Vida De Pueblo (Cuarta Parte)
Una vez más contando mis primeras experiencias como vouyer y algo de exhibición.
Les vengo a relatar una vez más mis vivencias en aquel pueblo que les conté desde mi primera historia. Ya mencione en el relato anterior que me había dicho mi abuelo que estudiaría secundaria en mi ciudad y que tendría que dejar el pueblo. Una parte de mi quería hacerlo, pero otra le había gustado vivir acá.
Mi prima Estefy era una de las razones por la cuál me había encantado mis últimos días en aquel pueblo, pero debido a mis actor de vouyerista se alejo mucho de mí. Al parecer si se había dado cuenta de lo que me atraía ella. Total que fue siendo indiferente conmigo, cosa que más me atraía jajaja. No tenía ojos para otra mujer, en serio quede endiosado con ella y más cuando la recordaba desnuda. Al instante de venir ese recuerdo a mi mente, era casi en automático que me masturbaba donde estuviese. Se volvió casi una obsesión por un tiempo.
Un día mi abuelo cumplía años e iban a organizar una comida en casa de mis tíos. Era una oportunidad ideal para aprovechar algo con Estefy, ya sea verla cambiarse o tomar su ropa interior como siempre hacía. Llegue a venirme en sus calzones varias veces. Obvio luego los lavaba rápidamente para que nadie se diese cuenta. Esa vez mi tía iba a ir a comprar con mi abuela en otro pueblo que tenía más variedad de cosas. Me levanto temprano para ir a casa de mis tíos, porque yo iba a apoyar acomodando y limpiando la casa, que estaba hecha un desastre ya que la seguían construyendo. No tenía ganas de ir porque eso implicaba convivir con Abraham mi primo y como mencione no nos llevábamos para nada.
Llegamos como eso de las diez de la mañana, la fiesta sería como cinco de la tarde. Invitaron a sus conocidos del pueblo para ello. Ahí se encontraban unos albañiles trabajando en poner el piso de un cuarto. Eran días calurosos y como su casa estaba a la mitad, era un sudor extremo. Mi tía tomo el coche y se fue con mi prima y mi abuela al pueblo. Mientras que los hombres de la familia nos quedamos a limpiar todo. Yo estaba harto del calor y Abraham peor que yo. Los albañiles terminaron la labor de ayudarnos a montar las sillas, limpiar, decorar, etc. Mi tío les pago el día y se fueron. Yo quería irme en ese momento con mi abuelo para no soportar a Abraham. Nos quedamos en la sala en silencio viendo televisión, cuando escuche las palabras que llamaron mi atención ese día: «Abraham vente vamos a bañarte». Enseguida la cara de mi primo se puso roja como un tomate, volteó a verme con una cara de espanto. Mi tío apareció en la sala diciendo que se iba ir el agua en la manguera, que se apresure. Mi primo protesto diciendo que más al rato. En eso mi tío lo tomo de la mano, era alguien demasiado brusco y le advirtió que se apurará. Juro que podía sentir el corazón de mi primo latir en ese momento. Se acercó a su papá al oído y escuche como le dijo que estaba yo ahí. Mi tío le respondió que no importaba, soy su primo. En eso mi tío me volteó a ver y me pregunto si yo también quería bañarme. Le dije que no tenía ropa, él dijo que me prestaría de Abraham y le dije que estaba bien así. De todos modos tengo que volver a casa para vestirme para la fiesta. Entendió y llevo a mi primo al patio de la casa. Sabía que iba a suceder, mi corazón comenzó a acelerarse, estaba a punto de presenciar otro espectáculo. Ellos vivían en una zona «privilegiada», ya que era la única casa, las demás estaban casi a medio kilómetro de