Campo Alegre
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por max544.
Hola, soy de Argentina, esta historia sucedió cuando yo tenia 17 años, en un pueblo, donde yo crecí.
Reconozco que a esa edad, en el campo, y sin probabilidades de debutar sexualmente, no tenia muchas opciones, pero me encantaba hacerme la paja, siempre encontré en eso, algo muy placentero. Recuerdo que llegaba a hacerme 4 al día, gracias a eso hoy puedo decir que estoy bien dotado, pues he leído que mucho masaje en el pene, logra esos resultados, en fin, me pajeaba en cualquier lugar que me vinieran las ganas.
Aprovechaba la siesta para irme al campo, a masturbarme, pero no iba solo, pues invitaba a mi perro Duke a que me siguiera. Una tarde de esas me llevé una revista que un amigo me había prestado, una porno, claro, una vez que ya me había alejado bastante de mi casa, me senté entre los arbustos, bastante altos por ciertos, y me quité el pantalón corto, ya que hacia mucho calor, en pleno enero. Duke me había seguido, como otras veces, y puse la revista en el piso; y comencé a hacerme la paja mirando a las parejas que cogían en las fotos.
Mi técnica era simple, me ponía saliva en la pija y empezaba a menearla. Entonces mi perro hacia su tarea…lamérmela. Algo que aumentaba mas mi placer.
Era tanta mi calentura esa tarde, que no sólo me dejaba lamer, sino que empecé a pajear a mi perro también! Lo masturbé tan rápido que logré sacarle toda su pija, y el animal largaba mucha leche, no imaginaba que los perros pudieran acabar tanto!
Recuerdo que dejé de pajearme en ese instante y miraba como le crecía su pija, era como de 19 cms y muy gorda, al tiempo que su bola también se le había hinchado!!
Quise probar su néctar y me la metí en mi boca, podía sentir su leche caliente llenándome, ya que él no se meneaba más, pero le seguía saliendo leche!!
Debí haber estado como 10 minutos con su pija grande y gorda en mi boca que no aguanté las ganas de pajearme yo. Se la chupé bien hasta su bola y la solté.
Me recosté en el pasto y mi orgasmo no tardó en venir, Duke ya estaba en sí otra vez, pues los perros luego de acabar…quedan en un estado de desconexión con la realidad.
Me senté, y empezó a salir mi leche, Me corría por la verga hasta mojar mis testículos, era mucha.
Me recosté de nuevo y sentí a mi perro pasarme su lengua caliente, limpiándome completamente la pija.
Disfruté ese instante tan rico, él terminó su tarea y yo volví a vestirme y regresamos a casa.
Esa noche no podía sacar de mi cabeza esa pija tan rica! Y la idea de probarla de nuevo me hacía calentarme más aún.
Por supuesto que volví a probar la garcha de Duke muchas veces mas, pero esas son otras historias.
En otra oportunidad se las contaré.
Hasta la próxima!.
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