A los 30 años, saltaba la tapia para culiar la perra del vecino
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hay algunas similitudes entre mi relato y otro publicado no hace mucho tiempo, ocurre que todos los zoofílicos amantes especialmente de las perras, hicimos casi lo mismo, nos cogimos las perras de los vecinos o alguna callejera también, siempre es así, comenzaré por contar que después de haber quedado "viudo" a los 25 años y teniendo ya 28, me trasladé a vivir a una ciudad, próxima a mi pueblo natal, como pueblero, acostumbrado a la tranquilidad de la casa de mis padres, donde vivíamos en un barrio muy apacible, no quise vivir en un departamento chico, en lo que yo llamé siempre "una lata de sardinas", en mi nuevo destino entonces, alquilé una pequeña casa de barrio, con patio al fondo y jardín al frente y alli comenzé a conocer a mis nuevos vecinos, todas personas muy gentiles en su trato conmigo, era ese un hermoso lugar donde abundaban los árboles, por lo tanto había muchos pájaros también y en los atardeceres, mucho bullicio, cuando las aves venían a sus nidos, lo mismo a primera hora me despertaban con su canto.
Después de casi un año de estar trabajando y viviendo solo, me había hecho muy amigo de mi vecino, un señor anciano que también vivía solo, se llamaba Carlos,para mi Don Carlos yo lo llamaba así, un buen día vino uno de sus hijos a visitarlo y también uno de sus nietos el cual le trajo de regalo una hermosa perra boxer, Don Carlos estaba encantado con su nueva mascota la que sería según el su compañía, la atendía de maravillas, le compraba alimento balanceado para canes y también le preparaba comida con carne, el animal se alimentaba de lo mejor y así crecía yo diría a pasos agigantados, cada día se ponía mas hermosa, ya habían pasado varios meses y había alcanzado su desarrollo total, ella me conocía muy bien porque yo solía ir a conversar con Don Carlos y siempre yo la acariciaba y ella muy feliz me hacía fiestas, movía la cola y me saltaba encima, después de jugar un poco con ella yo sentía que la verga se me ponía dura y ya sabía que en cualquier momento terminaría culeando con ella, a veces cuando yo me iba al trabajo ella me seguía hasta la esquina y alli se quedaba mirándome hasta que me perdía de vista, otras veces estaba en la vereda y venía a mi encuentro cuando yo volvía del trabajo, me acompañaba hasta mi casa, se metía adentro conmigo, yo la llevaba al dormitorio, me ponía en pelotas, jugábamos en el piso, se me paraba la pija al máximo, se la arrimaba al ocico y ella me la lengüeteaba riquisimo hasta hacerme acabar en su boca, me la mamaba con mucho gusto, pero cuando me la quería culear y le arrimaba la pija a la concha se me escapaba, hacía 5 años que yo no cogía con una perra, pero yo sabía que faltaba muy poco para aparearme con la perra de Don Carlos.
Volviendo atras en mi vida, yo conocí la zofilia como dije al comienzo de este relato a los 12 años con la perra de mi querido nono, el vivía en una granja y yo iba siempre a quedarme unos días en su casa, el tenía una perra criolla de gran porte, era corpulenta pero muy mansita y cariñosa conmigo y un día estando jugando con ella, se me paró la verga y se me ocurrió que me la podía coger, yo no sabía nada de zoofilia, no tenía idea que un hombre podía coger con un animal, pero si supe que yo tenía muchas ganas de hacerlo con esa perra, ese día lo intenté muchas veces, pero la perra se escapaba, no se enojaba conmigo, solo se escapaba y volvía haciéndome fiestas, yo no sabía que tenían que estar en celo y asi seguí intentándolo muchas veces sin resultado, pero un día estábamos en el galpón a la hora de la siesta, mi abuelo dormía como todos los días, tuve ganas de mear, la saqué y después de mear me baje el pantalón mostrándole mi verga a la perra y la llamé, ella vino como siempre, yo le arrimé la verga al ocico y ella comenzó a olérmela primero y luego comenzó a mamarla, yo nunca había experimentado eso, me dió una mamada maravillosa, me fuí por detras y sin mas le puse la verga parada en la concha, pero no podía hacérsela entrar al principio, no le encontraba la entrada, hasta que le emboque el agujero y se la quise meter pero no podía yo empujaba pero mi verga no traspasaba mas alla de la entrada, la tome con fuerza de las caderas y al empujar con mucha fuerza, sentí que su concha se abrió y allá me fui hasta el fondo, se la había puesto hasta los huevos, por fin estaba trenzado con la perra de mi abuelo, la tenía clavada y ella comenzó a zarandearse haciendo movimiento, me di cuenta que ella estaba gozando también como yo y le empezé a dar al meta y ponga, al mete y saca, era mi primer polvo con una perra y lo gozaba yo como si fuera un macho adulto, como