distancia, nadie pasaba por esos lugares. Escuchaba los pasos, las quejas de Abraham todo, mientras estaba sentado en el mueble imaginando todo. Escuche la manguera abrirse y como mi tío apresuro a mi primo para desvestirse, mi primo seguía protestando, tenía pena que yo estuviese ahí. Era irónico como alguien como Alex mayor que él no le importase que lo viera desnudo y Abraham moría de pena. Eso me prendió. Cuando mi tío grito «Ya Abraham», supe que mi primo estaba en problemas. No veía pero supe que se desvistió. Y escucho como cae el agua y suenan los envases para bañarse. Necesitaba ver eso, así que me atreví a salir al patio con el pretexto de decirle a mi tío que la tele se había apagado. Un pretexto tonto, pero no se me ocurrió más en aquel momento. Al salir pude contemplar a mi primo totalmente desnudo, mi tío con jabón en las manos a punto de pasarlo por su cuerpo. Abraham volteó a ver que yo estaba ahí y nunca olvidaré su rostro como el de un niño asustado, la vergüenza en él era enorme, que en ese momento descubrí un nuevo placer en mí. El ver a mi primo tan humillado me dio tanto placer que lo disfrutaba de una manera absoluta. Mi tío solo dijo: «Tal vez este fallando la pinché luz», yo respondí: «Sí, igual pasa en mi casa». Solo quería un pretexto para quedarme ahí y ver a Abraham sintiéndose apenado por mi presencia. Mi tío me pregunto una vez más si no quería bañarme, sabía que tenía que decir algo para quedarme ahí y dije que tengo mucho calor y tal vez si. Pero no me había quitado mis tenis. Y es que en mi familia acostumbran a refrescarse los pies antes de bañarse. Dijo que me los quite y después de bañar a Abraham seguía yo. Lo hice y me senté en un block contemplando como bañaban a mi primo. Podía ver el rostro de él tan humillado y me encantaba. Trataba de cubrirse el pene, pero era inútil por que se lo vi. No sé que era más excitante, si su vergüenza por su nudismo o el hecho de que su papá lo siguiera tratando como un niño pequeño, cuando siempre se hacía el superior entre los primos. Cuando termino el baño, mi tío entro por una toalla. Yo me quede ahí viendo a mi primo de espaldas, esperando que volteará para sonreír sarcásticamente y hacer que se sintiera peor. Mi tío volvió con la toalla, secó a Abraham. En su hombro llevaba una truza verde casi fosforescente que le puso a mi primo. Le dijo: «Te voy a dejar en calzones mientras viene la gente, porque hace mucho calor». Con toda la pena del mundo, mi primo como un niño pequeño a punto de llorar le dijo: «papá», de un modo tan infantil casi suplicando que no lo avergonzará más. Mi tío ya molesto le pidió que dejará de actuar como un niño o lo iba a castigar como uno. Abraham resignado se volteo para entrar a la casa, no sin antes voltearme a ver con la mirada de un niño apenado. Yo aproveche para sonreír y hacerle saber que había disfrutado su humillación. Me dio gusto que por fin alguien lo pusiera en su lugar. Mi tío limpió el jabón del suelo y me pregunto si estaba listo. Le dije que mejor me baño en mi casa, porque iba a volver a sudar y sería bañarme dos veces. Dijo que tenía razón y entre a la casa para volver a sentarme en el sillón al lado de Abraham quien estaba con sus brazos cruzados, tratando de no verme a la cara. De nuevo sentí esa superioridad de ser un chico menor vestido, y al lado mío estaba alguien mayor semi desnudo. Nunca olvidaré esa truza llamativa de mi primo, y la forma que mi tío lo trató. Debió sentirse ridículo y eso me había encantado.
