Cuando los deseos llegan y las oportunidades se presentan no se debe esperar nada de nada.
Primer celo de novillas.
Quienes han leído mis narraciones anteriores, saben por ellas mi gran fortuna de tener la gran oportunidad de probar varias especies, lógicamente dependiendo la temporada, día y oportunidades.
La semana pasada por coincidencias de la vida en horas de la tarde me fui a encerrar el ganado en los corrales para luego aislar a los becerros pequeños, me llamó la atención que una novilla negra de 12 meses estaba botando bastante flujo por la vulva hinchada, bramaba y tenia la cola hacia un lado, estaba en celo, no sé si también les haya pasado pero es una sensación de euforia, alegría, excitación, unos deseos incontrolables y ganas de tenerla ya mismo, apuré lo más que pude para finalizar actividades y me adentré a la casa para llevar una cuerda, una linterna y una toalla vieja, a la vez que me puse en la verga un retardante que siempre utilizo y recomiendo se llama RINO, se me venían lo mas morbosos pensamientos e imaginaba lo que iba a pasar. Cuando llegué donde estaba todo el ganado, busqué a mi hermosa hembra, estaba ahí toda hermosa, como son mansas le coloqué el cabezal y la halé a paso lento hasta el canal donde se vacunan por si molestaba, cerré la compuerta delantera y luego ajusté la corredera trasera de manera que si molestaba no me afectaba en nada. Llevé la banquita de ordeñe para pararme en ella y poder clavarla a gusto.
Tenía una parola incontrolable y deseaba ese animal con todas mis fuerzas, aunque estaba de día, el galpón es encerrado y no se corre ningún riesgo de fisgones, me desnudé rápidamente de la cintura hacia abajo, me acerqué a ese manjar para limpiarlo con la toalla y quitar la boñiga, luego abrí la vulva viendo toda rojita por dentro, botaba abundante flujo cristalino, la tomaba entre mis manos para palpar esa delicia, percibía un olor característico entre orina y carne que me aceleraba mucho más hasta perder literalmente la noción del tiempo, le introduje mi dedo y suavemente le acariciaba ese clítoris, la novilla apenas se encorvaba y se fruncia pero no molestaba. Me pare en la banquita para que la clavada fuera perfecta, le hice la cola para un lado viendo como le sobresalía la vulva por lo hinchada que estaba, con la misma baba que soltaba me mojé la verga, le abrí la vulva para luego acercar la verga, yo sé que ustedes también experimentan ese justo momento en que la verga toca la vulva de la hembra, que sensación tan deliciosa y placentera, le coloqué las manos en las ancas y empecé a bombear y sin tanto esfuerzo ya se la había enterrado toda, percibía esa deliciosa humedad, esa suavidad indescriptible, ese calor único que se percibe en toda la verga, como pocas veces hago, me quedé totalmente inmóvil con toda la verga metida manteniendo la novilla bien pegada para sentir esas peludas ancas contra mi abdomen, la becerra se frunció y se encorvó pero estuvo calmada, necesitaba de un macho que también le quitara las ganas, que sensación tan rica, pasado esos primeros momentos de satisfacción inicie a bombear primero lento y luego aceleré un poco sin ser brusco, que cosa mas rica, en celo es totalmente diferente las clavadas, porque resbala mucho mejor y entra toda la verga. Cuando le llegaba al fondo empujaba fuerte hacia adelante repitiendo una y otra vez, paré un segundo para tomar algo de aire, con la verga afuera pude percibir que a mí me escurría algo húmedo por los testículos y pierna abajo, encendí la linterna para ver y tenia la verga y las bollas llenas de baba, la novilla tenía pequeñas micciones de abundante flujo porque le goteaba la vulva también estaba mojada, le ensarté nuevamente la verga y seguí ensartando, me detuve y alumbré con la linterna para ver mi escena, era hermoso ver mi verga desaparecida en ese manjar negro, la becerra de vez en cuando se fruncia y percibía leves apretones, yo seguí nuevamente hasta que empecé a sentir ese hormigueo previo a desocupar todo lo que tenía, cuando no aguante más la ensarté toda y dejé que esa rica panocha se quedara con mi leche. Esperé que la verga perdiera flacidez y ya sin ganas me baje de la silla algo cansado, me vestí y llevé la becerra junto al otro ganado, después me metí a la ducha para bañarme, sentía las piernas, las bolas, la verga y el abdomen todo pegajoso, la verdad hubo un momento que quise darle lengua pero me dio un poco de asco por lo demasiado mojada que estaba, aunque alguna vez si lo hice con una cerda y no me pareció desagradable, por el contrario se siente rico.
Saludos a todos
Me encanta tu relato, como describes las sensaciones, realmente maravilloso.
Me templaste todo. Soy de Costa Rica.
Que riiico relato las cerdas son ricas me templastes también saludos
Hola me templastes a mi tambien me encantó tu relato oas cerdas son riicas
Quiero saber cómo puedo leer tus otros relatos,me gusto mucho.