ATENCION: Contenido para adultos (+18), si eres menor de edad abandona este sitio.
Sexo Sin Tabues 3.0
  • Inicio
  • Relatos Eróticos
    • Publicar un relato erótico
    • Últimos relatos
    • Categorías de relatos eróticos
    • Buscar relatos
    • Relatos mas leidos
    • Relatos mas votados
    • Relatos favoritos
    • Mis relatos
    • Cómo escribir un relato erótico
  • Publicar Relato
  • Menú Menú
1 estrella2 estrellas3 estrellas4 estrellas5 estrellas (Ninguna valoración todavía)
Cargando...
Zoofilia Hombre

ANECDOTAS CON MIS HEMBRAS

Hoy lunes 17 de noviembre de 2025, después de un buen fin de semana y estando acompañado por el cuidandero en la finca de mis papás, a sabiendas que no puedo hacer nada de nada, se me vino a la mente todas aquellas anécdotas que he pasado durante estos 29 años de estar clavando hembras, ha pasado de.
ANÉCDOTAS DE UN ZOOFÍLICO

PRIMERA ANÉCDOTA, GALLINA ATREVIDA

Yo me inicié con gallinas a la edad de 9 años y únicamente con ellas duré dándoles clavo hasta los 14 años, cinco años probando culos, por entonces ya me había crecido bastante la verga e inicié a probar con ovejas. Pero hubo un caso muy particular, a los 12 años estaba cogiendo a una gallina negra y le estaba pegando una buena clavada, la tenía parada sobre una butaca o banca, llevaba como unos 2 minutos penetrándola y no sé cómo carajos, comenzó a aletear durísimo, le saqué la verga toda untada de rila y caca a esa sinvergüenza mientras la controlaba, de un momento a otro se me soltó, me lanzó varios aletazos, picotazos y espolones que me dolieron bastante porque me los pegó en las bolas y verga, me fui adolorido a bañarme, ni siquiera tuve orgasmo porque em dolió mucho y literalmente se me quitaron las ganas.

SEGUNDA ANÉCDOTA, SE ME DESGARRÓ EL FRENILLO DEL PENE.

A la edad de 14 años ya había clavado cualquier cantidad de gallinas y había probado con cuatro ovejas adultas, por entonces había una borrega que estaba en celo, tenía muy estrecha la vulva, intenté varias veces, pero no se dejaba porque corría como loca, era tanta las ganas que tenía, que la acosté de panza sobre una banca y le sujeté las manos a las patas de la banca y las patas quedaban colgando, dejando sus ancas bien expuestas, quedaba apenas de altura, cometí el error de no utilizar lubricante, le metí la cabeza de la verga en la entrada de la vulva, presionaba y presionaba pero no se dilataba, comencé a hacerle presión pero nada, me le recosté encima, me agarré de la banca, comencé a empujar muy fuerte hasta que me permitió empujársela toda, la borrega pujaba durísimo y me apretaba la verga muy fuerte, en esas comencé a sentir un ardor insoportable, saqué la verga y vi que me goteaba sangre por debajo, me dio un susto terrible que se me quitó la parola, desaté a la borrega la cual también goteaba sangre, caminaba bien espernancada, me fui para el baño, me duché me, revisé la verga, por debajo se me había desgarrado el frenillo y tenía la cabeza toda roja e irritada. Sin embargo, fui al corral le metí el dedo en la vulva y la borrega no tenía nada, el dedo salió limpio, lavé donde había sangre para que no hubiese ningún vestigio, si con el culo de las gallinas había perdido mi inocencia, se puede decir que con la borrega perdí virginidad.

TERCERA ANÉCDOTA, ESCACHADA CON BECERRA

Hará unos 23 años, en plena adolescencia y ya convertido en todo un zoofílico, tenía unas ganas incontrolables de clavar hembras y había una becerra de buen tamaño que me gustaba muchísimo, ya habíamos batallado en otra oportunidad y no la había podido clavar porque molestaba bastante, se me había convertido en una obsesión, ese día la tenía bien controlada en el establo, comencé a meterle la verga hasta los testículos, la tenía bien penetrada cuando comenzó a moverse y me hizo salir la verga, se la acomodé nuevamente en la vulva y la agarré por las caderas, volvió a patalear, pensé que le tenía la verga donde era porque se sentía calientico, se la mandé hasta las bolas, sentí un poco extraña la penetración, era diferente, tenía muchas contracciones, no se sentía estrecha, cuando me doy cuenta se lo había mandado por el culo y estaba haciendo fuerza para cagar, saqué la verga y terminé untado de excremento en el abdomen, testículos  y el pene. Hasta ahí me llegaron las ganas.

CUARTA ANÉCDOTA, A PUNTO DE SER PILLADO

Un vecino de la finca tenía una burra y en ocasiones la dejaba del otro lado de un arroyo, un buen día que tenía ganas de clavar hembras porque llevaba más de dos meses que nada de nada, me fui por esos lugares y encontré la burra, la metí dentro de una mata monte para meterle la clavada, la tenía ensartada en pleno goce, cuando veo por entre las matas al vecino que venía en esa dirección, me tocó sacárselo, correr para el arroyo y meterme entre el agua, escuché al vecino regañar al hijo por no haber amarrado bien la burra a la estaca, esperé unos minutos, salí todo lavado y a la distancia llevaban la burra para la casa, terminé por masturbarme para calmar los deseos.