Al mes ellos regresaron a la ciudad, porque la casa fue terminada. Durante ese tiempo no hable para nada ni con Abraham, ni con Estefy. Ambos me veían de mala manera, y me sorprende como fue que rápido superé a mi primo. Creía que al irse ella me iba a sentir mal, pero me dio igual. Sentí que quería tener por fin una novia de mi edad antes de irme y me empecé a llevar con Carla una chica bonita de la escuela. Quién empezaba a tener pechos. Nos dábamos nuestros besos, pero en las historias que le contaba a mis compañeros de clase, ya hasta habíamos fajado. Cosa que no era nada cierto. Pasaba casi todas las tardes con ella. Estábamos en un parque cuando salió el tema de sexo, me pregunto si me masturbaba y le había confesado que sí. Entendía que quería saber como era. Sugerí que nos fuéramos del parque y vayamos a un lugar privado. Por suerte, yo sabía perfectamente donde. El lugar donde mis amigos y yo íbamos a hacernos pajas. Yo volví al tema y le dije que si quería ver. Ya estaba algo húmeda mi truza por unos besos que nos habíamos dado en el parque y la platica. Ella apenada dijo que sí. Me baje el pantalón y la truza y le mostré mi pene erecto. Su cara asombrada de ser la primera vez que veía un pene, es algo que guardaré en mi memoria. Pregunto como se hacía y tome mi mano y me toque la punta de mi pene para que vea. Ya quería empezar con mi chaqueta. Le dije que me ayudará, ella pregunto: «¿Cómo?». Le pedí que se quitara su blusa, lo hizo y eso me calentó bastante, luego le dije que también se bajara su falda y su calzón: «¿Para qué?», me pregunto de nuevo. No recuerdo bien que le conteste, pero accedió. Tenerla desnuda frente a mí, fue un regalo de la vida. Comencé a jalarmela delante de ella, me miraba con morbo, que juro que esa mirada prendería a cualquiera. Saque mucho semen aquella vez, poco le cayo en el cuerpo: «Esta calientito» dijo de una manera tierna, le limpie con mi mano para luego restregarlo en mi pantalón. Nos subimos la ropa y salimos de la casa abandonada agarrados de la mano. Fue una linda experiencia para mi pubertad. Luego de eso Carla y yo fuimos novios de manita sudada como dicen acá. Hasta que terminaron las clases. No volvimos hacer algo similar, más que mostrarnos nuestras partes íntimas como dos veces.
Debido a mi relación, me aleja un poco de mis amigos y del fútbol. Cosa que volví a retomar mis últimos días en el pueblo. Felipe y yo seguimos siendo mejores amigos esos días. Nos veíamos diario porque sabíamos que nos íbamos a despedir pronto. Su mamá como siempre tan linda, a pesar de no tener clases me invitaba a comer. Una de esas veces pude ver a Kari siendo bañada por su mamá. Se veía linda enjabonada, desnuda frente a mis ojos. Disfrute de poder verla antes de irme. También volví a ver a Alex bañándose. Quien al contrario de mi primo, a pesar de haber crecido, le seguía dando igual. Como en el cumple de su papá, un sábado llego del trabajo con su papá, sucio. Su mamá necesitaba comprar alimento para las gallinas que estaban empezando a criar para las ventas. Así que necesitaban ir al pueblo donde estaba todo aquello. Felipe me dijo que si iba con ellos y dije que no. Quería estar una vez más a solas con Alex, quien se iba a quedar por que un amigo suyo llegaría para que asistieran a una fiesta del pueblo. Obviamente no les dije que me quedaría. Le sirvieron de comer a Alex, se alistaron y me quede sentado en la mesa con Alex mientras comía. Nos quedamos platicando, no me di cuenta como fue que nos empezamos a llevar tan bien a pesar de no convivir tanto como convivo con su hermano. Iba con su amigo a ver a sus novias, ya por fin salía con una chica que conoció en el otro pueblo donde está la secundaría y ella iba a ir esa noche. Le platique de Carla y me dijo que ya sabía, Felipe le había contado todo, era un chismoso jajajaja. Pero me dio gustó que me felicitará por mi hazaña hacía la hombría. Tardamos un buen rato platicando hasta que por fin llego la hora del baño. Como siempre se desvistió ante mí, preparó las cubetas y me senté mientras iba por el jabón y estropajo. No sé que paso en