Yo y el sexo (capitulo 21)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Yo animaba a mi esposa a que se tirase a otro, el recuerdo de Maxima gozando en aquel coche, me ponia a mil.
Cuando ibamos a la playa, poniamos nuestras toallas distanciadas unos metros como si no nos conociesemos, ella se tumbaba con las tetas al aire y cuando se daba la vuelta, el tanga no ocultaba nada de su prcioso trasero. Tan solo ver las miradas de vicio que Pili causaba en otros ya me ponia cachondo, pero por mas que le insistia ella no se atrevia a provocar ningun encuentro.
Al comienzo del verano pasado, la playa estaba bastante vacia, era temprano y principio de temporada.
Tomando el sol se le acercaron dos chavales jovenes que pusieron las toallas junto a ella, entablaron conversacion y tras presentarse les dio a cada uno de ellos los dos besos en la cara de rigor, el mas lanzado aprovecho la ocasion para rozarle una teta, a ella no le importo y siguio el juego, yo no oia la conversacion pero los bañadores de los chicos aumentaban de tamaño a cada momento. Pili fue al agua y los muchachos tras ella, alli ya no se cortaron comenzaron a tocarla y magrearla, mi mujer metio (por debajo del nivel del mar), una mano en cada uno de los bañadores y les hizo sendas pajas, dejando a los chavales perplejos salio del agua cogio la toalla y se fue. Al poco yo marche a su encuentro cuando llegue al coche ella estaba con la mano tocandose el coño. Debiamos de subir a comer a la villa de sus padres, durante el trayecto mi esposa no saco ni un momento la mano del chocho, es mas cuando tomemos los caminos poco transitados me saco la polla y la mamo.
En el maset de sus padres solo estaba Pilar (mi suegra), el resto habia ido al pueblo, fuimos directos a la piscina y alli Pili me tumbo en una hamaca, me bajo el bañador y aparatandose la tela del tanga se sento sobre mi clvandose la verga y cabalgando. No nos importo la posible presencia de su madre a quien pude observar mirando desde la ventana de su dormitorio. Nos corrimos los dos, al poco la madre aparecio en la piscina, la cara le delataba el pajote que se habia hecho.
Mi esposa no se atrevia a mas, hasta un dia que fuimos solos a una disco y ella se tomo un par de cubatas que le hacian bailar sin parar, se le acerco un joven de unos 30 años que comenzo a bailar junto a ella y a entablar conversacion, el chaval cada vez era mas atrevido, la abrazaba, le tocaba el culo y cuando sono un regaton, se pegaron de tal manera que crei que se lo follaria en medio de la pista. Salieron de la mano y yo tras ellos a una distancia prudente, vi como se besaban apasionadamente y desaparecian entre dos coches, me oculte tras un arbol y vi como el mozo le comia las tetas a la zorra de mi mujer mientras con una mano le trabajaba el coño, Pili saco su polla la puso en la entrada y se la metio, la muy puta gozaba como una cerda, dio media vuelta y por detras el la volvio a meter en el chocho, pude ver la cara de satisfaccion de mi esposa, el le pidio que se la comiera y Pili tan obediente como siempre se la trago, el chico tambien lo pasaba de maravilla.
Se incorporo mi mujer y la pija volvio a entrar en la cueva, ella tuvo otro orgasmo, el joven la saco y solto su lefa entre las piernas de mi satisfecha esposa. Con las piernas pringadas de leche volvieron a la disco donde ya estaba yo, tras lavarse como pudo en el aseo nos fuimos el matrimonio feliz a casa donde pasemos follando el resto de la noche y la mañana siguiente.
Cuando lleguemos como cada domingo a comer al maset, fue mi suegra quien se dio cuenta de que su hija estaba escocida a la altura de la entrepierna, su mirada evidenciaba envidia.
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