BROHOLMER UNA RAZA NO MUY CONOCIDA, PERO MUY RECOMENDABLE.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por BOY_K9.
Perro de nombre: KRACO
Muchos de mis lectores saben que yo trabajo en una veterinaria, mas específicamente en una gran guardería canina, propiedad mí querido padre que es medico veterinario.
Esta historia me sucedió hace unos escasos quince días, aquí en mi país estamos en plena temporada de primavera, para nuestra pensión canina es una época algo baja laboralmente, nuestra capacidad de alojamiento es de 100 animales en caniles individuales que se suelen colmar en temporada de verano, -vacaciones largas aquí en argentina-. Aquí todos los clientes que vacacionan y tienen perros medianos y grandes, están casi obligados a dejar sus mascotas en pensión, ya que estos resultan un gran problema durante el traslado al lugar de veraneo elegidos, a menudo en playas marinas muy populares que distan a mas de 500 km de mi ciudad. Pero ahora en esta época solo contamos con unos 15 o 16 animales alojados. Estaba yo por terminar un jornada mas de trabajo un día jueves, cuando entra a la “vete” una señora muy elegante con un hermoso perro raza BROHOLMER de unos dos años de edad, realmente impresionante ejemplar macho, que rápidamente puso a latir mi corazón, hacia muchos días que no veía un perro con semejante presencia y estampa dominante.
Pronto supe que su dueña lo llamaba “kraco” por nombre, la intención de la señora es alojarlo por un tiempo indeterminado, debido a que ella debía realizarse una intervención quirúrgica en la ciudad capital de mi país, así es que luego de darles todas las especificaciones y alcances de nuestros servicios, pautamos que ella nos traería ese enorme animal el día sábado siguiente, al efecto de estrechar lazos con el animal le solicité a la dueña que me dejase visitar al animal en su ámbito, así que fui al horario acordado con la dueña, y estuve jugueteando con el perrazo algo mas de una hora en su propio patio, luego me retiré de su casa con un millón de emociones turbulentas, mis hormonas en ebullición, yo sabia que ese mismo fin de semana ya podría estar a solas con Kraco. La experiencia me dicta que es un verdadero macho alpha, su dominancia y carácter habla a las claras de su masculinidad y eso hizo enervar mucho mi morbo.
Pasé toda la noche del viernes pensando en ese animal, me levanté el sábado muy temprano -como de costumbre- y me fui muy ansioso rumbo a mi trabajo, a media mañana llego la Sra. “M” y su perro con un enorme e intimidante collar, estuvimos intercambiando palabras unos minutos, hasta que finalmente ella se despidió muy afectuosamente de Kraco, llevé al enorme perro a un patio de adaptación que tenemos, donde el animal comienza a familiarizarse con los olores de los otros perros alojados en la guardería, allí solemos dejarlos algo mas de 24 hs antes de llevarlo al sector de caniles.
Al mediodía cerré las puertas de la veterinaria, ya que por tradición ese día solo abrimos media jornada, y como algunos no saben o no me conocen, mis padres se van los fines de semana a trabajar a un pequeño campo que tenemos con producción de hacienda ganadera, dejándome vía libre para intimar con los perros de la guardería. Naturalmente no tardé en irme tras ese hermoso animal para comenzar mis ya habituales conquistas caninas. Estuvimos muchos minutos estrechando lazos y jugueteando, de manera que el fuera ganando confianza conmigo, el carácter y la juventud del animal lo hacia desempeñarse con mucha seguridad, no demostró estar inseguro o incomodo en ningún momento, es por eso que decidí ahí mismo que me lo llevaría a nuestro futuro “nido de amor” (mi habitación) en mi casa a dos calles de la veterinaria, le coloqué su cadena y salimos rumbo a mi casa, debido a la energía y vitalidad del animal, no tardamos recorrer el corto recorrido. Casi llegando al portal de mi casa una vecina me saludó y afirmó inocentemente:
Hola Camilo!! Que imponente ese animal.