mí, que empece a comentar que estaba muy sudado y a quejarme del calor que había en el pueblo ese día. Creo que él entendió mi indirecta y me dijo: «Pues si quieres báñate tu también, ya saque el agua». Me entro algo de nervios, pero quería hacerlo, sin saber la razón. Acepte, me quite toda la ropa también, quedando por vez primera desnudo frente a Alex. Quien ya era justo que también me viera a mí, luego de tantas veces de haberlo visto yo a él. Me acerque al lugar del baño, tomo la jicara y me hecho agua en la cabeza. Luego yo la tome y le aventé agua a él. Empezamos a bañarnos entre los dos. Fue algo divertido. No vi con morbo ese momento, la estaba pasando bien. Al no tener hermanos, nunca me había bañado con alguien similar a mi edad, más que con Felipe, pero nunca con alguien mayor, sentí que compartía un momento importante con Alex como si fuese mi hermano. El momento se turno distinto cuando se da cuenta Alex que su amigo venía llegando. Sentí pena porque no conocía al chico, pero se acerco como si nada, se río un poco y dijo: «No mames ¿Apenas te estas bañando?», reclamándole a Alex por el tiempo. De nuevo me sorprendí al ver que Alex le respondió como si nada, diciendo que ya estaba terminando. Su amigo se sentó en la mesa donde tantas veces me senté mirándonos desnudos con jabón y agua en nuestros cuerpos. Le pregunto si yo era su primo, a lo que Alex respondió que más o menos, era el mejor amigo de Felipe y era como de la familia. El solo dijo: «Está bien». Yo me había quedado en silencio, después de haber reído tanto, su presencia me intimido un poco. Sentí un poco de pena debo admitir. Seguimos en lo nuestro y él solo esperaba que termináramos, luego de un silencio que duro como un minuto cuando nos enjuagamos, lo escucho reír y le dice a Alex: «Tu pitito». Haciendo alusión a que era la primera vez que le veía el pene a Alex. A lo que él le respondió: «¿Te gusta o qué?». Luego el amigo respondió otra cosa y ambos comenzaron una pequeña guerra de intercambio de palabras graciosas son respecto al tema. Eso alivió la tensión y reí junto con ellos. Al terminar de bañarnos, Alex le pidió a su amigo, quien se llamaba Germán que le pasará una toalla de la casa, él entro y salió con la toalla, quién se la dio a Alex. Pude notar como de reojo le miro el pene a Alex y luego volteó a ver mi cuerpo desnudo. Se notaba la curiosidad en sus ojos. Lo sé porque igual a mi me pasó muchas veces. Alex se secó y luego me paso la toalla a mí. Entro desnudo a su casa y Germán solo lo apuro a lo que Alex le respondió con una grosería. Ambos rieron. Me seque frente a Germán y tome mi ropa para vestirme. Él me pregunto un poco de mí y le respondí. Para luego salió Alex bien vestido, como nunca lo había visto tan formal. Me dijo que si estaba listo. Cerro la puerta de su casa, con una simple soga. Me sorprendí al saber como era la «seguridad» en su casa, cualquiera podría robarles, pero parece no importarles. Me llevo a mi casa y ambos se despidieron de mi para ir a su fiesta. Había sido una buena tarde.
Luego de ahí no volví a ejercer mucho mis gustos de vouyer y exhibicionista. Más que dos días antes de irme del pueblo. Felipe se quedo en mi casa, nos masturbamos con el calzón de Estefy, el cual luego le regalo. Nos metimos a bañar y ya. Al día siguiente me despide de mi mejor amigo en aquellos días. Fue una despedida triste, le tome mucho aprecio a él y a su familia. Y más por ser las personas que me introdujeron al placer del vouyer. Aun recuerdo ese día y me entra la nostalgia. Fue un Martes en la mañana que partí de aquel pueblo en donde había desarrollado mis gustos que tanto placer me causaban. La ciudad era demasiado distinta, la gente de acá no es tan mente abierta como los del pueblo. Pero eso no quiere decir que no haya seguido con mis gustos. Me uní a un equipo de fútbol y también ahí viví y hasta la fecha cosas del vouyer y exhibición. Y a pesar de que han sido placenteras, no cambiaría mis vivencias en el pueblo.
Que gran historia, las cuatro partes.
Aun que no se, esperaba más con hermanita jaja
Me gustó mucho la parte de la prima