Antologia con mis hembras
Recuento de lo que se siente la primera vez con cada hembra.
Antología
Saludo especial a todos aquellos que tenemos la bonita oportunidad de compartir nuestros incomprendidos gustos de penetrar diferentes especies, hace unos años traté de describir como practica el sexo con cada especie, de manera global, pero nadie ha descrito que se siente específicamente su primera penetración con cada especie, más aún esa primera vez, esa primera penetración, por eso lo titulé antología.
Mis inicios tal y como lo he narrado se inició exactamente cuándo tenía nueve años y como la gran mayoría fue con gallinas, de acuerdo con lo que experimenté es lo que voy a narrar.
GALLINA. Ese día me encerré con la gallina que era muy mansita en el baño, paré la gallina sobre la poceta, ya sin pantalones me acerqué a ella la primera reacción fue una sensación bien extraña al sentir rosar las plumas porque era agradable, sin ninguna experiencia le arrimaba mi pequeña verga a la cloaca, pero las plumas se me pegaban y no dejaban, así que con mi mano abrí paso y le coloqué bien la verga dentro del aro de la cloaca, la gallina adoptó la misma posición como cuando se aparea, levantando la rabadilla, yo sentía ese primer contacto el cual era muy caliente y como si me masajeara mi verga, sentía húmedo, en ese instante tomé con mis manos a la gallinita apretándola contra mí, al presionar la clavé toda, sentía un hormigueo en todo el cuerpo, me temblaban las piernas, sentía que me quemaba la verga, era una suavidad incomparable y rica, era unas sensaciones entre miedo y gusto, en esos primero momentos la gallina me apretaba la verga porque lo sentía en la pura base del pene, duraría unos 10 segundos luego lleno de miedo saqué la verga la cual estaba llena de un líquido blancuzco al ver la cloaca se contraía, ya más calmado volví a hacer lo mismo pero la verga no entraba de un momento a otro la volví a clavar toda, sentí todo eso nuevamente, la gallina con el movimiento de la cloaca y rabadilla me masajeaba el pene, que sensación esa primera vez, hasta que sentía apretones en mi culo producto de esa primera eyaculación y al rato ya no me gustaba.
OVEJA, a los 14 años me encontraba llevando unas ovejas del corral al potrero bastante retirado de la casa, estaban recién esquiladas se le podía ver toda la vulva bien despejada, grandota y limpia, además cuando son pequeñas se les recorta el rabo, no sé si estaba o no en celo, con solamente verla me dieron ganas de intentar con esa especie, problema no había porque son bastantes mansas así que la llevé con una cuerda hasta debajo de una mata de curubo, la cual parece una sombrilla cubre todo y no deja ver hacia adentro. Inicialmente le metí mi dedo y la oveja abrió las patas y empujaba hacia atrás, me dio una parola inmensa, por lo que me bajé el pantalón a la rodilla y le acerqué la verga a la vulva, con mi mano la acomodé bien dentro de la raja para luego tomarla por las caderas e iniciar a penetrarla, que cambio tan rico, eso era otro mundo porque pude sentir el recorrido de la vulva a través de mi verga, por primera vez lo ensarté en su totalidad, la misma oveja culeaba sola y eso no lo había sentido antes, sentía contracciones por toda la verga una suavidad y humedad única, por primera vez lo sacaba y se lo mandaba sin miedo percibiendo que la oveja hacia lo mismo, cuando acabé no quería retirarme y pude esperar que pasara los espasmos, me controle y pude seguir bastante rato, tiempo después en los corrales observaba las becerras, alguna vez le metía los dedos y se dejaban, me paré detrás de una y quedaba bien en altura.
