Conociendo nuevos horizontes
Jamás imaginé que iba a terminar así.
Luego de varios años de aguantar el pico de » mi tío» todos los días, y de sus amigos algunos fines de semana, mi vida seguía su senda de confusión, tanto por el hecho de entregarme a estos hombres mayores sin resistencia alguna, como por el hecho de seguir usando pañales, solo por el gusto de hacerme pis y caca, aún a los 16 años.
Esto que voy a contar me pasó justamente a los 16 años. Era fin de semana y el domingo se celebraba el día de la madre, entonces el sábado le pedí permiso a mi mamá para ir al centro comercial más grande que había en ese momento, aún no existían los mall, a comprar un regalo para ella.
» Te abrigarse ? Te pusiste los calzones de lana ? mira que hace frío y no quiero que te enfermes »
«Si, mamá ,me los puse »
Y me fuí, llegue como a la 1 de la tarde y me puse a recorrer el lugar, no encontraba nada que pudiera gustarle a mi mamá. Así que me senté un rato a descansar sin pensar en nada. Al rato se sienta al lado mío un señor de unos 50 años, me pregunta que me pasa que estoy tan preocupado, le digo que no he podido encontrar un regalo para mi mamá.
» Yo tengo la solución, ven acompáñame»
Lo seguí sin preguntar, entramos a una librería y me pasa un libro, ya ni me acuerdo cuál era.
» A tu mamá le gusta leer ?»
«Este le va a gustar, llévalo »
Gracias, le digo y me despido, me dice:
«Espera, no te vayas aún, déjame invitarte un helado, para que no estés tan preocupado»
Me compro un helado, caminamos durante un buen rato y me pregunta si me puedo quedar un rato más, le digo que sí, que le dije a mi mamá que iba a llegar tarde. Entonces me dice que lo acompañe a su casa que queda a una cuadra de ahí ,que me quiere mostrar algo. Le digo que bueno, intuyendo algo, y me dice:
» Ok, pero tenemos que esperar a un amigo que está por llegar,quedamos de juntarnos acá »
Su amigo llegó, un señor de unos 55 años, nos presenta, le dice que me invitó a su casa, y nos vamos los tres.
Ya en la casa y sin más preámbulos, ambos se sacan la ropa, yo los miré y me dicen que haga lo mismo, entonces , sabiendo lo que venía, me quite la ropa, quedamos los tres desnudos,y uno se acerca y me pone su pico en mi boca, comienzo a chupársela, como lo he hecho tantas veces, luego al otro, ambos picos eran enormes, largos y gruesos, exquisitos. Luego me ponen en cuatro , me ponen saliva en el hoyito, y uno me lo mete entero, entro fácil, sin ningún dolor,ya tenía mi culo super acostumbrado. Me culeó un buen rato, en varias posiciones hasta que acabo adentro mío, apenas lo sacó, el otro me lo metió, también me culeó un buen rato y en varias posiciones, hasta que acabo adentro. Me culearon dos veces más cada uno, hasta que ya no dieron más, pero yo seguía con ganas, entonces……………
Apareció el, un tremendo pastor alemán, bonito el perro, hercules se llamaba. Seguramente lo mire de una forma especial porque el dueño de casa me preguntó si alguna vez me había culeado un perro, le dije que jamás; me dijo si quería probar, bueno le dije yo.
Entre los dos tomaron al perro y lo acercaron a mi, uno me dice, «chupala, igual como lo hiciste con nosotros» , y comencé a chupársela, sentí un poco de asco pero igual me gustó , en eso me dicen que me ponga otra vez en cuatro, y siento como el pico del perro entra todo en mi culo. Fue un momento espectacular, sentir como me culeaba el perro era algo que jamás olvidaré. Luego de un momento se empezó a mover más fuerte hasta que sentí como me llenaba el culo con su leche, oh que delicia, y ahora viene lo mejor, quedé abotonado (este término lo conocí mucho después , pero lo menciono porque no hay otra forma de describir la situación) oh sorpresa la mía, estábamos pegados y a mi me encantaba, luego de un buen rato logra sacar su pico de mi culo y yo quedé con una sensación maravillosa.
Luego de eso, los dos señores vuelven a la carga y me culean otra vez, fue una tarde inolvidable, lamentablemente todo lo bueno dura poco, y yo tenía que irme porque ya se hacía tarde. Me despedí y me fui con una sonrisa en mis labios, y con el libro que le había comprado a mi mamá.
Obviamente que los encuentros con estos dos señores , y con Hércules, se volvieron a dar, todo fluía bien, en la semana, como siempre, me culeaba» mi tío», algunos fines de semana los amigos de » mi tío» y algún sábado o domingo, los dos señores y muy especialmente el perro. Con el tiempo me volví adicto a la zoofilia, siempre que puedo, hasta el día de hoy, la practico.
Gracias por leer.
relato ql rico, por fa sigue publicando mas, me dejaste el pico terrible duro
Quedó con la verga súper dura.