Yo le respondí amablemente y no tardé en meterme a mi casa con Kraco.
Ni bien ingresamos le quité su cadena y le hice unas caricias para hacerlo sentir cómodo y le traje agua y un poquito de alimento, así el no tardaría en asociar el sitio con un lugar agradable. Lo dejé un rato solo, mientras me fui a ponerme ropa más ligera y me dispuse a realizar mi almuerzo, kraco no tardó en deglutir sus alimentos y prontamente me siguió hasta la cocina donde yo ya me encontraba terminando mi almuerzo.
Mis hormonas estaban a no dar mas, pero la experiencia me dice que jamás debo apresurarme con un animal que no conozco, porque todas esas nuevas o recientes experiencias que ellos viven al recién ingresar a una sitio que no conocen puede provocarles cierto nivel de estrés que luego dificulta el buen desempeño del animal a la hora de “soltarse”, así es que producto de mi calentura ese día cambié de rutina y me fui nuevamente a mi habitación y me coloqué un sexy slip de baño que realmente me deja mi paquete muy sugerente y desde luego que se mete bien entre mis nalgas delgadas, en una sitio muy seguro guardó celosamente una poderosa herramienta de conquista que consiste en un recipiente que contiene un paño repleto de feromonas (jugos vaginales) de distintas hembras en celos que fui colectando durante años, mientras Kraco me esperaba en la cocina, yo froté ese paño en mi ano varias veces y luego tomé un video de zoofilia gay que también guardo celosamente,
Me dirigí prácticamente desnudo, solo con mi slip, al living de mi casa donde tenemos un TV muy grande y moderno y puse a reproducir el DVD, ya con mi respiración entre cortada fui a la cocina y abrí la puerta dejando pasar a Kraco hacia mi living, el animal no tardó en olfatearme mi olor a perra en celo y se puso en ese habitual nerviosismo que ostentan los perros que están ante una hembra en celo, el macho ni siquiera prestó atención al video que suelo utilizar para tratar de inducir al animal a tener sexo con humanos, en frente a la tv tenemos un cómodo y amplio sofá donde yo me acosté haciéndome el indiferente, mientras que veía ese nerviosismo que tenía el perro, señal de que su celo iba en aumento, su paquete me impresionó tanto que me bloqueaba mis pensamientos y aceleraba aun mas mi corazón, con sutiles caricias fui poco a poco llegando a su funda peniana, su pene ya se notaba algo hinchado y yo no lograba ni con ambas manos cubrir el largo de ese paquete, pronto supe que esa “faena” seria de las difíciles para mi.
Seguí durante varios minutos dándoles caricias, diciéndole cosas tiernas y haciendo que el animal gane más y más confianza. Claro que mi pene ya se encontraba muy erecto y se salía de mi pequeño slip casi con cada movimiento mío, en punto se sale mi verga y ya contenía en el glande ese líquido cristalino preseminal, que kraco ni bien lo vio comenzó a lamer con avidez, su lengua caliente y rasposa hizo que mi nivel de calentura se volviera insostenible, lo dejé lamer unos segundos y me decidí a llevarlo a mi habitación que es donde habitualmente tengo todas mis sesiones de zoofilia, con algo de premura me coloqué una chaqueta de jeans antigua que utilizo para que los perros no me rasguñen la espalda, al me bajé mi slip dejando que mis nalgas liberen aún mas los olores a hembra en celo, al instante Kraco se desesperó y quería saltarme encima marcando su intención de montarme en ese mismo instante, así es que ni bien me arrodillé al pié de mi cama, con mis rodillas sobre un par cojines cómodos y mi pecho sobre la cama, el animal se me vino encima jadeando y haciendo sus movimientos de cópula, apenas logre poner un poco de saliva en mi orificio y ya sentía los picotones erróneos de kraco sobre mis nalgas, esos picotones frenéticos también sirven para marcar la ubicación de su pene y de mi ano, me picaban tan cerca que ni siquiera me fue necesario guiarlo con la mano, solo subí apenas mis nalgas y separé un poco mas mis nalgas y pude sentir como su verga entraba caliente dentro de mi, apenas entro y me hice hacia atrás para que su pene entre lo mas profundo posible,