si fuera ya un hombre, yo ya tenía una verga de 13 cm, pero ya bastante gruesa y eso es lo que me hace gozar tanto ahora porque quedo casi abotonado con las perras, cuando se la meto y eso es con trabajo, la concha de las perras me la aprietan, me la succionan hacia adentro y eso me da un placer infinito, todo zoofílico sabe que solo los perros se abotonan verdaderamente, por la bocha que se forma en la base de la verga del perro, pero yo por el grosor de mi verga, casi casi que siento como que me abotono…….bueno asi fue mi primera culeada con la perra del nono, creo yo que era su primer celo, pero me la seguí culeando hasta los 25 años, ella se tragaba mi verga de hombre adulto y cuando la tenía ensartada se volvía como loca moviendose y me acompañaba maravillosamente en el mete y saca y fué mi hembra hasta que murió y yo no tuve mas oportunidad de tener sexo con perras por 5 años, en mi casa no querían saber nada de que yo tuviera una perra, en una oportunidad vino una callejera y yo la quise adoptar, pero mi madre por poco no me sacó cagando de la casa, yo creo que mi interés desmedido por aquella perra callejera, hizo que mi padre se diera cuenta de algo y después estando solos, me dijo -¿No te está gustando demasiado esa perra a vos? O es que la queres para cogerla……¿Lo hiciste alguna vez con una perra? y muy despacio, me dijo, yo lo hacía cuando pendejo y lo volvería ha hacer, pero si me descubre tu madre, no quiero pensar a donde iré a parar……si tenes oportunidad, no la desperdicies, lamento que tu madre no haya querido esa perra aquí, yo ya me estaba poniendo contento de solo pensarlo, te himaginas que fiestita hubiera sido para mi y vos jejejejejeje, entonces yo me animé y le dije -Papa, yo me cogía la perra del nono, lo hice hasta el año pasado y ahora quedé viudo. El se limitó a sonrreir muy complacido y dándome una palmada me dijo, -¡Hijo de tigre tenías que ser!.
Vuelvo ahora al relato inicial, con mi vecino Don Carlos y su perra, un buen día yo regresaba del trabajo y vi que en la puerta de la casa había varios perros y Don Carlos me dijo que había encerrado a su perra porque había un monton de perros que se la querían coger que la perra estaba en celo y el no quería que ningun perro ordinario se la montara, entonces yo pensé que había llegado el momento tan esperado por mi, ya había esperado 5 años para volver a satisfacerme con una perra, esa noche cuando ya no había luz en la casa de mi vecino, puse una escalera y salte la tapia, cuando la perra me sintió vino a mi encuentro y se me abalanzó poniendome sus patas delanteras sobre mis hombros, yo ya estaba a mil de la calentura que tenía, abracé a la perra con fuerza y ella comenzó a lengüetearme la cara, la hembra estaba alzada y ahi estaba yo para satisfacerla como macho, yo abri la boca y sentí la lengua de la perra que se metía y exploraba el interior de mi boca, nuestras lenguas se trenzaron en un besuqueo maravilloso, yo en voz baja le decía -Aqui esta tu macho para cogerte, sabrás lo que es sentir una vergota bien gruesa en tu concha virgen, despues de un rato de franeleo, me saqué el pantalón quedando en pelotas, me fui por detras y comenzé por meterle un dedo en la concha, después de hacerselo jugar, le meti otro y otro, y después le puse la verga parada en la puerta y comenzé a empujar y la perra gemía de lo lindo hasta que pude meter toda la cabeza, ella había bolteado su cola hacia el costado y aunque se quejaba estaba quieta esperandome, la sujete de las cadera y sin piedad sabiendo que le dolería se la hice entrarr hasta que sentí que chocaba en su anillo vaginal, me quede quieto haciéndole caricias y al rato sentí que su cageta se abría y fue la gloria sentir que con mucho trabajo se la iba metiendo, la perra gemía fuerte y por momentos aullaba pero ya no podía detenerme ya mas, mi calentura estaba al máximo, la sujete con fuerza y de un fuerte envión, se la hice entrar a toda, la perra aulló fuerte y se quería escapar, pero ya la había penetrado hasta los cojones y luego de un rato, empezé meta y ponga a moverme lento al principio hasta que aumenté mis embestidas y asi tuve la acabada mas larga de mi vida, después de 5 años sin coger con una perra y teniendo 30 años, volví a gozar como un adolescente con la perra de mi vecino, ya hace 10 años que me la estoy culeando, Don Carlos ya está en un hogar geriátrico y para mi felicidad me ha dejado su mascota y yo estoy en el mejor de los mundos con mi hembra, muchas veces lo voy a visitar y le llevo su perra para que vea lo bien atendida que está, ni imagina Don Carlos que me ha dado la felicidad total, al dejarme su hermosa perra, conmigo no le falta comida ni verga.
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