CABRA: Cuando tenia 16 años le pegué una desvirgada a una cabra que estaba brincona, he de suponer que estaba en celo y caso particular no tenían macho, unos vecinos me recomendaron su casa un fin de semana, el sábado en la tardecita fui hasta allá a meter sus animales a los corrales entre ellos unas cabras, una cabra de buen tamaño creo estaba en celo porque brincaba bastante y balaba a cada rato, además tenia la vulva hinchada, sin esperar conseguí una cuerda y me la lleve dentro de la casa, allá le di dedo un buen rato, me baje los pantalones y sin esperar me acomodé en parte trasera, como pude le metí la cabeza de la verga y la agarre de manera perruna, inicié a bombear con fuerza pero no pude clavarla por lo estrecha y eso que tenia bastante flujo, me unté babas en la verga y reinicié la clavada, cada vez la penetraba de a pocos, hasta que la agarré bien y se lo mandé hasta el fondo, la cabra pegó unos berridos horribles, casi se me escapa pero la tenía bien agarrada, levanto las patas delanteras como para tratar de trepar una barda y fuer peor para ella porque la clave mucho más, se siente caliente, demasiado apretado, bien húmedo pero expelen un olor muy feo, como cacho quemado o caucho quemado, es feo y uno queda impregnado. De todas maneras, me dejó su recuerdo porque se me despellejó la verga por la parte del frenillo. Cero cabras en mi vida
BECERRAS: Rondaba los 18 años y por ese entonces mis papas Vivian en la Ciudad, pero yo iba seguido a la finca, una de esas veces la persona que vivía en la casa viajó al poblado el fin de semana y me dejó solo, en la noche metí una becerra de unos seis meses a un cuarto donde guardábamos herramientas, la até bien corta luego me desvestí totalmente, lo primero que hice fue darle dedo, si bien no estaba en celo soltaba pequeñas gotas de orina y levantaba el rabo, sin pensarlo me paré detrás de ella, algo que noté era que si no quedas más alto la penetración es difícil, me paré sobre una estiba quedando bien, como era mi primera vez con becerras había mucha expectativa y tenía muchas ganas, abrí la vulva y le acomodé la verga para penetrarla e hice varios intentos pero no pude, me tocó utilizar una crema a base de vaselina para bebés, le metí la cabeza de la verga e inicié a clavarla la becerra abrió las patas, se encorvó y levanto el rabo, de todas maneras le hice el rabo para un lado, la agarré por las caderas e inicie a bombear en la medida que penetraba, la becerra se fruncia y apretaba durísimo, poco a poco se fue perdiendo mi verga en sus profundidades, era otra experiencia incomparable con la oveja o con la gallina, que ricura lo que se sentía porque a todo momento tenia contracciones, goteaba orina por mis testículos, era bastante generosa y no molestaba para nada, podía sentir rosar sus paredes de la vulva por toda la verga, bastante suave, calientito rico, lo sacaba y se lo llevaba hasta sentir que la vulva me rosaba contra el abdomen, siempre quise hacerlo lentamente para durar bastante, era la primera vez que podía ver una penetración profunda, cuando iba penetrando se sentía ese rose demasiado agradable, hasta que llegué, cuando saque la verga la becerra se puso a orinar (ojo con este detalle)
PERRAS: fue en Bogotá con una san bernardo soltera (jajaja), Por esa época estaba e la U y hacia algo más de cuatro meses que nada de nada, esa semana la perra estaba en celo, los dueños de la casa fueron de fin de semana a otra ciudad (MELGAR), me recomendaron todo en vista que yo no viajaba, la verdad las perras no me gustan, el sábado en la noche la escuche ladrar en el patio trasero, fui y la hice entrar a mi habitación, estando adentro me desnudé y en esas la perra se acercó me olía el pene por lo que se puso erecto, aún mas cuando me lamía, se puso juguetona, corría, brincaba sobre la cama, se acercó y me mostraba su vulva, sin pensarlo más y viendo esa chochota tan grande, me puse detrás de ella y la punteaba con la verga, el animal deseaba ser penetrada, elevaba la vulva por lo que se la sobaba con la mano, al rato literalmente le goteaba liquido baboso con manchas de sangre, sin esperar la agarré por las caderas, la