Asi fue como desvirgue a mi perra
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Desde muy niño, yo he amado a los animales en general, pero especialmente a los domésticos y en casa nunca me faltaron perros, gatos ni loros, yo me ocupaba personalmente de ellos, los alimentaba, los mimaba, jugaba con ellos y mis mascotas entonces, me devolvían todo lo que yo hacía por darles una vida grata, con sus demostraciones de cariño, de afecto, con esa fidelidad que los caracteriza y ese apego total a mi, su pequeño dueño, lo cual me hacía muy feliz, pero con aquella perra que trajo mi padre a casa, todo comenzó a ser diferente, ella dormía en mi habitación en un colchón que yo le había preparado, con mantas viejas y lana de oveja y se lo puse en un rincón, donde ella pasaba muy abrigada las noches de invierno, y yo por entonces era un muchacho de 16 años y las hormonas me pedían sexo.
Pasaron los primeros meses, ella crecía y se ponía cada dia mas hermosa, cada día mas deseable para mi, yo jugaba con ella, la acariciaba y la pija se me ponía dura y asi el deseo de culeármela aumentaba dia a dia, cuando estabamos solos, yo no me podía contener y le acariciaba la conchita y se la besaba, a veces se la lengueteaba y acababa sin tocarme y tenia que lavarme el calzoncillo, para que mi madre no se diera cuenta, de las volcadas de su "nene", esa concha se ponia cada día mas carnosa, mas apetecible para mi, por las noche yo me ponía en pelotas y con un chasquido de mis dedos, la perra saltaba a la cama, yo la abrazaba y me ponía encima suyo, ella estaba feliz conmigo y me lamía la cara y el cuello y yo sin sentir ni una pizca de asco, la besaba en el ocico, jugabamos con nuestras lenguas y yo me alzaba al máximo, entonces con mi pija parada le acariciaba la concha y ella aunque trataba de esquivarme, me dejaba hacerlo y yo acababa mojándole toda la concha con mi leche, después ella se la lamía y me lamía a mi la pija, pero otras veces cuando sentía que yo quería penetrarla, que yo hacía fuerza para mandarsela, me gruñía y yo la calmaba con caricias y después entonces me movía sobre ella, como si la estuviera cogiendo, frotando mi verga parada sobre su panza caliente y le bañaba las tetillas con mi leche acabando como si la hubiera cogido y después nos dormiamos.
Una noche, mis padres fueron invitados a una cena, yo no quise ir con ellos argumentando que me dolía la cabeza, ya tenía planeado que hacer cuando estuviera solo en la casa con mi amada, las ganas que le tenía me superaban, nos fuimos a la cama temprano y como lo hacía a menudo, me puse en pelotas y me acosté y la perra saltó a la cama conmigo, no sabía que le esperaba, comenzamos a jugar, estábamos solos por primera vez, yo desnudo encima de ella con mi verga como piedra comenzé a masajearle la concha con la pija a la vez que la tenía sujeta con el otro brazo, ya estaba dispuesto a todo y empuje con fuerza metiéndole la cabeza, la perra se estremeció queriéndose escapar, pero yo previniendo eso la tenía sujeta y con mi peso se lo impedía, ya la tenía aprisionada y sus gemidos de dolor me ponían mas caliente aún, sentía que la estaba violando, pero ya no podía echarme atras como otras noches por miedo a que me escucharan mis padres, ya había empezado a penetrarla, sentía que el aro que tienen las perras en la entrada de la vagina, me apretaba la cabeza de la pija y sin poder contenerme mas se la meti hasta la mitad, la perra ya estaba fuera de si y me dio dos mordiscones en el pecho y yo como castigo se la mandé de un solo golpe hasta los huevos y asi la tuve hasta que se calmo un poco, estaba cansada y yo empece con los movimiento de mete y saca lentamente para no acabar rápido, ella ya se quedó quieta, le gustaba lo que le estaba haciendo y me dejo culearla a gusto hasta que acabé lo mas adentro que pude llenándole su vagina de leche y asi sin soltarla después de unos diez minutos, la volví a culear, después ya me relajé y nos quedamos dormidos, hasta que sentí que llegaron mis padres.
Afortunadamente, nadie pudo ver los mordiscos que mi amada me había dado en el pecho, no eran profundos, apenas me salió un poco de sangre y como la camisa me cubría nadie pudo verlos, yo esa mañana estaba en el mejor de los mundos, después de la culeada que le había dado a mi perra y estaba ansioso por repetir lo hecho esa noche, pero como temía que la perra con sus chillidos y gruñidos me delatara ante mis padres, la saque al campo y nos fuimos hasta un arroyo donde yo iba a pescar y a bañarnos con mis amigos, busque un sitio rodeado de altos arbustos, era un hermoso día de verano y nadie llegaba hasta ese lugar, era seguro, me puse en pelotas y me tiré sobre el pasto, la perra se fue a recorrer un poco y yo la esperé, al cabo de un rato vino y se hecho a mi lado, comenzamos a jugar, yo acariciándola ya con calentura pero hablándole con ternura como si fuera una mujer le decía, -Quieta mi amor,….. quietaaaa….aqui estas con tu machoooo …..que te hara feliz otra vez….te va a gustar mas esta vez…
y la acaricié largamente, hasta que la perra se incorporó, entonce yo me fuí por detrás y sin dejar de hablarle, comenzé con el juego de masajearle la concha con mi pija y entonces….¡¡¡¡Sucedió lo mejor!!!!! la perra se quedo tensa, bien quieta ¡¡¡¡¡Y torcio la cola a un lado!!!!! …..¡¡¡¡Me invitaba a que la culeara!!!!! Sin duda la violación de la noche anterior había dado sus frutos, la perra estaba en su primer celo, estaba caliente conmigo ¡¡¡¡Guauuuuu!!! ¡Que felicidad tenía yo! empece a metérsela suavemente y ella se arqueó y cuando la tuvo adentro, comenzó a moverse como una loca y a gemir de gusto, yo empecea acompañarla en su movimiento y nos acoplamos de maravilla, el mete y saca fué en aumento y yo sentí hasta necesidad de quejarme de tanto placer, fué un maravilloso polvo en ese lugar solitario y a la luz del sol, mi sueño ya se había realizado, esa hembra era ya mía.
