Alguno ha estado a punto de ser encontrado en pleno acto?
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Buenas noches comunidad
Mi cuenta se encuentra bloqueada y ahora no he podido acceder a ella, sin embargo aquí sigo presente con mis narraciones para agrado de todos.
Inicio diciendo que todos hemos estado expuestos a ser descubiertos en nuestras andanzas por el mundo de las relaciones sexuales con nuestros animales, y eso precisamente me ocurrió hace unos días, afortunadamente me pude dar cuenta a tiempo y logré esconderme antes que me descubrieran en plena acción.
Hace unos buenos días me tocó verificar el estado del alambrado de nuestra finca, aunque se puede alquilar un caballo para el recorrido, no me gusta por el dolor de espalda que produce montar por tiempo prolongado, así que cuando toca lo hago a pie y decidí hacer el recorrido completamente solo. Me fui a eso de las seis de la mañana, me alejé de la finca por atrás de una loma hacia un arroyo, el cual está cubierto por una mata de monte siempre espesa, y desde luego por nuestro lindero hay una alambrada, como a las ocho estaba verificando la alambrada en la parte frondosa, escuché al otro lado de arroyo gaznar un burro, hacía más de tres meses que no probaba los placeres de la zoofilia, por eso decidí pasar y husmear de qué se trataba, atravesé unos 100 metros hasta el potrero vecino y a corta distancia había un asno pardo, observé bien que no hubiese nadie en los alrededores, casas tampoco había a la vista, caminé hacia donde estaba en la media falda en esas se volteó y pude ver su vulva, era una deliciosa burra para mi solito, me entró inmediatamente una sensación de euforia, sin esperar más fui corriendo desaté al animal en la medida que la halaba hasta la mata de monte, en el corto recorrido sentía un hormigueo en mi pene a su vez que se ponía supremamente duro
Era como si hubiese descubierto un tesoro, desbordaba la satisfacción que sentía de solo pensar, cuando estaba oculto entro los arbustos, inicie a pasarle la mano por las ancas hasta llegar a su vulva, me puse a frotarla hacia arriba y hacia abajo, palpaba esos gruesos labios y poco a poco fui introduciendo mi dedo, la burra en lugar de tener una reacción adversa abrió bien sus patas y llevó el rabo hacia atrás, seguí dándole dedo otro tanto, luego me lo acerqué a la nariz y pude percibir ese delicioso olor que producen las vulvas de las burras; como entre orina y carne, con las hormonas alborotadas me ubique en sus ancas desabotoné el pantalón y bajé la cremallera, cuando bajé el pantaloncillo saltó mi pene en una erección impresionante, me acomodé y en la medida que con mis manos abría su vulva introducía mi pene, era una sensación placentera la que estaba sintiendo, cuando en el potrero escuché ladrar un perro, oooppppsss me subí la ropa arrié la burra hacia el potrero y me escondí como pude, seguidamente llegó el vecino en compañía de otra persona y atinó a decir que no sabía cómo carajos se había soltado la burra, luego pude ver como se la llevaban, quedé lelo hasta que ocultaron en la distancia.
Bien aburrido me regresé para casa, por el camino pensaba solo en la burra, por lo que supuse que en la tarde la regresarían al mismo lugar, una vez en la casa almorcé y le dije al cuidandero que me alistara un martillo y una libra de grampas y probablemente llegaba tarde porque iba hasta donde otro vecino, partí nuevamente a la una y treinta de la tarde, llegué al mismo sitio y me escondí entre los arbustos a esperar, a eso de las cuatro de la tarde del otro lado apareció en la distancia un muchacho halando la burra, inmediatamente me regresaron esos estímulos que había sentido acompañados de una alegría rebosante.
El muchacho llegó al potrero le dio de beber y luego la ato a corte de pasto, cuando ocultó hacia su casa inmediatamente me fui cogí mi burra y la arrié hasta la mata de monte, verifiqué que estuviera completamente solo y retomé lo que estaba pendiente.
Como si se tratara de un reencuentro le tocaba su vulva con mucho deseo de penetrarla, luego frotaba su clítoris en la parte inferior viendo que pegaba fruncidos y de vez en cuando habría la vulva, percibía el delicioso aroma de su vulva en el ambiente, sin esperar más la acomodé a mi medida, me baje los pantalones y se lo fui hundiendo hasta que no pude más, que sensación más deliciosa por el calor tan agradable de su vulva, sentía la fricción de sus húmedas paredes vaginales, se lo metía hasta sentir sus nalgas en mi abdomen con las típicas cosquillitas de sus crines, lo volvía a sacar para hundirlo con más violencia como si me estuviera vengando del desplante sufrido, después de unas buenas embestidas, sentía ya los impulsos eyaculatorios y sin asustarla le metí todo el pene, en la medida que mis contracciones le dejaban mi semen en su interior, al terminar me quede recostado sobre sus ancas e inicie a relajarme, cuando pasó el éxtasis saqué la burra para que comiera pasto y me alejé a beber agua, media hora más tarde recuperadas mis energías fui y metí nuevamente mi burra a la mata de monte e inicie a prepararla para otro rato de placer, comenzaba a caer la noche así que me quité los pantalones, no tenía el pene totalmente erecto y como pude lo introduje un poco flácido en su vulva, estando en esas la burra abrió más las patas e inició a orinar, percibía un calor agradable que rosaba mi pene por eso de una se puso erecto y pude meter y sacar sin problema
Disfrutaba ese momento como nunca, cundía ese olor a orina lo cual elevaba mis niveles de testosterona, estaba demasiado mojada su vulva y escuchaba el sonido del aire cuando aceleraba mis arremetidas, esta vez pude prolongar bastante rato el coito, hasta que no aguante más y le desocupé todo mi semen. Aunque estaba extasiado por ese rato de lujuria me vestí dejé la burrita en el potrero y regresé a la casa, cuando llegué estaban todos acostados, fui me duché bien, dejé mis ropas en remojo y me serví comida luego me fui a descansar, aunque siempre lo he dicho que es muy difícil conseguir burras o yeguas por eso cada vez que pueda; es oportunidad que no dejo pasar, es por ello que siempre disfruto de mis novillas, y en contadas ocasiones con ovejas, cabras o cerdas y de vez en cuando mis aves.
Jucatove884
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