acerqué contra mi en la medida que la tocaba con la cabeza de mi verga, la perra se acomodó en la medida que le iba hundiendo la verga, cuando la ensarté toda la cabeza casi se vuelve loca, culeaba rapidísimo empujaba hacia atrás y movía esas ancas hacia atrás y adelante, que sensación tan rica, me aferré bien en la medida que hacía fuerza, por primera vez notaba algo estrecho, hacia fuerza porque me impedía la clavada, de un momento a otro sentí como superaba esa estrechez, la perra soltó un gemido muy fuerte, su vulva recorría toda mi verga hasta llegar contra mis testículos, la perra se trató de zafar por lo que me aferré a ella igualmente sentía un apretón intenso muy duro, se tiró de lado también hice lo mismo, en esas levantó una pata y acercó el hocico hasta su vulva, se puso a dar lengüetazos los cuales me alcanzaban las bolas, que rico, como pude la paré sin sacarle la verga, la cual la sentía como agarrada porque tenía la vulva contraída, al momento aflojo pero comenzó a tener contracciones fuertes, por momentos me apretaba muy duro la verga, se sentía caliente, suave, muy húmedo, inicié a culear todo lo que pude hasta que no aguanté más desocupando todo, en ese momento volví a sentir un apretón, mi verga se puso flácida y la perra se calmó, al sacar la verga esa perra me lamio mucho rato y me daba sutiles mordiscos que casi me vuelven loco, por su vulva salía mucho flujo, semen y manchas de sangre. Dormí con ella dos noches.
CERDAS: En la finca estaba solo, por aquella oportunidad había dos cerdas de un año bastante gordas, estaban en celo y el cuidandero fue a conseguir un verraco, siempre recuerdo que en la tarde me conecté en un chat privado de sexorsintabues y un pana de Buga Valle me dijo que las cerdas eran lo mejor, no convencido por el olor seguí sus consejos sobre el aseo que toca hacer, cuando alisté las cerdas pude percibir en el ambiente sus feromonas, aparte de excitarme demasiado me sentía ansioso, al caer la noche me unté una pomada llamada RINO para retardar la eyaculación luego fui al corral, alumbre la vulva de ambas una tenia bastante flujo, su vulva muy hinchada, grandísima, al recostarme encima; se dejó sin molestar, fuera ropa recostándome sobre ella, sentía todo ese tocino peludo rosar mi cuerpo y efectivamente no había olor fétido, que rico rosar su cuerpo junto al mío, me coloqué en sus ancas yo le acariciaba la vulva sentía mucha excitación, coloque la cabeza de la verga en su entrada la tomé por las ancas e hice fuerza en la medida que la fui penetrando de a pocos alcanzo a trancar pero presioné fuerte y pasó la verga hasta sus entrañas, la cerda pujo fuerte pero se dejaba, la vulva es muy suave extremadamente suave, lisa, húmeda con bastante flujo en celo, muy caliente y soltaba ronquidos como lastimeros, realmente era una sensación inexplicable, podía percibir una serie consecutiva de contracciones cuando roncaba, era como una vibración, le temblaban las patas, apretaba y soltaba rítmicamente, esa sensación jamás la percibo en otra hembra incluso mujeres, cuando vas sacado el pene se percibe como si succionara, es por las contracciones, cuando va penetrando la verga la deja pasar en medio de apretones, la cerda culea bastante con enviones fuertes, que sensación y definitivamente sí es de lo mejor, como me elevé bastante por esa culiada que le estaba metiendo, sentí la necesidad de algo diferente, por primera vez acerqué mi nariz a su vulva, percibía olor como a carne, algo de orina, lógicamente el particular olor del animal, a sabiendas que la había lavado con agua y jabón y el animal estaba vacunado, decidí en un momento de lujuria chupar toda la vulva de la cerda me la metí entera, después metí mi lengua, la verdad me gustó muchísimo y es bien rico, quería succionar todo lo que tuviera, al rato la volví a clavar hasta que me saco toda la leche, al final literalmente me goteaba la verga, cuando se secó me quedo unas costras de flujo y semen muy gruesa dentro del prepucio, por fuera de él, mi vello púbico estaba untado pero no olía a nada, a partir de ese momento puedo decir que definitivamente las cerdas son lo mejor de todo.
