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Zoofilia Hombre

¿Alguno se ha resistido una hembra en celo?

Cuando los deseos por una hembra superan el instinto, uno recurre a cuanto truco haya.
Saludos a todos, hace algo más de tres meses estuve esperando que una borrega negra entrara varias veces en ciclo estral y todos los días la revisaba en la mañana y en la tarde, cuando estaba en celo la aislaba para que ningún macho la montara y esperé que madurara bastante, hasta que ese día tan anhelado llegó cuando tenía ocho meses. El momento había llegado para realizar lo que tanto anhelaba, era esperar que madurara y ser el primer macho de esa linda borrega a la cual iba a convertir oveja. En la tarde tomé una cuerda, me dirigí al corral y como estaba solo me propuse llevarla dentro de la casa y hacerla mía, le coloqué el cabezal y la llevé para la casa, allá le esquilé el exceso de lana alrededor de la vulva, luego me puse a tocársela viendo que estaba muy dilatada, la tenia de buen tamaño, le escurría buen fluido mucoso y espeso, al abrirle la vulva estaba enrojecida y muy húmeda, limpia, no tenía nada de excremento pegado en la lana de la cola, sentí muchos deseos de chuparle la vulva. Rápidamente la sujeté en un estante sin lastimarla, me quité los pantalones y pantaloncillos sentía que la verga se me iba a reventar por ese deseo incontrolable, me coloqué retardante en la verga para no venirme de una, esperé unos minutos y me ubiqué en sus caderas mientras con mis dedos le acariciaba esa dulce cueva, sin más inicié a darle dedo en la medida que se encorvaba para luego hacer unos empujones hacia atrás, percibía mucho calor dentro de la vulva aparte que estaba lubricando aún más. La borrega trataba de molestar de vez en cuando y jadeaba cuando le traté de meter dos dedos, me le recosté sobre las ancas y esperé que se calmara, creo estaba cansada porque no molestó más, no aguanté mis deseos los cuales eran incontrolables, como a las ovejas cuando pequeñas se les amputa el rabo, la vulva queda expuesta, así que le acomodé la cabeza de la verga en la entrada de la vulva, me le ubiqué bien en las caderas tratando de inmovilizarle las patas con mis manos, luego se la fui empujando poco a poco, al comienzo entró solamente la cabeza de la verga, pero cuando llegué a la mitad la sentí muy estrecha y pujaba bastante, yo comencé a presionar y soltar, en un momento le hice mucha fuerza y permanecí así, cuando de un momento se encorvó y empujo fuerte hacia atrás, sentí que la verga se abría paso y la ensarté en su totalidad, pegó unos pujones muy fuertes y empujó durísimo hacia atrás para luego irse hacia adelante y zafarse. Muy probablemente le dolió porque la vulva no es muy flexible a esa edad. Volví nuevamente a acomodarme, le metí bien la cabeza de la verga y se la fui ensartando con mucha dificultad hasta llegar al fondo, se encorvó muchísimo y abrió bien las patas, se contraía muy fuerte, quería zafarse, hasta que se cansó porque el destino ya lo tenía trazado, me la iba a culiar a las buenas o a las malas, al rato comencé a culiarmela lentamente, la borrega lo único que hacía era agachar la cabeza, pujar bastante cuando le llegaba hasta el fondo, mover las caderas en la medida que le temblaban las patas. La tenía bien ensartada cuando abrió las patas, se encorvó y comenzó a hacer fuerza pujando muy fuerte, sentía unos apretones prolongados en la verga, de un momento a otro comenzó a botar bolitas de boñiga seca por el culo la cual caía por los lados, al terminar sentía una presión enorme en mi verga, en ese instante aun cuando la tenía ensartada, comenzó a soltar orina por los alrededores de mi verga, muy olorosa y caliente por cierto, le saqué la verga y dejé que orinara todo lo que tenía, al terminar la hice para otro lado y la volví a ensartar hasta los testículos, volví a sentir las contracciones que les producen cuando terminan de cagar y orinar,  sentía esos ricos espasmos mientras la sujetaba de la panza, la pobre borrega respiraba fuerte y pujaba. Para dejarla descansar, aunque muy pocas veces lo hago, le saqué la verga de la vulva, me puse un condón y se la metí por el culo, le di verga bastante rato, me apretaba muy fuerte y pujaba durísimo en la medida que trataba de expulsar la verga como si fuera a cagar, saqué la verga de su culo, me retiré el condón y le metí nuevamente una clavada por la vulva, cuando le sacaba la verga hasta la entrada y se la mandaba hasta el fondo, la borrega soltaba chorritos de orina, de un momento a otro la borrega se tiró al piso, la vulva estaba totalmente mojada y muy hinchada, se le veía toda provocativa, por instinto animal le levanté la pata y literalmente le lamí la vulva tratando de meterle la lengua, luego la puse patas arriba, me le ubiqué entre las patas,  la ensarté hasta las bolas, aceleré todo lo que pude hasta que me llegó un orgasmo muy fuerte, la ensarté lo más que pude, ese primer chorro de leche casi no sale porque la verga se engordó muchísimo aunado a la presión y fuerza que hizo la borrega para tratar de enderezarse, yo me vine intensamente dentro de su vulva hasta terminar, le saqué la verga toda babosa y flácida, me puse en pie y ayudé a la borrega a levantarse, luego de eso quedó patiabierta con la vulva entreabierta y al doble de su tamaño original, me vestí la ropa y me dispuse llevarla al corral, no podía caminar porque iba lentamente y literalmente le temblaban las patas, una vez la metí al corral, le veía escurrir semen y orina por las corvas, al rato se echó de panza al piso. Como es apenas normal, a pesar de que tenía la verga algo irritada y enrojecida, en la noche le pegué su segunda clavada así me ardiera un poco, porque pudo más las ganas y el deseo que lo adolorida que haya quedado tanto la borrega como mi verga, los que han clavado hembras saben que cuando llegan los deseos uno no puede parar así duela lo que duela.

67 Lecturas/9 septiembre, 2025/0 Comentarios/por jucatove88
Etiquetas: culo, leche, orgasmo, semen, verga
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