Cabritas blancas con orificios apretados
Siempre penetro a hembras de toda especie que pueda y aves..
Saludos a todos aquellos que nos gusta penetrar hembras de todo tipo y esos calientes culos de aves de corral, aquellos que compartimos el gusto de practicar la zoofilia sin prejuicios de ningún tipo, Yo llevaba más de dos meses que no había podido clavar a mis hembras porque no he estado solo. Este sábado 14 de diciembre, a eso de las cuatro de la tarde terminé de trabajar y me fui para la habitación a ver videos zoo y otras páginas porno, una de mis páginas es zoox18 donde miré si había algún video nuevo, iba pasando algunos que me gustaron cuando mi verga se fue calentando y me empezó a excitar mucho un vídeo con una becerra, hasta el punto de casi tener un orgasmo.
Con esa parola tan berraca y estando solo, salí hacia los corrales para comerme algo, cuando iba para ese lugar me acordé de que el cuidandero tiene dos cabras blancas muy mansitas. Como hace bastante tiempo que no clavo cabras, al llegar al corral me puse a ver esas hermosas hembras bien crecidas y una de ellas no ha tenido crías, aunque ya ha tenido varios celos, me llamo la atención que la vulva de la cabra vieja estaba bien crecida, me acerqué y las tomé con una cuerda para llevarlas dentro de la casa. Como son bien mansitas no molestaron durante el trayecto para nada. Estando dentro de la casa me llevé a las cabras para el lugar donde se guardan herramientas que es bien discreto, cerré la puerta y cubrí la ventana por si alguien se acercaba, luego me quite los pantalones y me unté en la verga un producto que se llama RINO que sirve para retardar la eyaculación, esperé que hiciera efecto, al rato me acerqué a las cabras tomando la cabrá vieja, me ubique en sus ancas viendo que la altura era perfecta, mi verga quedaba a la altura de la vulva, yo estaba lelo mirando la vulva toda rosada y muy bonita. Me ubiqué detrás de ella, como se movía demasiado la amarré a un estante que hay en una pared. Luego le eche aceite para bebés en la vulva, con una mano le sujetaba una pata y con la otra me puse a darle dedo, notando que su entrada era generosa, pero de todas maneras me iba a rechazar porque no estaba en celo, me eche aceite para bebés en la verga y comencé a tocar esa húmeda cavidad con la cabeza de la verga, no había marcha atrás, acomodé bien la verga en su entrada, la tomé por las ancas, la levanté un poco del piso y comencé a penetrarla, la cabra se movía bastante, después de varios intentos se fue cansando hasta que se quedó quietecita, en ese momento aproveche y poco a poco la penetré en su totalidad, qué apretada estaba, aparte que tenía una serie de contracciones muy fuertes, la cabra se quejaba porque pujaba durísimo, yo dejé la verga metida en su totalidad, en ese momento la cabra pujaba muy fuerte y respiraba rapidísimo, esos ricos pelitos me hacían cosquillas en la barriga, realmente estaba demasiado excitado y comencé a sacarlo y metérselo todo, apenas escuchaba el sonido el aire que producía mi verga cuando se lo sacaba todo y la volvía a clavar, estaba en ese frenesí cuando me puse a ver a la otra cabra, sin esperar solté a la cabra que estaba clavando y agarré la otra, la sensación y el morbo de verla toda tierna me llevó también a intentar clavarla por lo menos. Estaba muy arisca y no se quería dejar, duré bastante rato batallando para darle dedo, luego le lubrique bien la vulva y me acomodé detrás ella, alcancé a meter la cabeza de la verga logrando sentir la humedad y un calor placentero de la vulva alrededor de mi verga, estaba demasiado estrecha y no la pude penetrar de una, así que una y otra vez le hacía fuerza, como inicialmente no pude, tomé la decisión de clavarla por el culo, aunque muy pocas veces lo hago, esta vez la clavé sintiendo que ese ano estaba apretadito, la cabra se encorvó como cuando va a cagar y hacia fuerza para expulsar, empujaba durísimo incluso me hizo acordar del culo de las gallinas, al sacar la verga soltó algo de boñiga, sin embargo, volví a lubricarla y volví a acomodar la verga en su vulva logrando meter la sola cabeza, me apretaba muy rico hasta que de un momento a otro de tanto insistir logré dilatarla metiéndole toda la verga, la cabra pegó un quejido durísimo, temblaba mucho y quería literalmente salir corriendo, como pude me aferré a ella hasta que se calmó, en ese momento se lo saqué y se la volví a meter hasta el fondo sin topar con nada que me lo impidiera.
El goce que sentía no tiene descripción aunque la cabra molestara bastante, se lo saqué en su totalidad para ver lo que ocurría, mi verga estaba untada de manchas rojas y la vulva se le había hinchado bastante, por los pelitos le corría un hilito de orina con sanguaza, literalmente perdí el control y la volví a clavar con todas mis fuerzas dándole unos fuertes empujones hasta sentir que ya no le entraba más, intercambié las cabras dos veces hasta que con la cabra joven inicie a sentir que el efecto del RINO estaba pasando y cuando no aguanté más se lo mandé todo, me aferré a sus caderas corriéndome en el interior del animal, cuando vino el orgasmo la cabra me apretaba muchísimo en la medida que la verga se expandía para permitir la salida de mi leche, esa primera explosión fue muy fuerte y difícil porque la cabra se contrajo la vulva, vino la segunda, tercera, cuarta y quinta consecutivas hasta que las contracciones se desvanecieron, yo no quería retirar la verga pero el goce había pasado, le dejé la verga adentro hasta botar mis últimas gotas de leche caliente y mi verga fue perdiendo rigidez, cuando le saqué mi verga, la cabrita comenzó a caminar toda patiabierta, luego abrió las patas, se encorvó y soltaba orina manchada con sangre, abundante semen, descansé como una hora y les volví a dar verga dos veces más, a la media noche me vestí y me llevé las cabras para el corral. Regresé a la habitación para bañarme, porque olía fuerte a orines de los animales, a semen, a boñiga, la verga la tenía llena de pelos, la cabeza de la verga hinchada, pegachenta y enrojecida, cuando me caía el agua me ardía un poco, después de dormir y recuperar el aliento me goce una cerda con la que siempre tengo mis aventuras y se deja clavar siempre. No se por cuanto tiempo dure clavando mis hembras, pero creo que esa práctica me acompañará toda la vida.
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