BURRAS: Siempre he dicho que no tengo casi nada de experiencia con burras, mi primera vez de la cuatro veces, fue el 19 de julio de 2015, la talanquera de la entrada estaba abierta y esa tarde y noche estuvo lloviendo demasiado, en la noche sentí pasos en el corredor, al salir me percaté que era un burro; mejor aún era una hembra volantona, no tendría ni el año de edad, con una cuerda me la llevé dentro de un cuarto de insumos, le puse comida y le eché panela partida, le metí las manos entre las patas acariciando esa vulva rica, se sentía toda dura, en lugar de molestar levanto el rabo, ya sin pantalones me coloqué detrás de ella le abrí su raja y la fui ensartando hasta sentir esas ancas peludas en mi abdomen, son realmente buenas, bastante grande su vulva, no tan caliente, desprende olor fuerte a orina y bien mojadas, nunca hubo resistencia por lo que disfrute muchísimo, la entrada y salida de la verga es muy agradable y produce sonidos muy fuertes como pedos, al finalizar la primera vez con la burra, alcanzó a soltar chorritos diminutos de orina porque me goteaba bastante en los testículos, esa noche le di verga hasta que me cansé, pude percibir que en ocasiones la vulva le hace pucheros los cuales se sienten por debajo del pene como un lengüetazo.
LLAMAS: Fue en Guasca Cundinamarca de manera muy extraña, porque sin pensarlo las observé en la finca de un ricachón como animales exóticos, a mi regreso en la noche estaban en el mismo lugar, en medio de la oscuridad las llevé dentro de una rancha abandonada, la até asegurando que no tuviesen espacio para escupir, tienen unas ancas anchas y su vulva es parecida a la de las ovejas, pero más protuberante y mas tosca, se percibe como cuando se agarra una pelota de caucho antiestrés, esa vez solamente de desabotoné el pantalón porque el frio era bastante, cuando le comenzaba a rosar la vulva con el pene bufaba fuerte, le abrí la vulva y acomodé la verga, luego la agarré por las ancas en la medida que se la hundía en sus entrañas, sentía un calor parecido al de las gallinas, igualmente un olor fuerte a orina, su vulva es suave, estrecha y poco lubricada pero de todas maneras se lo mandé hasta el fondo, se siente con protuberancias por la parte superior, otra particularidad es que se siente gruesos los bodes de la vulva e igualmente se contrae a cada rato, que sensación tan rica, al sacar y volver a meter ofrece resistencia porque ella misma contrae la entrada de vulva, al final llegué a chorros.
YEGUAS: Igual que con burras su vulva es muy generosa pero no tengo mucha práctica, la
primera vez me robé la yegua en el poblado y en ella me regresé a la finca, en el mismo sitio donde clavé a la burra también clavé la yegua, esa noche me paré sobre un butaco para poderla clavar, al abrir la choca de la yegua más me demoré en colocar la verga que en desaparecer en sus entrañas, se siente bastante agradable, húmedo, muy suave, no tan caliente, cuando siente algo de sensación o por lo menos eso experimenté, la vulva le hace pucheros y le alcanza a levantar a uno la verga, es bien rico, no hay resistencia de ningún tipo, así como no sentí ni contracciones ni apretones, por lo demás si hay oportunidad, toca repetirla.
