Como me hice zoofilico a los 11 años
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
A continuación, les cuento como me hice zoofilico a los 11 años, culeando la perra de mi abuela, en aquellos lejanos años de mi infancia, las costumbres eran muy dieferentes, mis padres eran también muy chapados a la antigua, eramos muy pobres y en la gente de esa condición, existian costumbres tales como, entregar a uno de sus niños a otro pariente anciano para que le acompañara y le sirviera, en mi caso particular, me mandaron a acompañar y servir a mi abuela, ella era una señora muy anciana y vivia sola en una casa muy grande, era lo único que le quedaba de otra época de buen pasar económico y para subsistir, alquilaba la mayor parte de la casa a otras personas, y ella se quedó con dos dormitorios, una cocina y parte de la inmensa galería a la que daban las habitaciones que mas parecían salones, yo no queria ir a esa casa donde todos eran viejos, pero me obligaron mis padres y no tuve mas que obedecer y asi lo que al principio fue muy penoso para mi, pronto se transformó en algo maravilloso, en algo la suerte me tuvo que favorecer.
Entre los inquilinos de la casa había un matrimonio que tenía una hermosa perra con la que yo jugaba, era eso lo único agradable que había para mi en esa casa, ella me acompañaba a hacer las compras y también cuando yo iba al patio trasero a darle de comer a las gallinas, alli en ese lugar rodeado por tapiales, yo me la queria culear, pero la perra que era muy cachorra y jugetona se me escapaba, ya por entonces por las noches, yo me hacia mis buenas pajas y baya que me la hacía muy bien y me gustaba ya era yo un pajero consumado, pero también le tenia muchas ganas a la perra, y un dia vino lo mejor, los dueños de la perra se mudaron y la señora no quiso llevársela y a mi abuela que le gustaba el animal porque era segun ella muy guardiana, la adoptó para mi felicidad y a partir de alli la perra se quedó a vivir en la casa y asi al poco tiempo paso a ser mi hembra desde que tuvo su primer celo, con ella me hice hombre, con ella aprendí a culear y me la culie por años hasta que tenía yo mas de 24 años y ya mi verga que tenía 22 cm, y bastante gruesa le entraba bien apretada, lo cual me hacía sentir en cada polvo que le echaba como que la estaba desvirgando y para aumentar mi morbo, puedo decir que esa perra estaba enamorada de mi, cuando me veia se me venia encima, demostrándome su amor y cuando estabamos solos en el dormitorio y yo me desnudaba para acostarme con ella, apenas me veia en pelotas le encantaba mamarme la pija y me hacia eyacular sobre su lengua y se tomaba mi leche, entonces yo la abrazaba y me acostaba con ella y cuando la pija se me paraba de nuevo, me la culeaba.
Pero esta hermosa etapa de mi vida, en realidad comenzó asi, un día mi abuela me ordeno correr unos perros que habian entrado al patio, entonces uno de los inquilinos, un señor solteron, me dijo que cerrara el portón y no dejara entrar esos perros porque le molestaban y me dijo que esa perra estaba ya en celo, entonces yo supe que habia llegado lo mejor para mi, por la noche después que todos se fueron a dormir, yo me levanté y llamé en voz baja a la perra que dormía sobre un acolchado en la galería, ella vino contenta y feliz moviendo la cola y yo la hice entrar al dormitorio, yo temblaba de ansiedad y en la oscuridad después de acariciarla y abrazarla y ya teniendo la pija bien parada, me desnudé y en esa oscuridad conoci lo mas hermoso que se puede experimentar, la perra me chupaba la pija y yo crei que estaba en el paraiso, era eso algo totalmente desconocido para mi, nadie me había hablado de eso, de hacerse chupar la pija, yo no sabía lo maravilloso que era eso, y la deje hacerlo, yo sentia cosquillas en todo el cuerpo, sentía un placer que me superaba y después de gozar un buen rato asi, me fuí por detrás y asi en la oscuridad le busque la concha, pero no podía metérsela, me costó un poco de trabajo poder embocar ese orificio, hasta que sentí que le estaba metiendo la cabeza de mi pija, ese delicioso agujero estaba muy caliente y yo sentía que le iba entrando, que me metía en ella, que mi pija se abria camino en esa conchita tan deseada por mi y asi se la fui metiendo hasta que le entró toda, entonces empece a bombear gozando al máximo y ya sentía que me venía ese gustito tan delicioso como cuando me hacía la paja, pero ahora mi pija estaba en la concha de una hembra que se dejaba culear por mi, el gustito era cada vez mayor y senti mi primer acabada dentro de una hembra, fué ese un polvazo, el primero de mi vida, el que me hizo zoofílico para siempre.
