Con mi perro VENADO
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Mi nombre es Javier, tengo 55 años, vivo en Caracas, soy casado y tengo dos hijos ya creciditos. Siempre he sido heterosexual y la vida en la intimidad de mi matrimonio transcurre de manera normal sin ningún tipo de problemas. Recuerdo que desde mi infancia me gustaba tocarme el ano, sobármelo y llegaba incluso a meter uno o dos dedos y diversos objetos como lápices y todo aquello que fuese duro y delgado y que me diera confianza en que no se rompería. Solo hasta allí llegaba, y al inicial mi actividad sexual se desarrollo con chicas de mi edad o mayores con normalidad hasta llegar a mi matrimonio.
En mi vida sexual matrimonial por fortuna mi mujer es muy amplia y caliente accediendo a todas mis peticiones referentes a sodomizarla y ella lo acepta con agrado, siempre lubricándola debidamente lo que nos resultaba placentero. Resulta que en la practica de los 69 siempre yo chupaba y mamaba el clítoris de ella y metía mi lengua en su vulva y su culo y al lamer y succionar su clítoris le introducía dedos en su vagina y en su trasero, y en uno de esos dias mi mujer metió un dedo de ella en mi agujero. Nada dije de que me agradaba o no, pero lo sentí delicioso. Me preguntó que si me gustaba y le dije que si que metiera dos y ella lo hizo cosa que se tradujo en costumbre, antes de penetrarla le mamaba y ella a mi siempre metiendo sus dedos cosa que me resulta demasiado exquisita.
Jamás pensé en otra cosa que no fuese esa que expongo, sin embargo en una oportunidad ella salió con mis hijos a pasar un fin de semana con sus padres por lo que me quedé solo en casa con “venado”, un perro pastor aleman de dos años que tenemos en casa desde cachorrito. Antes de salir mi mujer me dijo no olvides bañarlo, cosa que se hace con regularidad ya que el perro es juguetón y siempre esta con nosotros.
Me tomé dos tragos y al terminar de leer la prensa me coloqué un short y llamé al perro al patio trasero para darle su baño, comencé a hacerlo con una manguera lo mojé todo y comencé a darle por todo el pelaje con su jabón líquido y en una de esas que le enjabonaba por debajo le tropecé el pene, no puedo decir si con intención o no porque antes lo había bañado y no me había sucedido, lo cierto es que se la agarré y comencé a darle y sin percatarme me excité al sentírselo duro. Lo bañé por completo, lo sequé un tanto y allí lo dejé bajo el sol con una toalla. Me fui a mi cuarto con el morbo alto porque tenia la intención ya dispuesta de que el perro me cogiera.
Agarre el tarro de lubricante que poseemos y me fui al patio y allí me senté en un banco no sin antes quitarme el short quedando solo con una camisa puesta y semierecto. Lo llamé y el acudió a mi moviendo su cola y procedí a sobarle el lomo, la cabeza y asi hasta llegar a su verga, se la agarraba se la sobaba, comencé a pajearlo y el solamente meneaba la cola y me veía y lamía mis piernas, cuando agarré mi palo para darme paja el metió la cabeza y comenzó a lamerlo me coloqué de forma que tuviese acceso a mis testículos y ano.
Dejé de pajearlo y ya la tenia dura, entonces me arrodillé sobre un cojín y puse en mi agujero parte de su liquido preseminal a lo que al olerlo comenzó a lamerme y a hacerme sentir la mas rica de las sensaciones cuando esa lengua rugosa la sentía en mi perineo y mi culo uffff que delicia, lo aparte y metí dos dedos míos en mi culo bien embadurnados de lubricante y asi me di varios segundos a fin de dilatarme.
El Jadeaba, daba la vuelta lengüeteando y yo al sentir que ya estaba listo, comencé a pajearlo otra vez hasta que buscó, olió y se encaramó agarrandome por las caderas con embates fallidos hasta que después de varios intentos la clavó, a pesar de estar lubricado y parcialmente dilatado el dolor fue intenso. El dolor aminoró y aquello fue sencillamente rico, delicioso atinaba a decirle, asi dale coge a tu papi que ahora es tu perra, dale duro cogéme, dale rico que en este momento lo que deseo es eso sentir tu guevote dentro de mi, sentía sus líquidos calientes y pajeandome y sintiendo esa verga en mi culo tuve un orgasmo de película
De pronto cesó sus embates y yo me sentía cansado y me separé, no logro abotonarme, y comenzó a lamer y meter su lengua muy dentro dándome un cúmulo de ricas sensaciones jamás imaginadas por mi.
A partir de entonces he tenido varias sesiones “amorosas” con venado, las que con gusto relataré en su oportunidad. Sin embargo ha surgido en mi una duda. Que soy, me encanta mi mujer, pero me gusta que el perro me coja. He pensado que tal vez podría hacerlo con un hombre. Ustedes que dicen. .
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