Se sentía muy rico esa verga caliente y jugosa abriéndose paso en mi, las patas traseras de ese enorme perro se encontraban sobre la alfombra y siempre les sirve a los animales para afirmarse y empujar decididamente, en pocos segundos podía sentir como se pene crecía dentro de mis entrañas, a tal punto que me preocupé mucho al sentir que se verga era enorme y que se expandía con cierta impunidad, mientras Kraco jadeaba sobre mi nuca, pronto comencé a sentir algo de dolor, lo que hizo que yo separara mis nalgas al máximo, ese animal ya se había apoderado de mi, abotonándome con la impunidad que yo mismo le había otorgado, yo sentía los latidos de un animal que ya dejaba de moverse para intentar bajarse, al hacerlo para quedar “culo con culo” es la fase que mas duele durante el proceso, tanto me dolió que tuve que morder mi acolchado y así pude quejarme con fuerzas sin asustar al animal, sentía como si su verga realmente llegaba hasta mi estomago, al girarse el bulbo del glande se acomodó con dificultad dentro de mi ano y fue cuando el dolor cedió levemente, al bajarse de mi espalda los perros quedan de cara a un rincón de mi habitación y sin capacidad de desplazarse,
Ese ariete caliente no paraba de palpitar dentro de mi y al voltearme podía ver a ese imponente animal parado contrayendo y dilatando su ano, ayudándose -en ese ejercicio- a expulsar su semen dentro mío, con la habitación a media luz y en completo silencio yo solo podía oír el jadeo acelerado de ese animal que se vaciaba gota a gota, dentro de mi cola adolorida, en un punto dejó de dolerme y intenté relajarme, eso me ayudó a comenzar a disfrutar de ese hermoso momento a merced de ese terrible e impiadoso ejemplar, su enorme bulbo estimulaba mucho mi próstata dándome incontables sensaciones orgásmicas, de mi verga chorreaba semen sin siquiera haberme tocado, la tensa calma del lugar hacia que Kraco se sintiera el rey de ese pequeño imperio sexual y se tomó todo el tiempo del mundo, para asegurarse una buena y completa inseminación, esa primer sesión estuvimos atascados unos 40 minutos, quizás uno de los mas intensos de mi vida zoofílicas y menos planificado.
Pese a la baja luz al sentir ese clásico ruido de “descorche” que se produce cuando el animal quita su miembro de mi ano, pude ver un enorme miembro grueso y bamboleante de unos 29 o 30 cm, realmente no podía creer que todo ese falo se gano dentro de mi delgada humanidad, con mi recto aun repleto de semen lo dejé al alcance de la boca de Kraco, quien no tardó en comenzar lamer y limpiar los fluidos que emanaban de mi ano, luego -con algo de dificultad- caminé hasta el baño para terminar de asearme y volví a mi habitación, para ponerme junto a Kraco y darles mis caricias y agradecimiento ante ese momento tan placentero y pocas veces sentido.
Esa tarde de calor logré subirlo a mi cama y dormimos “cucharita” una plácida siesta. En otro relato les contaré la increíble aventura que vivimos esa misma noche de sábado, donde Kraco también perdió su virginidad anal y otras sesiones subsiguientes, donde logramos explorarnos completamente uno al otro, penetrándonos repetidas veces.
Si mi relato te resultó agradable, te agradecería me dejes tu mensaje aunque sea breve y en mi perfil de este sitio podrás encontrar mi dirección de MSN para que me agregues y así poder compartir juntos nuestros consejos y experiencias.-
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