Puedo decir que con esa perra que fué mi primera hembra, yo vivi una felicidad total, yo ya tenía 15 años y a muchos le extrañaba mi devoción por estar en esa casa acompañando a mi abuela, nadie se imaginaba que era lo que me llevaba a vivir en esa casa, nadie podía imaginar que esa perra y yo dormíamos abrazados y yo estaba siempre con ella en pelotas, nadie podía imaginar que la perra mientras que yo la culeaba, me lamia el cuello y la cara y también metía su lengua en mi boca y me volvia loco de placer, me encendía de tal forma que aunque yo tambien culeaba mujeres, ninguna me dió el placer, el deleite que me hacía sentir esa perra.
Pero como todo se acaba en esta vida, un día mi abuela falleció y tuve que irme a vivir a otra parte con mi amante, en casa de mis padres no había lugar para mi y la perra, aparte de eso yo no podía tener privacidad para satisfacer mis momentos de amor con ella, de manera que a partir de entonces me fui a vivir solo, pero nunca me falto una amante canina para satisfacer mis bestiales instintos de macho zoofilico.
Asi pasaron los años, yo alquilaba una casita con patio y alli tenía a mi amante durante el dia y por la noche ella estaba en mi cama, con su macho, pero también me culeaba dos hermosas perras de los vecinos que venían a mi casa, yo les daba comida las acariciaba y las hacia pasar al dormitorio y alli las amaestraba en el arte de mamar la pija y después me las culeaba y una de esas perras me sorprendió por la forma en que se movía cuando yo le ponía la pija, yo la agarraba en la misma posición que un perro y ella cuando la tenia adentro se empezaba a mover freneticamente con los mismos movimientos de un macho y me hacía acabar enseguida, yo pienso que su dueño un hombre joven y soltero se la culeaba también, y por mucho tiempo esa perrita venía a casa a buscarme y me olia la bragueta invitándome a culear y yo por supuesto no me hacia rogar para nada, ya que fui siempre un insaciable a la hora de gozar con perras.
Ya en los últimos años, me contacté por medio de internet con otro zoofílico, de quien me hice muy amigo y lo visite en su casa de campo y alli probé la delicia de culear con una hermosa yegua bien amaestrada para el coito por mi amigo, esa fue otra hermosa experiencia, las yeguas son muy buenas culeadoras con un hombre, tienen una concha deliciosa, muy apetecible y deliciosamente carnosa que acaricia el tronco de la pija del macho al culearla y transmite un intenso calor que lo vuelve a uno loco de placer, también probe otra delicia, me cogi una hermosa cabrita gordita y muy querendona, todo eso en el establecimiento de mi amigo, otro zoofílico como yo, zoofílico hasta los huesos.
Queridos amigos esta es la historia de un viejo de 68 años, zoofilico desde los 11 años y muy agradecido a la vida por este instinto animal del que me siento orgulloso y que tanto placer me ha dado a traves de los años, puedo decirles con inmensa satisfacción que he culeado, como perro, como potro y como macho cabrio, si al leer este relato alguno de ustedes se ha hecho una hermosa paja, eso significa que he sabido llegar a Uds, y tocar su mas íntimas fibras de machos zoofilicos.
Infinitamente agradecido a todos los que me lean, espero que hayan pasado un buen momento, gracias por v/atención.
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