chalan estuvo tratando de ligar con unas chavas que conocía; por otro lado, pasado ya un buen tiempo vi como el empleado del vecino dejo lo que estaba haciendo y corrió diciendo voy a ver que no interrumpan a mi patrón, ya hace rato que no los veo, luego de varios minutos el chalan regreso bastante excitado y me dijo, voy a tener que ir a echar aguas y a darme un buen taco de ojo, si quieres vamos a espiar, yo le pregunte y mi mamita, y el burlándose me dijo mi patrón ya se la está cogiendo.
Ya presurosos regresamos a donde estaban los amantes y escondiéndonos bien nos dispusimos a espiarlos, el vecino tenia acostada a mi mama boca arriba sobre la toalla en el pasto, la tenía sometida sujetándole sus muñecas, el vecino estando encima de ella, le levanto las piernas a mi mamita sobre los hombros de él, y así en la posición comúnmente llamada patitas al hombro, el vecino se estaba cogiendo a mi mama.
Los pies de mi madre se balanceaban en el mete y saca poderoso del vecino sobre ella, al tiempo que veíamos como su pene entraba y salía del sexo de mi mamita con absoluto frenesí, en un exquisita contorsión.
Era increíble ver como el tipo tenia sometida a mi mama, me impacto ver las nalgas grandes y velludas del vecino embestir a mi madre la cual recibía dichas embestidas totalmente entregada con las piernas abiertas y veía como sus pies desnudos se contoneaban encima de los hombros del vecino al ritmo cadencioso en que este la penetraba ;era excitante ver como el tipo la poseía y ponía los ojos en blanco mientras seguía embistiéndola, de como se mordia los labios y de como con sus gemidos expresando un hhhmm, ooouuuhhh, ahhhh no mameees que ricoooo mmmhh, eran una muestra clara de cómo el desgraciado del vecino estaba gozando estar entre las piernas de mi mama y como la obligaba a entregársele de una manera tan impúdica y sin ningún tipo de recato.
Jadeantes, observábamos como las caderas del vecino se balanceaban restregando su trozo caliente y rígido en el sexo de mi mami.
El vecino sin soltar las muñecas de mi mama, la penetraba con todo, el, la levanto súbitamente para incrustarse en ella aún más y el tipo libero un resuello rasposo y enérgico.
El vecino penetraba a mi mama de manera tan fuerte e impetuosa que parecía que la vida fuera a acabarse de un momento a otro, el, se aprovechó del ruiderazo que había en ese momento en el balneario y rugía en cada empellón que le daba a mi madre, la cual, hacia lo mismo sus gemidos se confundían con los del vecino, con lo cual a él le excitaba sobremanera.
El vecino se plantó con fuerza, empujándole con todo su pene a mi mami; ella apretó los dientes y se aferró a los hombros de él.
El vecino agarro nuevamente por la cintura a mi madre y comenzó a agitarse, sus gemidos nos calentaron aún más.
El vecino penetraba a mi mama sin piedad, empujándole su pene duro y grueso, haciendo chocar sus bolas contra el sexo de ella; sus manos la atenazaban cada vez más fuerte a medida que se lo hacía llegar más adentro.
La respiración agitada del vecino, sus manos robustas jalando a mi mami hacia el con cada arremetida, tensándose; mientras cogían, sus cuerpos se fundían en uno solo, se revolcaban de manera activa, agotadora, fulminante.
Mi mama apretó con sus manos la toalla que estaba debajo de ellos haciendo un par de puños muy fuertes.
Entonces el vecino empezó a moverse muy rico, hundiendo su cadera en la de mi madre, empujado y retirando varias veces.
Su boca gruesa se plantó en el cuello descubierto de mi mamita, cuando ella extendió el rostro hacia atrás con los ojos cerrados.
El vecino estaba desatado penetraba a mi mama cada vez más duro, de pronto se encendió aún más, como una máquina y empezó a acribillarla, dándole cada vez más fuerte.
El amante de mama, se apoyó en el pasto y alzo el torso para proyectar mejor sus movimientos, gruñía y gemía a medida que gozaba estar entre las piernas de mi mama; el hacía convulsionar a mi mamita y la estremecía con sus arremetidas salvajes.
El apretó a mi mama reciamente por la cintura y se aferró con todas las ganas, mordiéndole la espalda a mi mamita para desbordarse en un galope exquisito.
El clímax crecía en el ambiente y es que ya mucha gente en el balneario se extrañaba de escuchar los gemidos del vecino y mi mama, a los cuales ya para ese momento a ellos ya no les importaba nada, estaban desatados, sus cuerpos fundidos en uno solo, estaban en pleno éxtasis y solo se oía el ahhhhhhhhhh, mmmmmhhhhhh, ouhhhhhhh, aaahhhhhhhh, lo más rico como siempre es como se sincronizaban para gemir al mismo tiempo ahhhhhhhhhhh, mmmmmhhhhhhh, ahhhhhhhhh.
Sus cuerpos desnudos, bañados en sudor se unieron en ese momento exacto, como fundiéndose.
Mi mamita estaba con el rostro hacia abajo en una expresión de sumisión, gimiendo bajito, mordiéndose los labios.