MAMADAS: Dos veces nada más, la primera vez una becerra me chupaba la mano y los dedos, yo lo traté de espantar pero no se iba, por esa época yo rondaba los 17 años, se me vino a la mente sacar la verga y dejarla expuesta, la becerra con la lengua en arco la agarró así flácida y se la llevó dentro del hocico e inicia a succionar, ufff que sensación tan agradable y dolorosa, la lengua es carrasposa y áspera, se le hace en el hocico una baba espesa, uno siente un apretón desde la base hasta la punta de manera rítmica y continua, en ocasiones trata de parar, presiona la verga contra la parte superior del paladar y la va soltando, cuando casi la suelta la vuelve a tomar desde la raíz para seguir succionando, en ocasiones intento cabecear mi abdomen por lo que me cuidaba de los cabezazos, no me dejo más de dos minutos y me saco todo lo que tenia en las bolas, esos espasmos eyaculatorios mas los sacudones al pene no le permiten dejar que siga succionando. Quien diga lo contrario es mentira, usted no deja seguir porque se torna molesto.
LLUVIA DORADA: La primera vez fue con una becerra, a la cual le di unas sales minerales que se llaman agrosal con pasto picado, eso les produce mucha sed y les seca la boñiga, por lo que beben demasiada agua, yo siempre había querido experimentar que se sentía recibir una buena orinada de las hembras, así como orinar dentro de la vulva de una becerra, esa vez les hice beber bastante agua a una becerra, porque revolví panela y agua, cuando consumió bastante me la llevé a un rincón del corral de los becerros, allá esperé pacientemente en la medida que me tomaba unas gaseosas, al rato inicié a clavar a mi becerra hasta que percibí que tenia ganas de orinar, abrió bien las patas, se encorvó, levantó el rabo y suelta un chorro de orina bastante caliente, escurría por todo lado incluso mis bolas, que sensación tan rica la que me producía, al finalizar comienza a hacer una cantidad de contracciones que me hizo llegar, de igual manera trate de orina dentro de la vulva pero no se pudo, me toco esperar que se pusiera flácido y aun así no pude orinar dentro de la vulva de la becerra, por lo que me acerque lo mejor que pude y le solté un chorro de orina, la becerra adopto la posición como si estuviera orinando por lo que alcance a medio meter la verga y terminar de orinar, es bien rico.
PAVAS O PISCAS: MI última especie y siempre tuve ese deseo de hacerlo, el día que pude agarré a una de ellas y dentro de la casa me acomodé bien para poder clavarla porque tienen la cloaca bien escondida, tienen una cloaca bien apretada y bastante áspera la entrada, contrario a las gallinas cuando te acomodas bien logras penetrar toda la verga porque tienen muy buen espacio, son extremadamente calientes, te aprietan duro la verga y tratan de expulsarla desde adentro, sueltan bastante rila blanca, no molestan casi y se dejan clavar sin problema, ese día la dejé en un lugar alto, cuando acomodé la verga la inicie a ensartar, fue entrando poco a poco hasta desaparecer, a mi me gusta ver siempre que puedo, traté de ladearla y hacer las plumas un lado, y observaba como ese aro resbalaba desde el glande hasta la raíz, podía ver desaparecer mi verga, es bien placentero ver como reaparece de sus profundidades en la medida que se estira su cloaca, cuando terminé le salía bastante rila.
Me queda una sola especie que me han dicho que son bastante amplias y son los gansos hembra, no se cuando será pero algún día lo estaré comentando.
Que envidia amigo, yo sólo experimenté con perras, me gustaría trabajar en el campo para poder cumplir mi sueño de hacerlo con cada especie de hembras, muy buen aporte.
Lo q le has hecho a las cerdas esta rico, ayer penetre a una burra en la carretera fue rápido xq x ahí pasan carros fue rico dejarle la chucha llena de leche
Me encanto
Que maravillosas experiencias, me fascina lo bien que describes cada una.