Bertita la pava pagó por mi calentura
Soy más de cerdas y perras, pero no pude dejar pasar la oportunidad de una cloaca húmeda como la de Berta..
Todo comenzó cuando fuí un día antes de noche buena a la casa de mi tía para hacer los preparativos del día siguiente; me dijeron que tenía que ir a ayudar con los preparativos ya que toda mi familia se iba a volver a ver después de tiempo. Fuí en la mañana principalmente a llevarme algunos muebles y a visitar.
Mi tía cría algunos animales como gallinas, conejos y tiene un perro pastor, pero en ese momento recién me enteré, pues no iba en mucho tiempo, que tenía pavos, y que iba a hacer sacrificar uno para la cena de navidad. Mi tío me invito a ver a sus animales y vi a los pavos en un corral dónde había un pavo y 4 pavas (para el solito, pavo suertudo), luego mi tío me mostró otro corral separado dónde había una pava más grande, que era la que íbamos a comer en noche buena, mi tío saco a la pava e hizo lo que estaba planeado, cuando volví a verlo en la tarde la pava ya estaba lista para prepararla para el día siguiente.
Siempre me quise follar a mi tía, que es la segunda esposa de mi tío sanguíneo, es una perrita con un culo maduro con el me jalé desde la escuela; ya en la tarde mi tío salió y me dejó solo con mi tía que estaba ocupada con la comida del día siguiente, mientras estaba volteada empecé a sobarme la entepierna observando ese culo. Estaba muy deseoso de cogermela en ese momento, hasta que volteó y me dijo si quería ir a ver tele, pues mi tío cuando volviese tenía que regresarme a mi casa; yo le dije que estaba bien, luego me comenzó a preguntar por cosas de todo tipo mientras iba de lado a lado haciendo de todo. Yo me estaba comenzando a aburrir así que le dije que iba a ir a ver a los animales, ella me dijo que vaya, que ella iba a lavarse y luego iba a comprar algunas cosas más para la cena.
Mientras me dirigía a los corrales escuché como subía a su cuarto, cuándo llegué vi ya a los pavos acostados durmiendo, yo estaba exitado en ese momento y se me ocurrieron ideas lujuriosas, ya antes había leído relatos sobre zoofilia con aves, pero no me llamaban mucho la atención, especialmente las gallinas me parecían animales no muy buenos para coger, yo prefería las vaginas mamíferas, pero el bicho de la lujuria que te da muchas veces evita que uses la razón y que te replantees muchas cosas. Iluminé el corral con mi teléfono y me propuse agarrar a una pavita marron claro que estaba más cerca a la puerta, sabía que no iba a ser interrumpido, así que estaba calmado para sentir algo nuevo.
Me agaché un poco y abrí la puerta despacio, mi corazón estaba a mil, el pavo macho se despertó y me miró, yo en ese momento le dije -tranquilo muchacho préstame un rato a una de tus putas- entonces me acerqué a la pavita, hasta que se dió cuenta y se intentó levantar, pero yo puse mi mano sobre ella evitando que se moviera, cogí a la lava y la saqué a la puerta, era una pava grande, pero no mucho, hizo un poco de ruido cuando le puse la mano, intentó agitar sus alas pero ya la tenía; en ese momento me entraron algunas dudas si era buena idea, pero igual continúe, saqué a la pava hasta la puerta y me senté junto a ella, la acaricié un poco para que no se moviera, ya más tranquila, y yo más nervioso decidí buscar el hueco, realmente me demoré un poco en buscarlo, pues estaba algo más abajo de lo que esperaba, y tenía una mano sobre ella y otra debajo.
Primero lo palpé, era algo suave, luego con los dedos comencé a sobarlo, no era una mala sensación, pero sabía que también por ahí defecan, así que en cualquier momento me podría dar una sorpresa; inserté un dedo, no tenía mucho parecido a una vagina, pero cuando lo hice, el hueco comenzó a moverse, como si estuviera dando besitos, dejé el dedo adentro, y siguió haciendo eso, la verdad esa muy calido, demasiado, y no me importó mucho en ese momento, tenía que probar mi verga ahí, mi verga estaba parada, saqué la mano de la pava y alcancé un saco que estaba cerca, se lo puse encima, pero sin cubrir su parte baja, la pava estuvo muy dócil en ese momento; la levanté y la pude encima de una otro lugar que la ponía a la altura de mi cintura, mientras con una mano la sostenía en el lugar, con la otra me bajé el bragueta y me abrí el pantalón; bajé el bóxer y el pantalón hasta una altura por debajo de mi pene, y me masturbé un poco.
Ubiqué de nuevo ese hueco palpitante y acerqué a la pava a mi verga al 100% de su erección, ya estaba húmeda y caliente, solo quería gozar. Incliné a la pava para tener un mejor acceso a su succionadora, primero entró el glande que inmediatamente comenzó a ser besuqueado por el culo de la pava, y no me hice rodeos y de un movimiento constante pero no muy apresurado la ensarté entera. Joooooder! Como me quemó esa puta, la sensación era distinta a la de una pucha jugosa, era mucha más activa en la penetración y el calor de adentro no era comparable. Comencé a bombear, me estaba cogiendo a la pava, y lo estaba disfrutando de manera decente, mientras le metía la verga, no puede evitar decirle por el nombre de mi tía, Berta.
Toma Berta, tómala. Adentro y afuera, era una buena puta hasta ese momento, solo que era algo desconcertante. Le entraba toda mi verga y lubricaba mucho, luego comenzó a salir el líquido que suelen botar cuando se las cogen, no me di cuenta por las embestidas que le daba. Era muy rico, y decirle Berta me ponía más caliente; por ese líquido que soltaba le puse un trapo por debajo y baje más mi pantalón, para no mancharme con eso. Estuve a punto de acabar pero antes puse mi celular para ver mejor la penetración, era un hueco rosado y rebosante, la pavita no hacía nada más que besar con su culito. Tenía miedo que se cagara, así que decidí terminar de una vez.
Baje a la pava al suelo sin quitarle el saco puse una tina volteada para acomodar a la pava a una altura que me permita seguirla follando, en frente del pavo le dí las embestidas más rápidas y exitante, hasta que mi leche inundó el culo de la pava, le dí un poquito más y la regresé a su corral. Limpié las pruebas del delito y me limpié la verga, estaba algo asqueado porque ya se me había bajado la lujuria. Esa noche mi tío volvió y me regresó a mi casa.
Me duché y cuando iba a dormir recordé el sexo y lo consideré complaciente, pero aún así siempre preferí las vaginas; tomé a mi perra perrisima que no había llenado de leche en un buen rato y decidí hacerme un juicio más objetivo.
Me encantó tu relato, está riquísimo también lo he hecho
Sé lo que se siente con pavas o piscas, yo lo experimenté y la verga entra sin problema