El vecino la agarro fuerte por la cintura y comenzó a balancearse, metiendo y sacando con un ritmo cadencioso.
La verdad ya para ese momento, a pesar de mi edad me excitaba verlos como cogían; mi madre alzo las rodillas y el vecino acomodo una de las piernas de mi mamita sobre su hombro para penetrarla mejor, el tipo gruño mientras sonreía evidentemente complacido, por estar saciando su lujuria cogiéndose a mi mama, clavándole más a fondo su miembro tieso y grueso.
Las manos del vecino recorrían el deliciosos cuerpo de mi mamita, los labios de él, rozaban los senos de ella, oír sus gemidos me estaba ya excitando; mientras, mi mama y el vecino seguían cogiendo, sus cuerpos se enfrascaron en un ritmo estremecedor, cogían cada vez más fuerte y cada vez más rápido; ambos rodaban por el pasto entrelazando las piernas, intercambiando abrazos desesperados, apretándose las manos y fundiendo sus caderas en un vaivén caluroso.
El vecino lo echo todo y comenzó a taladrar a mi mama sin dejar de moverse, empujando devastadoramente su pieza de roble; de pronto lo incrusto hasta la base y se lo dejo ahí, bien adentro, palpitando y bombeando, mientras el vecino se retorcía como si le succionara la vida.
Mi mamita tenía una expresión en el rostro que parecía de un dolor que le provocaba placer.
Ella alzo la vista, y se resignó a los movimientos del vecino, a su manera de empujar su cadera contra la de ella, de penetrarla una y otra vez, el amante estaba desatado, penetraba a mi mama de una manera cada vez más salvaje, más duro, más rápido.
Mi mama gemía ahhhhhh esperaaaa ahhhhh pooor favooor ahhhhhhhhhh, detenteeee ouuhhhhh.
Después ambos entrelazaron los dedos y se abrazaron mientras rodaban por el pasto, agitándose y meneándose en una danza que encendía hogueras en nuestras miradas encendidas.
El vecino, de pronto, tomo a mi madre por la cintura y la alzo sin desacoplarse, él se arrodillo sobre el pasto e hizo que mi mama se abrazara más a él, sin despegarse ni soltarla.
Cuando voltee a ver al chalan este, a punto de ebullición masturbándose, y es que nadie hubiera logrado contenerse, decía no mameees, cogen bien ricoooo ahhhhhhh, me vengooooo, ahhhhhh, pero quiero seguir viéndolos coger ahhhhhh; yo por mi parte también sin saber en qué momento empecé, sin poder evitarlo, ya también me estaba masturbando, adentrándome ya de lleno a pesar de mi edad en el mundo del sexo, debido a las escenas de lujuria y perversión de que éramos testigos en ese momento.
Sacudida por la cogida que le estaba dando, mi mama, involuntariamente comenzó a chupar su propio seno como un acto de reflejo por todo ese frenetismo y el vecino, notando eso, enloqueció de lujuria; los ojos del vecino se incendiaron de tanto deseo, que sin dejar de penetrarla con todo, comenzó a mamarle el otro seno a mi madre, insistiéndole a ella que no dejara de hacer eso que inexplicablemente lo puso a mil.
Ya para ese instante mi mama y el vecino estaban trabados, sus cuerpos desnudos bañados en sudor al estar tan unidos parecía eran uno solo; en una exquisita contorsión, comenzaron a besarse tan cachondamente; que mojada estas, le susurraba al oído el vecino a mi madre, para luego regresar a seguirle succionando los labios, que chupaba como un delicioso caramelo.
El pulgar del vecino accionaba el clítoris de mi madre; el bombeo hizo que mi mama apretara en un puño el pasto, y casi morder la toalla que estaba debajo de ellos.
Mi mama y el vecino seguían cogiendo, sus cuerpos se enfrascaron en un ritmo estremecedor, no podían parar, estaban desbocados por alcanzar ese instante; el, alzo el torso y se apresuró, meneándose riquísimo y penetrándola una y otra vez.
En eso el vecino prendió el último cartucho de su motor y empezó a darle a mi madre hasta mas no poder, desbocado en su afán por llegar al éxtasis; mi mama hundió las uñas en su espalda, dejándose atravesar, sintiendo cada estocada de su garrote vibrante.
Tras un buen rato de arremetidas portentosas, ahogándose boca sobre boca y sin dejar de coger, el vecino dio la última estocada y ambos explotaron.
El vecino se vacío a chorros ahogándose entre las piernas de mi mama, y desvaneciéndose sin más fuerzas; ambos se quedaron como idos, con la respiración agitada.
El vecino desfalleció sobre el pecho de mi madre, ella le comenzó a acariciar el pelo, se afianzo a su espalda, el vecino le besaba los senos a mi madre, mientras ella jalaba aire para recuperarse; minutos después mi mama y el vecino estaban acariciándose, dejando que pasara el cansancio que no habría de durar tanto, pues sin duda ambos tenían ganas de seguir cogiendo.
Y es que como mencione al principio ellos tenían todo el fin de semana para saciar su lujuria, y en el siguiente relato contare todo el sexo desenfrenado que siguieron teniendo en lo que resto del fin de semana y sobre todo en donde mi mama y el vecino siguieron cogiendo
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