Pasaron unos meses de total felicidad para mi, la perra disfrutaba conmigo y yo con ella, le había enseñado a gozar con un macho hombre a tal punto que cuando me veía en bolas en el dormitorio siempre me lengueteaba la pija hasta hacerme acabar en su lengua, se tomaba mi leche, era la amante perfecta, nos amábamos los dos y a veces cuando yo volvía tarde por las noches, ella estaba en mi cama esperándome, yo me desnudaba y ambos nos metíamos debajo de las cobijas y ella se dejaba coger conmigo con total mansedumbre y entrega, le gustaba que la culeara, me lo demostraba y yo feliz con ella.
Pero en una casa los secretos no son fáciles de mantener, había pasado mas o menos un año de esto y un día yo estaba en mi habitación leyendo cuando entró mi padre y se puso a conversar conmigo como lo hacía habitualmente, siempre teníamos largas charlas, nuestra relación padre hijo fué siempre óptima, incluyendo todos los temas, por supuesto hablábamos de sexo también y aunque el nunca me lo confesó yo sabía que el siendo un hombre muy guapo, tenía mucha aceptación con las mujeres y también sabía que le ponía muy bien los cuernos a mi madre, pero a mi eso no me molestaba, mas bien me sentía intimamente orgulloso de el, de que fuera un don juan.
Después de hablar un rato, note que se puso un poco incómodo y con un tono cargado de emoción, me dijo….-Tengo que hablar con vos de algo muy importante. ¿Si? conteste yo ¿De que se trata? entonces el me respondió con una sonrisa -Cuando te cojas a la perra, no dejes la puerta entreabierta y la luz encendida, ya te he visto hacerlo muchas veces, cuando me levanto de madrugada a mear y pensando que algo te pueda haber ocurrido porque estas con luz prendida, me he asomado a tu dormitorio y te he visto haciendo lo que mejor que sabes hacer jajajajaja, pero por mi no te preocupes por eso, yo a tu edad, cuando vivía en el campo, me había culeado no solo la perra que teníamos, sino también algunas yeguas y debo confesarte que mi mejor hembra era una pony a la que me culeaba de parado porque su altura me lo permitía, pero cuidate de que no se entere de esto tu madre, ya sabes como son las mujeres, nunca podrán entender estas cosas que tanto nos gustan a los hombres y sería mejor para vos que ella lo ignore, pero de mi parte tienes todo mi apoyo y palmeándome, me dijo, -De tal palo tal astilla, jajajaja.
A partir de ese día otro ingrediente mas se sumó a mi placer de cogerme la perra, sabía que mi padre me había visto varias veces y todo aquel que ha sido pillado en tal hecho sabe que es placentero saber que alguien muy cercano a uno como en este caso mi padre, lo ha visto a uno y no lo delatará, entonces yo seguí dejando la puerta entreabierta y la luz prendida, sabiendo que el, mi padre, se asomaría a veces a mirar a su niño de 17 años jajajaja, haciendo lo que según el me dijo, era lo mejor que me vio hacer jajajjajaja.de mi madre no tenía temor, ella se acostaba muy tarde después de mirar tele y tomaba pastillas para poder dormir y se levantaba tarde, era imposible que se le ocurriera ir a ver que pasaba en mi dormitorio a la madrugada y yo disfrutaba de esa complicidad con mi padre, el era mas zoofílico que yo, pero el morbo hacia el me llevó a pensar…¿No se estará cogiendo la perra el también? ¿Porque trajo una perra a casa y no un perro como antes teníamos? empecé a seguir sus actividades, pero no a espiarlo, ya que en casa el no podía hacer nada, siempre estaba mi madre o yo, pero por las tardes el salía a caminar con la perra y supe que se la llevaba por un viejo camino que conducía hacia el arroyo donde había muchos arbustos, justo el lugar donde yo tuve mi primera culeada con la perra ya en celo, ya no tenía dudas el también como buen zoofilico, se la estaba culeando y lo pude comprobar, lo vi en el acto y me quede pasmado, pero contar eso con lujo de detalles haría demasiado extenso este relato, lo dejaré para una próxima entrega muy pronto, lo prometo, para quienes quieran enviarme algún comentario, mi correo, para estas cuestiones es, machodeperra@hotmail.es gracias a todos por su atención de leerme, espero haberles hecho pasar un buen momento, esa ha sido mi intencion, gracias.
Hermoso relato…lastima no siguio publicando