QUINTA ANÉCDOTA, MULA BRINCONA

Una vez que estaba interactuando en sexosintabues cuando tenía chat y uno chateaba, otro zoo me comentó que él se había clavado una mula pero que tocaba tener cuidado porque pateaban demasiado, un vecino que siempre nos recomienda la finca cuando se ausenta, tenía una mula joven, en la tarde me fui a dar vuelta, metí la mula en la manga donde se sujeta al ganado para vacunarlo y cerré la compuerta trasera, le di dedo un buen rato pero la mula tenía las orejas hacia atrás, batía el rabo y levantaba la pata para luego golpear el piso durísimo, sin esperar le metí las verga hasta el fondo, si bien la vulva es muy diferente a la de las yeguas y burras porque es mucho más diminuta, áspera y rígida, de un momento a otro comenzó a corcovear muy fuerte, me hice bien atrás y no se como pero a punta de patadas abrió la compuerta trasera y se salió de donde estaba, luego se me fue encima a patadas, como pude salí del corral, le abrí la talanquera y salió brincado y echando pedos para el potrero. Me divorcié para siempre de las mulas.

SEXTA ANÉCDOTA, A PUNTO DE SER CLAVADO

Yo no soy fanático de las perras, el cuidandero tiene una perra criolla de muy buen tamaño, actualmente tiene 8 años y es la tercera perra que he clavado en toda mi vida de zoo, tendría un año la perra cuando me ocurrió ese caso particular, estaba en celo, no había tenido macho menos crías y yo dentro de la casa estaba tratando de clavarla, ya la había alcanzado a ensartar, aunque no totalmente porque estaba estrecha, un perro en la parte externa estaba que ladraba muy fuerte y arañaba la puerta, se me ocurrió la brillante idea de abrirle la puerta y dejarlo entrar para que cuando tuviera la perra clavada, me lamiera el pene como lo vi en una película zoo, el perro agarró a la perra por la cabeza y yo agarré a la perra por las caderas, en un solo intento se lo logré mandar hasta el fondo, la perra chilló durísimo, me apretaba la verga muy duro, se sacudía tratando de zafarse, se tiró al piso de lado chillando, yo no la solté y me incliné para mantenerla clavada, de un momento a otro el perro se fue por atrás y sin darme cuenta me agarró por las caderas y literalmente me alcanzó a puntear el ojo del culo, qué susto tan hijueputa, hasta ahí me llegó las ganas de seguir. Me reincorporé rapidísimo para espantarlo, la perra se levantó y se me fue entre las piernas y se puso a lamerme el pene, cuando sorpresa, ese maldito perro me encaró, se me voto y estuvo a punto de morderme, como agarré un palo, el malparido se olvidó de mí pero se le montó a la perra, en un cerrar y abrir de ojos la tenía clavada, traté de separarlos, pero ya estaban anudados, los saqué a empujones y los dejé afuera, el resultado fue una camada de chandosos y yo me desfogué con gallinas.

SÉPTIMA ANÉCDOTA, PRIMERA VEZ QUE SENTÍ CELOS

Tenía la edad de 22 años, era el año 2010, yo le sentía mucho asco a las cerdas por el olor fétido que expelen, un amigo zoo de Buga Valle, me indicó que era el sexo más placentero que había tenido con animales, que era lo más parecido a una mujer, me enseñó a hacerlo, me enseñó a utilizar un retardante de nombre RINO, por entonces no tenía cerdas de propiedad, era el cuidandero quien tenía intenciones y sin dudarlo se le autorizo comprar varias cerdas, con el tiempo yo me había encariñado con una de ellas porque me parecía que era la más placentera por su buen tamaño, utilizando RINO durábamos más de media hora, yo era su único macho, esa cerda me sacó muchísima leche, la hice mía por primera vez y ya se había acostumbrado a que la clavara cada que estaba en celo, es decir cada 20 días le daba todo el clavo que podía, un buen día me ausenté y no me di cuenta que habían llevado un macho, en mis cuentas al día siguiente debería estar en celo, me fui ese día para las cocheras cuando veo algo horrible, estaba siendo montada por el cerdo, esperé como media hora que el macho terminara y al verle la vulva llena de leche porcina, no niego que me dio mucha rabia y celos, me provocaba golpear al cerdo y al cuidandero, ese día le pedí el divorció y no quería volver a saber nada de la cerda, esperé un tiempo para que fuera mi suegra porque le clave a las hijas cuando estuvieron a punto.

OCTAVA ANÉCDOTA, CORDERO CELOSO

Tenía la edad de 18 años y ya llevaba cuatro años clavando ovejas, un buen día que tenía muchas ganas de clavar a una, no tomé las precauciones y en la tardecita me metí al corral, había una oveja negra que estaba esquilada, me gustaba clavarla cada que podía por lo mansita y se dejaba, ese día no la saqué para otro lado sino que decidí clavarla en el mismo corral donde estaban todas las ovejas, pretendiendo clavar a varias, cogí a la oveja negra y la ensarté hasta las bolas, comencé a meterle semejante culiada, estaba tan emocionado que no me di cuenta, cuando de un momento a otro siento un fuerte golpe en mis caderas que aventó lejos de la oveja, haciéndome perder toda la emoción, cuando volteo a ver, el cordero venía en plena carrera y como pude, todo adolorido, salí corriendo sin ropa de la cintura para abajo, con un palo enganche los pantalones y me vestí, otra frustración que me tocó sufrir.

NOVENA ANÉCDOTA, MAMADA PRECOZ.

Nosotros teníamos una becerra huérfana, la vaca murió durante el parto por desangrado y no se pudo hacer nada de nada, el cuidandero todos los días le daba leche varias veces al día, cuando uno se acercaba comenzada a chupar la ropa, los dedos y cualquier parte que pudiera, como a la semana, estaba totalmente solo y me fui con la intención (primera vez que lo hacía) de ponerle la verga en lugar del chupo, me metí al corral donde estaba, saqué la verga toda flácida porque no tenía erección, la becerra me atrapó la verga con el hocico y comenzó a succionar durísimo, de un momento a otro y sin tener el pene completamente erecto me sacó la leche, no duraría más de 10 segundos, me dejó todo untado de baba espesa y esa lengua carrasposa me hizo venir rapidísimo, al terminar de succionar me sentí muy incómodo y me fastidiaba que me buscara la verga. Renuncié para siempre a las mamadas.

DÉCIMA ANÉCDOTA, CHUPADA A UNA VULVA

De niño no sentía los deseos de chuparle la vulva a una hembra, ya en la adolescencia me entraron esos deseos tan intensos, sobre todo a la edad de 20 años, en mi caso ni por el carajo le beso el culo a las aves, pero un buen día estaba clavando a una novilla en celo y no estaba sucia porque la había limpiado bien, cuando le saqué la verga estaba untada de flujo, pasé mi dedo por sobre la verga y luego lo chupé, me excito mucho ese olor y sabor, sin dudarlo, le abrí bien la vulva y le metí la lengua saboreando esa baba cristalina y espesa, el animal se fruncía, desde ese día cada que puedo se la chupo a las becerras, ovejas muy poco porque no sabe rico, cabras muy poco porque huelen mal, la perra tampoco me gustó sabe feo, con cerdas todas las veces que puedo desde que las asee muy bien y saben muy bien, es excitante, pero probé burras las cuales cuando hacen pucheros le chupaba el clítoris, no huelen feo, pero con esta especie estaba en plena faena cuando de un momento a otro mascujaba, elevó el rabo, abrió las patas vulveaba de manera prolongada permitiendo chuparle por mucho más tiempo, temblaba y de un momento a otro comenzó a soltar gotas de una baba espesa que pude saborear, tiene un sabor fuerte, me puse de pie, la penetré, cuando de un momento a otro tuvo un orgasmo, es abundante, se siente caliente, espeso, baboso, pegajoso huele algo a orina  que me hizo llegar de una.

 

4 Lecturas/21 noviembre, 2025/0 Comentarios/por jucatove88
Etiquetas: baño, cogiendo, culo, hijo, orgasmo, sexo, vecino, zoo
Compartir esta entrada
  • Compartir en Facebook
  • Compartir en X
  • Share on X
  • Compartir en WhatsApp
  • Compartir por correo
Quizás te interese
MARQUITOS 2
MI CUÑADA ME DIO EL SEXO DE MI VIDA: INCESTO
por quedarme sola en casa
El semental del pueblo
Conociendo a Luca por Tony
CON MI VECINO
0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta Cancelar la respuesta

Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.

Buscar Relatos

Search Search

Categorías

  • Bisexual (1.300)
  • Dominación Hombres (3.905)
  • Dominación Mujeres (2.899)
  • Fantasías / Parodias (3.129)
  • Fetichismo (2.585)
  • Gays (21.709)
  • Heterosexual (7.981)
  • Incestos en Familia (17.743)
  • Infidelidad (4.406)
  • Intercambios / Trios (3.054)
  • Lesbiana (1.132)
  • Masturbacion Femenina (914)
  • Masturbacion Masculina (1.804)
  • Orgias (1.982)
  • Sado Bondage Hombre (443)
  • Sado Bondage Mujer (174)
  • Sexo con Madur@s (4.118)
  • Sexo Virtual (251)
  • Travestis / Transexuales (2.371)
  • Voyeur / Exhibicionismo (2.420)
  • Zoofilia Hombre (2.177)
  • Zoofilia Mujer (1.653)
© Copyright - Sexo Sin Tabues 3.0
  • Aviso Legal
  • Política de privacidad
  • Normas de la Comunidad
  • Contáctanos
Desplazarse hacia arriba Desplazarse hacia arriba Desplazarse hacia arriba